Ahí estaba nuevamente… encerrado en su mente escalofriante… ¿Qué pensaba?, bueno, un chico como “el” solo pensaba cosas realmente necesarias… O eso creía.
-¿Porqué?...- susurraba tendido en su cama
Su historia era bastante fría. Su madre murió cuando él era pequeño. Su padre nunca estaba con él, ya que pasaba viajando por los negocios. Vivía solo con los empleados. Tenía problemas de personalidad, y tuvo que aprender a vivir con “el”, que siempre tomaba el control. Nunca había experimentado el cariño de “familia, ¿y el “amor”?, mejor ni hablar. Tenía demasiados problemas para su corta edad. Tenía instintos “yanderes”. Decidió ir al psiquiatra por consejo de sus profesores, y tras un año de ir a terapia el psiquiatra lo llamó y fríamente le dijo: “En este mundo, a veces hay personas que no merecen vivir…” ¿Qué le había dicho?, ¿Quién era el para decirle que no merecía vivir? Su psiquiatra se había vuelto loco… bueno, después de atenderlo a “el” cualquiera se volvería loco. Su psiquiatra necesitaba un psicólogo. Decidió dejar de ir a las terapias y darse por vencido. ¿Dónde estaban aquellos finales felices de los que todos hablaban?, ¿Por qué le tocó esta vida a el? A pesar de que tenía mucho dinero, eso no lo hacía feliz. ¿De qué sirven todas las riquezas del mundo si eso no compra la felicidad?. Autos de lujo, trajes caros, una gran mansión con sirvientas a su disposición entre otras cosas. Lo que cualquier persona desearía lo tenía el, pero no era feliz. ¿Qué hacer?, no podía quedarse ahí como un niño débil lamentándose por cómo había sido su vida hasta ese momento. No, así no era “él”, así no era Akashi Seijuurou. Salió de su cuarto, bajó las escaleras y se dirigió al garaje. Dos limusinas, un convertible y un Volkswagen. Todos autos de lujo. Llamó a su chofer para que lo llevara a la ciudad.
-Seijuurou-sama, ¿dónde quiere ir?- preguntó respetuosamente el chofer
-Tú solo conduce -
Tras un largo viaje, Akashi le dijo al chofer que se detuviera en frente de una tienda de motos.
-¿Seijuurou-sama?...-
Akashi apenas bajó de la limusina, notó que toda la gente lo estaba mirando. Odiaba eso. Odiaba que lo miraran como el “niño ricachón irresponsable”. El no era así. Caminó hacía la entrada de la tienda, y tras dar vueltas y vueltas, decidió comprar una moto negra. Tenía al lado llamas pintadas que eran tan rojas como su cabello, y la compró. Salió de la tienda y se dirigió a una tienda de ropa. Compró una tonelada de ropa de cuero, por supuesto, de las marcas más caras. Volvió a la limusina encargando que la moto fuera entregada a su domicilio ese mismo día. Tras llegar a la mansión, subió a su cuarto y decidió probar su nuevo estilo. Le acomodaba, se sentía libre. La ropa negra hacia resaltar su pelo rojizo y sus ojos heterocromáticos quedándole perfecta.
-Seijuurou-sama, ¿puedo pasar?...- dijo una sirvienta desde afuera de su cuarto
-Pasa- respondió fríamente
-¿Sei…juurou-sama?...- la chica se quedó atónita al ver a Akashi vestido de esa manera.
-¿Qué necesitas?- preguntó sacándola de su “embobamiento”
-¡Ah, sí!- respondió la sirvienta reaccionando. -Aquí le dejo los libros que ordenó, señor-
-Déjalos abajo, ya no los necesito-
-Oh…okey… ¡Dijo!, sí señor…- dijo haciendo una reverencia y retirándose rápidamente del cuarto de Akashi
-Seijuurou-sama, ya llegó su encargo- dijo un guardia
-Está bien-
Akashi bajó las escaleras y fue hacia el garaje. Ahí estaba la moto que él había comprado. Pensó que salir a dar una vuelta sería bueno. Tomó la moto y la dominó rápidamente, ya que su padre hace un par de años le había enseñado a conducirla. Anduvo por unas calles hasta que llegó a un lugar que llamó su atención. Afuera habían muchas motos estacionadas, así que decidió entrar. Al ingresar habían muchos chicos vestidos igual a él, y se veían intimidantes. Se dirigió a la barra y pidió un trago. Todos lo miraban.
-Oye Kagami, ¿quién es él?- preguntó un chico pelinegro
-¿Cómo demonios quieres que sepa?, ¡No soy adivino!- respondió el chico molesto
-¿Porqué tanto alboroto?...- preguntó un chico caminando hacía la barra. Tenía el pelo y los ojos azules, medía por lo menos 1.90 y se veía fuerte.
-Un entrometido…- dijo un chico peliverde ajustando sus lentes
-¿Así?...- el peliazul caminó hacia la barra, al notar que el pelirrojo no prestaba atención. -Oye tu…- dijo tranquilamente, y al no obtener respuesta, agarró a Akashi por el cuello de la chaqueta levantándolo.
-Suéltame…-
-¿Qué rayos quieres?-
-Suéltame…-Akashi se veía amenazante
-Respóndeme- el moreno comenzaba a perder la paciencia
-Te lo diré solo una vez más… Suéltame…- el moreno no cedió. -Te lo advertí- Akashi sacó unas tijeras de uno de sus bolsillos, proporcionándole un pequeño tajo a el peliazul en la cara, ya que este lo alcanzó a esquivar.
-¡Ese bastardo!- Kagami se paró para golpear a Akashi pero fue detenido por una mano
-Kagami-kun, no- dijo un chico peliceleste
-¡Pero!, ¿Acaso no viste lo que le hizo a Aomine?- decía el mayor enojado
-Confía en mí- respondió el peliceleste dejando un beso en los labios del otro, para luego acercarse a Akashi
-Soy Kuroko Tetsuya, mucho gusto- dijo el peliceleste haciendo una pequeña reverencia
-Akashi Seijuurou- respondió manteniendo una postura rígida
-Tengo una idea, en vez de pelear arréglenlo con una carrera- dijo el menor tomando un trago
-¿Eh?, Tetsu estás…-
-Es mejor idea que matarse… ¿no crees?- interrumpió el peliceleste
Después de una larga discusión acordaron competir esa misma noche.
-Dentro de media hora- dijo el peliazul mandándole una mirada asesina al chico de ojos heterocromáticos
-Mh- respondió asintiendo
Luego de la media hora, donde todos le mandaban miradas asesinas al pelirrojo, se digirieron a un callejón con salida a una carretera abandonada.
- Ida y vuelta, si Aomine llega primero, te largas, y si ganas, cosa que es imposible que pase, te quedas- dijo un rubio
-Ah claro-
Ambos tomaron sus posiciones.
-En sus marcas… Listos… ¡Fuera!- dijo un pelinegro
Ambos arrancaron en las motos, acelerando lo más posible, y al llegar a la vuelta, Aomine tomó la delantera.
-¡Aominecchi!- gritaba el rubio
Estaba a punto de ganar, cuando vió que el pelirrojo se le adelantaba, el cual ganó por una mínima diferencia. El pelirrojo se bajó de la moto y caminó hacia el moreno
-"En este mundo, ganar lo es todo, a los vencedores les dan la razón y a los vencidos se la quitan, hasta ahora nunca he perdido en nada y nunca lo haré, y como siempre gano, siempre tengo razón."- dijo mirándolo fijamente
-Tsk.- rugió el moreno
Volvieron al local, y todos se quedaron callados.
-Bueno, creo que los presentaré- dijo el peliceleste para romper la tensión
-Ellos son Kagami, Midorima, Takao, Murasakibara, Himuro, Aomine, Kise, Alex y Momoi-san…- dijo Kuroko con toda calma indicando a cada uno mientras decía su nombre
Akashi se quedó mirando a un chico en el rincón del lugar, y Kuroko lo notó.
-¡Ah!, el es Furihata-kun, es muy callado-
-Ah- respondió
Aquel chico notó que alguien lo estaba mirando y bajó rápidamente la cabeza. Se veía débil. Tenía el pelo y los ojos castaños y se veía más bajo que él. ¿Porqué le había llamado la atención el chico que no resaltaba?, ¿Porqué se había quedado mirándolo?.