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Por Siempre Tú y Yo por SheWolf89

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-¡¡SOUSUKE!!

El grito de ánimo que Rin dio al castaño, quien nadaba soportando el dolor de su lesión, resonó por todo el recinto deportivo. Gracias a eso el de los ojos turquesa obtuvo nuevos bríos para terminar su parte de la carrera, que fue finalizada por Rin.

Al terminar, el ‘equipo definitivo’ de Samezuka celebró, porque aunque no consiguieron ganar, estaban felices por el tiempo logrado y por cumplir el sueño de Sousuke. Se abrazaron mientras reían y festejaban el momento, en ese instante el más alto les habló.

-Gracias, chicos.

Los tres miraron sorprendidos a su compañero. Había dicho esas palabras con tanta sencillez.

-¡Esa actitud no te va Yamazaki-sempai!

Todos rieron ante el comentario de Momo y, luego de saludar y felicitar a sus amigos de Iwatobi se dirigieron a los camarines. Rin y Sousuke estaban duchándose, uno al lado del otro. Un silencio incómodo los invadió cuando sus compañeros salieron y quedaron solos. Intercambiaron algunas miradas fugaces, Rin estaba muy sonrojado, aún sentía en sus labios la tibieza de la boca de Yamazaki… sin embargo luego del beso llegaron sus compañeros de equipo y el momento se disolvió. Luego de algunos insatantes, el más alto finalmente habló.

-Rin…

-¿S-Si? Rin no pudo evitar el temblor en su voz.

-Ese beso…

Sousuke miraba muy seriamente al pelirrojo, quien intentaba ocultarse bajo el agua de la ducha, realmente se sentía avergonzado y no quería que él viera su rostro, de hecho ni siquiera deseaba hablar con él en ese momento. Pero el castaño continuó.

-Rin, mírame.

El pelirrojo, lentamente detuvo el agua y enfrentó a Sousuke, mirándolo a los ojos.

-Dime.

-Ese beso, no fue una equivocación de mi parte, ni nada parecido, yo, simplemente quería hacerlo.

Se miraron en silencio, Rin estaba aún más sonrojado y avergonzado, pero no apartó la vista.

-Yo, estoy enamorado de ti, Rin, al parecer casi todos tus amigos lo saben, pero tú no te has dado cuenta.

Rin abrió sus ojos con sorpresa Ahora todo cobraba sentido, las palabras de Nagisa, la invitación de Haru, también la pregunta del propio Sousuke sobre si le atraía algún hombre, la constante preocupación que tenía por él, sus miradas, todo tenía sentido ahora.

-Sousuke yo… tú…

Rin titubeó y miró hacia otro lado

-Rin. La voz de Sousuke sonaba tan cálida y profunda.

El pelirrojo suspiró

-Yo… te quiero. Pero, esto no puede ser, Sou, aunque yo te quiera, aunque estuviera enamorado de ti, mi familia, nunca, nunca lo aceptará. Yo… no puedo.

La decepción en el rostro de Sousuke era evidente, aunque se había atrevido a confesar sus sentimientos había sido rechazado. Sin embargo, no se daría por vencido tan fácilmente, Rin realmente no sonaba seguro de sus palabras.

-Repítelo, Rin, dilo una vez más. Lo aceptaré si lo dices mirándome a la cara.

-Sousuke… -dijo con un tono de confusión.

-Solo mírame.

El chico tiburón volteó y observó al más alto, de verdad quería repetir lo que acababa de decir, pero, le era imposible decir algo tan drástico observando el rostro del que es su mejor amigo, la persona que mejor lo entiende en el mundo, ese chico al que tanto quiere.

-¡La carrera estuvo genial!

-¡Sí, aunque no logré clasificar fue una experiencia increíble!

Otros nadadores ingresaron a la zona de duchas, mientras Rin seguía mirando a su amigo. Apartó su vista y se dirigió hasta su bolso para ir a vestirse. Sousuke no dijo nada, estuvo algunos minutos más bajo el agua y luego también fue a cambiarse, se demoró lo suficiente para que Rin se hubiese ido del camarín cuando él llegó.

Mientras tanto, el pelirrojo atravasaba el recinto deportivo para ir al bus de su escuela.

-¡Rin! 

Una voz conocida lo saludó mientras caminaba.

-Haru, felicidades nuevamente.

-Gracias.

-¿Pasa algo? preguntó al observar la inusual aura de emoción que rodeaba a su amigo.

-Venía a hacerte una invitación.

-Al parecer ustedes sólo saben celebrar. Respondió con una sonrisa.

-En poco más de dos semanas es el cumpleaños de Makoto y queremos hacerle una fiesta sorpresa, me gustaría que estuvieras ahí.

-Gracias, claro que iré.

-Yamazaki también puede venir contigo.

-ah… claro, respondió algo incómodo.

-¿Ocurrió algo?

Rin dudó en responder, sin embargo continuó.

-¿Tú lo sabías Haru, lo que Sousuke siente por mí?

Haru lo miró con algo de sorpresa, así que Yamazaki había dado el paso, pensó.

-Sí… bueno es bastante obvio, se le nota mucho… ¿entonces él ya habló contigo?

-¿También sabías que hablaría conmigo? preguntó arqueando la ceja.

-Yo insistí en que lo hiciera, él no quería decírtelo.

-¿Qué?, ¿cuándo?

-Ayer.

-Tch…

El pelinegro lo miró seriamente.

-Haru no debiste… continuó con notable incomodidad.

-Sé que también lo quieres. Soltó con franqueza, también es obvio.

-Tsk… Rin se sonrojó, más no lo negó. No es tan sencillo, Haru, mi familia, tú no los conoces… ¿Gou sabe lo de ustedes con Makoto?

-Sí.

-¿Y qué dijo?

-… Nada, tomó sus cosas y se fue, al otro día nos habló igual que siempre, aunque se nota algo molesta.

-Eso es solo una muestra de cómo es mi familia sobre las parejas, de este tipo. Haru, mejor hablemos otro momento. Rin acomodó su bolso con gesto de querer continuar su camino.

-Como quieras, pero Rin, tú no eres un cobarde, no actúes como si lo fueras.

-Sí, sí. Nos vemos luego.

Rin siguió caminando hacia el bus, donde ya estaba reunido casi todo el equipo. Yamazaki y Mikoshiba fueron los últimos en llegar. Una vez arriba se fueron rumbo a Samezuka. Después del campeonato tendrían una semana libre para visitar a sus familias así que todos deseaban llegar pronto para recoger sus bolsos y por fin regresar a sus hogares, todos menos Rin y Sousuke, quienes solo pensaban en lo sucedido recientemente, en las cosas que querían decirse. Sin embargo, se sentaron separados y solo se dieron miradas furtivas durante el camino de vuelta a la escuela.

Estuvieron sin hablar el resto de la tarde, esquivandose y pasando el rato fuera de los dormtorios, pero cuando estaban saliendo del instituto, Rin se acercó al castaño.

-Oye, sobre lo que hablamos... dijo por fin mirándolo a los ojos. No puedo contestarte ahora, déjame pensarlo por algunos días…

-Rin.

-Sousuke, esto es muy repentino… y extraño. No puedo responderte sin pensarlo, tú eres importante, eres mi mejor amigo y no quiero perderte… ¿lo entiendes?

-Sí, está bien. Le respondió con una cálida sonrisa. Gracias. Cuídate, nos vemos pronto.

-Nos vemos. Dijo también sonriendo.

Aunque vivían cerca el uno del otro, tomaron diferentes transportes para llegar a casa, debían separarse por algún tiempo. Esa sería una semana muy larga.

.

.

Lejos de ahí, Haruka estaba vistiéndose en su casa, ese día le dirían a los padres de Makoto sobre su relación, tenían una comida para celebrar el triunfo, pensaban que ese era un buen momento. El ojiverde entró a la casa del delfín.

-¡Haru!

-Estoy arriba.

Tachibana subió al segundo piso y encontró a su novio abrochándose las zapatillas.

-Haru… tengo miedo.

El pelinegro lo miró.

-Todo va a salir bien.

-Haru, mis padres no son como los tuyos, yo, no sé lo que pasará… aunque con tu familia solo hablamos por teléfono, ellos lo tomaron muy bien, pero… pero…

-Tu familia también lo tomará bien.  Diciendo esto comenzó a caminar

-Haru. Makoto permaneció inmóvil.

-Makoto, vamos.

Haru habló y lo miró con ternura, trantando de traspasarle seguridad. Muy nervioso, el chico de ojos verdes siguió a Haruka, quien caminaba decidido hacia la casa de su novio. Afuera, los pequeños Ran y Ren los esperaban.

-¡Haru-chan!

-Hola Ran.

-¡Te estábamos esperando Haru-chan! Pasa.

-Gracias Ren.

-Hermano, ¡no te quedes atrás!

-S-Sí. Makoto intentaba mantener la calma pero cada paso lo hacía sentir más nervioso.

Al ingresar a la casa el pelinegro saludó a los padres de su novio, con su habitual actitud compuesta y despreocupada.

-Bienvenido Haruka, ¡felicidades por haber ganado!,  ¿cómo está tu familia?

-Gracias, ellos están bien señora Tachibana, les envían saludos, dicen que tal vez viajen para vernos en el campeonato nacional.

-Oh que bien ¡hace mucho que no los vemos!

-Sí. Haru observó  el abdomen de la mujer -¿cómo está?

-Muy bien, creciendo sano y fuerte. Contestó alegremente.

La señora Tachibana tenía una pancita de cinco meses, ya que esperaba a su cuarto hijo.

-¡Haruka, bienvenido! pasa a sentarte. Hijo, ayúdale a mamá a servir.

-Gracias.

Haru pasó a la mesa junto al padre y los hermanos de Makoto, mientras este último acompañó a su madre, intentando disimular la ansiedad que sentía en ese momento.

-¿Makoto te pasa algo? peguntó al ver el rostro de su hijo mayor.

-No, nada mamá.

El chico continuó como si nada pasara, sirvieron y brindaron. El señor Tachibana tomó la palabra.

-Chicos, hemos preparado esta cena para celebrar su triunfo el día de hoy, ustedes son un ejemplo para nuestros hijos más pequeños, son jóvenes sanos, responsables e inteligentes. Queremos que sepan que siempre los apoyaremos a ambos, ya que tú Haruka también eres parte de nuestra familia, desde pequeño has sido el mejor amigo de nuestro hijo y te apreciamos mucho.

-Es cierto, continuó la madre,  estamos muy orgullosos de ustedes, son jóvenes ejemplares y sepan que así como festejamos y apoyamos sus triunfos, también frente a cualquier problema nosotros siempre estaremos para apoyarlos.

El hijo mayor de los Tachibana, escuchar esas palabras, sintió como si su corazón fuese aplastado, sus padres eran tan buenos, y él… él podría hacerles daño con la decisión tomada recientemente. Intentó contestar con naturalidad las palabras de sus padres, pero no pudo.

-Gra-cias papá, ma-má… dijo el ojiverde al borde del llanto.

-Hijo, no llores. Su madre le habló con ternura.

-Es… que

-¿Hermano? Ran y Ren miraban a Makoto que parecía luchar contra las lágrimas, pero no parecían lágrimas de felicidad.

-Yo, yo no quiero decepcionarlos.

Sus familiares lo miraron con extrañeza, se suponía que festejaban el triunfo, pero su hijo Mayor lucía realmente triste.

-Hijo, tú nunca nos decepcionarás! ¿Por qué dices eso?

Makoto cubrió su rostro con sus manos, sentía tanta congoja, ver como sus padres eran tan buenos con él y Haru, sentía que ser homosexual era una traición para su familia, sentía que si ellos sabían de su relación con Haruka los odiarían. El pelinegro a su lado, quiso hacer algo para ayudarle.

-Lo que sucede, es que e-

-¡Haru no!

Makoto miró con verdadero miedo al decidido chico.

-Haruka ¿qué pasa explícanos? Preguntaron los adultos con preocupación

-Lo que sucede es… dijo tomando aire.

-Makoto tiene miedo de decepcionarlos porque él… lo que sucede… Haru tomó la temblorosa mano su chico y habló con más seguridad que nunca. Él y yo siempre hemos sido buenos amigos, como saben, siempre estamos juntos, pero últimamente descubrimos que, no es sólo amistad. Señores Tachibana, su hijo y yo nos enamoramos y desde hace unos días estamos saliendo, por eso quiero pedirles formalmente que me dejen cuidar de él.

La familia miró sorprendida a la pareja frente a ellos. Haru los miraba con seriedad y Makoto miraba hacia abajo, parecía verdaderamente triste.

-Makoto hijo… ¿esto es cierto, tú amas a Haruka?

-Mamá… El joven levantó la vista. Sí, es verdad.

Ella sonrió y miró a su esposo.

-En ese caso… ¡felicidades! No creo que exista alguien mejor para ti que Haru. Dijo el hombre mayor.

La pareja observó con sorpresa al señor Tachibana que acababa de darles su aprobación. Ellos no sabían que la familia ya había notado que el cariño que se tenían iba más allá de la amistad.

-Mi esposo tiene razón, ustedes son el uno para el otro.

-No llores hermano, ¡ahora Haru-chan también será nuestro onii-chan!

-¡Sí, que bien!

Ran y Ren parecían realmente contentos y se levantaron a felicitar y abrazar a la pareja, los padres hicieron lo mismo. Makoto, comenzó a llorar, pero esta vez de auténtica felicidad y alivio, al ver que su familia lo acepta y apoya tal cuál es. El delfín también estaba feliz, aunque como siempre no lo demostraba mucho, solo esbozaba una pequeña sonrisa.

-Siempre los apoyaremos, no tengan duda de eso.

-Gracias, mamá… El joven seguía conmocionado.

-Estamos orgullosos de ustedes y esto no cambia nada Makoto, eres nuestro hijo, siempre te apoyaremos.

-Sí hermano, nosotros también a ti y a Haru nii-chan… y ahora, por favor comamos, ¡que me muero de hambre!

Todos rieron ante el comentario de Ren y comenzaron por fin la cena, que transcurrió de forma muy amena, aceptando a Haruka como parte de su familia pero esta vez de una manera incluso más cercana. Conversaron de diversos temas, entre ellos Haru les contó que sus padres también aceptaban su relación. Al terminar la comida, luego de algunos minutos jugando con Ran y Ren, el delfín se despidió de la familia para volver a su casa. Makoto lo acompañó, subieron de la mano hasta el hogar del pelinegro.

-Gracias Haru.

El pelinegro lo miró interrogante ante esas palabras.

-Sin ti no hubiese podido decirle nada a mis padres, eres mi mejor apoyo…

-Tú también eres el mío. Respondió con calidez.

Makoto abrazó con fuerza a su novio.

-Haruka, te amo, voy a amarte toda la vida.

Haru llevó sus brazos hasta el cuello del más alto y lo miró con ternura, luego lo besó, muy lentamente, demostrando en ese gesto todo lo que su presencia significaba para él. Ahora por fin eran libres para entregarse al amor.

.

.

.

En su hogar, Yamazaki estaba acostado observando las luces de la ciudad, escuchando música, desvelado. Aunque tenía sueño y deseaba dormir, la imagen de Rin venía a su mente ¿Qué estará haciendo, durmiendo… soñando?, se preguntó. ¿Qué pensará sobre lo que hablamos? Dijo que lo nuestro no puede ser, que su familia no va a permitirlo… Pero también dijo que me quiere y… que soy importante para él. No me importaría si su familia no lo acepta, por Rin haría lo que fuera, si su familia lo abandonara yo trabajaría, yo le daría todo lo que tengo, yo lo haría feliz…

Estos pensamientos invadían la mente de Sousuke, sentía mucha angustia sobre lo que sucedería, tenía miedo de perderlo… y miedo de hacerle daño si él lo acepta y su familia se opone. Miró hacia el costado y observó la fotografia de ambos que colgaba de la pared, uno de sus recuerdos de niños en el club de natación Sano, luego revisó su mesita de noche, donde aún guardaba esa carta en que Rin le había dicho "eres mi rayo de sol". Sintió como su pecho se oprimía de incertidumbre, era tan abrumadores los sentimientos que tenía por ese chico, haría cualquier cosa por él.

Sin saberlo, no tan lejos de ahí, el pelirrojo tampoco podía conciliar el sueño, también escuchaba música y ciertamente también pensaba en él.

La mente de Matsuoka era un caos, sentía un intenso miedo de lo que pudiese pensar su familia, de perderlos,  pero por otra parte no quería alejarse de Sousuke, ya había sido difícil estar sin él cuando eran niños, no quería pasar por eso una vez más. Se sentía triste y angustiado, pero al pensar en su rostro amable, en su cálida sonrisa y en sus ojos como el océano, poco a poco sus pensamientos fueron desviándose hacia una hipotética relación con el castaño… ¿cómo sería?, ¿saldrían en citas?, ¿a comer, visitar alguna feria…? Sonrió pensando en las posibilidades, imaginando lugares y situaciones. Tocó sus labios, recordando el beso que tan dulcemente le fue dado por ese chico y,  pensando en eso, por fin se durmió.

Al día siguiente, el pelirrojo bajó a desayunar y encontró a su familia conmocionada.

-¿Puedes creerlo onii-chan?!

-¿Qué cosa?

-Lo de Makoto-senpai y Haruka-senpai ¡Son gays!

El tiburón se sintió mal apenas comenzando el día, después de todo pasó la noche casi en vela pensando en un hombre.

-Es su vida Gou, no te metas.

-¿Entonces es cierto hijo? preguntó su madre con voz suave.

-Sí, mamá.

-¡Te prohíbo que vuelvas a reunirte con ellos! no quiero que mi hijo se mezcle con enfermos!, ¡Y tú también Gou! -El padrastro de los chicos, también Matsuoka, habló con tono furioso.

-No puedo, Respondió la chica. Tengo un compromiso con la escuela para ser su representante. Pero no te preocupes, ya queda solo un mes de clases y se van, son de tercero.

-… Está bien, supongo que eso no se puede remediar. Pero reúnete con ellos sólo lo estrictamente necesario, ni un minuto más.

-No te preocupes, no es como si quisiera pasar más tiempo con ese par. 

Rin se sintió horriblemente mal al escuchar las duras palabras de su familia, todas las ilusiones de la noche anterior eran sólo eso, ilusiones.  Perdió inmediatamente el apetito y en lugar de eso, su corazón se contrajo angustiado, de solo imaginar si él tuviese algo con Sousuke y su familia se enterase. Su madre interrumpió sus pensamientos y le habló con una sonrisa que parecía triste.

-Rin, siéntate, desayuna con nosotros.

-… No, gracias mamá, dijo intentando sonar normal, saldré a trotar, como a la vuelta.

El pelirrojo, salió de su casa rápidamente y comenzó a correr sin rumbo, tan rápido como pudo, aunque a medida que avanzaba, el dolor y la angustia se hacían más agudos… corrió hasta divisar la playa, continuó hacia ese lugar, hasta que finalmente llegó a orillas del mar y cayó de rodillas en la arena, observando el océano… definitivamente no podría estar con el chico de los ojos turquesa, el de los hermosos ojos que lo miran con tanto amor… Un llanto bajto comenzó a aflorar desde su pecho, fue creciendo lentamente… y lloró, como nunca antes lo había hecho.

 

.

Continuará…

Notas finales:

En esta historia quise poner un padrastro para Rin y Gou, alguien que justificara algunos cambios en la personalidad de ella.


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