Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Morir por Amor?, No Suena Mal por ZuminoeRiriko

[Reviews - 397]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

Vengo con dos buenas noticias.

La primera y más obvi: ¡actualice!

y la segunda: Descubri que mi mamá no es fruta, en realidad vengo del planeta perruno(marte), donde lideran los chihuahueños, mi madre es una de ellos y se caso con mi  papá.

Así que... ¡Soy una chihuahueña humanoide!

^0^/

Bueno, eso es todo

-Lo digo en serio… deja de mirar mi trasero carnívoro- comentaba un muy molesto Neko, con una vena palpitante en su frente, quien se encontraba poniendo varios platos en la mesa para el desayuno.

Después de la pelea y jurar serle fieles a Tsunayoshi, resulto que luego de unas cuantas peleas más, en las que los mafiosos se habían enfrentado con ellos de nuevo, rápidamente habían desarrollado una amistad con estos.

Cosa que verdaderamente sorprendió a Tsuna, ya que él pensaba que la cosa se iba a poner fea. Pero para su suerte, las cosas habían resultado muy bien, incluso, tuvo la satisfacción de pelar con el rubio y sorprenderlo.

/// Flash Back ///

Los tres ninjas se acercaron a Tsuna y cuando estuvieron frente a donde él estaba sentado, se arrodillaron, causando el bochorno del Cielo.

-En ese caso, nosotros te juramos lealtad, mientras tu mantengas la tuya- hablaron los tres al unísono, causando las sonrisas de todos los presentes.

-Tsk… ¡Pero no crean que esto se va a quedar así!, ¡¡Exijo otra ronda, solo tú y yo, Urraca salida de una película antigua!!- gritaba una enfurecida tormenta.

Bien, estaba feliz de que los inútiles reconocieran la pureza de su Décimo y decidieran serle fieles, ya que es lo menos que su jefe se merecía por ser tan benévolo y amable con ellos, al encontrarse en unas condiciones tan deplorables.

A la mayoría le salió una gota de sudor en la frente…

Era obvio que la tormenta iba a armar un lío.

Por otro lado, Naruto y Konohamaru, solo veían con gracia como su amigo y hermano, enarcaba una ceja en signo de confusión.

-¿“Urraca salida de una película antigua?”- pronunciaba él con confusión- ¿Me llamaste así?

-¡Claro que te llame así!, ¿O acaso hay otra Urraca del 87 frente a mí?- exclamaba molesto.

Bien, en definitiva no entendía nada.

¿Qué era una película antigua?, era obvio que era vieja, pero… ¿Qué era una película?, además… ¿Qué era eso de 87?, ¿Una afiliación?, ¿División?, ¿Equipo?...

Solo Dios lo sabía…

-¡¡Deja de acerté el tonto idiota, bien sabes a que me refiero!!- reclama la tormenta con un puño en alto. Sin embargo, Sai solo ladeo un poco la cabeza.
-Me temo que no tengo idea de a lo que te refieres, si no te molesta, ¿podrías compartirme un poco de tu conocimiento?- preguntaba educadamente el Cuervo, no quería provocar otra disputa por haber escogido mal sus palabras.

Gokudera solo se sonrojo un poco. Era raro que le preguntaran algo, normalmente siempre lo mandaban a callar o su querido Décimo escapaba silenciosamente cuando quería darle algunas lecciones educativas.

-C..Claro, ¿por qué no?- respondía el otro con vergüenza y tono amigable.

Tan amigable, que si Yamamoto no fuera su amante o la persona que le robo la virginidad en unos de los baños de la escuela, se habría sentido celoso, claro… aparte de que él sabía reconocer una amenaza, y ciertamente, el azabache no era una. Era fácil saberlo por su cara…

Sai camino hasta el peli-plata y se sentó junto a él, luego de una larga platica de como Paul Nipkow desarrolló y patentó el primer sistema de televisión electromecánico en 1884 y los siguientes modelos luego de este, al fin empezaron con su pelea.

-Esta vez no te la dejare tan fácil- comentaba una divertida Tormenta, y… ¿Cómo no estarlo?, por fin alguien entendía sus explicaciones, eso era como para hacer una fiesta.

Sin duda, había encontrado una buena amistad. “Por fin, no más gente ignorante” pensaba.

-Seguro- respondía sin emoción el pintor.

Los demás se alejaron, era obvio que esta vez iban en serio.

Esta vez Hayato tenía cuidado con mantener las distancias y afilar su mirada, ya había visto que la especialidad del tipo eran las peleas cuerpo a cuerpo e incluso jugar con hilos difíciles de ver. Pero esta vez el resultado iba a ser “diferente”, o eso pensaba él, ya que él resultado había sido el mismo que el primero.

Con la diferencia, de que esta vez, Hayato había dado una buena pelea, usando sus dinamitas, llamas, a Uri e incluso, el Sistema C.A.I.

Cosas que no tuvo la oportunidad de usar en la batalla anterior, ya que cuando Reborn había dado la señal de empezar con la batalla, el otro se les había abalanzado sin darles la oportunidad de defenderse.

Claro, eso para los mafiosos había sido trampa, pero para Sai, era fundamental atacar al enemigo primero, ya que… alguien con la garganta cortada, no podía hacerte ningún daño. Pero bueno, cada quien tenía su forma de pensar.

Sai también se vio obligado a usar sus pequeñas espadas, un poco de su chakra y su jutsu de Imitación de Imagen Súper Bestias. La verdad, Hayato lo hizo sacar una o dos gotas de sudor, pero nada de qué preocuparse.

-Vaya… sí que eres fuerte… cualquier otra persona… ya habría muerto- comentaba una jadeante tormenta, el cual se encontraba sentado en el suelo. Estaba muy cansado, habían luchado por tres horas, pero a pesar de ser tan poco tiempo, la lucha había sido intensa (al menos para él, porque Sai estaba fresco como una lechuga).

Sai solo sonrió de la forma que él sabe ante el halago.

-Tú también lo eres, debo decir que me has sorprendido. A primera vista pensé que eras alguien débil, pero admito que me equivoque. No volveré a subestimarte- comentaba el otro sin emoción.

Y a pesar de ser tan poco emotivo, Gokudera pensaba que le agradaba más.

-Jajaja, bueno, creo que es mi turno- hablaba una muy animada lluvia.

Sai solo volvió a sonreír.

Al final todos pelaron contra todos.

Los mafiosos mostraban sus habilidades, armas favoritas, llamas y cajas armas, sorprendiendo de ese modo a los ninjas. Los cuales, no se quedaban atrás, Sai había mostrado las habilidades necesarias. Konohamaru también saco hilos, kunais, shurikens, clones de sombra y para presumir, el rasengan que su querido jefe le había enseñado. Sin embargo, Naruto se limitó a usar un kunai, un poco de chakra y el jutsu Sexy.

Era divertido ver como la gran mayoría de sonrojaba o que tuvieran hemorragias nasales, aunque… si lo pensaba bien, lo que en realidad era divertido, era que Aria, Reborn y Hayato, golpearan a sus respectivas parejas por tener una reacción ante su habilidad.

La imagen de esa amable mujer golpeando a su marido, Reborn tirando balas al pene de cierto militar y una Tormenta metiendo dinamita en los pantalones del beisbolista… era algo que sin duda, jamás en la vida se le iba a olvidar.

Aunque sin duda, lo que más había asombrado al Kitsune ese día, era el lindo y tierno cielo.

-Etto… si no te molesta… ¿Podríamos pelear?, ¡Ah!, claro, amistosamente, jeje- decía un muy nervioso chico de ojos miel.

Todos, TODOS, se habían pasmado por la petición del Cielo.

Los mafiosos estaban asombrados, nunca pensaron que su jefe quisiera participar en una batalla por voluntad propia. Normalmente debían de obligarlo con las prácticas, amenazarlo con los entrenamientos y tenerlo muy arrincona para pelear con un enemigo.

Los ninjas por otro lado se lo pensaron…

¿Verdaderamente pelea?, era la pregunta que rondaba por su cabeza. Para ser sinceros, se encontraban algo conmocionados.

Si Konohamaru había sudado solo un poco su camisa y logro darle una paliza a todos y Sai solo sudaba pequeñas gotas al enfrentarse con la misma suma de oponentes.

¿Qué le hacía pensar que podía con Naruto?

No es que lo estuviesen despreciando ni nada por el estilo… es solo que… por favor… debían de ser realistas… Naruto había acabado con una guerra y se había enfrentado a enemigos feroces.

¿Qué podría hacerle aquel niño?, en vez de mafioso parecía más repostero.

Claro que todo eso solo quedo en los pensamientos de los shinobi.

-De acuerdo… pero tú dices cuando quieras parar o si te lastimo, dattebayo…- comentaba un rubio.

Estaba algo renuente a pelear realmente con el niño, pero sabía que si le decía que no, era probable que el pequeño se enojara o entristeciera, y ninguna reacción le convenía provocar en su nuevo jefe.

Por otro lado, el menor solo sonrió. Se encontraba algo triste de que después de todo, sus amigos ya se habían familiarizado con todos y él, no había más que hablado de lo necesario.

¡Vamos, él también quería hacerse cercano al rubio!

Ambos se colocaron en medio del jardín, mientras que los demás se alejaban a una distancia prudente.

-Tratare de ser suave, ¿está bien?, ttebayo- preguntaba amablemente el rubio. No quería pelear con el niño, pero ya que, no había remedio, solo intentaría no causarle demasiado daño.

-Es..Está bien…- contestaba el menor nerviosamente.

Siendo sincero, él tampoco deseaba pelear, pero por lo visto, era la forma en la que el rubio entraba en confianza, así que… por todo el recién amor que comenzaba a sentir, debía sacrificarse.

Ambos se colocaron en una pose de batalla, Tsuna se puso sus guantes y Naruto tomaba su kunai.

Se miraron por unos minutos, en los cuales el kitsune pensaba que el niño se había arrepentido, pero… No…

No era el caso, de un momento a otro pudo ver como el castaño expulsaba unas llamas naranjas de su frente y manos. Es no le extraño, Yuni le había explicado lo que eran las llamas, así que le daba lo mismo. Pero lo que si lo desencajo un poco, era la mirada del pequeño.

Esta era afilada y fría… pero… con cierto toque de calidez y dulzura… una combinación un poco rara, sin duda.

“Mierda, me distraje, dattebayo” se regañaba mentalmente el rubio, pues ante su descuido, el menor había desaparecido de su vista.

Pero no había problema, solo debía concentrarse y…

“Ahí está, dattebayo” pensaba feliz, mientras giraba en su lugar para detener una patada de que lanzaba el niño.

Se asombró de que volara, pero lo dejo ser. Tomo con ambas manos el pie del menor y lo lanzo lejos. Claro que Tsuna fácilmente recobro la compostura en el aire y se abalanzo otra vez al rubio.

Naruto esquivaba sus patadas y golpes, el menor le resultaba muy fácil de predecir, pero debía de admitir que el castaño era fuerte. Lo más seguro, es que si dejara que el menor le diera un golpe de lleno y él no usara el chakra de Kurama para curarse, estaría un buen tiempo en el hospital… si no es que caía muerto.

Siguieron peleando y el menor lo asombraba más.

El poder de congelar lo había dejado atónito por unos segundos, pero con un simple golpe al pedazo de hielo ya estaba libre, así que todo normal. Sin embargo, el X bunner si había requerido un poco de su chakra para desviarlo. Pero por otro lado, estaba el pequeño animalillo que había sacado de su anillo, al cual hacía llamar Natsu.

Ese si le había sorprendido, ya que se convertía en una capa, convertía en piedra cosas y demás.

No le resultaba difícil esquivar y evitar los ataques del menor y su mascota, pero lo que si le resultaba difícil era lanzar algún ataque con aquella linda cosita de por medio. Naruto era, es y será un fiel amante de los animales, así que jamás en su vida se permitiría lastimar a uno.

Al final la pelea termino con Naruto como ganador. Un resultado bastante obvio para todos, pero aun así el castaño había estado genial, era algo que incluso los ninjas reconocían.

-Peleas… in… increíble Uzumaki-san…- comentaba un jadeante castaño, acompañando sus palabras con una sonrisa.

Naruto lo miró por unos segundos, la verdad es que el chico le resultaba un poco parecido a Hinata.

-Seguro, tú igual, dattebayo- contesto sin importancia ni animo el mayor. Recordar a su mejor amiga le había dolido… y mucho.

Al castaño solo se le borro la sonrisa, al ver como su amado se alejaba con una mueca de tristeza, que bien el menor confundió con desagrado.

¿Acaso su plan no había funcionado?

Al final, todo termino con una amistad en la gran mayoría.

El Kitsune congeniaba con todos, incluso con Hibari y Reborn, exceptuando claro, al pequeño Cielo, con el cual no había vuelto a entablar una conversación desde su pelea.

El Neko también había hecho amigos, con la excepción de que no le agradaba Kyoya, alias: “Mira Culos”.

El Cuervo… solo se limitaba a Hayato, al menos por el momento.

/// Fin del Flash Back ///

Si, “todos” ya eran grandes amigos y estaban muy felices.

Bueno… casi todos, Tsuna aún estaba triste por su plan errado, y Sai se mantenía al margen de todo y sin socializar con nadie que no fuera Hayato o sus ya conocidos amigos. Cosa que deprimió a cierto pelirrojo, ya que todos sus intentos de iniciar una conversación con el pintor habían resultado fallidos.

Pero bien, al menos debía verle el lado bueno a los hechos. No había podido hablar con su amado, pero al menos probaría la comida hecha a mano por este.

Pues el mencionado, se había ofrecido amablemente a preparar todas las comidas de ahora en adelante. Eso sin duda lo había hecho feliz, todo lo contrario a cierto Kitsune, quien había sido rodeado por un aura depresiva, mientras susurraba: “Adiós, mis esperanzas de ramen… de nuevo nos han separado, dattebayo”.

No entendía muy bien la reacción del mayor, ¿Acaso su amado cocinaba mal?, ¿O los alimentos que preparaba eran incomibles?, no lo sabía, pero la verdad no le importaba.

“Sea lo que sea, aún si es un trozo de carbón negro o una masa indefinida, ¡Me lo comeré!” pensaba con decisión.

Y ahora estaba ahí, sentado en la gran mesa de madera junto a sus otros amigos, esperando pacientemente a que su amor a primera vista anunciara que la comida estaba hecha.


-¿Me estás escuchando carnívoro?, pronto mi hermano acabara con la comida, así que deja de tirar tanta baba- decía con burla el gatito, mientras colocaba vasos, platos y cubiertos en la mesa, con una velocidad inhumana, sorprendiendo a todos de nuevo.

-Ngg…- gruño el prefecto con clara molestia.

En verdad que el chico era hermoso, pero tenía una educación del asco, ¿Qué no entendía que si el poderoso Hibari Kyoya quería verte el trasero, simplemente lo hacía y el otro no debía decir ni “pío”?

Le daban ganas de morderlo hasta la muerte, y lo haría si no fuera porque el día anterior había tenido suficiente humillación por dejarse vencer por todos esos herbívoros inútiles.

-Listo, aquí traigo el desayuno- hablaba con calma el pintor, quien salía de otra habitación o mejor dicho, de la cocina.

La verdad, le parecía exagerada el tamaño de la cabaña, en vez de cabaña tenía aires de ser una mansión. La cocina era enorme y con múltiples compartimientos llenos de comida, artefactos conocidos y desconocidos para cocinar y varios muebles para guardar las vajillas.

Todo lo contrario al comedor, que solo era una habitación gigantesca, con una mesa de madera, con mantel blanco, igual de grande, donde fácilmente entrarían 38 personas.

Aunque en sí, ese solo era un vago pensamiento, la verdad no le importaba.

Solo se limitó a dejar varios platos en la mesa, con la misma velocidad de Konohamaru, haciendo que en menos de 4 minutos, el comedor estuviera listo y arreglado.

El desayuno era bastante tradicional y sencillo, constaba de: arroz blanco, sopa de miso con alga y cebolla, salmón asado, apio y pepino a la marinera, y por último, ensalada de espárragos y tomate.

Cuando Naruto miro la comida susurro: “Comida sana… no~~~ Dios… ¿qué te hice?”, logrando con eso, que Sai lo viera de una forma más fría de lo normal.

Curiosamente, luego de eso Naruto se acomodó en su lugar y dijo en voz alta: “¡Yai!, ¡Que delicia de comida, dattebayo!”

El pintor solo negó con la cabeza.

Sin duda la comida era lo típico, aunque… unas bolitas cafés en medio de la mesa, llamaron la atención de todos.

Una vez que Sai hubo colocado la mesa, le sirvió a cada quien su ración, mientras estos, iban tomando su lugar.

Tsuna a la cabeza, Gokudera a su derecha, Yamamoto junto a este, seguía Ryohei, Lambo, Chrome, Mukuro, Byakuran y Sai, mientras que del lado izquierdo, se encontraba Enma, Aldeid, Aria, Yuni, Gamma, Coronello, Reborn, Naruto y Konohamaru.

Kyoya como siempre, estaba más alejado de todos, sentado en la cabeza del lado contrario a Tsuna. Le habría gustado sentarse junto a SU gatito, pero no… él no rogaba por la compañía de nadie, esperaría a que SU niño, fuera hasta él.

Tsuna y Enma compartían un pensamiento parecido. Ambos querían sentarse junto a esas personas que les habían robado la mirada, pero Hayato, tanto como Aldeid, habían frustrado sus planes, ocupando el lugar que querían guardar para dichas personas.

“No hay nada que se le pueda hacer…” pensaban ambos con decepción. Cosa que la gran mayoría no pasó por alto.

…Ambos capos eran tan transparentes…

Al menos eso pensaban los mafiosos.

Los ninjas no parecían notar nada.

-¡WOW!, ES UN DESAYUNO NORMAL, ¡PERO TE HA QUEDADO DELICIOSAMENTE EXTREMO!- alagaba el sol, luego de haber degustado su primer bocado.

Los demás lo vieron diciéndole “No exageres”.

A excepción de los ninjas, que simplemente sonrieron y se dedicaron a comer con normalidad.

-¡ES EN SERIO, ESTA EXTREMO!- volvió a decir/gritar el sol.

Los demás solo enarcaron una ceja, ¿Qué podía tener de extrema una simple comida?

No le dieron mucha importancia a lo dicho por el sol y solo se limitaron a comer, pero…

-¡Esta delicioso!- grito Yuni.

-¡Rico!- exclamaba ahora Lambo, quien se dedicó a engullir su comida.

Y así sucesivamente los demás comenzaron a dar su punto de vista.

-¿Cómo hiciste para que te saliera así de delicioso?- preguntaba amablemente Aria.

Sai solo le sonrió falsamente.

-Lo prepare conforme a la receta- fue su seca respuesta, para luego seguir consumiendo sus alimentos.

Aria sintió que le daba un tic en el ojo, ¿Qué no podía ser más amigable?

-Si, pero…- insistía ella- ¿algún secreto o algo con que lo prepares?

-No.

-¿Alguien te enseño a cocinar así?

-No.

-¿Te gusta cocinar?

-No.

-¿Cómo se llama el libro de donde sacaste la receta?

-No es un libro.

-…

-…

-…

-…

Aria tenía una vena palpitante en la frente. Era la primera vez que la trataban de esa forma.

Varios tenían ganas de reírse, pero optaron por no hacerlo. La mujer era muy amable y todo lo que uno quisiera, pero enojada nadie quería verla.

-Y Konohamaru, ¿Dónde están tus padres?, aún eres joven, ¿No se preocuparan por ti?- preguntaba ña mujer, abandonando toda conversación con el pintor.

El nombrado solo la miro y sonrió.

-No se preocupe por eso, no importa- le respondía amablemente el menor.

-¿Seguro?, aunque su aldea lo haya traicionado, es imposible que tus padres lo hicieran, ¿no?- comentaba ella con una sonrisa, al fin tenía una buena conversación.

-Si, eso creo, pero ellos están muertos, así que no importa- comentaba él como si nada.

-¿Y hermanos?

-Es Sai.

-¿Tíos?

-Muertos.

-¿Primos?

-Muerto.

-¿Abuelos?

-Muertos.

-…

-…

-…

-…

Si… Aria había juzgado demasiado rápido.

Esta vez nadie tenía ganas de reír. Los mafiosos sentían como el lugar se había tensado… aunque… por otro lado, los ninjas estaban muy relajados.

Solo se dedicaron a comer más deprisa.

Kyoya no sabía si asustarse o preocuparse por su gatito.

¿Era normal que dijera eso con naturalidad?

Aria también se había preocupado, ahora más que antes tenía curiosidad por los chicos frente a ella.

-Naruto, ¿Y tú?, ¿Qué pasa con tus padres?- preguntaba la mayor muy seria. A lo que el nombrado, al igual que Konohamaru, sonrió.

-Murieron, dattebayo- explico.

La mujer no sabía si seguir preguntando o dejarlo por la paz.

“No parecen incomodarse” pensó, por lo cual decidió seguir con interrogatorio.

-¿Tíos?

-No, dattebayo.

-¿Hermanos?

-No, dattebayo.

-¿Abuelos?

-Mm… no tengo. Pero si tengo que hablar de lo más cercano a unos, mi abuelo está muerto y la abuela Tsunade está en coma, datebayo- comento como si nada el rubio.

La mayoría estaba que se le caía la mandíbula, ¿Qué acaso todos estaban muertos?

La Ex-Arcobaleno del Cielo giro a ver a Sai, debatiéndose mentalmente del si debía o no hacerle la misma pregunta que a los otros dos.

Sin embargo, el pintor al notar la mirada insistente y cohibida de la mujer, decidió facilitarle el asunto.

-Yo no tengo familia, lo más cercano que tengo a una es mi hermanito y Naru-chan.

Enma solo se tapó la boca y aparto la mirada… justo ahora tenía ganas de llorar, ¿Cómo era posible eso?... ¿Su amado estaba solo en su totalidad?, ¿Podía ser esa una de las razones de su comportamiento?, ¿Acaso había pasado un momento traumático?

-Pero…- decía ahora Yamamoto, metiéndose en la conversación y llamando la atención de todos- si no tienes familia, ¿Quién te puso tú nombre?

Sai volvió a sonreír.

-Es el nombre que me asignaron cuando me uní al equipo de Naru-chan, aparte de ese he tenido otros, mi primer nombre fue Hiroto, después Kiyoshi, Yuuto, Kenzo, Yoshiro y finalmente Sai. Realmente ninguno es mi verdadero nombre, ya que desde que tengo memoria, yo soy el 241, así que, se podría decir, que ese es mi nombre- explico.

Nadie dijo nada… bueno… eso explicaba el por qué se había presentado solo con su nombre y sin apellido.

Ya todo habían terminado de comer, pero nadie estaba dispuesto a levantarse… luego de aquellas revelaciones, sentían que los habían adherido a la silla con pegamento industrial.

-Y… ¿Cómo se llamaban tus padres herbívoro?- preguntó el prefecto a Konohamaru, uniéndose también a la plática.

El menor lo pensó por unos momentos, para luego encogerse de hombros, dando a entender un: “No lo sé”.

-Si te interesa, mi abuelo se llamaba Hiruzen Sarutobi, mis tíos Asuma Sarutobi y Kurenai Yuhi, de ahí en más, no tengo idea- respondió el menor mientras terminaba de comer. El de ojos metalizados solo guardo silencio.

Ahora fue el turno de Tsuna.

-¿Y cómo se… llamaban tus familiares… Uzumaki-san?- pregunto respetuosamente el Cielo, procurando no incomodar o molestar al Kitsune.

El nombrado lo miro con ternura, sonrojando al menor.

-Puedes decime Naruto. Y pues… mi papá se llamaba Minato Namikaze, mi mamá Kushina Uzumaki, de mi abuelo solo sé su nombre, se llama Jiraiya y la abuela Tsunade. Pero… también esta Iruka Umino, él no es mi familia, pero lo considero como una, es en realidad mi sensei, dattebayo- decía el menor.

Después de eso nadie volvió a hablar… y se dedicaron a mirar las pequeñas bolitas cafés.

-¿Son dulces?- preguntaba un curioso Lambo.

Los ninjas no enarcaron una ceja, sin saber a lo que el menor se refería.

-Se… refiere… a… eso…- respondía una tímida Chrome, señalando con una mano el plato donde se encontraban los “dulces”.

Los ninjas solo sonrieron.

-Bueno, ¿por qué no los prueban?, así lo sabrán- respondía de forma “tierna y amigable” el pequeño Neko… lástima que los demás no lo notaron.

De modo que todos aceptaron la invitación del menor y uno a uno, fue tomando una de las pequeñas esferas de color marrón, bajo la atenta y divertida mirada de dos ninjas.

El instinto de Tsuna, Aria y Yuni les decían que no debían de comérselas, pero… eran solo dulces, ¿qué daño podían causar?

Ya cada quien con su “caramelo” en mano, decidieron metérselo a la boca…

No sabía a nada.

Lo mordieron y…

-¡¡SABE ASQUEROSAMENTE AL EXTREMO!!- gritaba con cara verde el sol.

Los demás no dijeron nada y se limitaron a escupir o vomitar el “dulce”.

-¡¿Qué mierda era eso?!- preguntaba una tormenta con lagrimitas en los ojos.

-…Horrible…- susurraba una vaquita que había sido dejada en K.O.

-Nufufufu, que fea broma…- comentaba el alvino de ojos morados, mientras metía un puño de sus bombones favoritos a su boca, con la intención de quitarse el mal sabor.

-Kufufufu, ciertamente- apoyaba el de ojos bicolor.

Los ninjas solo sonrieron y tomaron un par de bolitas y se las comenzaron a comer ante la mirada asqueada de los mafiosos.

-Jeje, supongo que les supo mal, me paso a mí también la primera vez, dattebayo- decía un divertido rubio.

-¡¿Mal?!, ¡¡Sabe del asco-kora!!- exclamaba un conmocionado militar, junto a un deje de indignación.

-En eso el idiota sin sesos tiene razón, ¿qué son estas cosas?- preguntaba ahora Reborn, mientras lanzaba la bolita al aire y le disparaba con mucho odio, el cual, estaba reflejado en su ceño fruncido y vena palpitante en la cien.

-Son vitaminas, algo esencial en el cuerpo. Los ninjas las usamos cuando estamos de misión y no podemos prender fuego para cocinar algo, ya que esto alertaría al enemigo. Aunque también pueden usarse en la dieta diaria, aporta muchas cosas que la comida solo te aporta en pequeñas cantidades- explicaba el pintor.

-Así que… ¿Son vitaminas concentradas?- preguntaba Aldeid, mirando con odio mal contenido las pequeñas esferas que habían matado una parte de su paladar.

-Asé es- respondía alegremente el gatito.

-Eso explica el mal sabor- susurraba el pelirrojo, a lo que los demás solo asintieron con la cabeza, dándole la total razón.

Luego de eso todos rieron y platicaron un buen rato. Era realmente divertida la convivencia del bando contrario para todos, pero…

Aun había una pregunta que no les habían hecho a lo ninjas…

Pero nadie tenía el valor de preguntar algo más o hacer algún comentario acerca de las personas que extrañarían o querían a los ninjas en su mundo… o… ¿Tal vez si había un valiente?

-¿Y sus amigos?, seguro que ellos los extrañaran- decía Yuni, quien había tomado valor para hacer esa sencilla pregunta.

Al final, amigos todos tenían, ¿no?

Los tres ninjas solo sonrieron y respondieron en coro un: “Murieron en la guerra”.

Si… se había equivocado y el comedor se había sumido en el silencio de nuevo.

Por lo visto, los ninjas estaban llenos de heridas…

Pero ya no tendrían que preocuparse, ya que tres personitas estaban dispuestas a cerrar cada una de ellas y desaparecer todo rastro de cicatriz.

“Eso déjamelo a mí” pensaban dos capos y un prefecto, totalmente decididos.

Claro… los tres no sabían que pensarlo era más fácil que lograrlo…

Continuara…
Notas finales:

Tratare de actualizar más seguido, pero no olviden sus RW

Ou<

Si dejan RWs, audan con la causa XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).