Malditos escalofríos, iban desde mi cuello a la parte baja de mi espalda, y sabía bien que los provocaba, su mirada era tan penetrante, y aún más desde el día que le dije todas esas ideas que tenía sobre él, ahora sé que fue un error y uno muy grande.
- Minho, creo que me gustas…. – jugaba con mis manos – ¿o solo talvez me excitas sexualmente? – levante mi vista, parecía que lo que le decía no le afectaba en lo más mínimo – está bien? – lo sabía había sido un error – sabes olvida todo, volvamos a ser amigos como si nada hubiera pasado, ok?
- No creo que eso sea posible – jalo de mi brazo, cuando estuvimos frente a frente – sabes el orgullo que me da que el “ángel” de la escuela este enamorado de mí?
- Yo nunca dije enamorado, solo excitación – trate de separarme un poco
- Vamos Taemin, eso es solo una excusa – toco mi rostro de un forma extrañamente dulce, y me gustaba, era lo peor – ¿y si intentamos tener sexo?
- ¿Pero qué diablos? – azote su mano – crees que todo se trata acerca de tu pelotas ¿no es así? – me levante enojado y abrí la puerta de mi habitación – por favor vete quiero estar solo – se levantó lentamente de mi cama
- Talvez no de mis pelotas, pero sí de las tuyas – fue lo último que escuche de el antes de irse.
Habían pasado dos semanas desde aquella discusión, parecía no haberle dicho a nadie ya que todo seguía como de costumbre, solo en mi pequeña cabeza cabía la idea de que ese idiota musculoso entendería lo que sentía, pero yo era aún más idiota por caer con alguien como él, podio tener a cualquier chica, pero claro Lee Taemin se tenía que fijar en uno de los mejores pero idiotas deportistas de la escuela, Minho llevaba una historia académica de logros en competiciones escolares, jugaba varios deportes entre ellos Futbol, Basquetbol y en la que más me gustaba verlo natación, aunque fuera un idiota pedante, tenía un espalda ancha y bien formada, musculosas y grandes piernas, y un rostro masculino, era inevitable no caer por él, u odiarlo a muerte por todo lo que tenía, mientras tanto yo Taemin era todo lo contrario a él, delgado, un poco más bajo, tenía unos pocos músculos gracias al baile, tenía reconocimientos gracias al club de teatro de la escuela y a mi cerebro, no es egocentrismo pero he de remarcar que soy uno de los mejores en la escuela, somos totalmente lo opuesto al otro, como diantres caí por él.
Nuestros caminos se cruzaron cuando mi hermano Onew lo trajo a casa, se habían conocido en la escuela de francés que mi mama nos obligaba a ir a ambos, solo dos años mayor que yo, recuerdo muchas veces que mi hermano me dejo solo con él para poder escaparse con su novia o novio lo que estuviera en turno, no era nada nuevo jugábamos videojuegos, después iba y me encerraba a mi habitación, después solo escuchaba como se despedía de mi hermano y desde la sala gritaba un Adiós Taemin, nunca vi nada especial no sé porque ahora, porque justo ahora.