Sabía que era la primera vez luego de dos semanas en que Sousuke volvía a morderle. Se había enterado de la condición de aquél luego de volver de Australia, pero aunque al principio la noticia le había espantado (porque se había encontrado al azabache al borde de la locura por luchar contra le necesidad de sangre), no había podido dejar a su mejor amigo lidiando solo con aquello...aunque luego de un tiempo las cosas habían terminado por enredarse aún más, luego de que Rin fuera mordido por primera vez.
Exhaló profundamente, apretando los dientes.
Los gemidos aún así escaparon como un ronco sonido contenido en su garganta.
La mordida siempre le causaba algo de dolor al principio, pero en cuanto lograba acostumbrarse a la sensación sobre su cuello, el dolor era reemplazado por una increíble sensación placentera.
"Tienes que relajarte, Rin." De alguna extraña manera, podía sentir la voz de Sousuke en su cabeza mientras los labios de aquél estaban ocupados presionándose contra su piel.
"Como si fuera tan...sencillo." No podía no quejarse al respecto, pero dejo de refunfuñar en el segundo en que los dedos del más alto se hicieron lugar sobre su entrada.
Sousuke no tenía piedad con él, incluso cuando sabía que el solo hecho de estarle mordiendo ya hacía que su cuerpo se encendiera y calentara. Era un idiota y Rin quería que dejara de jugar, que por una vez se evitara el torturarle con los dedos, pero sabía que aquello no pasaría porque el azabache incluso entonces procuraba no lastimarle.
Los pies de Rin temblaron sobre la cama al sentir uno de los humedecidos dedos ajenos abriéndose paso en su interior.
"A-Ah." Le hubiera gustado detener aquél sonido, pero se ahorraría de alguna forma el que Sousuke le dijera que quería escuchar. Y si bien su atención pasaba de la mordida hacia la falange hundiéndose en él, claro que podía sentir aun como su cuerpo pedía por más, fuera por la ponzoña o porque odiaba ser preparado como si no hubiera hecho eso antes.
"S-Sousuke." Siseó el nombre del contrario, pero no obtuvo ninguna respuesta de parte de aquél. "Eso es...suficiente." No, claro que no sería suficiente. Entre aquél dedo y el sexo del contrario, no había comparación alguna, pero antes de que aquél se decidiera a retroceder sobre su cuello, quería sentirle hundirse en su interior.
"No lo es. Voy a lastimarte si lo hago sin más." Otra vez la voz sonó en su cabeza con el mismo tono sereno de siempre. En verdad, no podía comprender cómo aquél mantenía la calma en ese tipo de momentos.
Pero entonces el azabache hundió un poco más el dedo medio en el interior ajeno, golpeando directamente contra la próstata, provocando un jadeo al que le siguió otro en cuanto volvió a atacar sobre ese mismo punto.
A Sousuke le gustaba oír a Rin quejarse, pero más que eso, le gustaba escuchar y sentir como se movía bajo su cuerpo cuando el placer le invadía.