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¿Morir por Amor?, No Suena Mal por ZuminoeRiriko

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Notas del capitulo:

Yope!

Lamento tardar XD

Pero bueno, debido a que (aprecio mi vida y no quiero que Cristal me mate) LOS QUIERO MUCHO

Subire el proximo capitulo n.n

(jeje, haber como le hace ahora, ya cambie las cerraduras de mi casa y blinde las ventanas, muajajaja)

/// POV de Naruto ///

Como se ha hecho rutina, me encuentro mirando por la ventana el amanecer…

Las hojas de los árboles se mecían dulcemente, aun a la sombra de la madrugada. Las aves que se encontraban en sus ramas comenzaban con su día, emprendiendo el vuelo para buscar un poco de comida para sus pequeñas crías.

Los demás animales hacían lo mismo… unos lindos conejos, unas ardillas, zorros y otros animales más imitaban a aquellas lindas aves. Con la diferencia de que ellos no buscaban comida para sus crías, sino, para ellos. Ya nos encontrábamos en diciembre, el frío comenzaba a calar los huesos y el tiempo de hibernación de ellos estaba a un paso, por ello buscaban comida, dattebayo.

Las plantas y flores más pequeñas también resentían el próximo cambio de clima. Unas se marchitaban y las flores se secaban… todo para volver a nacer en un nuevo año…

-Sería genial si yo pudiera hacer lo mismo, dattebayo…- me susurre con una ligera mueca de resignación en mis labios, mientras observaba al sol asomarse por las colinas.

He empezado con esta costumbre desde hace tres años, cuando… mi cuerpo empezó a deteriorarse.

Me sorprende que Konohamaru y Sai no se hayan dado cuenta del cambio en mi cuerpo. Pero supongo que es normal, ninguno de los dos son sensibles al chakra como lo era Kakashi-sensei, Ero-senin y… Sasuke-teme…

Siendo ese el caso, es imposible que noten como el chakra de Kurama afecta mi cuerpo y lo va desgastando como una pasta de jabón… la cual, se acabara en algún momento, dattebayo.

No debí de hacerlo… en verdad no debía de haber hecho lo que hice… Kurama… él… me lo advirtió, dattebayo.

/// Flash Back ///

Se escuchaban explosiones, el chocar de varias armas, junto a gritos de ira, desgarradores y adoloridos, los cuales… se extinguían de una forma efímera en ese alejado campo de batalla.

Un lugar en el que cualquier ninja o bandolero más duro, no habría querido estar.

A excepción de cierto rubio de ojos azules con marquitas en las mejillas. El cual vestía con su característico traje anaranjado y era envuelto por un aura amarilla en todo su ser.

Corría a toda prisa, como si su vida dependiera de ello, e… irónicamente, así era…

Desde hace rato, podían sentir que el chakra de la única persona que le había hecho sentir ese peculiar cosquilleo en el estómago, bajaba…

El chakra del amor de su vida, no…

El chakra de SU vida, se estaba debilitando. Hasta el punto que sin el chakra de su buen amigo zorro, no podría sentirlo.

Eso iba mal… pintaba muy mal para el pequeño kitsune, quien corría y saltaba obstáculos a una gran velocidad, tratando de llegar lo antes posible hasta su gran amor…

Uchiha Sasuke.

(-Oye mocoso, deja de gastar mi chakra de esa manera, o cuando quieras pelear no aguantaras nada)- escuchaba el kitsune que le decía su fiel amigo.

-¡Pero si no me apresuro no llegare a tiempo con Sasuke-teme, también podrían herir a Sakura-chan o a los demás!- exclamaba muy angustiado, al momento que saltaba de árbol tras árbol.

(-Tú novia se sabe cuidar, solo cálmate)- le respondía ya hastiado el zorro rojo, quien en la mente del rubio, solo negaba con la cabeza y se cruzaba de brazos.

Como Kurama no estaba en forma física, Naruto no podía verlo con sus ojos. Pero dado que este estaba en su mente, sabía a la perfección que ademanes desaprobatorios y molestos, que estaba haciendo.

-¡Deja de ponerte tan pesado! y... Sasuke-teme no es mi novia...- dijo ligeramente sonrojado- ...al menos no por ahora, dattebayo...- susurro completamente avergonzado. Olvidando el hecho de que Kurama estaba en su mente y sabía a la perfección lo que pasaba por su mente.

(-¡Tsk!- chasqueo este la lengua molesto- Oye mocoso...) -susurraba con un tono desganado.

-¿Qué pasa Kura-chan?, dattebayo- respondía el otro, mientras escalaba una gran roca, la cual, sería difícil de rodear.

(-¿Kura-chan?, ¿Acaso buscas que te mate mocoso?) -decía el otro con un tono molesto, provocando una ligera risa divertida en el rubio.

-Venga, se escucha lindo, dattebayo- argumentaba el rubio con una tierna risa.

(-Yo soy un demonio, ¿Cómo un demonio puede ser lindo?, mocoso idiota)- le regañaba el otro con una vena palpitante en su frente.

-Si, si… ya… ¿Qué pasa?, dattebayo- preguntaba el kitsune dándole el avión.

Cosa de lo que el Zorro mayor se dio cuenta, más no dijo nada al respecto y simplemente se recostó en el suelo mojado de la mente de su portador.

-¿Kurama?, ¿ttebayo?- pregunto el rubio al ver que el otro se había quedado en silencio.

(-¿Te preocupa Sasuke?)- pregunto al fin el Zorro.

Ante la pregunta, Naruto iba a responderle con un argumento tonto o sarcástico, pero el tono en el que se lo dijo, tan… triste y solitario… le impidió hacer una de sus tonterías habituales.

Así que decidió contestar con toda sinceridad.

-Por supuesto, yo lo amo, dattebayo.

(-¿Te preocupa la petarda de pelo rosa?)- pregunto de nuevo.

El rubio estaba por regañarlo por el insulto tan feo con el que había llamado a su amiga, pero opto por no hacerlo y seguir con el interrogatorio de su compañero de toda la vida.

-Claro que si, Sakura-chan es una importante amiga, dattebayo- respondió serio.

(-¿Y los ninjas de Kohona?, ¿Los de toda la alianza ninja?, ¿Ellos te preocupan?)- al final el Kitsune detuvo su andar, sobre la rama de un árbol. Cerró los ojos por unos momentos y se concentró para estar dentro de su propia mente.

Una vez dentro, el rubio busco a su amigo, más no lo vio por ningún lado. Solo veía las características paredes de metal, que se veían ligeramente doradas, el suelo lleno de agua y la reja en la que antes se encontraba su amigo, pero que ahora se encontraba vacía.

-¿Kurama?, ¿Dónde estás?, dattebayo- pregunto al verse completamente solo.

(-Responde mi pregunta mocoso, todas las personas que se encuentran en ese campo de batalla, ¿Son importantes para ti?)- el rubio miro a todos lados, tratando de localizar el lugar de donde provenía la voz. Pero al ver que eso era completamente inútil, opto por volver al mundo real y seguir con su recorrido.

-Lo son, dattebayo- afirmo muy seguro, al momento que abría los ojos y saltaba rama por rama, a una gran velocidad.

(-¿Por qué?)- pregunto de nuevo el demonio, desencajando más al adolescente con sus preguntas.

-“¿Por qué?”, dices… es obvio- decía mostrando una reluciente sonrisa- porque todos somos amigos, dattebayo.

(-Ellos no son tus amigos)

-Tal vez por ahora no, pero pronto todos lo seremos. Cuando me convierta en Hokage yo…

(-Tú no serás Hokage mocoso, deja de soñar)- interrumpió el demonio, ocasionando que el menor se molestara.

-¡Tsk!, ¡No me subestimes!, ¡Yo…!- gritaba el rubio molesto, pero de nueva cuenta se vio interrumpido.

(-No lo malentiendas mocoso, tienes potencial para ser Hokage, al final, eres hijo de tu padre y tu madre era también una de las mejores ninjas-el kitsune sonreía al escuchar a su amigo hablar así de sus padres y de él- pero… tú no podrás ser Hokage)- la sonrisa se le borro al escuchar lo último.

-¿A qué te refieres con eso?, dattebayo- pregunto más intrigado que enojado, ante la negativa de su sueño infantil.

(-Porque esos humanos que tanto quieres proteger no te lo permitirán. Ese Uchiha Sasuke que tanto juras amar, te abandonara o traicionara por la espalda. La plasta rosada no es más que una puta que se vende barata, que solo te utiliza a ti y a tu amistad para que le traigas al Uchiha. Esa alianza ninja solo te ve como una herramienta, al igual que tu propia aldea. Por favor Naruto… entiéndelo… esos humanos que tanto proteges, algún día te traicionaran. Ahora te demostraran su apoyo y amor, pero cuando ya no seas necesario, te mostraran su verdadero ser, y cuando eso ocurra, entenderás los sin límites, de la hipocresía humana, y la razón de mi odio, hacia cada uno de ellos. Te digo todo esto porque me preocupas, te conozco desde que eras un crío y… debo admitir… que he llegado a quererte como si fueras mi propio cachorro).

Naruto sentía que sus ojos se humedecían por las palabras del demonio de nueve colas… él sabía que había llegado a tocar el corazón del zorro mayor, pero nunca imagino que hasta cierto punto tuviera su aprecio.

-Tranquilo Kurama, ellos son mis amigos lo sé y creó firmemente que lo seremos por siempre, al igual, que creó en que ellos no me traicionaran, por ello, confía en mí, ¿de acuerdo?, te demostrare que si hay seres humanos que no solo saben odiar y hacer mal, dattebayo- decía el menor con un tono dulce y cariñoso, tratando de animar a su amigo animal con sus palabras… pero fue todo lo contrario.

El rubio no lo sabía, pero Kurama se encontraba soltando un par de lágrimas silenciosas… lamentando por el futuro que le esperaba a su auto-proclamado hijo.

(-Si eso es lo que has elegido mocoso… solo no vengas llorando conmigo si todo resulta mal)- contesto con un tono brusco y altanero, tratando de ocultar el dolor que sentía en su corazón en ese momento.

-Jeje, ¡No te preocupes, no pasara nada de eso!, dattebayo- respondía el otro feliz, ignorante al dolor que embargaba a la gran criatura en su interior.

Luego de avanzar unos metros más, el pequeño rubio podía divisar el campo de batalla y con las piernas a mil, se dirigió a ese lugar, con el doble de velocidad que antes.

(-Mocoso… antes de que llegues a armar escandalo como solo tú sabes, debes saber una cosa, así que detente)- al escuchar aquello el rubio dudo.

Podía sentir el chakra de Sasuke más débil que antes y su situación podría llegar a tornarse mortal si no llegaba cuanto antes, pero el tono serio con el que hablaba el Kyuubi le daba entender que quería hablar de algo serio.


Así que… algo recuente al principio, detuvo su andar sobre una gran roca.

-¿Qué pasa Kurama?, dattebayo- preguntó un tanto ansioso.

(-Escúchame, hace un rato hice conexión con Hachibi… me ha informado de la situación, y debes saber, que esto está a un nivel que tú no puedes controlar. La alianza se ha disuelto y hay varios revividos por el edo-tensei, entre ellos… tus padres. Sin mencionar que el Tsukiyomi infinito está casi completado y un tipo llamado Obito, se ha convertido en el segundo Sabio de los Seis Caminos…)

-¡¿Qué?!, ¡¿Pero… Cómo es que todo se tornó así?!, ¡dattebayo!- gritaba un muy preocupado Kitsune.

Estando las cosas tal como se las había relatado su amigo, era imposible que ganaran la guerra.

(-Mocoso… no hay forma de que puedas ganar esto con tu típico entusiasmo o palabras bonitas, por eso… te ofrezco algo)- comento seriamente, logrando que con eso, el rubio recobrara la compostura.

-¿Y qué sería eso?, dattebayo- preguntó en el mismo tono.

(-Que nos fusionemos)

-¿Fusionarnos?, ¿cómo?, dattebayo- se encontraba completamente confundido.

(-Es simple, Rikodou uso un jutsu para separar a todos los Bijuu, por lo cual, también hay un jutsu para unirnos. Es posible que use ese jutsu contigo, solo si los dos estamos de acuerdo. Si lo hacemos, ganarías varias habilidades, no estarías limitado a una sola naturaleza, sino a varias, tus sentidos… como la vista, oído, olfato, gusto, tacto y tu nivel de recuperación estarán a un nuevo nivel, y mientras nos fusionamos, tratare de pasarte un poco de mis memorias, para que aprendas varios jutsus, entre los principales, unos de sellado. Bee y Hachibi harán lo mismo que nosotros si estás de acuerdo. Con ese rapero de quinta, al menos tendrías un poco apoyo)- explico el mayor.

-Ya veo… si hiciéramos eso… entonces… ¿Tú ya no estarías en mi interior?, ¿ttebayo?- pregunto el menor un tanto dudoso.

(-Físicamente… no, es probable que solo se quede mi mente o nada de ella)- respondió con tranquilidad.

Con tanta tranquilidad, que le habría dado serenidad y animo al rubio, de no ser porque el Zorro Mayor había dicho: “Es probable que solo se quede mi mente o nada de ella”.

-¿A qué te refieres con que probablemente no quede nada de tu mente?, ¿ttebayo?- preguntó con tono preocupado y tembloroso el menor, al imaginarse lo peor.

(-Me refiero exactamente a eso. Al no tener un cuerpo en el que mi mente y recuerdos puedan estar, mi mente estará libre y flotante, me convertiría el “Nada”, y la nada no puede tener recuerdos o sentimientos, ya que es “nada”)- explico con el mismo tono de antes.

Pero ese tono de voz y palabras tranquilas, Naruto no se las creía ni aunque se las regalaran con una comisión eterna de ramen.

-¿Eso quiere decir que morirás?, ttebayo…- pregunto más preocupado que antes.

(-No como tal, pero se podría decir que si. Mi ser estará vagabundo dentro de ti, así que… si acumulas chakra en tu interior, es posible que vuelva a regenerarme)

-¿Y cuanta es la probabilidad de que vuelvas a ser tú?, digo… con cuerpo y mente, dattebayo…- preguntaba de nuevo con tono angustiado, la sola idea de perder a esa bola de pelos naranja, que recién había descubierto como amigo y quizás…como familia, hacía que una gran daga se clavara directo en su corazón.

(-No lo sé, será cosa de suerte)- le contestaba el otro despreocupado.

-¡No!, ¡Me niego!, ¡Tiene que haber otra forma de salvar a todos sin necesidad de sacrificarte!- gritaba el menor más que preocupado, se encontraba… horrorizado ante semejante plan.

(-No lo malentiendas de nuevo mocoso. A mí me importa un carajo si tus queridos amigos o tu amado Sasuke mueren o no, a mí solo me importa tu seguridad, utilizaría el “Sekai no Jutsu”, para llevarnos a otro mundo alejado de esta guerra, pero dado que estas tan apegado a salvar esa bola de humanos miserables, la opción de fusionarnos, es la única de poder mantenerte a TI con vida)- exclamo molesto.

El menor se lo pensó por varios minutos.

¿Kurama o casi todo el mundo?

Era una pregunta difícil, pero a la vez muy obvia.

-¡No te preocupes Kurama!, ¡Te recuperare sin importar lo que pase, te lo juro!, ¡O me dejo de llamar Naruto Uzumaki!, ¡Dattebayo!- exclamo muy seguro el rubio.

Por dentro… el zorro solo sonrió con tristeza.

“Era obvio que los elegirías a ellos, ¿no?, mocoso… espero que no te arrepientas de haber elegido la supervivencia de esa plaga que en un futuro cercano, atacara contra ti” pensaba muy triste el Kyuubi.

(-De acuerdo, en ese caso, vamos a hacerlo. Pero antes… Mocoso… quiero que sepas que esta decisión que has tomado es la que marcara tú futuro… un futuro del que yo te he advertido y tú decidiste ignorar. Solo espero que tengas razón y todo pase como los has predicho, y si no, espero regresar del vació de tu mente y darte una de las mejores golpizas que nunca nadie más te va a dar)- comentaba el mayor con cierta gracia, ocasionando que el rubio riera por unos momentos.

-Jeje, ¡Es una promesa, Dattebayo!- exclamo plenamente feliz.

(-Entonces empezare con el jutsu, adiós o hasta pronto, Naruto Uzumaki…)

Luego de decir eso, las llamas amarillas que cubrían al Uzumaki cambiaron de color… pasaron de un amarillo a un naranja, después de nuevo amarillo y azul, pero luego de unos momentos terminar en un color dorado.

Naruto observaba embelesado su nueva forma, pero reacciono al ver múltiples jutsus pasar por su mente, luego de eso sintió su cuerpo más ligero, al igual que comenzaba a oler aromas que no había captado y ver más allá de donde antes no lograba ver.

-¡Vaya!, ¡Esto es increíble Kurama!, ¿Tú siempre has visto tan lejos?, ¡Hasta puedo ver más allá del campo de batalla!, ¡Dattebayo!- exclamaba el menor muy feliz.

Y espero…

Espero a la respuesta de su amigo, pero… esta no llego…

Y fue ahí cuando lo recordó: “Entonces empezare con el jutsu, adiós o hasta pronto, Naruto Uzumaki…”

Una gran tristeza lo embargo…

Pero no se arrepentía de su decisión, sabía que todo acabaría bien.

-Acabare con la guerra, me convertiré en Hokage y te recuperare Kurama, ¡Te lo prometo, Dattebayo!- exclamo a la nada, y con una velocidad inigualable, ya se encontraba en medio del capo de batalla.

Dispuesto a acabar con todo esa locura.

/// Fin del Flash Back ///

-Al final acabe con la guerra Kurama… pero no me convertí en Hokage y aún no logro recuperarte… yo… rompí mi promesa, dattebayo- me susurre con un tono triste y melancólico, al ver como el sol salía plenamente de las montañas.

Hoy empezaba un nuevo día para todos los seres vivos en el planeta, pero para ti y para mi Kurama… solo significaba que habíamos perdido otro día, dattebayo.

-Bueno, suficiente lamento por hoy, dattebayo- me dije con una ligera sonrisa fingida, mientras caminaba al baño y me daba una ducha rápida.

Una vez que termine con la tarea de asearme, me dirigí al armario y busque ropa para ponerme. La que había usado ayer me gustaba mucho y había comprado varios pares iguales, pero dado que hoy iba a salir con Tsunayoshi a esa ciudad extraña y aparatosa, lo mejor era usar algo más sencillo y cómodo, para recorrer largas distancias.

-Esto estará bien, dattebayo- me susurre satisfecho, al ver una playera naranja “Nike” (como lo había llamado la vendedora), uno short de mezclilla de color negro, holgado, que me llegaba hasta la rodilla, y unos “Tenis” o “Converse” de color blanco.

Si que le ponen nombre raro a la ropa.

Al final me puse todas las prendas, junto a mi banda, y una vez al verme al espejo, me sentí satisfecho.

La playera era deportiva y los shorts, no eran muy pegados, así que si algo se presentaba, tendría toda la movilidad que necesitaría si se presentaba alguna situación “Critica”, además que el calzado que llevaba, era cómodo y también deportivo, por lo cual, estaba hecho para correr largas distancias si se presentaba el momento de una persecución.

-Bien, todo en orden, dattebayo- me dije feliz, pero… la sonrisa se borró ante una nueva incógnita en mi mente- ¿Y a dónde se supone que vaya con Tsunayoshi?, ttebayo…- me pregunte, ladeando ligeramente la cabeza.

Vale, haber olvidado eso había sido tonto, y más el hecho de que ayer no le pregunte si quería salir un rato conmigo, después de todo, ayer se la paso todo el día encerrado, dattebayo.

-Bueno, igual Naruto Uzumaki no acepta un “No”, como respuesta, dattebayo- me dije con una cara convincente.

Si el lugar no lo conocía, igual podía decirle a Tsunayoshi que me lo mostrara, ¿no?, era sencillo, así tal vez podríamos hacernos amigos o al menos, tendría una relación estable con mi nuevo jefe, dattebayo.

Y con ese último pensamiento salí de mi habitación.

/// POV de Tsuna ///

Me había bañado, cambiado… ya ahora me encontraba bajando las escaleras del tercer piso, para poder llegar al comedor…

Ayer me la había pasado encerrado como todo el Dame-Tsuna que soy… y ahora tenía hambre por no haber comida nada en todo un día…


¡¿Por qué?!

¡Dios!

¡¿Por qué me hiciste tan Dame-Tsuna?!

¡¿No te bastaba con meterme en el mundo de la mafia?!

No… claro que no te basto… tuviste que hacerme Dame-Tsuna…

Sin saber cuándo y cómo no me tropecé, ya me encontraba en frente de la puerta del comedor.

Me debatía entre abrirla o no.

Por un lado estaba el deseo de ver a Naruto-san… pero el solo pensar que yo no le agradaba ni tantito, hacía que toda ilusión de verlo se esfumara.

Pero por otro lado también estaba el hambre… el cual también se esfumaba, con el solo hecho de recordar el mal presentimiento que tengo desde ayer.

Bueno… Reborn siempre dice: “Un jefe de la mafia no debe de escapar nunca”, así que ni modos. Es obvio que este presentimiento es culpa de él, así que tendré que enfrentarme a él y al gruñir de mi estómago.

Con eso en mente y todo el valor que pude reunir en unos cuantos segundos, abrí la puerta del comedor.

Cerré los ojos.

Y mecánicamente me dirigí a mi lugar.

No quería ver la mirada enojada de Naruto-san y tampoco ver las miradas inquisidoras de todos, preguntándose del por qué no baje a comer ayer, pero algo me decía que todos sabían la razón.

-Tsunayoshi-san, ¿Estás bien?- escuche que me preguntaba la voz de Konohamaru-san, por lo cual, tome valor y abrí los ojos.

Y todo lo contrario a lo que creía, todos mis amigos se encontraban relajados y comiendo con una sonrisa “amable”, en sus rostros.

Esto me daba mala espina.

Ninguno de ellos me dirigía la miraba y Reborn parecía estar pensando en algo muy malo. Algo que se notaba a leguas por esa sonrisa terrorífica en su rostro.

Naruto-san no se encontraba en la mesa y los únicos que me miraban de forma interrogativa eran Sai-san y Konohamaru-san.

/// Fin de los POV´S ///

-¿Tsunayoshi?- pregunto ahora el cuervo sin emoción, esperando que el menor le resolviera unas cuantas dudas que cargaba desde ayer.

-¿Eh?, ¡Ah!, si, no pasa nada, jeje- contestaba el menor nerviosamente, tratando de que los dos ninjas olvidaran en asunto.

Claro que resulto al revés, ese comportamiento era demasiado sospechoso para el cuervo y Neko.

-¿Por qué gritaste ayer?- hablo Konohamaru, directo al grano.

Tsuna solo suspiro por lo bajo, su instinto le decía que si no contestaba no lo dejarían en paz.

-Es solo que recordé que no había comprado ropa para ustedes y…- el menor se detuvo al ver la ropa que cargaban los ninjas.

La cual era muy poco abrigadora. Konohamaru con pantaloncillos, una simple playera y calzado abierto, lo único que lo cubría era esa bufanda azul alrededor de su cuello.

Sai estaba peor, un top negro de tela delgada, pantalón de tela entubado de color blanco y unas botas rockeras, las cuales tenían cadenas y pequeños cierres que no servían para nada.

-¡Hieee!, ¡¿Qué acaso no tienen frío?!, ¡Yo me puse dos suéteres!- exclamo el menor levantándose y mostrando su vestimenta.

Y… efectivamente, el traía puesta una camisa blanca, arriba un suéter gris y arriba de ese una sudadera negra con rayados blancos, usaba un pantalón negro de mezclilla y unos tenis muy calientitos.

No solo él se encontraba abrigado, Chrome también usaba el suéter que Kyoya le había regalado, y este a su vez usaba una gabardina más gruesa de la que normalmente usaba, la ropa militar de Mukuro y Coronello también había pasado a ser más abrigadora, todos estaban vestidos acorde a la temporada, excepto los ninjas.

Los cuales, al ver la forma en la que el menor les mostraba su ropa, solo atinaron a verla de forma despreciativa.

“Es mucha ropa, si atacan y peleara cuerpo a cuerpo, no tendría mucha movilidad” pensaba el Neko.

“Según el quinto libro de icha icha Paradise: Seducción y Cómo Emplearlo en Batalla; con ese tipo de ropa sería difícil conseguir información o distraer a enemigos femeninos o masculinos” pensaba el cuervo.

Los mafiosos también observaban la ropa de los ninjas, por estar pensando en sus “hermosos y bellos planes de conquista”, no se habían percatado de las pintas con las que estaban los otros.

Claro, los únicos que habían notado eso habían sido Kyoya y Enma, pero tampoco en como si quisieran que ellos dos se cambiaran. Al final, si se enfermaban, uno podía jugar a ser la enfermera y el otro al doctor que le una buena “inyección”.

Así es señoras y señores, incluso Enma tenía pensamientos nada sanos. Como quien dice: “No juzgues a un libro por su portada”.

-Tal vez… ¿No compraron ropa de invierno?...- pregunto ligeramente cohibido el menor, por la mirada despreciativa que le mostraban los dos ninjas.

-No es eso Tsunayoshi, es que la ropa que usas sería uy problemática en medio de una batalla, es por eso que es mejor usar algo delgado y que se estire, de esa forma se tendrá la movilidad que uno desea- explicaba muy serio Konohamaru, al momento que miraba su plato y comenzaba a comer su desayuno.

-Mi hermanito tiene razón. Además, si cubro todo mi cuerpo, me sería un poco más complicado seducir o llamar la atención de ciertas señoritas- explicaba el cuervo con una sonrisa falsa.

Ocasionando con eso, que cierto pelirrojo se deprimiera.

“Yo feliz de que use esa ropa y lo única razón por la que la usa es por mujeres… soy un idiota” pensaba el capo de Shimon muy abatido y ligeramente al borde del llanto.

-Ya veo…- susurro el Cielo, sin querer preguntar más.

Se había dado cuenta del cambio de actitud en su amigo pelirrojo, y estando la cosa así, no le daban más ganas de indagar.

“Por alguna razón… cuando les preguntamos algo, siempre dan una respuesta no deseada” pensaba el de ojos miel.

El castañito también se sentó y se dispuso a comer al igual que el resto, pero en cuanto estuvo por llevarse el tenedor a la boca, la puerta se abrió de nuevo. Dejando ver a un muy hermoso y sexy rubio pasar.

Tsuna estuvo a punto de regañarlo por las pintas con las que veía, ya que se podía enfermar, pero ya que el rubio lo odiaba… lo mejor era no molestarlo.

Naruto saludo a todos y se sentó en su lugar, para empezar a degustar sus alimentos con una sonrisa. Pero en cuanto este hizo eso, el capo se levantó… dispuesto a irse. Algo natural que uno hace cuando la persona que amas te “odia”.

Los mafiosos y dos ninjas observaban al menor. No estaban dispuestos a hacer algo para que este se quedara, solo… lo observaban.

Sin embargo, Naruto lo llamo antes de que saliera por la puerta.

-Oye Tsunayoshi, ¿Estás disponible?, ttebayo- pregunto mientras se llevaba el vaso con té a la boca.

Ante aquello, el menor detuvo su andar bajo el marco de la puerta, se giró con el rostro ligeramente sonrojado y una mirada sorprendida.

Y no solo él, los mafiosos también se hallaban atónitos.


¿Acaso el rubio le preguntaba a su jefe si estaba “Disponible”?

Los únicos que no mostraron emoción ante aquella tan simple pregunta, fueron Konohamaru y Sai, quienes si entendieron lo que aquello, quería decir en realidad.

-¿D..disponible?- tartamudeo el menor sin creérsela.

-Mnn…- musito el rubio llevándose una rebanada de pan tostado a la boca.

“¿Esta es la forma en la que un ninja le pide a alguien ser su pareja?, ¿Qué no puede ser más romántico?, bueno… mientras el resultado sea el deseado…” se decía mentalmente Tsuna, y no solo él. Aquello había pasado por la mente de TODOS los mafiosos.

-P..pues…- tartamudeo de nuevo, dándose completamente la vuelta, encarando al rubio, y con el rostro más sonrojado que antes, respondió…- Si se trata de Naruto-san… yo… si… si estoy disponible…

Los mafiosos sonrieron al ver que su querido capo, se había comportado de buena forma y no había arruinado todo como el Dame-Tsuna que suele ser siempre, y ahora estaría con Naruto, serían novios, saldrían a citas, se casarían y…

-Que bien, pensé que estarías ocupado, ya que eres el jefe, pero me alegra que tengas libre. Sin así, ¿Qué tal si me muestras la ciudad?, dattebayo- pregunto el rubio con una ligera sonrisa.

Ocasionando que los planes de los mafiosos, en los que hacían a Naruto casarse con Tsuna… se iban al desagüe.

-¿Mo...mostrarte la ciudad?... ¿A eso te referías con que si estaba “Disponible”?- preguntaba el menor sin el ya marcado sonrojo en sus mejillas.

-Si, ¿A qué más si no?, dattebayo- respondió el kitsune terminando de comer.

“¿A que más si no?... dice…” pensaba el menor con el corazón herido y al borde del llanto.

Los mafiosos sentían las ganas de matar al rubio por sus malditas, estúpidas y mal seleccionadas palabras.

-Lo... lo siento… resulta que si tengo algo que hacer…- respondió el menor con un susurro bajo.

Todos, hasta los ninjas, notaron el cambio de actitud en el menor. Sin embargo, Naruto hizo ningún cuestionamiento en su comportamiento, ya que aún no tenía con Tsunayoshi, la misma confianza que tenía con los demás.

-Ya veo, que lástima, de verdad quería ir contigo, ttebayo- respondió el rubio un tanto desanimado.

Cosa que hizo que el espíritu del capo subiera un poco.

-¿Querías ir conmigo?- pregunto un tanto ilusionado de que esa fuera la verdad, y de que el rubio no estuviera jugando con sus sentimientos.

-Si. Es que he notado que tú y yo no hablamos mucho, y creí que salir un rato sentaría bien para llevarnos mejor y de paso, para conocer los lugares de aquí. Pero si estás ocupado ni modos, dattebayo- respondió el rubio como si nada, al momento que se llevaba unas bolitas cafés a la boca.

Tsuna sonrió ante aquello.

“Entonces… ¿Tengo una oportunidad?” se preguntaba el de ojos miel muy feliz, pero…

-No te preocupes Naru-chan, yo puedo ir contigo. La verdad este lugar también me da cierta curiosidad, me gustaría conocerlo mejor y de paso, conocer qué tipo de mujeres hay aquí- comentaba despreocupadamente y con naturalidad el cuervo. Enma se había quedado hipnotizado desde hacía vario tiempo con la voz de Sai, pero al escuchar la palabra “mujer”, no pudo evitar ponerse alerta.

Lo malo es que no sabía que Sai solo quería hacer una lista de cotejo del comportamiento de estas y no a ligar.

-¿Mujeres dices?, mmm… tienes razón. Hay que ver si aquí existen esas sensualidades rosas o las rubias felinas, dattebayo- comentaba el rubio con cierta gracia, provocando que Sai sonriera y Konohamaru riera, al saber de lo que hablaban.

Pero Enma y Tsuna no sabían a lo que se referían, y no pudieron evitar que unos celos los invadieran.

Y debían saber, que cuando hablaban de “Sensualidades Rosas”, se referían a otras petardas como Sakura Haruno, el tipo de mujer que se vende barata, se cree irresistible y está completamente loca.

Y cuando hablaban de “Rubias Felinas”, se referían a Ino Yamanaka, ella no era mala, de hecho cuando vivía la querían mucho y le guardaban cierto aprecio. Pero le decían “Felina”, porque todo el tiempo andaba en celo como un gato con Sai, Sasuke o cualquier hombre sexy que se le presentara.

-¿No se olvidan de las peli-negras de infarto?- comentaba Konohamaru riendo por lo bajo, provocando que a Naruto se le escapara una ligera risa y que Sai sonriera más.

Las “Peli-Negras de Infarto”, eran las chicas como Hinata. Aquellas que se ponían rojas en segundos y su ritmo cardiaco se aceleraban hasta el punto de casi presentar un infarto o paro cardiaco.

…Ahora fue el turno de Hibari de sentir celos…

-Tsk… malditos herbívoros, dejen de hablar de esas cosas en la mesa, y más tu gatito, que tú nunca podrías atraer una mujer con semejante cara de idiota que te cargas- exclamaba una furiosa nube, provocando la diversión de los mafiosos y del mismo Konohamaru, quien sonreía con malicia.

-¿Dices que tengo una cara de idiota que no podría atraer a una mujer?- pregunto el gatito con cierta diversión, provocando que el azabache lo mirara con duda.

-Así es, ¿O me dirás que me equivoco y ya no eres virgen, herbívoro?- reto el de ojos metalizados, ganándose una sonrisa que no le agrado en lo absoluto.

-Ciertamente estas en un gran error, jajaja, para tú información, te aseguro que perdí la virginidad con una de las mujeres más bellas que se pueden encontrar, una que tú nunca tendrías el derecho de probar- comento altanero.

Hibari palideció un poco en ese momento, lo bueno es que su tez siempre ha sido pálida y nadie lo noto.

-Vaya, de eso no estaba enterado, dattebayo- comento un kitsune un poco asombrado.

-Yo tampoco, por como lo dices, supongo que fue una mujer muy bella. ¿Quién fue hermanito? Y también… ¿Cuándo?, normalmente nunca te despegas de mi o de Naru-chan…- pregunto un intrigado Sai, ocasionando que la sonrisa de Konohamaru se ensanchara.

-Jeje, fue durante el periodo de la guerra, al menos algo bueno le saque- comento sacando la lengua de forma traviesa- fue con una chica muy especial llamada Rei Terumi.

Naruto y Sai se vieron interrogativamente.

-¿Había un clan Terumi en Konoha?, ttebayo- pregunto un confundido Kitsune.

-No Naru-chan… al menos no que yo recuerde- respondió un pensativo Sai, tratando de hacer memoria, al igual que el rubio.

-Jeje, ni se molesten en recordar un clan así, porque en Konoha no lo había jaja- decía en Neko entre risas.

-¿Entonces?- preguntaba de nuevo Sai.

-¿Quién era esa chica?, Dattebayo- agregaba Naruto.

-Bueno, ¿Qué les parece si les digo el nombre de su madre?- comento de forma traviesa, cosa a la que los dos ninjas asintieron con duda- Bueno, pues su madre se llama… Mei Terumi.

El cuervo y zorrito veían el rostro de satisfacción del Neko. Al inició no entendían a que veía el nombre de la madre, pero en cuanto lo recordaron, no pudieron evitar abrir la boca del asombro.

-¿Es una broma?- pregunto un sorprendido Sai, ocasionando que Konohamaru se riera a carcajada limpia.

-JAJAJAJA, no, JAJAJAJAJA.

-¡No puede ser, nos tienes que estar tomando el pelo!, ¡Mei Terumi!... ¡Mei Terumi!, ¡¡¡¿TE ACOSTASTE CON LA HIJA DE LA MIZUKAGE?!!!, ¡¿COMO ES QUE SIGUES VIVO?!, DATTEBAYO- gritaba un conmocionado rubio.

La había conocido… en la guerra, él había conocido a la Mizukage, y sabía que estaba algo zafada y dañada por atacar a sus subordinados al decir unas palabras mal escogidas, y no dudaba que su hija hubiera sido igual, entonces… ¿Cómo es que Konohamaru estaba vivo?

Los mafiosos solo veían todo sin entender. Pero Hibari estaba que se lo llevaba la tristeza, pensando en que alguien más había probado lo que era SUYO y que aparte, el menor alardeara de ello.

-JAJAJAJA, no, no les tomo el pelo, si quieren les muestro la cicatriz que me dejo- comento triunfante.

Naruto y Sai recobraron la compostura ante eso, y solo asintieron con la cabeza. Tenían que salir de dudas.

Ante la afirmativa de los otros dos, Konohamaru se quitó la bufanda y en su cuello se podía ver una cicatriz de quemadura, de un color rojo brillante en forma de mordida.

-No hay duda, esa quemadura es del “Elemento Lava” de la Mizukage, solo las quemaduras de lava pueden dejar la piel de alguien de ese color, dattebayo- comentaba ya más tranquilo Naruto.

-Ciertamente, yo también pude ver las heridas que ese elemento dejaba…- comentaba ahora Sai.

-Bueno Konohamaru, conozco a la Mizukage el persona y ella tenía un cuerpo de infarto y rostro pecador, por lo que te digo… que tienes mi respeto, pescaste a una grande, dattebayo- comentaba Naruto asintiendo con la cabeza.

-En eso tienes razón. Ella es muy bella y su esposo también tenía finos rasgos, me imagino que esa chica, mezclada con ambos genes, se convirtió en un fruto pecaminoso- comentaba ahora Sai, de la misma forma que Naruto.

-¡Si!- exclamo con una sonrisa… sonrisa que a los segundos se borró- lástima que estaba loca.

-Jajajaja, lo sabía. No todo es perfección, déjame adivinar, ¿Le hiciste un halago, un simple comentario o simplemente respiraste y… te quería matar?, ttebayo- comentaba el rubio divertido.

Pero la respuesta de Konohamaru fue un aura deprimente que lo rodeo, ocasionando que la risa de Naruto se avivara y que Sai también soltara una ligera risa.

-Yo solo le dije que me gustaba el color de sus ojos, y ella casi me calcina- susurro el menor con dos lagrimones.

-Jajaja, Konohamaru, algo que debes saber, es que las rosas más bellas tienen espinas, dattebayo- comentaba muy divertido el rubio.

-Naru-chan tiene razón, y más si te dejas guiar por el color de los pétalos que por la cantidad de espinas a la vista- comentaba monótonamente el cuervo.

-Ya lo sé… pero no me arrepiento- susurro el menor por lo bajo, ocasionando que Naruto riera y que él también lo hiciera, mientras que Sai los miraba con su eterna sonrisa fingida.

Por otro lado Enma, Tsuna y Kyoya… se sentían arder en celos por la forma de la que hablaban de esa dichosa Mei Terumi y su hija… pero… también se sentían ligeramente abatidos, ya que eso quería decir, que los ninjas eran muy selectivos con las mujeres, más NO con hombres.

-Bueno, en cualquier caso Naru-chan, ¿Si vas a querer salir?- pregunto ya con normalidad el cuervo, a lo que Naruto solo asintió.

-¿Puedo ir con ustedes?, me gustaría ver si encuentro buenos cueros- comento Konohamaru, provocando que Kyoya se encelara más.

“¿Cueros?, maldito herbívoro, ¿Para qué quieres conseguir buenos cueros cuando me tienes frente a ti?, soy lo mejor que vas a encontrar en este planeta” pensaba una muy enojada nube.

Lástima que no sabía que con “Cueros”, Konohamaru se refería al cuero normal, para hacer otras bolsas de cuero en las que guardaban sus kunai y shurikens, los cuales se habían desgarrado en la pelea con los revividos por el Edo-tensei.

-Claro, entonces, vamos yendo, dattebayo- comentaba tranquilamente el rubio, a lo que los otros dos asintieron.

Pero Tsuna, Kyoya y Enma no iban a dejar que alguien más les arrebatara a sus amores tan fácilmente. No, claro que no.

Irían y no permitirían que una sola mujer se les acercara.

O al menos eso tenían planeado, porque en cuanto iban a abrir la boca para decirle a los ninjas que los acompañarían, estos ya se habían ido.

-¡Tsk!- chasqueo la lengua la nube al ver que ya se habían marchado.

Pero eso no era un impedimento para el cielo.

-Enma-kun, es probable que ellos se pierdan, ¿Me quieres acompañar a buscarlos?- pregunto un preocupado castaño, a lo que el pelirrojo asintió.

-Por supuesto- acepto el otro.

-Iré con ustedes herbívoros- se unió la nube.

Los tres asintieron, y de esa forma, salieron como un rayo de la cabaña, en busca de sus tres amores.

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Luego de un rato, en el que los tres ninjas y mafiosos se hubieron marchado, se formó un silencio sepulcral en el comedor.

-Parece que se te han escapado Ryohei, ¿Qué harás al respecto?- preguntó el Hitman de forma intimidante.

Pero eso no preocupo al albino, quien tenía una gran sonrisa.

-¡ESO ES UNA MENTIRA EXTREMA!, ¡ELLOS HAN IDO AL EXTREMO LUGAR, EN DONDE TODOS SE AMARAN DE FORMA EXTREMA DE MANERA EXTREMA!- grito el boxeador.

-Muchos “Extremos” en una oración-kora…- comentaba con una mueca de disgusto el militar, a lo que los demás solo asintieron.

-Ya veremos si es así- comentaba de forma siniestra el hitman, mientras sacaba un control de su saco y apretaba un botón. Lo cual causo que toda la habitación quedara blindada y más de 100 pantallas se mostraran con diferentes lugares de Namimori.

-Oya oya, estás bien equipado Ex-Arcobaleno, Kufufufu- comentaba una divertida niebla.

-Desde aquí veremos si sus planes fallan- explico el hitman, a lo que los demás solo asintieron.

-Iré por palomitas- comento una feliz Yuni.

-Yo traeré un poco de refresco- decía ahora Chrome.

-Apúrense, que pronto los encontraran- decía ahora Aria, la cual, miraba una pantalla, donde… efectivamente, los ninjas estaban parados en el parque de Namimori hablando sobre algo y sus tres amigos mafiosos, corrían para darles alcance.

-Jeje, esto se pondrá bueno, no puedo esperar porque sea mi turno- pensaba Aria con una sonrisa maliciosa, causando que su marido se asustara un poco y temiera por el pobre capo.

Continuara…
Notas finales:

Espero les haya gustado y no olviden sus RW n.n


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