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The One And Only por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Hola~


Siento venir después de dos días, y tengo muchas explicaciones que incluyen, escuela, trabajo, libros y más trabajo. Pueden culpar a mi trabajo (?). En fin… nos leemos en las notas finales. 

Minho siempre había sido bueno en hacer lo que se esperaba de él.

 

Había estudiado y dejado atrás su idea de ser futbolista, justo como su padre quería. Se había ganado estar en el mundo del espectáculo, gracias a sus estudios. Y había tratado con todo, ser el hijo perfecto.

 

Había sido el chico maravilloso que la empresa quería. Había sido el visual perfecto. Y había seguido las reglas de la vida al casarse.

 

Sí, Choi Minho era un maldito que seguía las reglas.

 

Excepto, siempre, lo que tenía que ver con Kibum.

 

Minho había prometido tantas cosas que se habían perdidos en noches oscuras y hoteles alejados. Había amado a Kibum de una manera única y entonces lo había arruinado.

 

Minho trató de olvidar todo su amor por Kibum, mientras estuvo con Yuri. Trató más de lo que se podía imaginar, pero había fallado.

 

Su amor por Kibum le hizo hacer muchas locuras, y estaba seguro que si Yuri se hubiera enterado de algunas de ellas, su matrimonio hubiera terminado más rápido de lo que había comenzado.

 

Pero entonces, todo estaba mal de nuevo. Ver a Kibum, tenerle cerca, le hacía pensar en las locuras que había hecho con y por él.

 

Minho recordó las veces que escapaban de los hoteles y huían hacía cualquier ciudad desconocida. Recordó la manera en que se sentía libre con Kibum fuera y sin cámaras detrás de ellos.

 

Entonces ahí estaba de nuevo, recordando cada maldito momento y queriendo hacer alguna locura más con Kibum.

 

Minho era bueno en seguir las reglas, pero entonces había una excepción. Kibum era la suya, y Minho se sentía especialmente de humor ese día.

 

Jonghyun había hablado con él dos noches atrás, y había dejado escapar el secreto. Jonghyun había hablado de más después de un café helado y muchas risas más.

Kibum asistiría a la reunión de Nam Woohyun planeaba tener al final de la semana. Y a Minho le había llegado la noticia de la fiesta a través de una red de amigos que nombraba a Changmin, Kyuhyun y Sungkyu.

 

Al final, cuando Jonghyun había dejado escapar la noticia de Kibum, Minho había recibido la invitación por parte del mismo Nam Woohyun.

 

Woohyun había dicho que eran, después de todo, amigos y que le encantaría tenerle ahí, y Minho había asentido con una suave sonrisa y prometiendo hacer todo lo posible por ir.

 

Pero Minho no pensaba ir, todos los amigos de Kibum estarían ahí, y él no tenía ánimos de seguir recordando. Pero entonces Jonghyun había hablado. Kibum iría, porque Woohyun era uno de sus amigos más cercanos.

 

Minho había entonces accedido ir, sobre todo porque Kibum iría solo. Daehyun, su pareja, estaba fuera del país arreglando algo de lo cual no tenía absolutamente idea.

 

Entonces ahí estaba.

 

Choi Minho entró y su mirada recorrió cada rincón del lugar. Había personas famosas que él conocía en el lugar y otras más a quienes nunca había visto. Pero eso no importaba, él sólo quería mirar a una persona, encontrarle, sería la palabra correcta.

 

Pero no podía verle, no estaba por ningún rincón del lugar. Minho caminó y saludó algunas personas y llegó justo donde Woohyun se encontraba, con Changmin a su lado.

 

—Minho. —Changmin dijo y asintió hacía él. —Pensé que no vendrías.

 

Bueno, ese era el plan, pero él no planeaba decir eso. Asintió hacía Changmin, mientras palmeaba su espalda y se sentía un poco mejor. Como en los viejos tiempos.

 

—Pero no podía perderme esto. —Sonrió y miró a Woohyun después. —Woohyun, un placer verte después de tanto tiempo.

 

Woohyun rió y Minho le imitó. Le causaron gracia sus propias palabras, él y Woohyun era amigos, pero nunca tan cercanos como Woohyun lo era con Kibum.

 

—Kibum dijo que vendría también, ¿No te dijo?—Woohyun preguntó y él asintió, sin decir la verdad.

 

Por supuesto, Kibum nunca le diría lo que estaba o no haciendo, pero eso no tenían por qué saberlo Woohyun, ni Changmin.

 

—Sí, algo así. —Murmuró, y entonces le miró. —¿Ha llegado ya?—Preguntó y esperó no sonar impaciente.

 

Pero no podía evitarlo, porque esa noche su piel quemaba por sentir a Kibum cerca y tal vez entrelazar sus manos como la última vez.

 

Él había prometido silenciosamente dejarle hace su vida, pero entonces, las cosas habían cambiado. De un día a otro, Minho le necesitaba como en el pasado. Y sabía que estaba siendo egoísta, y un maldito y que tal vez Kibum le golpeara cuando le viera. Pero en esos momentos no le importaba.

 

—No. —Woohyun dijo, mientras movía la bebida que sostenía entre su mano. —No lo he visto llegar.

 

El asintió hacía ellos, mirando alrededor, buscándole como un loco.

 

—En realidad, ahí viene. —Changmin dijo y su mirada se dirigió a la puerta.

 

Minho apartó la mirada de ellos y entonces le vio. Kibum entró al lugar, con la mirada baja y su cabello ligeramente despeinado. Minho se perdió en su belleza, se perdió en su cabello oscuro, en sus pantalones ajustados y en la manera en que la edad sólo hacía que Kibum se mirara más hermoso.

 

A Minho se le secó la garganta y sus manos picaron por pasearse en el cabello de Kibum. Como cuando Kibum estaba bajo él con una sonrisa coqueta en su rostro y sus labios rojos y húmedos.

 

Minho quería ese momento en su de regreso. De pronto, él necesitaba esos momentos como su realidad.

 

Kibum no le vio, y Minho quería que se quedara en esos momentos así. Porque si Kibum se enteraba que él estaba en ese lugar, estaba seguro que huiría. Y Minho no necesitaba que él escapara.

 

Minho se movió cuando la mirada de Kibum dejó de estudiar el suelo y sonrió a las personas en el lugar.

 

Su corazón comenzó a tener un maratón en su interior, como cada que Kibum sonreía y sus pequeños ojos casi desaparecían. Minho humedeció sus labios, y entonces, ajeno a las voces de Changmin y Woohyun, se alejó de ellos, tratando de evitar a Kibum.

 

 

 

Kibum había hablado con todos sus conocidos, y parecía realmente feliz de estar ahí. Minho podía decir eso. Él había estado charlando y riendo. Dios, su risa.

 

Había mostrado una sonrisa que Minho no había visto en mucho tiempo, y le había visto tomarse un montón de fotografías como en el pasado.

 

Sí, Kibum parecía ser la persona del pasado.

 

Y no el Kibum que él había dejado con rastros de lágrimas en sus ojos y la mirada perdida. Minho tenía sentimientos encontrados al verle, y un poco de pánico al estar ahí.

 

¿De todas maneras, qué buscaba ahí? En realidad no estaba seguro, él sólo había tenido el impulso de verle, de tocarle de nuevo, de sentirle cerca.

 

Por eso estaba ahí, pareciendo un completo acosador, escondido en el pasillo que llevaba al departamento de Woohyun. Él había dejado la reunión, porque tantas risas y palabras le habían mareado y Minho estaba seguro que un poco de distancia le sentaría mejor.

 

Lo que no esperaba era ver a Kibum. Minho estaba ahí cerca del elevador, escondido entre las sombras del lugar, y Kibum venía hacía él, con la mirada fija en el elevador.

 

Minho no lo pensó dos veces, cuando Kibum estuvo cerca y su dedo se presionó contra el botón del elevador, Minho le tomó y le arrastró con él hacía la obscuridad.

 

—¿Qué mier…?—Las palabras de Kibum murieron y su boca se abrió de una manera adorable, cuando su mirada se estrelló en él.

 

Pero su confusión duró poco. Kibum le reconoció y entonces la molestia y el enojo llenaron sus ojos. Él no estaba feliz de verle, y Minho no podía culparle, una parte de él, le entendía. Pero entonces su parte egoísta, no.

 

—¿Minho, qué estás haciendo aquí?—Kibum preguntó y su voz se llenó de confusión y de enojo. Minho suspiró y entonces atrajo a Kibum un poco más cerca.

 

El aroma de Kibum le inundó los pulmones. Era una combinación de aire, y coco, de Kibum y ese dulce, muy, muy escondido. De pronto, tenerle así de cerca no era suficiente. Tenerle alejado de su vida, era más que una tortura.

 

Minho le miró directo a los ojos, reconociendo el suave y casi perdido brillo en los ojos de Kibum cada que le miraban. Sintió nostalgia y el miedo invadir su cuerpo, y tal y como llegaron, el peso de sus acciones cayó sobre él de una manera única.

 

—No lo sé. —Reconoció. — En verdad no lo sé, Bum. —Confirmó una vez más. —No pensaba  venir, Woohyun y yo no somos tan cercanos, y no encontraba la razón para venir aquí. —Susurró, porque de pronto hacerlo se sentía mejor. —Entonces me entere que estarías aquí, y simplemente quise verte.

 

Los ojos de Kibum viajaron desde sus ojos hasta sus labios y Minho se preguntó si a Kibum le sucedía lo mismo cada que estaban cerca. Se preguntó si las ganas de besarle duramente atravesaban su cuerpo, o sí tenerle de esa manera hacía que su cuerpo quisiera moldearse al contrario para siempre.

 

—¿Y qué con eso?—Kibum parpadeó y su mirada cayó en sus ojos de nuevo. —Deberías dejar de hacer cosas estúpidas, Minho, ¿qué si yo no quiero verte?

 

Ahí estaba el pasado de nuevo, Minho pensó. Les recordó antes de iniciar una relación. La manera en que se buscaban, la forma en sus ojos brillaban y las chispas parecían vibrar cada que se miraban. Recordó la manera en que antes se encontraban tan cerca, que sus respiraciones chocaban y como ninguno se atrevía a dar el primer paso.

 

Sonrió sin querer burlarse de Kibum. Sonrió porque siempre lo hacía cuando Kibum le atacaba, porque le sentía cerca y porque algo hizo chispas en él.

—Tú lo has dicho, siempre hago cosas estúpidas. —Murmuró y se acercó a él. Kibum dio un paso hacia atrás y su espalda chocó contra la pared, Minho bajo la mirada y sonrió. —Y Dios, Kibum, no debiste ayudarme ese día. Todo es tu culpa. Debiste dejarme ahí, debiste pasar y no verme, porque eso me tiene mal. —Dijo y Kibum bajó la mirada. —Me has hecho pensar tantas cosas después de eso, Kibum, tantas cosas que quiero hacer.

 

Kibum se sonrojó suavemente, delicadamente. Minho suspiró y pasó una mano por su cabello.

 

Imágenes atacándole de lo que podría y no hacer con Kibum. Cosas que podría hacerle a Kibum. Era demasiado egoísta, pero entonces besos, caricias, susurros, manos entrelazadas, sonrisas, y miradas de ellos le atacaron más fuerte, más rápido, más tentador.

 

Minho negó con la cabeza, mientras se pregunta qué se sentiría besarle de nuevo. Justo ahí, justo en ese momento, como lo hacía en los elevadores que le llevaban al hotel, como lo hacía en los pasillos oscuros y en la habitación que compartían algunas veces con la oscuridad de fondo.

 

—Basta, Minho. —Kibum murmuró tan bajo que casi no le escucha. Pero lo hizo, y no le creyó.

 

Las mejillas de Kibum estaban rojas y su mirada había bajado como cuando estaba avergonzado y mentía, y con eso Minho cometió el peor y el más placentero impulso que había tenido.

 

Sus manos se posaron contra el mentón de Kibum y entonces suavemente le obligó a mirarle. Minho sonrió y no lo pensó, estrelló sus labios contra los de Kibum y no le importó más nada.

 

Los labios, los besos de Kibum, eran como miel, como dulce, como Kibum, como el paraíso. Minho abrazó los labios de Kibum y murmuró su nombre antes de besarle una y otra vez. Suave primero, lento después, desesperado y duro al final.

 

Su mano encontró la cintura pequeña de Kibum, y sus dedos se abrieron como abanico contra su ropa. Y era magnifico, y todo lo que podía pedir en ese momento.

 

Pero entonces había algo que no estaba bien. Kibum no le estaba besando de vuelta y sus manos no le buscaban. Kibum no quería y él no pensaba obligarle.

 

Minho dejó caer sus manos y cuando estaba a punto de dejar su boca, Kibum abrió los labios y su mano subió suavemente hacía su pecho.

 

Y entonces nada más importó.

 

 

Notas finales:

 

En verdad espero actualizar el viernes, y no tener problemas.

¡Nos leemos pronto! 


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