Ese tenía que ser el peor día de su vida, Kibum estaba seguro.
Primero había comenzado con una pelea con Daehyun, por algo tan trivial que no podía recordar qué era. Seguido de un mañana mala con tropezones y regaños. Discutió con Daehyun una vez más y entonces había terminado con un par de besos y una invitación al bar que le gustaba frecuentar.
Kibum creía que eso era todo, pero entonces ahí estaba Choi Minho frente a él, con esa sonrisa que podía lograr que su corazón se acelerara sin motivo aparente.
Kim Kibum creía que no podría soportarlo.
Frente a él estaba el Choi Minho con el que durmió en sus brazos infinitas veces, y el que susurraba palabras cursis en su oído por las noches y él que hacía estupideces por llamar su atención.
Frente a él también estaba la persona que Kibum amó y que rompió su corazón de la peor manera posible al casarse con una chica.
—¿Qué estás haciendo aquí?—Preguntó y sonó más como un susurro que otra cosa. Minho parpadeó y entonces la sonrisa se borró de su rostro tan rápido como llegó.
—Estoy feliz de verte también, Kibum. —Minho se acercó un poco, sólo un poco más a él y Kibum sintió su aroma picar contra su nariz.
Era como en el pasado, Minho siempre tenía el mismo aroma para él, como un día fresco de primavera y a Minho, con un toque dulce, escondido, muy escondido en él.
—Minho. —Dijo su nombre como una advertencia.
Minho se encogió de hombros y entonces una suave y lente sonrisa pintó sus labios. Era esa misma sonrisa con la que se recargaba en la puerta y le daba regalos por las noches, como el novio perfecto que creyó que era.
—Estoy feliz de verte, quieras creerlo o no. —Minho dijo y sonaba sincero, y Kibum se odió por aún caer en sus palabras. —Y si lo estás pensando, no, Kibum, esto no fue planeado. Llámalo casualidad si quieres.
Pero Kibum no quería llamarlo casualidad, ni destino, ni nada. Quería llamarlo realidad, su realidad, que se sentía como un par de golpes a su corazón. Que dolían como no nunca se lo imaginó.
Kibum cerró los ojos y dejó a su cuerpo relajarse. Era imposible. Lo era con Minho tan cerca de él, que podía sentir el calor emanar de su cuerpo. Kibum quería golpearlo, tal vez por todo lo que le hizo. Quería reclamarle y pelar como en el pasado no lo hizo.
Pero entonces lo que más quería hacer Kibum en ese momento, era abrazar a Minho y golpearse también, por querer hacerlo.
—No quiero verte, Minho. —Susurró tan bajo que sentía que sus palabras se habían perdido en el ruido del lugar. —No quiero hacerlo. —Dijo y su mirada se encontró con la de Minho, ignorando completamente todo en el lugar.
—Kibum, necesito…
Kibum alzó su mano y detuvo sus palabras. Él sabía lo que Minho necesitaba, pero simplemente no podía, ni quería escuchar sus explicaciones en ese momento. Tal vez nunca.
—Basta, Minho. Sólo déjalo así.
Los labios de Minho se separaron, Kibum esperó sus palabras, sus réplicas y sus excusas, pero entonces nada de eso pasó. En cambió una mano cayó sobre su hombro y su nombre rompió su burbuja con Minho.
—Kibum. —Daehyun habló y su mano cayó hacía su cintura. —¿Qué sucede?
Kibum cerró los ojos una vez más y pensó en algo. Su mente estaba en blanco y vacía de explicaciones. De todos modos, ¿Qué podía decir a Daehyun?
Maldijo en silencio, odiando sólo un poco haberse perdido en el mundo de Minho y él. Se regañó porque no debía hacerlo. Porque su novio estaba ahí, con él, abrazándole y simplemente no debía perderse sólo en Choi Minho.
—Nada, no sucede nada. —Sonrió a Daehyun y dejó que le acercara a él un poco más. —Es sólo un viejo conocido.
Daehyun entonces dejó de mirarle para ver a la persona frente a ellos. Daehyun arrugó la frente y sonrió cordialmente, como si tratará de pensar quién podía ser la persona frente a él.
Minho en cambio sonrió como siempre lo hacía. Con esa sonrisa amable y respetuosa que usaba con las fans y las personas que acaba de conocer.
—Es un gusto. —Daehyun dijo, alejándole de él y saludándole cordialmente. —Park Daehyun.
Minho extendió su sonrisa y saludó con esos gestos amables que siempre le caracterizaron.
—Choi Minho. —Dijo. —Es un placer conocerte al fin, Daehyun.
Kibum miró a Minho después de sus palabras, rodando los ojos también. ¿Qué diablos le sucedía a Minho ese día?
Tal vez, pensó, era el divorcio que le sentaba bien. Tal vez era algo mal en él después de su matrimonio. Kibum no podía estar completamente seguro.
—Es bueno conocerte también. —Kibum miró a su novio y sonrió a él cuando sus ojos se encontraron. —Kibum no dice mucho sobre su tiempo juntos, como uh, grupo, o algo así. —Su novio dijo y parecía realmente incomodo por no saber mucho.
Kibum se sintió mal, como un pésimo novio y como una persona con doble personalidad. Se sentía un poco como eso. Daehyun sólo conocía una parte de él y no estaba seguro de poder dejarle conocerla la otra parte oculta.
—¿Es así?—Minho dijo. —Es sólo que a Kibum no le gusta recordar el pasado. —Sus miradas se encontraron y Kibum negó, rogando silenciosamente que Minho se callara. —Yo recuerdo a Kibum decir que debería vivir el presente y dejar el pasado atrás, o algo así. —Hubo una sonrisa por parte de Minho después de eso, y una pequeña risa de Daehyun. Pero él no podía hacerlo. No después de las palabras de Minho.
—Cariño. —Kibum susurró, sosteniendo la mano de Daehyun y atrayéndolo un poco hacia él.
—Oh, cierto. —Daehyun le miró y sonrió pidiendo disculpas. —Kibum y yo estábamos por entrar. Es el lugar favorito de Kibum.
Pero eso Minho ya lo sabía y Daehyun no tenía por qué decirle, sin embargo, no le diría eso a su novio.
—¿En verdad?—La sonrisa se borró sólo un segundo de los labios de Minho y entonces miró a Daehyun una vez más. —Siento estar arruinando su cita.
—No es así. —Daehyun negó con la cabeza, dejando escapar una risa. —Estaríamos encantados de tenerte con nosotros, ¿No es así, Kibum?
Kibum mordió su labio inferior, mientras bajaba la mirada y dejaba escapar un suspiro.
Ese día no podía volverse peor, estaba seguro.
—Estoy seguro que Minho tiene otras cosas que hacer. —Kibum dijo y fingió una sonrisa. —Minho es un hombre muy ocupado.
Minho le miró por un largo momento, con esos grandes ojos que siempre le atraparon. Kibum se perdió en él, es sus ojos que siempre amó y la manera en que le recordaba un poco al pasado.
—En realidad… —Minho murmuró, y después miró a Daehyun. —Me encantaría.
Y eso era todo. Nada podía superar ese día.
Definitivamente había sido una mala idea, Minho pensó.
Simplemente debió rechazar la oferta cortésmente y sonreír al chico, y después irse y seguir como estaba.
Minho estaba bien con sólo ver a Kibum en las noticias de espectáculo algunas veces y con sólo ver sus antiguas fotos con él que mantenía ocultas en la última gaveta de su escritorio. Él estaba bien con sólo eso.
Pero entonces Kibum tenía que llegar al mismo lugar que él y entonces verle de cerca, hablar con él y sonreírle como siempre lo hacían sus labios cada que le veían. Y todo estaba mal.
Desde su corazón latiendo a kilómetros por hora, como esa sonrisa tonta cada que le veía, y los celos que sentía al ver caer la mano de Daehyun a la cintura de Kibum.
No podía culpar al chico. Kibum era como la más perfecta persona y estaba seguro que el chico moriría de celos si viera a Kibum siendo abrazado por otros.
Minho negó con la cabeza y se obligó a concentrarse en lo que Daehyun decía. El chico hablaba y preguntaba y también parecía no saber mucho de Kibum como parte de SHINee. Minho se preguntó por qué Kibum mantenía ese como algo más que privado, no es como si nadie en el país lo conociera por ser parte del grupo.
Minho asintió a algo que no entendió y sonrió como si todo estuviera bien. Entonces su mirada encontró la de Kibum y todo era diferente. Minho sentía como si fueran ellos dos cada que sus ojos se encontraban.
Recordó muchas noches en donde él y Kibum se recostaban en la cama y sólo hablaban y hablaban de todo y nada. Recordó la manera en que la mano de Kibum se sentía perfecta contra la suya. O la manera en que Kibum se quedaban dormido.
Kibum apartó la mirada y Minho no pudo sino sonreír. Kibum parecía más maduro y más grande en un buen sentido, pero Minho aún podía ver al chico que debutó con él y parecía como una madre preocupada al principio.
Dios, qué tiempos.
Daehyun habló sobre algo del musical de Kibum y entonces se disculpó segundos después y desapareció entre la gente.
Kibum mordió su labio inferior y su mirada viajó a cada rincón en el lugar, excepto a él. Kibum estaba incómodo y lo sabía y se sintió terrible al darse cuenta que era su culpa.
—Me iré si eso es lo que quieres. —Minho siempre fue bueno en hacer lo que Kibum quería. Excepto en una cosa. Estar con él después de que las luces se apagaran.
—Es lo que quiero. —Afirmó, sus dedos jugando contra la mesa entre ellos. Minho sintió un repentino ataque de tocarle las manos y entrelazarlas con las de él y sus manos picaron con la necesidad, pero no lo hizo.
—Bien, Kibum, me iré.
—¿En verdad?
—Es lo que quieres, ¿no es así?—Kibum asintió y encontró su mirada después de un tiempo. —Entonces lo haré, porque, Kibum, siempre haré lo que quieras.
—No siempre, Minho. —Kibum murmuró y se sintió como un golpe fuerte en el rostro y también en el corazón.
Sus labios trazaron una línea recta y sintió ese cosquilleo en él que le decía que hizo algo mal. Asintió hacía Kibum y sonrió suavemente.
—Un grave error, Kibum, lo sé.
La cabeza de Kibum se alzó tan rápidamente y sus ojos se encontraron, y brillaban tan diferentes al pasado. E irónicamente trajo buenos recuerdos.
—Sólo vete, Minho. Daehyun está por regresar.
—¿Podemos hablar uno de estos días, Kibum?—Preguntó, pero sabía la respuesta. Kibum por supuesto diría que no, y él no estaba tan seguro de insistir. —Hay muchas cosas que tengo que decirte.
—No lo creo, Minho. —Kibum dejó a sus dedos pasearse por la mesa y tensó los hombros después de sus palabras.
—Han pasado más de dos años, Bum, por favor.
Kibum concentró su mirada en él una vez más y sus ojos brillaron. Tal vez por el ‘Bum’ que escapó de él. Tal vez porque como a él, las palabras le trajeron memorias guardadas muy dentro de él. Tal vez porque sólo eran ellos y nada más.
—Lo has dicho tú mismo, Minho. —El dedo índice de Kibum recorrió la mesa de un extremo a otro. —Han pasado dos años, creo que eso es un no.
Minho sonrió, porque ese era su Kibum. Era como el Kibum que las fans creían que era, frío y vanidoso, nada emocional. Kibum era así, Minho podía decirlo, Kibum lo era ante las cámaras, porque ese era ‘Key’. Pero entonces Kibum era otra cosa, porque el Kibum que no tenía maquillaje en el rostro se recostaba con él y suspiraba su nombre algunas veces.
También tenía sonrisas perfectas, dulces y atrayentes. Sus ojos sonreían cada que le miraban. Y sus labios murmuraban ‘te amo’ por las noches. Siempre.
—Kibum, por favor. —Minho pidió una vez más, atrapando los dedos de Kibum antes que se movieran.
La mirada de Kibum viajó hasta sus dedos y su mirada se quedó ahí por un largo momento.
—¿Dónde quedó el «siempre haré lo que quieras, Kibum»?—Susurró. —No creo que sea una buena idea, Minho. Recuerda… —Dijo, y dejó a sus dedos escapar de su agarre. —no me gusta recordar el pasado.
Minho sonrió, pero no lo sintió. Su corazón se oprimió y comprendió que tal vez Kibum y él, ya no tenían más que hablar. El pasado, como Kibum decía, debía quedarse de esa manera y no ser removido.
—¿Es eso un no?
Sus ojos se encontraron y unos pasos se escucharon más cerca. Minho abandonó los ojos de Kibum y miró a Daehyun acercarse a ellos.
—Es un no, Minho.