Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Punto muerto por Duriel

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas noches, os traigo un relato de quinientas palabras y pico. Totalmente ridículo.

La serie "Axis Power Hetalia" y los personajes de este intento de Fanfiction pertenecen a un tal Himaruya. 

Muchos besos.

I

El corazón latía más deprisa cuando esos seres borrosos y negros, como una sombra no nítida, se acercaban. Pero ellos se desvanecían cuando él acercaba su mano para, no se podría decir, ahuyentarlos o tocarlos. Humo negro se elevaba hasta desaparecer en la espesura de la niebla rojiza cada vez que las criaturas morían.

A no ser por el piso de piedra, algunas partes de este estaban cubiertas de arena, todo sería niebla densa en diferentes tonos de rojo. El piso era un rectángulo de no mucha anchura, sostenido por enormes columnas; asomó la cabeza al borde, sólo para no ver un fondo. Todo era niebla roja. Gateando se alejó.

Recostó su espalda en una columna rota. No recordaba qué hacía allí, cómo había llegado, por qué. Tampoco sabía con certeza quién era él. Durante un minuto, se sintió desesperado. Alzó la cabeza, para ver una especie de remolino de nubes. En el horizonte podía ver que el rectángulo donde se asentaba no tenía final. Y en eso, se paró y empezó a correr.

Detuvo la carrera cuando le pareció escuchar algo distinto al sonido del viento. Música. Música, sí. Una guitarra, suave, apenas perceptible. Luego, una voz. Masculina, parecía murmurar. Las piedras y la arena se levantaron, como el humo negro de las criaturas en un principio, a sus costados. No cayó, flotó, como si la niebla se hubiera convertido en nubes, sosteniéndolo.

—Ni siempre será así —exclamó, pelando un durazno.

—Estás perdiendo el tiempo, Arthur —respondió él.

No quitó la vista del ventilador de techo, moviéndose y haciendo ruido. Girando, girando, y girando.

— ¿Quién canta? —preguntó él.

—Leonard Cohen —respondió Arthur.

—Lo suponía.

—Ni siquiera es tu tipo de música —dijo.

Alfred movió la cabeza, observándole con angustia.

—Él tampoco era mi tipo —murmuró, buscó sus ojos —. Y mira como ha acabado.

Arthur gruñó.

II

Iván podía parecer un crío buscando amor. Él sabía que en realidad no lo necesitaba, igualmente lo buscaba.

III

Alfred sabía muchas cosas.

Oasis. Noche. Ruidos de pájaros y alimañas, sus propios pasos, una voz dulce. Un rostro particularmente hermoso, era más alto, más robusto. Ojos que en algún momento brillaron, sintió la adrenalina por su cuerpo, aceleró su presión arterial. Parecía un niño después de una enorme dosis de azúcar. Apretó su mano, dejando alguna marca. Mientras lágrimas salían, la oscuridad se lo tragó. No le dejó tocarlo otra vez.

Alfred sabía que Arthur tenía mucha razón.

—Lo siento —sus palabras tropiezan.

La niebla rojiza y densa invadió el espacio. Consumió la angustia con gracia, llenó los huecos vacíos con falsa alegría. La niebla rojiza y densa relajó sus músculos, refrescó su rostro, su cuerpo completo. Lo arrastró como el viento a una hoja.

Era simplemente el efecto de una droga absurda, y no siempre funcionaría. No siempre sería tan real como alguna vez fue. No siempre podría acariciar esa piel clara que tanto estimaba.

Pasó mucho tiempo desde la última vez que Alfred probó calentar el corazón de Iván, y una droga absurda no podrá devolver eso nunca.

Notas finales:

¿Y bien? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).