Primer encuentro
Dieciséis, tenia dieciséis años cuando lo vio por primera vez, ahora lo recordaba con claridad, aunque en su momento no le dio importancia al asunto.
– ¡Novack! – escucho el grito de alguno de los estudiantes de esa molesta escuela, al no ser aludido no se inmuto, pero alcanzo a distinguir al joven de revueltos cabellos negros e intensos ojos azules que volteo a ver al que le había llamado, esbozo una sonrisa algo forzada, él lo sabia, era experto en gestos forzados y disimulados. Giro el rostro hacia la rubia que le acompañaba, siguió caminando.
Estuvieron algunas semanas en esa escuela, a Sammy le gustaba, él estaba aburrido, esa chica que creía que podía ver a través de su fachada, le molestaba su impertinencia, ¡él era un héroe! Iba caminando por los pasillos, en su pose ruda, ese niño que se había metido con Sammy la pagaría, no prestaba demasiada atención a su alrededor como de costumbre, alguien apareció de improvisto en su campo de visión, desde su izquierda a una velocidad vertiginosa y se estampo de lleno contra su cuerpo, era un estudiante, levanto la mirada horrorizado y Dean pudo ver sus ojos azules, intensos y llenos de miedo, observándolo como si fuera peligroso, lo detuvo durante el impacto para evitar que callera al suelo, el trato de soltarse par seguir corriendo, entonces lo noto, un moretón se vislumbraba entre su cuello y su hombro, parecía enorme, y había otro mas en su brazo derecho ¿quién le había hecho eso? Miro ha espaldas del chico y vio a los agresores aparecer al final del pasillo – ¡detenlo Winchester, es nuestro! – sujeto al chico que se revolvía furiosamente por liberarse y huir. – ¡suéltame! Yo no te hecho nada – susurro presa del pánico, – ¡ah! ¿y a ellos, les has hecho algo? – pregunto cerca de su oído en un tono confidencial. – tampoco, déjame ir… por favor – pero no lo soltó.
Cuando llegaron los matones Dean sostuvo al pelinegro contra su cuerpo de forma protectora y pregunto – ¿qué es lo que buscan con él? – los tipos lo miraron extrañados y furiosos – no es asunto tuyo Winchester, entrégalo y no tendrás problemas – esto hizo reír al rubio, ¿problemas? Él era el problema que ellos iban a tener. – no se me da la gana – cuando trataron de arremeter en su contra Dean giro con el ojiazul un en brazos para colocarlo detrás suyo, en rápidos movimientos logro deshacerse de dos de los cuatro tipos, después arremetió contra los otros dos, quienes asustados ante la fuerza y habilidad de lucha del rubio salieron corriendo, Novack que mantenía los ojos fuertemente cerrados sintió las manos del rubio sobre sus hombros – hey! ya se han ido, tranquilo – el chico abrió los ojos y miro sorprendido a su héroe ocasional, estaba confundido.
Dean observo los ojos azules del chico, había algo en ellos, algo irracional, fuerte e hipnótico. Novack le devolvió la mirada, había algo en esos ojos verdes que lo golpeo como si de una obviedad enorme se tratara – eres tu… ¿quién… eres? – logro articular, en un susurro tan suave y profundo – soy Dean Winchester, ¿como te llamas? – el pelinegro parpadeo y se alejo con suavidad del joven mirando a su alrededor, estando tan cerca había olvidado donde estaban – Jimmy Novack – logro responderle, después el rubio sonrió y se alejo caminado por el pasillo; él no recordaría lo que había pasado en ese pasillo, para Jimmy seria una vaga memoria de cómo logro no ser golpeado hasta la muerte por esos matones, para un ser omnipotente que observaba seria una curiosa jugada al destino, para el destino, una forma de hacerlo enojar…