Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Morir por Amor?, No Suena Mal por ZuminoeRiriko

[Reviews - 397]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!!!!!!!!!

Lo prometido es deuda, espero les guste n.n

El día siguiente…

-Naru-chan, Hermanito, vengan a ayudarme con la comida, son las 06:30 de la tarde. Tsuna y el resto ya están por regresar - hablaba calmadamente el pintor desde una de las ventanas de la cocina, que daba directamente al patio trasero, donde se encontraban practicando los antes mencionados.

Naruto y Konohamaru giraron a la cabeza para ver a quién les llamaba y sonrieron. Más el rubio, porque ese era un día especial, y Konohamaru lo sabía.

-¡Si!- respondieron los dos al unísono, mientras comenzaban a colocarse de nuevo sus camisetas.

Una vez que estuvieron vestidos, caminaron sobre la alberca tranquilamente, para poder llegar a la puerta trasera de la cabaña/mansión.

-Oye… Jefe…- llamaba el menor, tomando el pomo de la puerta, abriéndola y pasando por el marco de esta, siendo seguido por el rubio.

-¿Qué pasa Konohamaru?, ¿Te duele algo?, dattebayo- preguntaba el rubio, ya dentro de la cabaña.

El castaño solo sonrió.

-No, solo me preguntaba el por qué Tsunayoshi, Enma y el Carnívoro no fueron con el resto inmediatamente a comprar todo, y en lugar de eso, pasaron a hablar con Reborn. Todos se veían muy animados con respecto al asunto, pero luego de salir de hablar con Reborn, los dos jefes se veían mal y el engreído ese salió todo molesto. Al final supongo que alcanzaron a lo demás, pero… ¿No sabes que les dijo?

-Mm…- musitaba el mayor, cerrando los ojos y posando una de sus manos en su barbilla en pose reflexiva.

La verdad es que no tenía la más mínima idea de que es lo que les pudo haber dicho el moreno y también, estaba el hecho de que el día anterior, todos se habían comportado muy extraños en el desayuno, ¿Acaso había pasado algo?

No. Eso no era posible.

De pasar algo se habrían dado cuenta. Ninguno de los mafiosos eran buenos para mentir o disimular, todos eran demasiado transparentes. Por lo cual, si se tratara de una amenaza, chantaje, soborno, ataque o… una traición, ellos lo habrían notado.

Pero en el comportamiento de los mafiosos no había nada que diera indicios de una situación así, por lo que de momento, no tendrían que preocuparse por cosas de ese aspecto.

Aunque si debía admitir que se habían comportado muy extraño en la mañana.

/// Flash Back ///

Todos se encontraban sentados en el comedor degustando sus deliciosos alimentos, solo que en esta ocasión, todos tuvieron cuidado de no tocar de nuevo aquellas bolas cafés.

-E..Etto… Naruto-san, esa ropa que usas… ¿No… es la de ayer?- preguntaba ligeramente cohibido el menor.

Todos voltearon a ver al rubio, preguntándose internamente si el kitsune era tan sucio como para usar la misma ropa tres días seguidos.

Cosa, que a Sai le causo un poquito de gracia y a Konohamaru lo hacía sacar una carcajada limpia, ocasionando que el rubio se avergonzara.

-¡Claro que no, dattebayo!- reclamo un poco indignado el mayor.

Pero al ver que el castaño se encogía en su lugar, decidió bajar el tono de su voz.

-Es que este es mi uniforme de ANBU, toda mi ropa es así, dattebayo- explicaba el kitsune, tomando un poco de su jugo de naranja.

-Y..ya veo… jeje, lo siento…- se disculpaba el menor con una sonrisa nerviosa.

El zorrito solo lo miro.

“Si se parece mucho a Hina-chan… aunque… también se parece a Iruka-sansei… dattebayo” pensaba un poco entristecido el mayor. Tsuna tenía muchas cosas que lo hacía recordar a sus amigos…

Y eso no le gustaba.

Al final aparto la mirada del castaño y la posiciono en su plato, el cual, ya se encontraba completamente vacío.

Eso solo logro desanimar un poco más al capo.

_ POV de Tsuna _

¿Qué es lo que pasa?, ¿Por qué me aparta la mirada de esa forma?, me preguntaba, al momento que regresaba mi atención al plato y seguía comiendo.

Tal vez no le agrado…

¿Es eso?

Naruto-san se lleva bien con todos, incluso con Reborn y Hibari-san… ¿Por qué soy al único que evita?, no lo entiendo.

¿Hice algo mal?, ¿Al final si le molesto que le preguntara por sus padres?

Levante la vista y lo mire.

Y… él… la persona que se metió en mi mente desde hace meses, se encontraba observando su plato con el ceño fruncido.

Supongo que si le molesto que hiciera ese comentario de su ropa… pe..pero… yo no lo decía con mala intención…

Solo quería hablar con él, iniciar y tener una plática como la que tiene con cualquiera, pero… ¿Por qué no puedo acercarme?... ¿De verdad soy tan inútil como para que la persona que quiero no me note?

_ Fin del POV de Tsuna _

Si… el pequeño castaño estaba completamente deprimido…

Pero, siendo sinceros… el rubio no se encontraba mucho mejor.

_ POV de Naruto _

¡Mierda!, ¡Tengo que dejar de compararlo con ellos, dattebayo!

Tsunayoshi no es Hinata, por mucho que a veces actué como ella, dattebayo.

Tampoco es Iruka-sensei, por más que muestre ese rostro de preocupación tan familiar.

Ni es Kiba, por más que tenga un tierno animalito, como ese amante de los perros.

¡¡Mucho menos se parece a Sasuke!!... por más… por más que cuando entre a modo “híper”… sus ojos se vuelvan fríos… pero… con esa extraña dulzura impregnado en ellos…

Me pregunto si fui el único que lo noto… ¿Alguien más habrá visto que en los ojos de Sasuke-Teme estaba esa dulzura?, es probable que no… dattebayo.

Mi Sasuke se esmeraba mucho en que nadie notara su verdadera forma de ser… creando una barrera a su alrededor, para que nadie se acercara… lástima que él nunca supo, que su fortaleza estaba llena de agujeros y grietas, dattebayo…

Pero… es mejor así… tal vez soy egoísta o posesivo, pero no importa… me alegra haber sido el único en ver eso en Sasuke… también, me siento privilegiado de ver su verdadera forma y ser cuando… cuando todo acabo…

No importa que muriera de forma muy cruel en la guerra… al menos murió en mis brazos…

No importa que muriera hace ya cuatro años… yo lo seguiré amando…

No importa que ya no estés… Sasuke… yo siempre te esperare… aun cuando sepa que ya no vas a volver, siempre seré tuyo y… para siempre te amare… dattebayo.

_ Fin del POV de Naruto_

-¿Tienes más hambre Jefe?- preguntaba el Neko, al ver que el rubio solo se quedaba mirando su plato.

-¿Eh?, ¡Ah!, no, ya estoy lleno, dattebayo- respondía nerviosamente el mayor, notando que se había quedado demasiado tiempo hundido en sus pensamientos.

Sai lo miró sin emoción (como siempre), pero Naruto sabía que su querido amigo lo había notado…

-¿De verdad Jefe?, si quieres te puedo dar de mi plato- decía un muy sonriente gatito, tomando su tenedor y clavándolo en un pedazo de bistec en su plato, para luego llevarlo hasta la cara de su maestro y decir…- “Ahh~”- de forma alegre.

El rubio solo sonrió, notando que es lo que quería su querido alumno.

-Ahh~…- imito el otro abriendo la boca, y en seguida sintió como el pequeño cacho de carne entraba en su boca, al igual que el tenedor.

Konohamaru sonrió de forma avergonzada, al ver que su pequeño detalle había sido bien aceptado por su Jefe, el cual, masticaba muy feliz el alimento en su boca.

Lástima que una Nube no opinaba lo mismo y comenzaban a tener una pequeña revolución en su cabeza, donde un bando pedía mandar a la mierda todo, cometer homicidio pasional y secuestro por amor, mientras que la otra parte, trataba de controlar los pensamientos criminales, con otros más racionales.

Por otro lado, Tsuna solo se sentía llorar.

-¿Seguro que estas bien, Naruto-san?, se nota distraído…- comentaba Yuni con expresión preocupada.

El Kitsune se lo pensó por unos segundos. Ya sabía de la habilidad de intuición de Tsuna, la pequeña y su madre, por lo cual, no estaba muy seguro del sí mentir o no, pero… algo estaba claro, y era que en definitiva no iba a decir la verdad.

-Jeje, no, la verdad estaba pensando debía de comprar un poco de ropa, ya que solo me traje cuatro pares conmigo, y uno ya está roto, dattebayo- respondía el zorrito con una gotero en la frente.

-¿Mm…?, ¿Por qué solo trajiste tres pares contigo?, ¿tenías muy poco ropa?- preguntaba ahora la lluvia.

-Amm… no realmente, es solo que no pensé que saliéramos de aquella con vida, por lo que no pensé que necesitara más ropa, dattebayo…- comentaba con la voz baja, temiendo que sus dos amigos lo golpearan por aquellos pensamientos tan pesimistas.

Pero para su suerte, eso no paso.

-El Jefe tiene razón, yo tampoco traje mucha- susurraba al aire el Neko, ocasionando que el prefecto lo mirara.

-¿Cuántos pares de ropa te quedan herbívoro?- preguntaba este. El Neko, al notar que se referían a él, solo se encogió de hombros.

-Solo te queda lo que traes puesto, ¿verdad?- decía la tormenta, afirmando más que preguntando.

El menor solo se encogió más de hombros. Pero se relajó en cuanto sintió que la mano de su Hermano se posaba en su cabello y lo revolvía lentamente de forma cariñosa.

De nuevo los pensamientos asesinos habían vuelto a la mente del prefecto, y ahora… fue el turno de Enma de querer llorar.

-Está bien, no te preocupes hermanito, Naru-chan y yo cometimos el mismo error- animaba el pintor con una sonrisa falsa, logrando con eso, que el pequeño se sintiera más a gusto.

-¿También le queda poca ropa, Sai-san?- preguntaba Enma, rezando porque esta vez el peli-negro se animara a hablar con él.

Pero para su mala suerte, el otro solo se limitó a asentir. Causando que el pelirrojo se deprimiera más.

-¿Cuántos pares te quedan?- pregunto ahora Aldeid, sin apartar la mirada del rostro deprimido de su querido jefe.

“¿Será que…?” pensaba la mujer, pero la contestación del cuervo la interrumpió.

-2 pares- respondió secamente, pero la mujer no se ofendió, ya estaba comenzando a entender la forma de ser del azabache.

-Si quieren, yo puedo hacerles un poco de ropa a mano- se ofrecía amigablemente Chrome, la cual, ya no tartamudeaba. Ayer se la había pasado hablando con los nuevos personajes, y se dio cuenta de que eran unas personas muy amigables y comprensivas, de modo, que no debía de sentir miedo o cohibirse con ellos.

O al menos esto le habían dicho a ella, quien fielmente les creyó, a final de cuentas, si esas personas fuesen malas, su querido Boss nunca los hubiera incluido en la familia.

-Oya oya, mi querida Nagi haciendo ropa, esa no me la sabía- comentaba muy divertido el heterocromático, provocando que la menor se sonrojara.

-Ken-kun y Chikusa-kun rompen mucho su ropa y tuve que aprender a coser y remendar, Mukuro-sama- explicaba la menor.

-Kufufufu, esos dos… nunca se están quietos…- decía con cansancio la piña. Cuando esos dos volvieran de sus vacaciones en la playa, los haría reparar Kokuyou en compensación por los problemas que hacían pasar a su querida Nagi.

-Bueno, eso podría servirles de momento, pero aún necesitan comprarse ropa. No creo que puedas hacer la ropa interior de tres chicos, ¿verdad?- comentaba Gamma como si nada y haciendo que la menor cayera en cuenta.

-R..Ropa… ¿Interior?...- tartamudeaba completamente avergonzada- N..no… yo no…

Sai al ver que la chica del parche se encontraba muy tensa, volvió a hacer la misma acción que hizo con Konohamaru.

Según el libro que leyó, ese pequeño mimo hacía que los gatos se relajaran, y hasta donde veía, la chica parecía un pequeño gato miedoso.

Al final su resultado fue positivo, la chica se había calmado y ahora solo sonreía con naturalidad.

La caricia del mayor la había logrado relajar rápidamente, ya que su tacto se sentía tan fraternal… como el que le propiciaba su querido Mukuro-sama.

Lástima, que como siempre… el acto del cuervo, había logrado lastimar de nueva cuenta al pelirrojo.

-Pues esta decido, deberán comprarse ropa. No solo porque ya no tienen, sino porque la que usan es demasiado rara-kora…- comentaba el militar con una carita chibi.

Los ninjas enarcaron una ceja y se miraron sus ropas.

¿Qué tenían de extrañas?, solo eran la ropa normal. Aunque… si eran sinceros, él único que desencajaba era el pintor, ya que su top negro, sí que llamaba la atención, casi casi, parecía uno de esos tipos que bailaban y se desnudaban en burdeles.

Pero a cierto pelirrojo no le gustó mucho la idea de que su amado cambiara de ropa, ya hasta se encontraba cubierto por un aura depresiva con la solo idea de no poder ver más ese torso y abdomen bien marcado.

En otra situación, tal vez no le habría molestado que cambiara de ropa, pero había varios puntos por los cuales no lo deseaba…

Primero porque su amor lo ignoraba, segundo; porque no quería tener una conversación con él, tercero; porque era “amable con todos” menos con él… y ahora… ¡¡Ahora lo querían privar de ver su bello y escultural cuerpo!!

¿Qué si era un pervertido?, si… si lo era. Pero no era su culpa, era la de ese hombre tan sensual y frío, quien lo vino a corromper.

Pues… como dice un dicho: “Uno es inocente, pero el ninja-semental-con-látigo-de-macho-azotador… te pervierte”.

“¿Si era así?” se cuestionaba mentalmente el jefe de Shimon.

-Bien, más tarde les compraremos la ropa, de mom…- comenzaba a decir el Hitman, pero el grito de una vaquita lo hizo callar y enfurecerse.

-¡¡Y también dulces, Lambo quiere dulces!!- gritaba muy animado el bovino.

-Tsk…- musito molesto el mayor, para luego seguir- sí, de momento…

-Nufufufu, también compremos más bombones, los que tenía ya se acabaron- decía el de ojos violetas, y una vena palpitante salió en la frente del asesino al verse interrumpido por segunda vez.

-Como decía, Tsuna…

-¡¡TAMBIEN COMPREMOS CHOCOLATES AL EXTREMO!!

#¡BAM BAM!# y #CRASH#

Bien… la tercera es la vencida, ¿no?

Ahora el albino se encontraba desmayado por unas balas con somníferos que el de patillas le había disparado, causando con eso, que su rostro cayera de lleno en la mesa y rompiera con su cabezota (la que todos creían vacía) el plato frente a él.

Muchos pensaron que el mayor había exagerado, otros se alegraron y a tres les importo un carajo (Sai, Kyoya y Aldeid).

-Quien se atreva a interrumpirme de nuevo, le aseguro que tendrá que comprar una pala… porque lo haré cavar su propia tumba- aseguraba amenazadoramente el hitman, mientras afilaba su mirada.

La mayoría trago duro. Solo los ninjas podían presumir de estar a salvo.

-¡Tsk!, como sea, Dame-Tsuna, Dame-Enma y Mira-Culos-Mal-Disimulado, los quiero a todos en la oficina ahora, mientras que el resto, ya sabe qué hacer.

Dictaba el mayor.

Varios se aguantaban la risa por la forma en la que el asesino había llamado al prefecto, más no dijeron nada y simplemente salieron de la cocina tranquilamente, dejando en el lugar a tres ninjas y una niebla confundidos, a dos capos asustados y una nube realmente molesta por el apodo.

-¿Qué quieres bebe?- mascullaba molesto el prefecto, pero el hitman solo lo miro de forma despectiva.

-¿Qué no oíste que te quiero a ti y a los tres inútiles en la oficina?- respondió secamente.

El de ojos metalizados se enojó más, pero no dijo nada y solo se levantó de su lugar con ira mal contenida y se fue al lugar antes mencionado, siendo seguido por los dos capos asustados.

-Chrome- llamo firmemente el de patillas, logrando que la menor se tensara.

-¿S..si?- pregunto está tímidamente.

El mayor solo la miro y saco un pequeño trozo de papel doblado, para luego entregárselo a la chica.

-Eso- dijo apuntando el objeto que le acababa de entregar- quiero que me lo consigas todo para esta noche, justamente a las 8:00 te quiero de vuelta, ni un minuto más ni un minuto menos, así que vete- ordeno.

La menor asintió y desdoblo el papelito. Tenía que saber cuáles eran las cosas que traería, para tomar una bolsa de mandado acorde al pedido.

Pero… dudaba que alguna de las cosas en aquel papelito, entrara en una simple bolsa de mandado… de hecho… dudaba conseguir al menos la mitad de esas cosas.

Lo que contenía la lista del “mandado”, era esto:

*2 cajas de dinamita.
*7 cartuchos de balas de 3 mm.
*4 botellas de Wisky.
*1 Gatling remasterizada.
*El nuevo juego de Halo.
*1 elefante.
*2 osos polares.
*3 tigres.
*1 Helado de vainilla.
*Lubricante y condones.

La pequeña estaba completamente roja al leer el último punto… ese sin duda sería el más difícil de traer.

Quiso preguntar el por qué quería todas esas cosas, pero la mirada amenazadora del moreno se lo impidió, y solo se fue como alma que lleva el diablo para cumplir con el mandado.

-¿Qué es lo que pasa?- pregunto seriamente el pintor, al estar solo él, sus amigos y el hitman solos.

El de patillas los miro seriamente, causando que los otros tres le regresaran la mirada de igual forma.

-Hoy estamos a 5 de diciembre- fue la escueta respuesta del hitman, los tres ninjas enarcaron una ceja, dando a entender que no entendían, por lo cual, siguió- hoy es el cumpleaños de Chrome- explico, ahora los ninjas ya entendían- dentro de una de las gavetas en la cocina que no se puede abrir, hay varios adornos, quiero que…

-Adornemos el lugar- afirmaba Konohamaru.

El hitman solo asintió.

-Llevan poco en la familia, pero aun así, ahora son de la familia, así que están forzados a estar en la fiesta, ¿capicci?- decía el mayor de forma seria.

Los tres ninjas solo sonrieron. No había necesidad de que los obligaran a nada, la pequeña les agradaba mucho, aparte… con ese “ahora son de la familia”, se sentían más felices con esas personas, nadie les había mostrado tanta amabilidad en años, así que… sin dudar, arreglarían hermosamente todo el lugar.

-Por nosotros no hay problema, estamos encantados de que nos incluyan, dattebayo- respondía el rubio, a lo que los otros dos solo asintieron.

-Bien, y también tengan esto- dijo posando en la mesa varios sobres realmente gordos- es su paga adelantada de esta semana, pueden gastarlo en lo que quieran.

-En especial, en un regalo para la cumpleañera- comentaba Sai, tomando uno de los sobres.

Reborn solo sonrió en afirmativa.

-Tienen hasta las siete en punto para tener el lugar arreglado y de paso, preparen la cena. Los demás fueron por el pastel, postres, sus regalos, un par de juegos y entretenimiento. ¿Pueden hacerlo?- cuestiono.

Los ninjas solo sonrieron de forma cómplice, dándole a entender al mayor su respuesta.

El hitman solo sonrió ante la afirmativa y se fue a donde lo esperaba su alumno y otros dos idiotas.

-Bien, a trabajar- dictaba el pintor, a lo que los otros dos solo asintieron y comenzaron a arreglar el lugar a toda velocidad.

Después de terminar en una media hora con la casa, vieron bajar a los tres mafiosos y notaron que no se encontraban muy bien, más no dijeron nada. Después se fueron y ellos también se marcharon a pensar por un regalo, y comprar cosas para la cena.

/// Fin del Flash Back ///

Y así es como habían llegado hasta ahí.

La cabaña estaba tapizada por una alfombra color índigo, el techo adornado con telas blancas que iban de un lado a otro, globos del mismo color de las telas y alfombra volando en el techo. La mesa, por otro lado, tenía un hermoso mantel blanco y otro color cielo, en forma de rombo sobre este.

Encima de la mesa habían diferentes platillos, como: Spaghetti alla Boloñese, Bistec alla Florentina, Mozarela de Bufala, Quinche Lorraine, Coq au vin, Cassoulet, Tonkatsu, Ramen. Junto a varias aguas de sabor de frutas, como: limonada, de Jamaica, maracuyá, naranja, pepino, alfalfa y demás.

Si, que bueno que había comprado un libro de recetas.

Como la mayoría eran menores de edad, Sai había dejado de lado todo el sake y bebidas alcohólicas. Era probable que los adultos como Reborn, Gamma y Coronello se quejaran, pero eso era lo que menos le importaba al pintor.

Para él, el alcohol era malo, aun cuando lo tomabas en pequeñas cantidades era malo, porque por causa de él, se creaba el vicio y varias personas se desviaban del camino correcto (O al menos eso decía el libro de “Lleva una Vida Sana” que leyó en una de las bibliotecas de Konoha). Por lo cual, él no permitiría que en su mesa, hubiera un enemigo más letal que Akatsuki.

Pero lo que más resaltaba en la mesa, era una gran escultura de hielo de una tímida y tierna Chrome, cortesía de Naruto. La había hecho con su chakra y un poco de agua embotellada.

Ya tenían todo listo, la casa, la comida e incluso los regalos.

No por nada eran ninjas.

Ahora solo debían de esperar media hora para que todos regresaran, cosa que paso fácilmente. El tiempo se les había pasado entre bromas y platicas, y ya todos estaban en el lugar.

-¡vaya, les quedo increíble!- halagaba la pequeña Yuni.


-Ciertamente, les ha quedado maravilloso- acotaba Aria, con una sonrisa amable.

Los ninjas se limitaron a sonreír cálidamente.

-¡Wow!, ¿En dónde aprendiste a preparar toda esta comida-kora?- preguntaba el militar con la baba cayéndosele.

-De un libro- respondió el pintor secamente.

A los mafiosos les creció un goterón en la frente por la respuesta.

-…Lambo quiere…- susurraba bajito el menor, mientras acercaba su mano a uno de los platillos en la mesa, con la clara intención de comer. Pero una serpiente de tinta que salió debajo de la mesa se lo impidió.

-¡Gyaaa, un gusano gigante!- exclamo el bovino, alejándose de la mesa y saltando a los brazos de Aria, la cual, lo atrapo perfectamente.

-Es una serpiente, vaca estúpida- le dijo con molestia la tormenta, ocasionando que el menor se molestara.

-¡Callate, Estupidera!- le contestaba este.

-¡Tú a mí no me callas mocoso insolente!- le respondía el otro más cabreado.

-Ma ma, tranquilos- trataba de calmar la lluvia inútilmente.

-Kufufufu, ¿Por qué hay una serpiente ahí?- preguntaba el de peinado de piña a los ninjas.

Naruto y Konohamaru solo apartaron la mirada.

-Es porque la cumpleañera debe ser la primera en probar la comida, así que NADIE- respondía el pintor, mirando significativamente a sus dos amigos, los cuales se hacían tontos mirando el lugar- NADIE, debe de probar la comida hasta que la fiesta inicie- termino de decir.

Los mafiosos solo asintieron, entendiendo a lo que se refería el cuervo, al igual que la razón por la cual creó la serpiente… supusieron que lo más seguro, es que el Kitsune y Neko trataron de robarle comida.

-¡SIN DUDA ES UNA COMIDA EXTREMA, A CHROME LE GUSTARA!- exclamaba con los brazos alzados el sol.

-Si… la comida se ve muy deliciosa, de… ¿Dónde sacaste las recetas, Sai-san?...- preguntaba en voz baja un pelirrojo, esperando que el mayor lo ignorara.

Cosa que no pasó.

-De un libro llamado “Recetas de Todo el Mundo”, lo compre en una de las bibliotecas del centro… al menos creó que era el Centro…- respondía escuetamente y con duda el pintor, ocasionando que el pelirrojo se sorprendiera.

¿Acaso estaba teniendo una conversación con el amor de su vida?, se preguntaba emocionado.

-Y..ya veo…- decía avergonzado- y… ¿De qué lugares preparaste platillos?- preguntaba, tratando de alargar la interacción con el mayor.

-Italia, París y Japón- respondió secamente.

“Lo bueno dura poco” pensaba tristemente el pelirrojo.

-Nufufufu, ¿Y dónde está la del cumpleaños?- preguntaba un alvino, mientras abría su nueva bolsa de bombones.

-Llegara a las 8, de momento tenemos una hora para arreglar lo que falta- respondía el Hitman.

-Ahh~…- musitaba el de ojos violetas sin importancia, mientras se llevaba un bombón a la boca, pero la serpiente de la mesa se lo quito, junto a la bolsa de bombones.

-Nufufufu, ¿Y esto qué significa?- preguntaba molesto el alvino, al ver que sus preciados dulces le habían sido arrebatados.

-Primero se come la comida y luego los dulces- respondía el cuervo.

El de ojos violetas lo miro molesto.

-Vaya~… ¿y qué si yo quiero comer mis dulces primero?- lo retaba.

-Me temo que no podrás. Ninguno comió en la tarde, por lo cual necesitan comer, pero comer comida sana, no una bola de masa y azúcar que te estás a punto de consumir. Eso no le trae ningún beneficio a tu cuerpo, así que te pido esperes a la cena- decía educadamente el pintor.

Pero el alvino solo afilo más la mirada.

Nadie, NADIE, se metía con sus dulces.

-¿Ah sí~?...- decía con sus ojos afilados y una sonrisa tétrica.

A varios les recorrió un escalofrió al ver a Byakuran así.

-Si…- musitaba también el pintor, con una mirada fría y sombra debajo de sus parpados que lo hacía ver lúgubre, todo junto a una sonrisa macabra.

Ahí todos se aterrorizaron…. Más Konohamaru y Naruto, los que ya conocían las consecuencias de no acatar las reglas de la mesa.

Con esa expresión a Byakuran ya no le dieron ganas de reñir más, y simplemente se limitó a apartar la mirada. Cosa que alivio a los dos ninjas, pues… Sai era muy paciente, pero… cuando se meten con la comida y su forma de vida “saludable”, hasta un fantasma se horrorizaría de verlo molesto.

-Kufufufu, bueno, dejando eso de lado. Mi querida Nagi está a punto de volver~…- comentaba el de ojos bicolor.

-Eso es cierto, tenemos que terminar de arreglar lo demás- acotaba Gamma, poniendo manos a la obra.

Los demás solo asintieron con la cabeza. No era momento para distraerse, en unos cuantos minutos más llegaría la cumpleañera y un par de cosas aún no estaban hechas.

Pero con la ayuda de los clones de sombra de Naruto todo se facilitó. Colocaron los dulces y postres en otra mesa que Gokudera y Yamamoto sacaron del almacén.

Colocaron unas buenas bocinas para bailar. En otra parte de la sala pusieron varios juegos de mesa, otros de la botella y otros de dinámicas.

Por último, en una mesa más pequeña, colocaron el pastel. El cual, tenía tres pisos de alto, era cubierto de merengue negro, con adornos de circulitos blancos y azules, también, en medio de este, habían unas palabras en cursiva que decían: “Buon Cumpleanno”. El pastel era rodeado por todos los regalos de los amigos de la pequeña.

Ya está todo listo y la cumpleañera llegaría en un par de minutos.

-Jeje, esta es la primera vez que acabamos en tiempo record- hablaba divertido el jefe de Shimon, provocando una pequeña risa en Tsuna.

-Sí, tienes razón- hablaba tranquilamente el castaño, pero su mirada alegre cambio al ver algo que le llamo la atención junto al pastel. Cosa que noto su amigo y dirigió la mirada al mismo lugar que el de ojos miel.

Pero no noto nada extraño.

Así que regreso la mirada al castaño, viéndolo con duda marcada en sus ojos.

Este al notar como era observado, solo sonrió y lo llevo junto al pastel.

-Mira- dijo el Cielo apuntando tres regalos.

El pelirrojo los miro, uno era naranja con negro, otro azul con verde y otro envuelto con papel negro. Los tres tenían una nota: El primero decía; “¡Feliz Cumpleaños, dattebayo! De: Naruto”, el segundo; “¡Feliz Cumpleaños, espero te guste!, De: Konohamaru” y el cuarto decía; “De Sai”.

Ambos capos rieron al leer lo que decía el último, de verdad el peli-negro no era muy social.

-Jeje, no pensé que les fuera a dar tiempo de hacerle un regalo- comentaba Tsuna.

-Si, tienes razón… tampoco lo esperaba- decía de igual modo el pelirrojo.

-Pues ya ven que si nos dio tiempo, no por nada somos ninjas, dattebayo- decía una voz animaba a espaldas de los dos capos. Ocasionando que estos giraran la vista asustados.

-¡Hieee!, ¡Me asustaste!- exclamaba el menor posando las manos en su pecho, tratando de controlar su pobre corazón.

Enma solo se quedó quieto, a él también lo había asustado.

Por otro lado, Naruto solo miro detenidamente a Tsuna, para luego apartar la mirada e irse a la sala para platicar con sus dos amigos.

Tsuna se entristeció por eso. Era la primera vez que el rubio le hablaba por cuenta propia y él actuaba así, sin duda era un idiota.

El de ojos sangre noto la mirada triste de su amigo, y le dio un par de palmaditas en la espalda con la intención de darle animo… lástima que no funcionaba.

Por otro lado, los mafiosos habían observado la escena, y por más que les cayera bien el rubio, les molesto la forma en que trataba a su Jefe y más porque eran conscientes de los sentimientos de este.

Pero ya lo arreglarían.

_ En la Sala _

El Cuervo y Neko vieron como su amigo se sentaba junto a ellos con una mirada perdida.

Lo miraron por unos segundos, esperando una reacción de este, pero solo lograron escuchar un leve susurro que decía: “Lee actuaba igual cuando lo asustaba, dattebayo…”

El pintor y castaño se miraron preocupados, ya sabían lo que le ocurría a su amigo y jefe… pero por más que quisieran… ellos no podrían sanar esa herida…

Y así, entre tristes y deprimentes pensamientos dieron las 8 en punto de la noche.

_ Afuera de la Cabaña _

Una pequeña chica, vestida de uniforme militar verde, botas negras, un parche de calavera en el ojo, cabello índigo y peinado en forma de piña, con ojos azules y expresión preocupada… corría rápidamente al lugar donde la esperaba un hombre muy frío y cruel que no la perdonaría si llegaba a las 8:01 de la noche.

No quería imaginar el castigo que le impondría el Hitman si se demoraba un minuto, pero…

¡Vamos!... ¡No era su culpa!

¿De dónde sacaría Dinamita, balas y una Gatling?, esas cosas no las vendían en el Súper Mercado.

El Wisky si lo podría encontrar en una licorería, pero ella tenía 17 años, era una menor de edad y no se la venderían.

El elefante, los osos y tigres tampoco había podido conseguirlos, era obvio que si iba al Zoológico y preguntaba a uno de los trabajadores: “Disculpe, ¿Cuánto los tigres de esta jaula?” se reirían de ella… cosa que paso… y la avergonzó mucho…

Pasaba lo mismo con los condones y lubricante… por la vergüenza no tuvo el valor de ir a comprarlos a una farmacia… o bueno, a donde sea que se fueran a comprar, la verdad no tenía la más mínima idea de donde podían vender lubricante… y tampoco es como si deseara saber.

La sola imagen del Hitman usando eso con el Militar la hacía querer desmayarse…

Está bien haya visto uno que otro anime o manga Yaoi, pero ninguno por voluntad propia. Aún no entendía cómo es que Aria, Yuni y Aldeid veían esas cosas…

“Al final solo pude conseguir el helado y el juego de Reborn-san…” pensaba deprimida la chica, al divisar ya la entrada de la cabaña.

Pero al ver su reloj, dejo de correr y camino tristemente…

Ya eran las 8:02… el Hitman no la iba a perdonar…

Camino arrastrando los pies hasta llegar a la puerta, y la abrió con extrema lentitud, deseando que la bala que la iba a recibir no diera en un punto vital de su cuerpo.

Pero al ver todo oscuro se extrañó.

“¿No hay nadie en casa?” se preguntaba ligeramente asustada. Después de todo, una cabaña, en medio del bosque y completamente sola… ¿Quién no se asustaría?

Entro con paso dudoso y de repente, la puerta detrás de ella se cerró de golpe.

Ya alerta, saco su tridente y se dispuso a atacar a cualquiera que la agrediera. Diviso una pequeña sombra, gracias a la luz de la luna, pero antes de que pudiera abalanzarse a esta, las luces de la mansión se encendieron y con un pequeño “flop”, ya se encontraba llena de confeti y serpentinas.

Después de eso, lo siguiente que escucho fue un grito general que decía: “¡Feliz Cumpleaños!”.

Todos sus amigos estaban frente a ella, observándola con una tierna sonrisa.

Por otro lado, ella solo miro a su lado derecho y… nada.

Miro al izquierdo y… tampoco había nada.

Ahora observo detrás de ella, abrió la puerta y tampoco había nadie.

-Oya oya, mi querida Nagi, ¿No me digas que olvidaste tú propio cumpleaños?- preguntaba con dulzura el heterocromático. Ocasionando que la pequeña se girara avergonzada y confundida.

-¿Mi cumpleaños?, Mukuro-sama- seguía sin asimilar lo dicho por su maestro.

-¡Si!, hoy estamos a 5 de diciembre Chrome-chan, ¡tú cumpleaños!- respondía ahora una muy animada Yuni.

La del parche hizo memoria por unos segundos, y cuando lo recordó, unas lágrimas la asaltaron.

-Gr..Gracias chicos… yo... lo había olvidado…- dijo la otra completamente feliz porque sus amigos recordaran algo que ella misma había olvidado.

Ante eso, todos la miraron enternecidos (Menos Sai, por obvias razones).

-¡Que empiece la fiesta-kora!- exclamaba el militar muy animado, y todos lo siguieron con un grito alegre.

Luego de eso la fiesta empezó. Primero todos se sentaron a comer por orden de Sai, bailaron, hicieron un concurso de Karaoke y siguieron jugando y comiendo.

Se la pasaron así hasta las 11:34 de la noche, hasta que fue la hora de abrir los regalos.

Primero abrió el de su querido Mukuro-sama, el cual era un muy lindo y tierno vestido azul, ligeramente escotado y con mangas debajo de los codos. Decía que como ya era una bella señorita, no podía estar usando siempre el traje de la escuela, comentario que hizo que la joven se sonrojara.

Luego fue el de Aria, quien le había regalado unas sencillas zapatillas negras con tacón ligeramente alto, haciendo que hicieran juego con su vestido antes regalado.

Siguió el de Yuni, ella le dio un peluche “Pusheen” muy tierno.

El de Coronello fue; un rifle con mira y silenciador. Todos golpearon al pobre militar por regalarle eso a la chica.

Gamma; un Samsung Galaxy s5. La menor estaba feliz por ese regalo, ahora podría llamar a sus amigos cuando ella quisiera.

Reborn; naturalmente le dio una fedora azul con franja negra y unas flores de azul más oscuro, curiosamente hacía juego con el vestido y zapatos antes regalados.

Gokudera le regalo un libro de historias románticas. Todos se sorprendieron ante ese regalo dado por la tormenta, dado que él solo hablaba de dinamita y cosas relacionadas con la escuela, pero él se defendió diciendo: “Tsk… ¡No lo malinterpreten idiotas!, no sabía que regalar y a las mujeres les gusta mucho esas basuras”, naturalmente todos se rieron por el rostro avergonzado del de ojos esmeraldas, pero la cumpleañera solo le agradeció alegremente. Desde hace días que quería comprar ese libro, pero como no tenía dinero solo se resignó a leerlo por internet.

Yamamoto le regalo una tarjeta para ir al cine gratis durante un año.

Lambo le dio tres bolsas de uva, ocasionando que la chica se enterneciera. Sabía cuánto le gustaban al menor esos dulces y también lo mucho que le costaba desprenderse de ellos.

Ryohei le regalo unos guantes de box. En consecuencia, él también fue golpeado.

Hibari le regalo un suéter negro de lana y con el estampado de unas mariposas, como ya estaban en diciembre, pronto iba a hacer mucho frío.

Aldeid le regalo todos los tomos en manga de Junjou Romantica y los discos de Boku no Piko. La del parche solo sonrió nerviosamente y le agradeció, mientras que los demás mafiosos la veían con lástima.

Enma le regalo 6 visitas al Spa y 8 sesiones con un psicólogo. “Es muy bueno, yo logre olvidar Sensitive Pornograph en solo dos sesiones”, le había dicho este, ocasionando que la del pelo índigo lo viera con eterna gratitud.

Tsuna estaba muy nervioso al dar su regalo, no sabía si a su amiga le gustaría. Ya que este era solo un álbum de todo el tiempo que habían pasado juntos como familia, y al final, había una dedicatoria donde le decía que era la mejor amiga del mundo y que la quería como si fuera su hermana.

La menor lloro de emoción al leer esto, y sin poder evitarlo, abrazo a su Boss con lágrimas de felicidad en los ojos.

Ya con todos esos regalos abiertos, fue el turno de los ninjas. Todos ponían especial atención a eso, les daba curiosidad saber lo que aquellos tres le pudieron haber regalado a la chica.

Primero tomo el de Konohamaru. Este no era muy grande, pues entraba fácilmente en su mano. Lo abrió y en el interior había un collar, la cadena era como una trenza y en medio de esta había una piedrita brillante en forma de lágrima, de color azul cielo, que resplandecía hermosamente.

-Es un collar, lo hice con un poco de mi chakra e hilos de acero- explicaba un poco avergonzado el menor- la verdad no tenía idea de que regalarte Chrome-chan, y eso fue lo único que se me ocurrió- término de decir apartando la mirada.

La menor lo miro feliz y le agradeció sinceramente.

El siguiente fue el de Sai, este era del mismo tamaño que el de Konohamaru. Cuando lo abrió, se encontró con un pequeño pergamino, pero cuando lo abrió había varios garabatos que no entendía. Por lo que giro a ver al cuervo desconcertada.

El pintor solo sonrió.

-Me temo que yo tampoco sabía que regalarte, así que me vi obligado a improvisar- explico este, mientras tomaba el pequeño pergamino y hacía varios sellos, y una vez que el “puff” se escuchó, todos pudieron apreciar un cuadro de un metro de alto y cuarenta de ancho.

El cual, tenía un marco de roble, el cuadro mostraba a una adorable Crome con vestido blanco y cabello suelto, sonriendo hermosamente en la oscuridad de la noche, rodeada de estrellas y alumbrada por la luz de la luna.

Se pudo escuchar “wow” general al ver la obra de arte.

El último fue el regalo de Naruto. Este era mucho más grande que el resto, lo que causo la curiosidad de todos.

La peli-piña lo abrió con mucho cuidado, pero en cuanto quito el envoltorio y retiro la tapa de la caja, cada lado de esta se cayó a los lados, dejando la caja abierta en su totalidad.

Una vez así, todos pudieron apreciar el regalo que el ninja rubio había hecho, sorprendiendo a todos. Ya que el regalo del Kitsune, eran pequeñas figuras de todos los mafiosos en cristales.

Estaban perfectamente hechos y detallados. El Hitman se preguntaba cuánto pudo haber gastado o amenazado para tenerlos listos para la noche.

-Vaya, hace tiempo que no veía este jutsu… Naru-chan, no sabía que dominabas el Elemento Cristal- decía ligeramente sorprendido el cuervo, causando que todos giraran a ver la rubio.

-¿Elemento Cristal?, ¿Eso existe?- preguntaba un sorprendido Konohamaru.

Naruto lo miro y sonrió.

-Claro que existe. Es un jutsu un poco complicado en el que se deben de juntar varias naturalezas de chakra. La primera vez que lo vi fue con una mujer llamada Guren, dattebayo- respondía alegremente el rubio.

-¿Guren?, ¿Quién es ella?- preguntaba de nuevo.

-Tú no la conociste hermanito, ya que ella no era de la aldea. Nos encontramos con ella en una de las misiones que se nos encargó de investigar a Orochimaru, donde se descubrió que estaba experimentando con el Sanbi, tratando de hacer a un chico llamado Yukimaru su contenedor- explicaba el cuervo.

-Ya entiendo…- decía el menor.

Pero los mafiosos no entendían nada, solo una cosa les había quedado clara.

-¿Tú los hiciste Naruto-san?- preguntaba Chrome realmente asombrada.

El mencionado solo asintió y aparto la mirada, ligeramente avergonzado.

-Me temo que me encontraba igual que Sai y Konohamaru, no sabía que darte, por lo cual eso fue lo único que se me ocurrió, lo siento… dattebayo- respondía el mayor, al pensar que su regalo había sido demasiado sencillo.

Pero la alegría reflejada en el rostro de la chica al ver cada una de las figuritas, le hizo saber que su regalo no había sido tan malo, hasta que…

-Pero… Naruto-san… faltan tres personas- decía la menor, observando de nuevo las estatuillas.

El nombrado enarco una ceja y observo su regalo, haber… ahí estaba: Tsuna, Enma, Aldeid, Gokudera, Yamamoto, Lambo, Ryohei, Hibari, Mukuro, Reborn, Yuni, Aria, Gamma, Coronello, Byakuran y la misma Chrome, entonces…

¿Quiénes le faltaban?

El Kitsune giro a ver a la cumpleañera con duda, causando que esta solo sonriera.

-jeje, faltan Naruto-san, Sai-san y Konohamaru-san… jeje- explicaba la mayor con ligeras risas.

Y el mundo fue iluminado para el rubio.

-Ahh~… se me olvidaba, dattebayo…- susurraba el rubio realmente feliz. En verdad no esperaba que a la menor le importara si estaban ellos o no, pero el que si los tomara en cuenta lo quería hacer saltar de felicidad, pero por suerte se contuvo.

Sai y Konohamaru también estaban felices de que la pequeña pensara así, más no dijeron nada y solo se limitaron a sonreír.

-¡Dame un minuto, dattebayo!- exclamaba feliz el mayor. La otra solo asintió.

El kitsune hizo una serie de sellos con las manos y mientras lo hacía, varios cristales se iban formando de la nada, agrupándose con los demás y creando la forma de una persona, específicamente, en Konohamaru.

Una vez terminada, se la entregó a una cumpleañera muy sorprendida.

-¡Increíble!, ¿Cómo hiciste los cristales Jefe?- preguntaba un muy sorprendido Neko, mientras el Zorrito hacía otra figura de Sai.

-Es simple. Esta habilidad tiene la capacidad de cristalizar cualquier material físico e incluso la humedad en el aire, dattebayo- explicaba el nombrado, mientras acaba con la última estatua, que era la de su persona.

-Entonces… ¿Estás usaste la humedad del aire para hacerlas?- pregunto de nuevo el de bufanda azul.

-Así es, dattebayo- contestaba alegremente el rubio.

Los mafiosos escuchaban con atención la explicación, sin duda estaban sin habla. Aquellas personas lograban sorprenderlos más y más.

Al final la fiesta termino.

Naruto limpio todo con sus clones de sombra y todos se fueron a dormir tranquilamente.

A excepción de un castaño, un pelirrojo y otro azabache… quienes se encontraban sentados boca arriba en su cama, vestidos con sus pijamas y mirando el techo con expresión preocupada.

No podían dejar de pensar en lo dicho por el Hitman.

Ciertamente estaban felices de que el asesino los apoyara en sus sentimientos… pero… todos sabían que la forma de actuar del Arcobaleno del sol, era un tanto… peligrosa…

/// Flash Back ///

Kyoya subía las escaleras completamente molesto, mientras era seguido por los dos capos a una distancia prudente, ninguno de los dos quería acercarse al prefecto con ese humor.

Una vez que llegaron a una puerta con los grabados del escudo de la familia, tomaron el pomo de la puerta y entraron.

La habitación era de color rojo, con un pequeño escritorio con su silla frente a la puerta y varios sillones pegados a la pared.

Se quedaron varios minutos esperando al Hitman, hasta que por fin pudieron escuchar los pasos de este acercándose.

Los dos jefes se asustaron, pensando que por fin Reborn había decidido matarlos y tirarlos al mar por ser tan “Inútiles”.

Kyoya por otro lado, seguía igual de molesto.

Cuando por fin el Hitman ingreso a la habitación y se fue a sentar al escritorio, todos pusieron extrema atención a sus movimientos.

Permanecieron en silencio por varios minutos, hasta que Kyoya se hartó y decidió ir al grano.

-¿Qué quieres bebe?, habla rápido- decía este con tono altanero.

Reborn solo lo miro y luego paso su mirada en los otros dos, para luego sonreír con burla.

-Lo sé- fue lo único que dijo este.

El Cielo y la Nube lo vieron sin entender.

-Supongo que se nos nota mucho…- dijo ahora Enma, desencajando más a los otro dos.

-¿De qué hablan?- preguntaba un desconcertado chico de ojos miel.

-Dilo de una buena vez bebe, o te morderé hasta la muerte- decía el prefecto ya hastiado, provocando que la sonrisa del Hitman se ensanchara más.

-Son unos inútiles- insulto el de patillas, pero antes de que los aludidos pudieran decir algo, siguió- Me refiero a que sé que Dame-Tsuna está enamorado, al igual que Dame-Enma y el nombrado “Mira Culos”, pero no se preocupen. Como la persona bondadosa que soy, los ayudare. Solo quería decirles eso, ¡Chaos!- y de la nada salto por la ventana.

Dejando a aquellos tres personajes, totalmente desconcertados por lo antes dicho.

Tardaron media hora en digerir lo dicho por el Hitman, para luego salir de la habitación.

La nube echa una furia y los dos capos realmente deprimidos… algo les decía que eso no iba a traerles nada bueno.

/// Fin del Flash Back ///

Y así es como habían terminado con insomnio… solo deseaban que el asesino tuviera un buen plan de conquista, porque… siendo sinceros… no tenían ni idea de cómo llamar la intención de sus amados.

Lástima que no sabían que ese era el último pensamiento de un Hitman, el cual se encontraba bebiendo en la azotea de la cabaña junto a dos rubios.

-¿De qué te ríes?- preguntaba Gamma, mientras se servía otra copa de licor.

-Es cierto, das miedo cuando haces eso Reborn, ¿Acaso le harás otra broma a Tsuna-Kora?- preguntaba el militar, bebiendo directamente de la botella de vodka.

El Hitman solo sonrió al hacer la sola mención de su alumno, más no dijo nada y se limitó a ver la hermosa luna, mientras pensaba con maldad…

“Esto será realmente divertido”

Los dos acompañantes del peli-negro solo veían como el mayor sonreía de esa forma tan tétrica, y no pudieron evitar sentir lástima por el pequeño castaño.

“Tan Joven y con una corta vida” pensaba triste Gamma.

“Lo siento Tsuna, no puedo hacer nada, pero te llevare flores a la tumba cada que pueda-Kora” pensaba de igual forma el militar.

“Necesitare una cámara de video con mucha memoria” pensaba el Hitman.

_ En Otra Habitación _

Un rubio se encontraba sentado al filo de la cama y recargado en la cabecera de esta, con la lámpara de noche encendida y una libreta en mano, la miraba con mucha atención…

No…

Lo que miraba con mucha atención era lo que recientemente había escrito con lápiz, una pequeña nota que decía:

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
05 de Diciembre del Año 4.

Por más que lo intento, no logro que Kurama despierte… mi cuerpo ya no lo resiste.

Si esto continua así, nuestra vida se extinguirá muy pronto…

…Ambos moriremos…

Solo me queda esperar y… seguir intentando, dattebayo.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Al final apago la lámpara y se acostó a dormir… con una mueca de tristeza marcada en su rostro.

Continuara…
Notas finales:

No olviden sus comentarios XD

Que de eso vivo y si no no actualizo 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).