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The One And Only por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Hola~


Sé que han pasado dos semanas desde mi última actualización, pero he estado realmente ocupada con un poco de todo. Tengo el capítulo desde hace un par de días, pero decidí esperarme hasta el sábado.


Cuando dije que faltaba tan poco para el fin de esto, es porque así era. Con este capítulo doy por finalizada esta historia, así que… sí, es él fin.


¡Nos leemos en las notas finales!

La piel de Kibum se sentía como terciopelo bajo sus manos, era tan suave y perfecta, que Minho podía pasar todo el maldito día tocándole de rincón a rincón.

 

Le gustaba la manera en que Kibum se estremecía bajo su toque, y sobre todo le gustaban los sonidos que escapaban de esa boca acorazonada que hacia estragos en su entrepierna.

 

Era magnifica la manera en que los años podían bailar con ellos, pero que nada cambiara a pesar del tiempo. Él aún la tenía mal por Kibum, aún estaba tan malditamente enamorado de Kibum que cada suspiro que escapaba de su boca favorita hacía que su corazón latiera aceleradamente, demasiado enamorado.

 

—Es tarde. —Kibum murmuró, su boca contra su hombro dejando mordiscos de un lugar a otro. A Minho no le importaba, Kibum podía marcar cada parte de su cuerpo y Minho lo aceptaría porque eran las marcas de Kibum.

 

Minho también sabía que era tarde, simplemente no podía recordar para qué.

 

Sus manos en la espalda de Kibum hacían que olvidara todo, los besos de Kibum contra su mandíbula le estaban matando, y su entrepierna comenzaba a doler por las manos traviesas de Kibum contra su cuerpo.

 

Dios, él estaba muriendo lenta y placenteramente.

 

—Tarde. —Minho dijo, perdido entre el mundo de Kibum y sus manos. Una parte de su traje estaba sobre el sofá y Minho esperaba que no se arrugara, porque entonces Kibum estaría muy molesto.

 

Su camisa no estaba mejor, pero podía culpar a Kibum por eso. Los botones habían cedido contra los hábiles dedos de Kibum y ahora las manos de éste se pasaban de un lado a otro sobre su pecho, haciendo que Minho quisiera quitarse toda la ropa.

 

Los ojos de Kibum le miraron y sus labios se separaron suavemente y Minho pensó que él no debería estar haciendo esos gestos.

 

Kibum parecía saber lo que estaba pasando en su mente, porque sonrió suavemente, sus pequeños ojos brillando tan intensamente, que Minho pensó que nunca habría nadie más hermoso que Kibum sobre la tierra.

 

—Deberíamos estar marchándonos ya. —Las manos de Kibum se enredaron en su cuello, sus dedos traviesos paseando de un lado a otro contra su piel. —Y espero, Minho, que tu ropa no esté arrugada.

 

Minho rió, dejando que los dedos de Kibum hicieran y deshicieran contra su piel.

 

—Debería culparte, fuiste tú quien la quito. —Kibum no parecía culpable, él claramente no se sentía de esa manera. —Ahora tal vez podamos saltarnos ese evento y quedarnos en la habitación. —Bromeó y el puño de Kibum dio contra su brazo.

 

—No podemos, Minho. —Por supuesto, Minho lo sabía, sin embargo podía molestar un poco a Kibum.

 

—Lo sé.

 

Kibum negó con la cabeza rápidamente, logrando que pequeños y sedosos mechones de cabello cayeran contra su frente. Minho le recordó como en el pasado, como cuando ‘Key’ de SHINee le gustaba experimentar con colores y peinados y siempre, siempre, lograba verse tan malditamente bien que Minho se preguntaba cómo lo lograba.

 

Kibum había dejado ese lado atrás, pero Minho creía que aún se veía espectacular con su cabello castaño y los mechones rebeldes que a veces descansaban contra su frente.

 

Los años podían pasar, las arrugas en las comisuras de los ojos de Kibum podían seguir apareciendo, el maquillaje podía quedar olvidado, pero Minho estaba seguro que Kibum siempre se miraría hermoso. O al menos ante sus ojos siempre sería así.

 

—Así que, vístete de nuevo, no quiero llegar tarde. —Kibum dijo, pero en realidad él no parecía dispuesto hacerlo.

 

Sus manos traviesas aún seguían contra su pecho, sus dedos abriéndose como abanico y esos ojos que le volvían loco seguían sonriendo traviesamente.

 

Minho estaba a punto de quitarse la ropa, quitar la de Kibum y entonces probar la cama una vez más. Imágenes de Kibum desnudo y enredado en las sabanas atacaron su mente y Minho esperaba que Kibum estuviera dispuesto a llegar un poco tarde. Tal vez muy tarde.

 

—Ni lo pienses. —Kibum advirtió, negando suavemente con la cabeza. —Es un día importante, Minho, esto…—Señaló la entrepierna de Minho, sonriendo rápidamente después. —Puede esperar.

 

Aunque Minho no estaba seguro de eso, no iba a discutir con Kibum. Bien, era un día importante, Kibum tenía razón.

 

—Bien.

 

Kibum asintió y entonces sus manos bajaron hasta su espalda y lentamente, como si estuviera disfrutando torturarle, Kibum comenzó a subir lentamente su camisa.

 

Sus dedos jugaron en su abdomen un momento, y Minho pensó en ellos, en el pasado, y en la forma en que Kibum siempre tocaba su abdomen en los conciertos. Ellos habían tenido problemas con eso, porque Minho nunca era capaz de resistirse a Kibum. Siempre terminaban con besos rápidos y desesperados en los pasillos oscuros, y mordidas en el cuerpo del otro cuando la tentación era demasiado.

 

Minho negó con la cabeza, y miró a Kibum trabajar con los botones de su camisa.

 

Le gustaba de esa manera. Le gustaba la sensación de matrimonio viejo que Kibum le daba a veces. Le gustaba como Kibum le conocía tan bien, y la forma en que Kibum no dejaba que su relación cayera aburrida. Era asombroso.

 

Kibum era asombroso.

 

Los dedos de Kibum dibujaron figuras extrañas contra su abdomen y por último dejo su dedo pasar de un lado a otro, sonriendo cuando él enarcó una ceja.

 

Minho rió después, sus manos viajando al camino nunca olvidado hacía la cintura de Kibum. Por último, Kibum mordió su hombro y terminó con los botones de su camisa.

 

—Si seguías así, no íbamos a salir de esta habitación. —Los ojos de Kibum brillaron, y Minho estaba seguro que él también se encontraba con los mismos problemas en los pantalones.

 

—Deja eso. —Kibum regañó, pero sus labios tiraron de una sonrisa. —Ahora, —Los dedos de Kibum se enredaron en su cabello, peinándole suavemente. —Arréglate el cabello y estaremos listos para irnos.

 

Kibum se fue después de eso, sonriendo, y Minho no podía esperar por llegar a la habitación de nuevo.

 

 

Taemin se estaba casando.

 

El pequeño Taemin – que ahora – ya no era tan pequeño, había encontrado a la chica ideal.

 

Kibum le miró y de pronto los recuerdos le inundaron, la nostalgia burbujeando en él. Taemin no era más el menor que necesitaba que cada uno de los miembros le cuidaran. No, no era así.

 

Taemin tenía esos ojos pequeños brillantes y detrás de ellos, sólo podía verse la madurez en él. Ah, Kibum extrañaba al pequeño Taemin. Pero estaba bien, porque ahora, una linda chica de ojos grandes y sonrisa encantadora colgaba de su brazo, y en esos ojos sólo podía leerse el amor. Kibum estaba bien mientras que ella amara al pequeño Taemin justo como él se merecía.

 

—Deberíamos casarnos. —Kibum detuvo sus pasos, y abrió los ojos, mirando a Minho.

 

Minho tenía esa sonrisa con la cual había caído enamorado de él, sus grandes ojos divertidos y mirándole expectante.

 

Kibum no sabía si Minho estaba bromeando con él o si lo decía en verdad. Por supuesto, ellos tenían años de relación, y sí compartían una casa, y eso para Kibum era como estar casado con Minho.

 

—¿Qué estás diciendo?

 

Minho sonrió, sus pasos avanzando hacia el lugar de la ceremonia. La mano de Minho cayó a la parte baja de su espalda, y Kibum sonrió pensando en cómo Minho parecía tan natural ahora con las muestras públicas de afecto entre ellos.

 

—Lo que escuchaste, Kibum. —Él saludó con la cabeza algunas personas y sonrió a otras y Kibum sólo podía mirarle y preguntarse cómo podía seguía caminando y saludando a todos cuando de sus labios escapaban palabras importantes. —Sonríe, Kibum, cualquiera podría pensar que soy un mal novio.

 

Kibum negó con la cabeza y saludó a la mujer al otro extremo del lugar, después suavemente golpeó el brazo de Minho, ignorando la sorpresa de Minho.

 

—Por favor deja de decir estupideces. —Minho rió y su mano se presionó un poco más contra su espalda. Kibum rodó los ojos y dejó que Minho le guiara por las personas, hasta donde los miembros se encontraban.

 

Jinki estaba ahí, su esposa a su lado y una dulce niña con unos ojos iguales a los de su padre, sonriéndoles. Ella era hermosa, y le recordaba a su padre cuando sonreía, porque parecía que iluminaba el lugar.

 

Entonces estaba Jonghyun, hablando por el móvil y saludándoles con un gesto de la mano, Kibum se imaginó que estaba hablando con su pareja. Jonghyun no hablaba mucho sobre su relación, porque era una persona muy celosa con su vida personal, pero él decía que era demasiado feliz con esa persona a su lado, y Kibum estaba bien con eso.

 

—Dejaré que lo pienses. —Minho susurró en oído. —Esperaré una respuesta por la noche.

 

Bien, esas no eran las palabras correctas. Kibum debía prestar atención a la ceremonia, mirar a Taemin dejar atrás su soltería y admirar la belleza de esa linda mujercita vestida de blanco.

 

Pero no.

 

Su mente viajaba hacía las palabras de Minho y a lo que representaba. Bien, ellos vivían juntos y Kibum les veía como un matrimonio, pero ahora que Minho dejaba las palabras volar entre ellos, Kibum lo sentía diferente.

 

—Podrás vestirte de blanco, y hacer un camino como la esposa de Taemin hacía mí. —Minho murmuró, su mano entrelazándose suavemente contra las suyas. —Sí, creo que te verías hermoso de blanco.

 

Kibum sintió sus mejillas calentarse y golpeó a Minho en el brazo, cuando éste dejó escapar una suave risa.

 

Los dedos de Minho jugaron con los suyos, su pulgar trazando figuras contra su piel.

 

—¿Estás tratando de convencerme?—Minho se encogió de hombros y pretendió escuchar la ceremonia.

 

—Podemos tener una gran ceremonia si quieres, —Los labios de Minho se curvaron en una suave sonrisa, sus ojos aún sobre el nuevo matrimonio. —También podríamos hacer algo más pequeño, sólo nuestros más cercanos.

 

Kibum bajó la mirada, sonriendo, pensando en lo adorable que Minho era tratándole de convencer sobre su ‘matrimonio’. Él suspiró, negando con la cabeza después cuando Minho le miró.

 

—Inténtalo una vez más, cariño.

 

Los ojos de Minho brillaron, y de pronto sus dedos no estaban más contra su mano. Los dedos de Minho viajaron de sus dedos, hasta su brazo, para después caer sutilmente contra su pierna.

 

—Podríamos ir de Luna de Miel al lugar que quieras. —La mirada de Minho dio con él un segundo antes de volverla al frente, en donde Taemin besaba suavemente a su-ahora esposa. —Viajar y viajar, y no lo sé, Bum, tal vez puedas tener perros de nuevo.

 

Kibum pensó en sus perros. Sí, ellos ya no estaban con él, pero había sido los mejores momentos cuando sus pequeños cachorros corrían a su alrededor todo el día.

 

—Puedes estar lográndolo.

 

—O tal vez… —Minho aplaudió cuando todos los demás lo hicieron, y se incorporó llevándolo con él, cuando Taemin y su esposa caminaban entre ellos. —Sólo deberíamos decirnos ‘te amo’ en nuestra habitación y después dejar la ropa detrás.

 

—Minho. —Regañó, dejando caer su hombro contra el de su pareja. Minho rió, sus manos sosteniéndole por la cintura.

 

Pensó entonces en la idea de Minho, mientras los dedos de su novio, se abrían como abanico contra su espalda. No era tan mala idea, decidió, y él tal vez podría estar adelantando su boda en esos momentos.

 

 

Todos reían y bebían, charlaban y se reencontraban después de un tiempo, pero él… bueno él tenía una boda fugaz en algún armario de lugar.

 

Minho jadeó contra su oído, y Dios, él ya estaba más que listo para dejar la ropa detrás, y declararle su amor a Minho en ese mismo lugar.

 

Rió, cuando los dedos de Minho le causaron cosquillas, y tan sólo momentos después jadeó el nombre de Minho.

 

Ah, amaba al hombre.

 

—Espera. —Murmuró, sus manos colocándose contra el pecho de su pareja.

 

—¿Ahora, Bum?—Minho gimió, sus grandes ojos bañados en deseo y algo más.

 

Kibum sonrió, dejando a sus manos trabajar en los botones de la camisa de Minho.

 

—Me vestiré de negro, lo harás también. —Su cabeza cayó al hombro de Minho y mordió justo ahí. —Será algo íntimo y quiero cientos de fotos. —Encontró la mirada de Minho y besó suavemente sus labios antes de mirarle otra vez. —Nos iremos después a Londres, porque sabes, me trae buenos recuerdos, —Minho asintió. —Y también dejaremos la ropa atrás como quieres.

 

La risa escapó de los labios de Minho y sus labios fueron tomados por unos largos momentos.

 

Los labios de Minho tenían ese sabor a recuerdos, a dulce, a Minho y a toda una vida juntos, y Kibum se vio a sí mismo cayendo adicto una vez más por esos labios.

 

—¿Algo más?

 

Kibum asintió, Minho besó su frente.

 

—Te amo, Minho. —Minho asintió y murmuró un ‘Te amo también, cariño’ contra sus labios.

 

Y sí, ya estaba malditamente casado.

 

 

Notas finales:

Sí, esto ha llegado a su fin.


Siempre les digo que el final es lo primero que pienso antes de una historia, porque una vez alguien me dijo que sin final no hay historia, y sí tal vez tuve un par de cambios en toda la historia desde el momento en que la pensé, pero imaginé el matrimonio de Taemin como el final para esta historia.


Así que una vez más, quiero agradecer a todas esas personas que leyeron esta historia, que comentaron y que han estado aquí desde el primer capítulo.


Michas gracias por darle una oportunidad a esta historia~


Espero leer un poco más MinKey por acá, ¿sí?


Espero seguir leyéndonos pronto~


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