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The Last Stand por JaviZzX4

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Notas del capitulo:

 Heeeeeey, hace mucho que no les escribo algo hehe. Bueno hoy me presento con este nuevo fic, la verdad me es muy divertido escribirlo pues me encanta la temática apocalíptica, sobretodo si es de Zombies...  (Aún más si tiene Zosan(?) Me gustaría aclarar que muchas cosas de las que yo escriba en este fic tendrán como referencia series, películas y hasta juegos del mismo tema, pienso que no hay que ser un experto para hablar de Zombies, pero simplemente serán algunas ideas. También como podrán ver a lo largo del fanfic la línea temporal de la historia es más menos parecida a la línea temporal del mismo anime. Por eso digo que es una adaptación

Si más que decir aquí está el capítulo de hoy y de antemano muchas gracias por leer~

Caminó con cuidado asegurándose de que ya no había nadie en casa, todo había sucedido tan rápido, que su lento cerebro aun no lograba procesar esa bomba de ficción que acababa de vivir. Tan sólo gracias al arduo entrenamiento con su abuelo había logrado superar aquel encuentro. El chico miró con asco el putrefacto cuerpo que yacía tirado en el pasillo, minutos atrás éste le había atacado de la nada y había amenazado con morderle hambriento de su carne. Los ojos de aquella criatura eran blancos; chorreantes de cúmulos de sangre negra, un penetrante hedor emanaba del cadáver que incluso impedía el tan solo mirarlo. Luffy limpió sus manos de lo que restaba de esa cosa y se encaminó a su habitación subiendo rápidamente las escaleras. Sabía exactamente que hacer, pues su hermano se lo había dicho claramente por teléfono minutos antes del ataque, y si Ace lo decía, entonces debía cumplirlo. “¡Luffy que bueno que contestas!, escúchame bien, necesito que vengas a la casa del tío Shanks… ¡RÁPIDO! No puedo ir hasta ti, son demasiados Luffy… ¡Toma lo que puedas de casa y no confíes en nadie con ojos blancos, en nadie!” recordó sus palabras mientras cerraba los ojos y ladeaba la cabeza sujetando su mentón, ahora entendía  el por qué no había que confiar en las personas de ojos blancos, no se puede razonar con ellas, según Luffy eran algo así como idiotas.

-¡Yosh!,  Ace me necesita shishishi –Colocándose su gorro de paja favorito tomó su mochila y unas cuantas cosas que creía necesitar más adelante. No sabía que le esperaba ahí fuera, al parecer las cosas no estaban muy bien por como lo había pintado Ace, pero no iba a dudar en usar sus manoplas si es que era necesario. Saltó por la ventana de su habitación, afuera seguramente no estaría mejor así que debía ir con cuidado.  Al tocar el suelo miró a su alrededor, extrañamente estaba todo tranquilo, nada de que preocuparse en su patio trasero. Caminó lentamente hasta la entrada de su casa, atento por si otra persona “idiota” aparecía de repente y  le atacaba. Obviamente le patearía el trasero sin problemas como hizo con el primero, pero sólo si era necesario, su cualidad no era ser un chico muy conflictivo. Cruzó la reja principal y sonriendo anexo al desastre de a su alrededor caminó feliz de poder encontrarse con su hermano. No tenia mucha prisa en comenzar a caminar ya que la casa de su tío quedaba lo bastante lejos  como para un tramo largo, sabía que tendría que parar en algunas partes para descansar.

Luffy era un chico sencillo, joven y delgado como todo adolescente, pero su característica particular era la increíble fuerza y agilidad que poseía gracias al rudo entrenamiento que su abuelo le dio desde una edad muy temprana. Garp, su abuelo, era jefe de policía por lo que no era nada blando con sus nietos,  y eso había ayudado a Luffy a desarrollar parte de su personalidad y fuerza. Otra particularidad del menor era la asombrosa habilidad que tenía para aspirar todo lo que se pudiese comer, era el terror de las despensas y la pesadilla viviente de los supermercados… pero eso era de familia, muy común entre los “D”.

Antes de toda esta locura, antes de las calles desoladas, antes de las tiendas saqueadas y antes de la sangre en las ventanas, el chico vivía con su hermano mayor Ace que trabajaba en un cuartel de bomberos al otro lado de la ciudad y también con su abuelo Garp. El menor frenó lentamente sus pasos observando muy bien lo que antes era su escuela, ya había recorrido un buen tramo sin ningún percance y ver tan devastado el lugar lo había choqueado un poco. La campana sonaba estrepitosamente  sin intenciones de detenerse y había humo saliendo desde lo más alto del techo, sin mencionar que poseía  la mayoría de las ventanas rotas y las puertas bloqueadas con mesas. Era una lástima, amaba la escuela aunque sus notas no fueran una maravilla precisamente, pero según él la comida era buena. A lo lejos unas figuras captaron su atención, eran varias de esas cosas que se acercaban a las puertas de la escuela, seguramente atraídas por el sonido, salir de allí rápido había sido su opción esta vez.

Después de un buen rato corriendo, estaba seguro de que esas cosas ya no le perseguían, no eran muy rápidas y al parecer eran demasiado tontas como para darse cuenta de su presencia cuando se alejaba unos metros de ellas. Continuó su camino a lo largo de las calles. No sabía como, ni cuando, pero todo estaba patas para arriba, era extraño que en un par de horas en las que estuvo dormido las cosas se hayan transformado de esa forma, de cualquier manera, si algo malo llegaba a ocurrirle, tenía sus habilidades y un buen par de puños para defenderse. “Tengo hambre~… y tengo que ir con Shanks~…” Pensaba vagamente mientras caminaba, de repente el sonido de, al parecer, una alarma policíaca despejó sus pensamientos. El ruido provenía desde un poco más allá de donde se encontraba. Al acercarse, se pudo dar cuenta que se trataba efectivamente de un carro policial estrellado contra un muro de concreto, su motor aún continuaba funcionando, por lo que hacía que el vehículo se compactara a toda velocidad contra la pared. Luffy se rascó la cabeza, realmente estaba confundido por todo lo que estaba pasando.

El auto, a pesar de haberse estrellado, continuaba precipitándose contra la pared. Ya tenia toda la parte delantera destruida, y si continuaba de esa forma, podría hasta romper la pared provocando que esta se derrumbase sobre él. No sería un gran problema si aquel auto estuviese vacío, pero como no lo estaba, si había un problema. Dentro de la máquina se encontraba un joven de verdes cabellos y piel morena. Estaba encadenado a la baranda de seguridad del vehículo, con unos serios problemas para escapar, pues el policía que conducía el auto había vuelto a la vida después de chocar y amenazaba con morderle si es que no fuese por el cinturón de seguridad que llevaba puesto.  “Mierda… mierda… ¡mierda! ¡Tengo que salir de aquí!” se decía el chico ante la desesperación del momento. Giró su rostro encontrándose de frente con el sonriente moreno, asustándole de cojones. – ¡AH! ¿QUÉ CARAJO? –Fue el grito que dio el peliverde sin pudor alguno mientras intentaba alejar el asiento del piloto con una de sus piernas.

-Shishishi, creo que tienes problemas~ ¿No?

-No… ¡¿Cómo crees?! -Respondió irónicamente, era más que obvia su situación por lo que encontró ridícula la pregunta, pero éste chico podría ser su salvación.

-Ah... ¿entonces no me necesitas?

-¡CLARO QUE SI, HOMBRE! ¡RÁPIDO, SACAME DE AQUÍ! –Comenzaba a pensar que se había equivocado de héroe…- Oi, creo que las llaves de estas esposas están en el suelo del asiento delantero..

-¡Oh, esta bien! – Luffy dejó su mochila a un lado y corrió al otro extremo del vehículo. Con cuidado abrió la puerta del piloto que por suerte no estaba tan destruida como lo demás. El caminante que había sido un policía antes ponía toda su atención en él, olvidándose de la presa del asiento trasero. Luffy observó detenidamente a la criatura frente a sus ojos, era muy parecido a la persona que había considerado como “idiota” en su casa, así que con una barra de metal que había en el suelo, la enterró de lleno en el rostro de aquel caminante, acabando así con su maldita miseria. - Lo siento amigo… -Diciendo esto apagó el motor del auto, y con eso un problema menos. El chico miro nuevamente al peliverde, que comenzaba a respirar más aliviado.

-Bien… ahora las llaves –Le recordó su verdadero objetivo, al parecer el joven chico se distraía muy fácilmente, porque no tenía problemas en juguetear con la mano del muerto. -¡Oye!

-¡AH, cierto! –Dejando a un lado la mano del cadáver; recogió las llaves del bolsillo del policía sin ningún problema, por el tamaño era deducible que pertenecían a las esposas y sin perder más tiempo libero al prisionero.

-Demonios... mucho mejor…-El hombre se sobaba las muñecas del dolor, tanta desesperación por escapar le había dejado algunas marcas. Sin decir mucho se encaminó al porta maletas del vehículo, como estaba dañado por el golpe pudo sacar sin problemas su preciada Katana. El peliverde sonrió al volver a sentirla en sus manos. – Dime... ¿Qué te trae por estos lados, acaso no sabes lo que está pasando?

- Shishishi...  las cosas en la ciudad se pusieron raras, la gente gritaba y hacía cosas extrañas, mmm.... Mi hermano Ace me llamó y me dijo que fuera donde mi tío Shanks en Libertown... -Le explicaba al peliverde mientras posaba sus manos en su nuca y sonreía. Al mayor le pareció un poco extraño que no se haya dado cuenta de que esas cosas "raras" eran una especia de  zombie o algo por el estilo.

-¿Libertown? Mm... Podría ir para allá también... –pensó para si mismo.

-Mmm... ¡BIEN! ¡VAMOS PARA ALLÁ! -El moreno sonrió.

-¿QUÉ? ¿Y quién rayos dijo que iría contigo niñato? –Aunque por más que lo intentara sus quejas no fueron escuchadas, Luffy ya caminaba contento en alguna dirección que desconocía. El mayor suspiró, ya no había nada que le interesara en la ciudad, todo estaba destruido y lo que alguna vez estuvo vivo, ahora caminaba putrefacto por las calles.

-Oi... Al menos si vamos a estar juntos dime tu nombre... -Miraba serio al de ojos negros y caminó hasta él.- Yo soy Roronoa Zoro...

-Shishishi... Me llamo Monkey D. Luffy -Le extendió la mano en forma de saludo. Lo que más le llamaba la atención a Zoro, era esa sonrisa tan ajena a la situación en la que estaban.

-Bueno Luffy, espero que sepas defenderte de estas cosas... -Dijo mientras estrechaba animosamente su mano. 

-¡Claro que sé! Mi abuelo me enseñó todo lo que puedo dar, shishishi… pero esas cosas son más fáciles de romper que un huevo... huevo... ¡TENGO HAMBRE! –Ambos rieron, la verdad, después de todo lo que había pasado ahí atrás, algo de comida no les vendría mal, es lo primero que deberían juntar si es que querían sobrevivir por un tiempo.

-Bueno ya que vamos a estar viajando, y la verdad será un viaje largo...quería darte las gracias allí atrás, te debo la vi... -pero calló antes de finalizar sus palabras. Sin aviso alguno, tiro del chico a su lado y decapito rápidamente a otro de esos caminantes que sigilosamente había reptado hacia ellos. Los ojos de luffy se posaron en Zoro, maravillado por la gran habilidad que tenía este con la espada, gritando de emoción al terminar el sanguinario espectáculo.

-¡Geeeenial Zoro! ¡Eres genial con la espada! ¿Eres como un ninja o algo?

-¿Qué… un nin...ja? Que dices Luffy, ¡soy espadachín! –Dijo algo decepcionado por la ignorancia del chico. Para la mala suerte de ambos, más allá en la calle aparecía otra de esas cosas atraída por el alboroto de ambos chicos, está salía moribunda de uno de los callejones de más adelante. Zoro se escondió rápidamente tras un contenedor de basura, a su lado Luffy no se quedaba muy quieto, pues también quería ver.- Oi, oi… quédate tranquilo… -Susurró- Esa cosa no está sola…son demasiadas, están detrás, en el callejón…

El moreno se dio cuenta del mensaje de Zoro, quizás buscarían otro camino, pues era verdad, ya habían demostrado poseer una fuerza un poco más allá a la de un humano promedio, pero no debían arriesgarse por cosas tan insignificantes como un grupo de “idiotas”.

Luffy buscó con la mirada otra forma de salir de allí, estaba difícil, pues estaban en el medio de la cuadra y el callejón más cercano estaba infestado. Miro hacia el cielo y la solución dio contra sus ojos, había un trozo de barandal roto, con cuidado podrían subir por él y caminar tranquilamente por los techos.  Sonrió emocionado y se alejó del peliverde que aun seguía vigilando a los caminantes, con gran agilidad dio un salto sobre unas cuantas cajas y subió hasta el techo de la tienda.

-Oe Luffy…-Mas al voltearse vio que el chico ya no estaba, ¿En donde se había metido? Corrió hacia el otro lado de su escondite y tampoco estaba por allí, es más, estaba cerrado con un par de autos que se incendiaban…- Joder... ¿Dónde estas?

- ¡Heeeey, por aquí Zoro! –Intentó gritar, pero el mayor le hacía señas para que bajase la voz.- ¡La calle esta cerrada allá! no podemos pasaaar~ -Apreció la cara de confusión del peliverde y se rió de ello. Sorprendentemente no pasó mucho para que por fin Zoro pudiese estar a su lado, después de todo, no parecía ser tan mala idea  evitar las calles subiendo a los tejados, sobre todo cuando alguien iba contigo.

-Ah…como mierda llegaste hasta aquí?- suspiro una vez arriba, el moreno volvió a reír. Una vez arriba contemplaron el panorama que les regalaba el día, y no podían creer lo mal que estaba todo, las casas con barricadas, las tiendas cerradas, el humo por todas partes, gritos en cada esquina, sangre por los suelos y cosas irreconocibles caminaban hambrientas por la acera. Lo que antes era un buen lugar donde vivir, ahora podría ser su tumba…”Quien sea que este arriba…sí que nos está jodiendo...” pensó Zoro, luego se percató de que su amigo se adelantaba, así que lo siguió de cerca, no quería perderse otra vez.- Y…bien, ¿hacia dónde vamos “Capitán”? –el menor se vio emocionado por el apodo.

-¿C-capitán? ¡ME GUSTA! Shishishi... –No era la primera vez que alguien le llamara así, pero le hacía feliz de todas formas. De repente su estómago rugió sorprendiendo a ambos chicos, y le recordó a Luffy el malestar que le atormentaba a diario.- Tengo hambre~ … Quiero carne~

-Yo creo que ellos quieren más carne que tú; Luffy…

-Mm… ¡Ya sé! ¡Tenemos que ir donde Sanji! Quizás en el Baratie aún no ha pasado nada y quede mucha comida, shishishi… -El chico hablaba de lo más emocionado, pero su compañero no lograba entenderlo.

-Esas cosas nos pueden comer en cualquier momento… ¿Y tú piensas en comida? Wow… -El menor rió con entusiasmo.- De cualquier manera… ¿Quién es ese tal Sanji? -Demasiado tarde, su nuevo amigo ya había comenzado a caminar de nuevo...-  ¡Oi, espera! ¡No dejes a las personas hablando solas!- Sin perder mucho tiempo corrió tras él...pero al parecer las paredes habían “cambiado de lugar”, haciéndole quedar frente a una gran pared. –Demonios…- Se devolvió rápidamente y salió por otra parte. Un solitario caminante se le abalanzo, aunque no fue rival para su fiel katana, por lo que siguió su camino.- ¿Dónde demonios esta....

El peliverde no lograba encontrar a su amigo, tan sólo se le había perdido unos segundos de vista y ya no estaba junto a él nuevamente. Intentar seguirle tampoco había sido buena idea, si bien nunca lograba ubicarse perfectamente en las calles, menos lo haría por los tejados. Se quedó quieto en un lugar, observaba para todos lados, pero no le veía por ninguna parte. “¿Cómo puede ser tan rápido?” se preguntaba el espadachín.  De repente sintió como una pequeña roca caía por su cabeza, miró en aquella dirección y se encontró con la sonriente cara de Luffy.

-¿Qué haces allá arriba? ¿Estas loco?-Preguntó, pues el moreno estaba encaramado a una antena de televisión.

-Sólo veo, está muy alto desde aquí ¿Sabes? ¡Puedo ver todo! –Cuando quedo conforme con su pequeña inspección, Luffy bajó de un salto hasta donde estaba el peliverde.- ¡Yup, sigamos!

- Bien… ¿Y que tiene de especial el lugar al que vamos?-pregunto por curiosidad.

- ¿Qué que tiene de especial? ¡PUES LA COMIDA! Ah… y que es la casa de mi amigo Sanji, ¡pero es que tienen la mejor comida del mundo! También la gente es muy cool, está el abuelo, aunque que es algo gruñón tiene su lado amable y Sanji, que siempre me golpea, ¡pero cocina genial! Shishishi.... –Mientras hablaban caminaban sin muchos problemas por los techos de las casas y de algunas tiendas, era más rápido y seguro pasar, que entre las calles infestadas. - Y dime... ¿Qué hiciste para que fueras a la cárcel....? -El chico era algo directo.

-“Joder… uno gruñón y el otro le golpea... ¿qué clase de amigos tiene este chico?” –Pensó Zoro. Al escuchar la pregunta de Luffy, un motón de recuerdos inundaron su mente, recuerdos que no eran muy agradables, pero que no podía simplemente evitar. Luego de meditarlo en silencio un par de minutos, decidió que ser directo y sincero sería lo adecuado, de todas formas aunque sea un convicto en el futuro, en ese momento el mundo se había ido al carajo, y nadie podía importarle menos.- Em… digamos que maté a una persona, y no era una de esas cosas exactamente… -Finalizó serio, tampoco se arrepentía de haberlo hecho, cada uno tiene sus razones.-

-O-oh.... está bien, no creo que seas malo, no lo pareces... –El moreno le sonrió alegre. Avanzaron un poco más y se encontraron nuevamente ante un obstáculo de gran magnitud, no había otra salida más que una estrecha viga que unía dos edificios, para su mala suerte la distancia entre un techo y el otro era demasiado grande como para saltar. De momento aquella viga era su único camino.- ¡Hay que pasar Zoro!....

Había escuchado perfectamente la orden de su “capitán”, pero ese panorama que tenía enfrente no lo convencía mucho, su único puente era una endeble tabla de madera que no se veía para nada segura. Para Zoro la idea de devolverse y tomar otro camino era muy tentadora, aunque su compañero estuviese muy convencido del que podían pasar. Un comentario de Luffy hizo al espadachín cambiar totalmente su actitud. ¿Gallina? ¡Le había dicho gallina!, Zoro sabía que él no era una gallina, así que más que decidido -y enojado- comenzó lentamente a pasar por la viga. Con cada paso que daba, el objeto rechinaba peligrosamente haciéndole sudar frió.  Zoro miró hacia abajo y se encontró con un viejo almacén en un deplorable estado, varios sonidos extraños provenían de ese lugar, nada muy alentador.

–Uh…espero no tener que entrar...-Susurró para sí el espadachín, y no tardó en recibir un “y yo tampoco” acompañado de la típica risa de su compañero. El peliverde se dio vuelta esperando lo peor, pues Luffy  estaba justo detrás de él.- ¡OE LUFFY, NO CREO QUE LA TABLA RESIS...! -Un crujido congeló el cuerpo de ambos chicos.

 La tabla, al ser sobrecargada, había cedido al peso extra y lo que antes estaba debajo de sus pies sirviendo como puente, ahora se convertía en pedacitos haciéndoles caer estrepitosamente al interior de la bodega que Zoro había visto hace instantes. El golpe había sido fuerte, pero no fatal para ninguno de los dos, pues Luffy no hacía más que reír fuertemente mientras que zoro no paraba de toser.

 –Tsk… Maldición ¡No vuelvas a hacer eso idiota!-

 El espadachín gruñía por lo bajo, sobándose la sien para no perder la paciencia. Con pereza y algo de dolor se puso de pie para buscar su katana que había quedado tirada metros más allá. Luffy no tardo en levantarse también y aprovechó de disculparse con una gran sonrisa mientras se secaba las lágrimas. El peliverde soltó un suspiro, viajando con ese muchacho parecía que contar hasta cien no le serviría mucho… sí que le esperaba un largo viaje. Un fuerte gruñido los puso alerta, ya que los escombros aparte de hacer mucho ruido, habían dejado un gran hoyo en la pared dándoles una entrada a los caminantes que fueron atraídos por el accidente.

-¡Oh… parece que vienen por comida! Hahaha –Gritó el moreno mientras sacaba un par de manoplas de su mochila y se acomodaba su sombrero de paja. No tenían mucha opción en un lugar tan reducido, el golpe anterior no les había dado tiempo como para escapar, y luchar sería su única vía de escape.

-Genial... –La adrenalina comenzaba a correr por el cuerpo del espadachín, estaba listo para defenderse de esas cosas.

Zoro desenvainó su katana y se puso a la defensiva lo antes que pudo, aunque era un grupo pequeño de caminantes, cualquier error podía ser fatal. Realmente Luffy no mentía cuando le había dicho que sabía defenderse, pues al parecer romper mandíbulas y cráneos no se le hacía nada difícil. Si él se dedicaba a cortar brazos y cuellos de esa manera, no cabía duda el que harían un gran equipo. Al encargarse por completo de su parte, Zoro divisó como un zombie se acercaba a gran velocidad al distraído menor, al parecer luffy no se había dado cuenta ya que estaba ocupado con otro par. Decidió correr en su ayuda, pero se vio en aprietos cuando otro grupo de caminantes le interrumpió el paso, intentó acabar con ellos lo más rápido que pudo… pero ya era demasiado tarde.

 - ¡LUFFY! –Sintió la ráfaga de un objeto volar hasta donde se encontraba Luffy. Su miedo aumentó aún más.

Tan repentina como llegó, una flecha había dado justo en su cráneo, dejando caer al suelo su delgado cuerpo inerte.

 

Notas finales:

¡Por Jashin! Espero que les haya gustado la idea, sé que parece más Zolu que Zosan, pero simplemente tienen que esperar, huehuehue. Será un fanfic largo a mi parecer y ¡tendremos muchas parejas para divertirnos! Puedo recibir consejos, críticas o reviews(??)

Y muchas gracias por leer.


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