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The One And Only por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Esta vez fue un día después, y creo que cambiaré las actualizaciones para los sábados, se me hace menos complicado.


Sábado de actualización~

Minho lo estaba besando.

 

Kibum sintió su corazón latir de esa forma que había creído olvidada. Kibum reconoció de nuevo esos besos, esos labios, esa forma en que Minho le tomaba con un simple beso y hacía que su cuerpo temblara y se salpicara con corrientes eléctricas.

 

Y era maravilloso y delicioso.

 

Pero no estaba bien.

 

Por supuesto no eran ellos escondidos en la habitación que compartían, ni era temprano por la mañana, ni tenían que salir a algún programa musical a presentar su último trabajo. Tampoco eran ellos en los pasillos oscuros de algún lugar, escondiéndose y sintiendo la adrenalina correr en ellos.

 

Por supuesto, era un pasillo oscuro y cualquiera podía verles, pero esa vez eran Minho y Kibum, dos personas que alguna vez estuvieron juntos, pero que ahora no. Y estaba mal en muchas razones diferentes, pero sobre todo porque él tenía una pareja.

 

Cuando la realidad cayó sobre él, haciéndole despertar del sueño en que Minho podía ponerle, Kibum empujó a Minho de él suavemente, separando sus labios.

 

Minho parpadeó y le miró confundido. Sus labios estaban húmedos y rojos y su cabello parecía una masa café desordenada adorablemente. Y sus ojos brillaban como en el pasado.

 

Y Dios, él no debía pensar en eso, porque Minho y él no eran nada y nunca volverían a serlo. Kibum negó con la cabeza, dejando que un suspiro escapara de sus labios.

 

—Basta, Minho. —Él susurró, porque se sentía incapaz de hablar más fuerte. Tenía la garganta seca y los nervios demasiado alterados.

 

—Kibum, yo…

 

Las palabras de Minho murieron cuando él le miró enarcando una ceja. Kibum no quería explicaciones, ni disculpas, ni nada que saliera de los labios de Minho. Él sólo quería que Minho se alejara de él y no le siguiera mirando a los labios, mostrando sus deseos.

 

—No. —Kibum dijo, esta vez un poco más fuerte. —No quiero escuchar un ‘Kibum, yo’ o una disculpa, Minho, es más no quiero escuchar más.

 

Minho parpadeó de nuevo, y entonces frunció el ceño, alejándose sólo un poco de él.

 

—No me disculparé por besarte. —Minho dijo y a Kibum le molestaron sus palabras. —Porque quería hacerlo, necesitaba hacerlo.

 

Minho sonó tan sincero, y sin embargo, sus palabras no eran consuelo. Kibum no necesitaba que Minho dijera tales verdades, no necesitaba que dijera necesitaba sus besos, ni que los quería. Porque él lo hacía también, pero eso no era lo correcto. No en esos momentos, no luego, y Kibum quería que se quedara de esa manera.

 

—Pero no puedes. —Kibum dijo, y su mirada dio contra la de Minho, directo a los ojos. Kibum quería que le mirara y entonces viera lo que él necesitaba. Que no le besara, que no le buscara. —No debes. Así que, por favor, no lo hagas de nuevo.

 

El dolor cruzó por los ojos de Minho un momento, y entonces una mirada triste bañó sus ojos. Él no necesitaba la tristeza en los grandes ojos de Minho, porque siempre era malo para su juicio. Minho podía rogar con esos grandes ojos, justo como en el pasado, pero ahora no era lo mismo. No lo sería.

 

—Kibum…

 

Pero de nuevo, sus palabras murieron, cuando Kibum alzó sus manos, deteniéndole. Era suficiente con los ‘Kibum’ con voz suave y llena de dolor.

 

—No, no lo hagas. —Pidió, caminando hacia la derecha y huyendo un poco más de él. —No puedes hacerlo más, tengo pareja, y lo amo, Minho. —Dijo. —Tú causaste todo esto. —Murmuró lo último y entonces bajó la mirada, porque ahora el dolor estaba en él.

 

Minho era el único culpable, él no lo era. Fue Minho el que decidió hacer lo correcto ante la sociedad. Fue Minho el que se casó con una mujer, a pesar de haberle jurado amor. Fue Minho el que le dejó con lágrimas en los ojos y el corazón roto.

 

No él.

 

No, porque él siempre estuvo dispuesto a decirle al mundo quién era. Él no lo estaba ocultando, porque no tenía por qué hacerlo. Él había estado dispuesto a sujetarle de las manos y enfrentar el mundo juntos.

 

Todo eso y más. Pero Minho tenía otras ideas, que implicaban vestidos blancos, sonrisas falsas, y una vida creada para la sociedad.

 

—Sé que es mi culpa. —Reconoció, mientras trataba de tomarle de las manos. Kibum negó, mientras retrocedía unos pasos más y alejaba sus manos de él. —Lo sé, y estoy arrepentido, Bum, demasiado.

 

Kibum negó con la cabeza, tratando de alejar las palabras de Minho lo más rápido de su mente. Le torturaban de una forma inimaginable y le hacían pensar en cosas que no eran correctas.

 

Minho podía estar arrepentido y su corazón podía estar latiendo a kilómetros por hora gracias a sus palabras. Pero él tenía una pareja y las palabras de Minho no iban a arreglar sus miles de problemas.

 

—Pero ahora no me sirve tu arrepentimiento.

 

Minho le miró, pero Kibum no se sentía capaz de sostenerle la mirada. Era demasiado para su corazón, demasiado para soportarlo. Porque él había dejado atrás esos días en donde un par de grades ojos le hacían hacer locuras, o al menos eso le gustaba creer.

 

—Pero, Kibum, quiero decirte tantas cosas y disculparme por otras. —Su voz sonó desesperada, sus manos trataron de tomarle, pero Kibum no le dejó. —Sé cuánto daño te hice, me lo hice también y sé que soy el único culpable, y quiero arreglar esto. Quiero que estemos bien.

 

Sus palabras le hicieron dudar un momento, porque su amor, aun no muerto, por Minho, siempre le hacía reconsiderar cosas que no debía reconsiderar.

 

—Pero, Minho, eso no es lo que yo quiero. —Mintió, porque era más fácil que decirle que, aún a pesar de los años, podía acelerar su corazón y quererle en su vida como en los viejos tiempos.

 

Kibum le sonrió por lo que esperaba fuera la última vez, y entonces se alejó con pasos rápidos al elevador.

 

Y cuando las puertas se abrieron y miró a Minho una última vez, sintió que dejaba una parte de su corazón ahí. Y que tal vez se arrepentía de haberlo hecho.

 

 

 

—Tal vez deberíamos salir esta noche. —Daehyun dijo. —¿Qué te parece, Kibum?

 

Kibum miró hacía su novio sentado en el otro extremo del sofá. La luz de la televisión hacía que el cabello de Daehyun brillara y su sonrisa se mostrara aún más suave.

 

Kibum se sintió mareado, mirándolo a lo lejos. Ahí estaba su novio, mirándose adorable, y con una gran sonrisa en su rostro, y entonces después de verle, los recuerdos de su beso con Minho le atacaban.

 

—No estoy de humor, Daehyun. —Murmuró y entonces evitó la mirada de su novio.

 

Le había estado alejando en los últimos días, había rechazado todas sus invitaciones y ni siquiera se sentía capaz de mirarle a los ojos. Se sentía sucio, y más y era todo por culpa de Minho y sus besos.

 

Kibum quería olvidarle, por un momento quiso olvidar por completo la existencia de Minho, pero eso era completamente imposible. Porque Minho, para bien o para mal, Kibum no podía estar seguro, siempre estaría presente en sus recuerdos.

 

Pero hacerlo, tenerle presente, traía problemas a su vida. Y Kibum estaba harto de eso, de tener que lidiar con ellos, y de siempre pensar en lo que podía o no pasar. Después de las últimas palabras de Minho, Kibum había estado distraído, pensando en lo que Minho y él pudieron haber pasado de estar juntos.

 

Se regañaba cada que pensaba en ello, él claramente le había dicho a Minho que se mantuviera alejado, y no tenía que estar pensando en un futuro que nunca seria.

 

—¿Qué sucede, Kibum?—Escuchó la voz de Daehyun, lejana y sin sentido y entonces se dio cuenta que se había perdido una vez más en sus pensamientos. —Has estado extraño estos días.

Él estaba más que extraño esos días, pero eso Daehyun no tenía por qué saberlo. Él estaba distraído y se sentía culpable y demasiado sucio para siquiera querer que Daehyun le tocara.

 

—Nada—Murmuró, y miró hacía sus manos, rogando silenciosamente que Daehyun olvidara el tema.

 

Pero eso no sucedió. Daehyun acortó el espacio que les separaba y lo sentía tan cerca que sus brazos se tocaban y la respiración de Daehyun chocaba contra su mejilla. Pero no era agradable como en los últimos días, Kibum se tensó y creía que Daehyun podía darse cuenta de eso fácilmente.

 

—Yo no creo que no sea nada, Kibum. —Daehyun dijo, mientras tomaba sus manos entre las suyas y las sostenía. Kibum trató de resistir, pero entonces el impulso de separarse de él se hizo más fuerte y alejó sus manos de las de Daehyun. —Has estado rechazando mis invitaciones y no has dejado que te bese a no ser que sea en la mejilla.

 

Kibum tragó y negó con la cabeza suavemente. Daehyun tenía razón, él no le había permitido ni que le besara rápidamente. Siempre llegaba a él los recuerdos de su último beso con Minho, y siempre el impulso de tocarse los labios suavemente y recordarle aún más se hacía presente.

 

Y él necesitaba no hacerlo, porque pensarle sólo le hacía mal, y hacía su vida complicada, y Kibum había dejado su vida en los medios, justo para eso, para que su vida sea menos complicada. Y Choi Minho no tenía derecho a arruinarle de esa manera.

 

—Pero no es nada, Daehyun. —Kibum trató de sonreír a Daehyun, pero éste frunció el ceño mientras le veía.

 

—Has estado extraño, Kibum. —Él dijo. —Diferente.

 

Por supuesto él sabía que había estado extraño y diferente, pero simplemente no podía hablar y decirle a Daehyun todo lo que pasaba por su mente. Sería demasiado terrible.

 

—No sé de qué hablas.

 

Kibum esperaba que con eso las preguntas murieran, pero eso no sucedió. Daehyun era terco, él siempre buscaba respuestas, le gustaba llegar al fondo de las cosas, sobre todo si se trataba de él y su relación.

 

Y aunque a Kibum le gustaba esa parte de él, en esos momentos no lo necesitaba. Si Daehyun seguía preguntando, indagando, él explotaría.

 

Explotaría, y entonces las palabras que podían arruinar todo, saldrían de él y todo estaría mal en todas las maneras posibles.

 

—Por favor, te conozco, y sé que algo está mal. —Su mano, trató de atrapar una vez más las suyas, pero Kibum no lo permitió. —Dios, puedo verlo en ti, algo está pasando. ¿Qué es, Bum?

 

—Por favor, no me llames así.

 

Era demasiado, y no podía creer que aún si Daehyun estaba hablando, él estuviera pensando en Choi Minho. Pero esta vez culparía a su novio, Minho era el único que aún le decía ‘Bum’ y Daehyun… él simplemente, no podía hacerlo, sin remover cosas en él.

 

—Entonces, dime qué es lo que está sucediendo. —Daehyun casi rogó con sus palabras y Kibum negó con la cabeza, cada vez sintiéndose peor.

 

Él no podía decir, no podía decir las palabras que estaban picando contra sus labios, rogando ser dichas.

 

—Kibum…

 

Eso bastó para que Kibum perdiera la cabeza. La voz suave de Daehyun bañada con dolor, sus ojos suplicantes y su cuerpo cerca, tan cerca, que podía sentir el calor emanar de él.

 

Sus ojos brillaban, mientras se incorporaba y se alejaba lo más rápido que podía de él.

 

—Besé a Choi Minho.

 

Y eso era todo. Las palabras al fin habían escapado de sus labios y un ligero peso se había esfumado de sus hombros.

 

—¿Qué?

 

Los ojos de Daehyun brillaron y Kibum no estaba seguro por qué. ¿Era por el dolor, por la tristeza, por la ira? Él no podía estar seguro, pero tampoco quería saberlo.

 

—Daehyun, lo siento, yo…

 

—¡Basta!

 

Kibum abrió los ojos cuando la voz de Daehyun sonó más fuerte en su departamento. Se alejó un poco más de él y entonces le miró a los ojos. El dolor estaba bañando los ojos de Daehyun y no trataba de ocultarlo. Kibum sintió como si alguien le golpeara.

 

—Déjame explicarte.

 

Kibum intentó, pero eso no sucedió. Daehyun le ignoró, mientras caminaba hacía la puerta y después se marchaba sin mirar atrás y dejando el sonido de la puerta al cerrarse.

 

 

Notas finales:

 


Un capítulo más a esta historia.


¡Nos leemos el sábado! 


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