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Príncipe y siervo. Amor idiota y leal por albert2822

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s aquí les dejo el capitulo numero ocho de mi historia. De nuevo, lo siento mucho, pero mucho mucho mucho por haber tardado tanto en publicar( siempre acabo disculpandome =( ) PERO OS ASEGURO QUE ESTA HISTORIA LA ACABO DE ESCRIBIR ESTE FIN DE SEMANA( Básicamente es por que he hecho una apuesta con los amigos y si gano me regalan una figura de One Piece, asíque merece la pena, darme ánimos)

Sobre el capitulo, vuelve a ser bastante largo. Pero la verdad es que es un poco estraño. Y sobretodo perdonarme por lo que pasa al principio, lo siento muxo, no me lo tomeis en cuenta.

Por ultimo, dedicaros el capitulo y la serie entera a todas aquellas personas que siguen la serie, porque solo con ver que las personas que se la están leyendo me dan ganas de seguir escribiendo.

Escena Octava. Juego de supervivencia


3 de Octubre de 1918, Nueva York, Estados Unidos.


-Soltadme, dejarme en paz- gritaba Luffy desesperado cara a sus captores- ¿Qué queréis de mí?


Pero el joven príncipe no recibía respuesta de ninguno de los secuestradores que estaban escoltándolo por aquel amplio edificio. Miles de situaciones horrorosas se plantearon en la mente de Luffy  cada vez que avanzaban más hacia lo que pensaba era su final. Intentaba observar por los ventanales de ambos lados para identificar el lugar donde lo iba a retener. Cualquier pista que encontrará ahora podría ser su salvación para más tarde. Pero lo único que logró averiguar era que se encontraba en un edificio alto, cosa que no le alentó mucho.


-No sé qué queréis de mí, pero si lo que estáis buscando es dinero, no habéis elegido a la persona correcta- dijo Luffy en un intentó conseguir algo de ayuda para su beneficio.


-Jajaja, no buscamos dinero, jajaja- contesta Machvise quien iba andando por detrás de ellos para vigilar que el joven no se escapará- Solo te necesitamos a ti.


-Machvise, idiota, cállate- responde tajantemente y con una furiosa mirada el hombre cuyo nombre era Gladius.


Tras decir estas palabras, el silencio se retomó en su camino. Pero pronto fue detenido al llegar a su destino. Era la entrada de una de las salas que estaban en los pisos superiores de aquel edificio. En un principio, Luffy pensó que aquello iba a ser una  especie de despacho, pero este se equivocaba. Gladius tocó a la puerta para avisar que habían llegado, y se retiró.


-Pasa- ordenó a Luffy empujándolo hacia el portón.


Por unos momentos, el joven no se atrevía a abrir el pomo, sabía que nada bueno había tras de él. En su mente se le plantearon dos situaciones: entrar en el cuarto y asumir cualquier problema o huir y acarrear con las consecuencias. Pero no tuvo tiempo de saber cuál era la mejor opción cuando Gladius abrió de nuevo la puerta y arrastró a Luffy hacia el interior. Los secuestradores se retiraron.  Ahora Luffy se encontraba solo ante el peligro.


Miró a cada lado de la estancia, y en seguida observó que había errado en su primera suposición. No era una sala de despacho, sino una habitación. Una estancia muy lujosa y llena de miles de comodidades para el propietario. Pero no había nadie en su interior. Al recibir esta señal, Luffy suspiró aliviado por primera vez. Sin embargo, nuevamente estaba errando en su suposición. De repente, salió un hombre de cabellos rubios ataviado solamente con una gran bata de plumas que le cubría la mayor parte del cuerpo, pero dejaba entrever el torso esbelto y las rodillas fuertes.


El joven se quedó anonadado al descubrir la identidad de aquella persona. Era Donquixote Doflamingo, el magnate de los negocios de la ciudad neoyorquina, viendo al chico con una mirada lasciva. Un terrible temor corrió por todo el cuerpo del joven príncipe.


-Vaya, vaya, así que tú eres el preferido de la emperatriz Hancock. Me pregunto como un crio como tú ha logrado llegar hasta donde está ahora- iniciaba Doflamingo la conversación mientras se aproximaba lentamente al joven, quien no daba ni un paso al frente- No te preocupes, no te pasará nada si colaboras y te estás bien calladito.


-Y ¿si me niego?-pregunta preocupado Luffy por la posible respuesta que pueda recibir por parte de aquel sujeto.


-Entonces morirás- responde amenazante el magnate de los negocios.


-Pero…pero ¿por qué yo? ¿Qué he hecho yo? Yo no soy nadie importante para nadie- decía Luffy escondiendo su verdadera identidad a aquel hombre que tenía delante.


-Jajaja, veo que eres un poco corto de reflejos. Te lo voy a explicar claramente para que un tonto como tú lo pueda entender. Solo estás aquí como moneda de cambio y nada más. Solo nos importas para destruir la empresa donde trabajas- revela sus planes el joven amo.


-Pero, ¿por qué un hombre como usted con tanto poder le interesa destruir Amazon Lily?-preguntaba Luffy para intentar ganar información y tiempo.


-Haces demasiadas preguntas niñato- respondía cabreado el joven amo- Lo hago por poder, para dominar sobre toda la ciudad de Nueva York, jajaja. Para ser el dueño de todo y de todos. Y no me importará matar a aquellos que se interponen en mi camino, como tus amigos de Amazon Lily o Crimin.


-¡Eso nunca!- contestó Luffy con fuerza intentando intimidar a su captor.


Pero como vio que su intento había sido fallido, llegó a una única conclusión: debía pelear. Cogió aire y con rabia se abalanzó sobre aquel hombre para intentar pegarle un puñetazo en la cara, sin embargo el ataque fue detenido por los hábiles movimientos del hombre. Doflamingo estaba bastante enfurecido por la actitud que estaba mostrando aquel chico, así que decidió darle una lección. Tras detener el golpe, golpeó a Luffy con una intensa bofetada en la cara que le hizo caerse al suelo. Con gran presión en las manos, agarró al joven príncipe de los cabellos y lo llevó hacia la cama.


-Déjame, suélteme- gritaba Luffy desesperado por la situación en la que se encontraba.


-Será mejor que te calles y no me enfurezcas más. Mi paciencia se está agotando- responde con malicia Doflamingo tirando al chico sobre las sabanas de la cama.


-¿Qué me vas a hacer? ¿Pegarme?, eso no me importa si al menos salvó la vida de mis amigos- contestó Luffy con gran determinación hacia los abusos que estaba cometiendo el joven amo.


-Jajaja, estás muy equivocado, jajaja. Yo solo quiero disfrutar un rato más contigo- responde Doflamingo reflejando un rostro perverso a la vez que pasaba su lengua por sus labios de forma muy sensual.


Sin dudarlo ni un instante, ató las dos manos del joven al cabezal de la cama y tapó con cinta la boca del chico para impedirle hablar. Doflamingo disfrutaba tanto que comenzó a desnudarle con la mirada. Puso sus manos sobre su torso y empezó a desabrochar los botones de la camisa que portaba Luffy.


-S..t..m..d..j..m..- intentaba gritar Luffy desesperadamente ante aquella escena de violación que le estaba ocurriendo.


-¿Qué estás diciendo? ¿Qué lo estás disfrutando? Me complace que lo disfrutes- decía Doflamingo irónicamente cara al joven.


Arrancó con fuerza las mangas de la camisa del chico y la tiró por el suelo de la sala. Su torso desnudo y joven salía a la luz. Pero Doflamingo no se satisfacía solamente con observarlo. Necesitaba tocarlo, e inició un juego con sus dedos que fue recorrieron todo el cuerpo del chico. Cuando parecía que habían pasado unos minutos jugueteando con las manos, decidió que era momento de pasarse a la acción.


-Me temo que he sido demasiado benevolente contigo- susurró el joven amo al oído de Luffy, provocándole escalofríos a este.


Estiró bruscamente de los pantalones del joven y pronto observó el pene del joven. No había cosa que le satisfacía más a Donquixote Doflamingo que un virgen, por lo que se sentía complacido con lo que estaba a punto de hacer. Se quitó  la bata que portaba y se quedó completamente desnudo frente al príncipe, mostrando su gran pene erecto que horrorizó a los pensamientos del joven Luffy. Con una de sus manos, cogió la cabeza de Luffy y obligó a este a chuparle su pene. Luffy no podía más, se sentía asqueado y horrorizado. No quería hacerlo, pero era imposible negarse ante aquel hombre. Los movimientos de Doflamingo fueron acelerándose hasta llegar al punto de que a Luffy le costaba respirar y  succionar la polla a la vez.


-No sabes lo que estoy disfrutando- dijo Doflamingo con ganas de cabrear al joven chico, quien respondió con una intensa mirada de furia y dolor.


Tras varios minutos de fuertes movimientos que dejaron exhausto al joven Luffy, Doflamingo le apartó el rostro de sus partes bajas y volteó todo el cuerpo de Luffy. Se quedó completamente despaldas a él, mostrando su culo para placer del magnate de los negocios.


-Primero disfrutaré con tu hermoso culo y luego te follaré duro- contestaba Doflamingo con ganas de ver los gemidos de su presa.


Doflamingo golpeó con una palmada los glúteos de Luffy, provocando un sonido de dolor que salía de la boca de este. Comenzó a pegarle más y más fuerte, dejando incluso ronchas rojas en la piel de la intensidad. Toda esta dominación excitaba de gran manera al joven amo, teniendo su pene completamente erecto y rozando la estrecha entrada del inocente Luffy. La intensidad de los golpes provocó que Luffy comenzara a soltar unas lágrimas de dolor que recorrían todo su rostro hasta caer a las sábanas.


-No sabes lo que me excitas- decía lascivamente Doflamingo- Es hora de que pruebes que se siente el tener mi pene en tu cuerpo.


Doflamingo detuvo las palmadas y volvió a voltear al joven Luffy poniéndolo cara a él. Luffy estaba completamente asustado y llorando. No quería estar ahí, necesitaba que alguien lo salvara.


-T..r..ao-intentaba gritar Luffy sin fuerzas ni aliento, de manera desesperada, intentaba llamar a aquel hombre que le había jurado protección.


-No te resistas nadie va a venir a salvarte- contestó el captor antes de aprisionar a su presa en sus garras.


Justo cuando Doflamingo iba a introducir su pene dentro del culo de Luffy algo les interrumpió por fortuna de Luffy.


-Doffy, tenemos que hablar sobre la carta que hay que mandar a…- Trébol acababa de entrar a la estancia sin llamar y sin pedir permiso y justo se había quedado parado al ver que estaba interrumpiendo los juegos de su joven amo- Doffy, lo siento, sigue con lo tuyo, yo ya me marchó.


-Idiota, la próxima vez haré que te corten la cabeza. Pero ahora ya  me has quitado las ganas de seguir jugando. Por tu feo rostro he dejado de excitarme- contestó Doflamingo furioso por la reciente interrupción por uno de sus subordinados.


-Lo siento Doffy- contestaba apenado Trébol , sobretodo sabiendo cuales podrían ser las posibles consecuencias.


-Ahora ya no importa. Voy a encargarme de la carta personalmente. Lleva a nuestro invitado a su celda- respondía Doflamingo quien se había tomado mejor de lo que esperaba aquella aparición- Has tenido suerte muchacho, pero no creas que dejaré de probar ese lindo culo que tienes.


-Como ordene, joven amo- contestó Trébol con su siempre respeto hacia su superior.


Doflamingo se volvió a poner la bata de plumas y salió de la sala no sin antes lanzarle una mirada lasciva al joven que aún estaba tumbado sobre la cama. Tras la partida del joven amo, Trébol desató al muchacho de la cama y se lo llevó completamente desnudo hacia una de las celdas que estaban en el piso más alto de la sede de la Donquixote Family. Luffy había tenido suerte por una vez, pero todo aquel calvario y el que le quedaba por pasar no le daban muchas esperanzas de salvación.


La noche había llegado a su fin, y la luz del amanecer entraba con gran intensidad por todas las ventanas de las casas neoyorquinas. Sus habitantes despertaban plácidamente, aunque no todos lo hacían de esa manera. En una de las casas cercanas al centro de la ciudad, un joven de cabellos oscuros se había pasado toda la noche sin dormir esperando a que llegará su compañero de piso. Ese chico era Law, quien tras llegar agotado de todo el día en el hospital, se encontró con la sorpresa de que Luffy no estaba. Sus nervios iban aumentando conforme las horas pasaban, sabía que era de locos preocuparse tan rápido, pero tenía un mal presentimiento. A lo mejor si habría quedado a dormir con alguien de la marca, pero eso no lo podía saber hasta la mañana siguiente. Pero esa mañana había llegado y no recibía señales de Luffy ni de nadie, así que decidió ir a buscarlo.


Caminando por el barrio de cerca de donde trabajaba antiguamente como obrero hasta llegar al bar de su viejo amigo Franky, pero para su desgracia, este aún se encontraba cerrado. Por lo que sería inútil preguntarle a él.


-Demonios, menudo momento ha escogido este idiota para dormirse- refunfuñaba Law contra Franky quejándose por su ausencia.


Law decidió proseguir su búsqueda. En primer lugar pensó en ir directamente a las oficinas de Amazon Lily, pero perdía el tiempo, ya que estas aún  se encontrarían cerradas por lo que decidió ir directamente a las casas de sus trabajadores. Justo en ese instante le vino a la mente la imagen de Kid, y resignado decidió que era la mejor opción para comenzar a buscar ya que seguramente tenía los contactos de todos los trabajadores y amigos que estaban con Luffy.


Tras una media hora de caminata por la ciudad, el chico se encontraba un poco perdido, ya que no sabía con exactitud la localización de la casa del pelirrojo. Pero no se detuvo, todo lo que hacía era para hallar a Luffy, y cada minuto que pasaba se ponía más nervioso al no recibir señal alguna de él.


Mientras, en un edificio de viviendas donde vivían los reconocidos modelos Eustass Kid y Jewelry Bonney, comenzaron la mañana con una de sus típicas discusiones de todos los días. Era fuerte el carácter de ambos, pero aun así no impedía que estos tuvieran una fuerte amistad de años atrás.


-¡Eustass! Eres idiota, has vuelto a romper un plato. Ha este paso no vamos acabar el año ni con media vajilla- renegaba Bonney tras escuchar un fuerte golpe en la cocina- Últimamente andas perdidisimo, será mejor que se te pase rápido.


-Eso quisiera yo… - contestó en voz bajo el chico pelirrojo mientras limpiaba los fragmentos del plato roto.


-Eustass, ¿qué te ocurre? Te conozco desde hace tiempo y pocas cosas pueden llegar a perturbarte y es más creo que nunca te había visto tan perdido, tan descolocado- decía Bonney intentando averiguar aquello que tenía al fortachón salido de sus casillas- ¿Es por una chica?


-Nooooo- intentó negar Eustass pero no de una forma muy convincente cosa de la cual se percató la chica pelirrosa- No es eso.


-Es una chica- llegó a adivinar Bonney cosa que el chico se lo puso bastante fácil.


-Que no, no es una chica, pesada- Kid comenzaba a enfadarse. No le gustaba que nadie se metiera en su vida ni en sus pensamientos, y sobretodo aquella mujer que él la definía casi como una harpía humana.


-Entonces, ¿qué es?- preguntaba algo descolocada Bonney tras recibir la respuesta tan tajante del chico.


-Es….- el chico de cabellos pelirrojos no se atrevía a terminar la frase.


-Da igual, ya me lo contarás alguna vez si quieres- se resignaba Bonney a saber ese gran secreto que su amigo ocultaba- Pero si se trata de temas del amor, no esperes a que el llame directamente a tu puerta.


Tras acabar esta frase, se escuchó el sonido de unos golpes en la puerta de su casa y los dos chicos se miraron mutuamente algo perplejos por aquella situación.


-Ya voy- contestó Kid algo más clamado tras ver que aquella conversación tan vergonzosa se había terminado.


Pero no se esperaba lo que iba a ver detrás de aquel portón. Movió el pomo y observó quien acababa de llamar a su puerta. Era Law quien se encontraba muy alterado y muy nervioso. Por una parte, Kid se alegró de aquella visita inesperada de su amor, pero presentía que algo malo estaba pasando.


-Law- dijo Kid nada más verle, con cierto tono tierno, el cual fue muy bien percatado por la chica joven que estaba atenta a la conversación de aquellos dos chicos.


-Kid, siento entrometerme así en tu casa tan de repente- se disculpaba Law de forma muy cortés pero aún sin llegar a calmarse.


-No te preocupes, no me molesta, es más, me alegra verte- dijo Kid mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro- Pasa, adelante.


-No tengo tiempo para eso ahora. ¿Por casualidad no está Luffy con vosotros aquí, o sabéis de alguien con el que esté?- preguntó bastante alarmado el joven médico intentando hallar pistas sobre el paradero de su amor- Ayer no regresó a casa a dormir y yo… yo estoy un poco preocupado.


-Law, lo siento, pero Luffy no ha pasado la noche aquí y la última vez que lo vi fue en las oficinas- responde apenado el pelirrojo tras no poder ayudar a su amado.


-Vale, gracias- contestó Law bastante triste tras recibir malas noticias nuevamente- Será mejor que me marche ya.


                                                                                                 


-No, espera. Déjame ayudarte a buscarlo. A lo mejor aún está en la sede de Amazon Lily. Yo puedo hacer que nos habrán la empresa- respondía Kid intentando hacer algo por aquella persona de la cual se había enamorado perdidamente. Por una parte se sentía triste porque Law se preocupaba tanto por Luffy, pero sabía que en este caso era mejor ayudarlo y no guiarse por su orgullo- Espera un momento que coja el abrigo.


-Gracias Kid- Law le puso una media sonrisa que ruborizó al joven de cabellos pelirrojos mientras se adentraba a por el abrigo.


-Eustass, si quieres voy a las casas de las demás a buscarlo. Yo también estoy preocupada por él, es un buen chico, será mejor apresurarse y saber cuánto antes su paradero- dijo Bonney ofreciendo su ayuda en la búsqueda.


-Gracias, nos serías de mucha ayuda- contesta Kid una vez ya había cogido el abrigo. Pero cuando se disponía a salir por la puerta, Bonney le detuvo.


-Ahora sé lo que te perturba. Será mejor que te pongas las pilas si no lo quieres perder- susurró la chica al oído del joven de cabellos rojos dejando cierto sonrojo y enfado en el rostro del joven.


Los tres chicos se marcharon de la casa tomando caminos diferentes. Por una parte Bonney iba de camino a las casas de las demás empleadas de Amazon Lily y Crimin para intentar averiguar algo. Por otra parte, Kid y Law tenían como destino la sede de la marca para saber si realmente estaba ahí. La falta de noticias buenas dejaba cada vez más alterado y pesimista al joven médico, cosa que fue notada por su acompañante mientras caminaban por las calles de la ciudad. Kid detuvo al chico por un momento y le dio un fuerte abrazo reconfortante a Law.


-No te preocupes, ya verás como todo se soluciona y se queda en un simple susto- intentaba animar Kid con esas palabras y ese abrazo al desesperanzado Law.


Extrañamente, Law consiguió animarse  un poco. Aunque sabía que era muy difícil que se llegara a enamorar de aquel hombre, sabía que había encontrado un muy buen amigo con el que poder contar por el resto de la vida. Tras este gesto, retomaron su camino.


Finalmente llegaron hasta la sede de Amazon Lily, y efectivamente las puertas estaban cerradas, pero gracias a la influencia de Kid consiguieron entrar. Pero antes se toparon con la joven Keimi que iba a presentarse en la sede para poder hablar con la emperatriz.


-Keimi, ¿no habrás visto por casualidad al modelo recién llegado de nuestra empresa?- preguntaba el joven Kid para intentar recopilar toda la información posible.


-Lo siento Kid, no lo he visto. He estado un poco enferma durante estos días y mi padre no me ha dejado salir de casa- contestaba apenada la joven modelo de Crimin por no darles la ayuda que buscaban- Ya sabes como es mi padre.


-Gracias, de todos modos- responde con gran cortesía el chico de cabellos pelirrojos- Será mejor que vayamos a preguntar directamente a Hancock.


-Os acompañaré- dijo Keimi mientras comenzaban a adentrarse al edificio.


Los tres jóvenes iban subiendo piso a piso observando por si encontraba a Luffy en cualquiera de los sillones durmiendo. Pero no fue así. Tras varios minutos llegaron hasta donde se encontraba el despacho oficial de la gran emperatriz y Kid tocó a la puerta para pedir permiso antes de entrar.


-Adelante- contestó la voz de la joven jefa de Amazon Lily.


Los tres se adentraron a la sala para preguntarle si sabía algo sobre el paradero de uno de sus modelos, justamente el que más le importaba a ella.


-Hancock, sentimos molestarla tan de temprano pero nos preguntábamos si había visto a Luffy esta noche por aquí- intervino Kid de forma muy directa.


-No, la verdad es que solo hemos pasado la noche aquí mi madre y yo. La última vez que le vimos por anoche antes de irse a casa- contestaba con lo que sabía la joven emperatriz- ¿Es que ha ocurrido algo?


-La verdad es que Luffy no regresó anoche a su casa y estamos preocupados por él- contestó Keimi quien se había enterado de la historia mientras venía por los pasillos.


-Si hay algo que pueda hacer no dudéis en preguntarme. Pero seguramente no sea nada malo, quizás se halla quedado a dormir en alguna casa de los demás- decía Hancock intentando animar al resto y animarse a ella misma. Bastantes problemas tenía ahora como para que le surgiera otro más alrededor de su querido Luffy.


-Eso espero…- intervino Law quien estaba bastante al margen de la conversación ya que no pertenecía a ese mundo.


-Hancock, hija, tienes que leer este papel lo antes posible- entró Nyon corriendo y alterada al despacho hasta llegar a la silla donde se encontraba su hija- Estáis todos aquí.


-Dame madre, ¿qué ha pasado para que te alteres tanto?- pregunta bastante preocupada la joven Boa Hancock.


-Algo terrible. Toma hija, léelo tú misma- contesto la madre Nyon con palabras muy desconcertantes para los asistentes de aquella sala.


La joven Hancock comenzó a leer aquella nota que le habían entregado, y conforme leía más su cara iba cambiando a un tono preocupante y bastante alarmante.


Estimada  emperatriz Boa Hancock,


Le escribo para informarle que tengo en mi poder algo que le pertenece y que estoy seguro que ya se ha dado cuenta de que es. Si desea recuperarlo deberá enfrentarse a mi familia en el juego de la supervivencia Torikago, desarrollado en el Empire State. Si desea recuperarlo con vida, será mejor que llegue a la cima antes de las doce de la noche.


Atentamente, Flamenco Rosa, artífice de sus peores pesadillas y próximo amo del mundo.


-¿Cómo? ¿Qué? Será cabrón Doflamingo. Como se atreve a secuestrar a uno de mis modelos, y más a Luffy- contesta enfurecida Hancock tras acabar de leer la carta- Debemos hacer algo ya.


-¿Qué han secuestrado a Luffy?- Law no se esperaba que la situación fuera tan desalentadora, y comenzó a ponerse en el peor de los casos.


-Law, iremos a rescatarlo. Puedes contar con mi ayuda. Si hay algo que tengo es fuerza y eso al menos puede ayudarte de alguna forma- intentaba calmar Kid al joven Law quien mostraba un terrible rostro de preocupación.


-Será mejor que nos apresuremos lo antes posible y acabemos con ese estúpido juego lo antes posible- intervino Keimi quien estaba enfadada por toda esa situación y quien se olía que esto estaba relacionado con el asesinato de su jefa, Madam Shyarly.


-Pero antes debemos pedir ayuda. Nosotros solos no podemos hacer frente ante tal amenaza- afirma la voz de experiencia interpretada por Nyon.


-No te preocupes madre por eso, acabo de informar a los demás a través de la telegrafía Den Den Mushi- respondía Hancock levantándose de la silla- Será mejor que nos pongamos en marcha ya. Tenemos un empleado que salvar.


El grupo que estaba en la sede de Amazon Lily se apresuró a marcharse para llegar lo antes posible al lugar donde iba a celebrarse aquel juego de supervivencia. Todos tenían una fuerte determinación por salvar al joven Luffy y por averiguar la verdad sobre el incidente ocurrido hace unas semanas. Pero sobretodo Law estaba decidido a hacer lo que fuera con tal de salvarlo, ya no solo era cumplir aquella promesa que le hizo a su reina, sino que eran ya motivos del corazón.  Pero esa fuerte determinación le obligar a hacer cosas imprudentes y que le perjudicaran a él mismo, y eso es de lo que estaba preocupado Kid.


Tras menos de una hora de viaje, llegaron frente a la sede de la Donquixote Family, el Empire State, rascacielos más alto de la ciudad. Como aún era temprano, las calles de la ciudad estaban bastante vacías, cosa que perturbó aún más el ambiente de intranquilidad. Nada más llegar al edificio, una carta les esperaba en el pomo de la entrada. Keimi la cogió y la llegó al grupo de personas que le acompañaban.


Estimados concursantes, ahora les voy a explicar las reglas del juego de supervivencia  Torikago.


Primero, el juego consiste en superar los distintos desafíos planteados por los miembros de la Donquixote Family hasta llegar al piso más alto.


Segundo, ganará aquel que derrote a su enemigo.


Tercero, la empresa no se hace responsable de las posibles bajas o pérdida que pueda haber en el camino.


Finalmente decir  que al ganador le espera el suculento premio con nombre Luffy y que deben acabar la Torikago antes de las doce la noche si no quieren recibir un cadáver como trofeo.


Atentamente, la Donquixote Family les da su bienvenida y esperamos que disfruten


 


-¡Maldito Doflamingo, esto deseando pegarle un buen puñetazo en su cara!- refunfuñaba Kid al escuchar las reglas tan estúpidas que planteaba aquel juego de supervivencia.


-Eustass, será mejor que no pierdas la calma en estos momentos. Ahora es el turno de jugar y mantener la tranquilidad. Con eso y con nuestras armas propias ganaremos y recuperaremos a nuestro querido Luffy- animaba Hancock con un  pequeño discurso antes de adentrarse a la guarida del lobo.


-Así se habla hija- responde la madre orgullosa de las palabras que acababa de escuchar.


-Seguro que venceremos si nos unimos y hallaremos respuestas sobre todo lo ocurrido- contestaba Keimi con ánimos de adentrarse.


-Espero que lo salvemos…- responde Law aún sin recuperar ánimos ni fuerzas por todo lo que le estaba ocurriendo.


-Venga, chico, anímate. Así no conseguirás salvarlo. Cálmate y salvarás a la persona que más te importa- intentar animar Boa Hancock como si fuera una especie de palmadita en la espalda.


-Será mejor que le hagas caso a nuestra jefa. Ella sabe mucho de animarse en los peores momentos- responde Kid mirando a Law para intentar tranquilizarlo.


-He aprendido de la mejor- en ese momento a Hancock le viene una imagen de su amiga Shyarly y le dio fuerzas para luchar- Será mejor que entremos.


Abrieron ambas puertas con gran ímpetu y se adentraron al edificio. Nada más entrar se toparon con una gran sala a modo de recibidor del rascacielos, que tenía a los dos laterales unas amplias escaleras que llevaban a pisos superiores.


-Venga chicos, avancemos y llegaremos lo antes posible a la cima- anima Hancock empezando a correr hacia las escaleras, mientras les seguía el resto personas, sin embargo fueron detenidos.


-Jajaja, acabáis de comenzar el juego de supervivencia y ya habéis cometido vuestro primer error. Subestimar al enemigo- contesta una joven mujer mientras bajaba por una de las escaleras de los laterales.


-Menos mal que hemos sido áGiles, y así sabremos todos vuestros movimientos y estrateGias- bajaba un hombre mayor por la otra escalera.


-Menudos enemigos que nos traen, una niña y un viejo- se reía Keimi de aquellos malvados que se suponía que les iban  a derrotar.


-No te rías de nuestra apariencia- contesta la niña enfadada cara el hombre- Será mejor que te calles si no quieres morir.


-Así se dice SuGar- responde el hombre mayor quien ponía un gran énfasis en las palabras con la letra g- Junto a mí, Lao G, os vamos a derrotar en un instante.


-Mucha palabrería y poco actuar-volvía a intervenir Keimi con una frase para intimidar al enemigo.


-Veo que tienes aGallas señorita, a ver si después de que te derrote piensas lo mismo- responde Lao G enfurecido por las palabras que estaba escuchando de aquella mujer.


-Haber si tú aprendes a hablar de una maldita vez- respondía con más amenazas y más insultos la joven modelo.


-Cállate insensata, ahora será aplastada con nuestras propias manos- intervenía Sugar quien estaba al borde de pegar con gran fuerza a aquella mujer.


-No valéis la pena. Me da pena vuestro amo, quien tiene que aguantar una carga tan pesada como vosotros- termina Keimi sus palabras para sacar de quicio al enemigo.


-¿Cómo te atreves a insultar al joven amo?- responde muy enfurecida Sugar.


-Muere- grita Lao G ante tal insolencia que acababa de escuchar.


-No, los que vais a ser derrotados sois vosotros- interviene Nyon quien con un gran bastón de madera les da dos golpes fuertes a la niña y al viejo, cayéndose de las escaleras ambos- Chicos, es vuestra oportunidad, adelantaros. Keimi y yo nos encargamos de estos esperpentos.


-Gracias Keimi, madre- responde Hancock mientras comenzaba a subir por los escalones junto a los otros dos chicos- Madre, no te esfuerces tanto, que ya tienes una edad.


-Lárgate hija- contesta indignada la señora mayor- Yo aún estoy en la flor de la juventud.


El grupo formado por Hancok, Kid y Law se marchó subiendo por las escaleras. Mientras, Keimi y Nyon vieron como los dos enemigos comenzaban a recuperarse del fuerte golpe recibido.


-¿Cómo os atrevéis a engañarnos?- dice enfadado Lao G quien su cuerpo temblaba por todas partes.


-No seáis tan tontos y punto- se defendía Keimi, con un tono muy grosero. Parecía extraño que aquella modelo tan joven y mono tuviera ese carácter oculto.


-Da igual, ahora nos venGaremos. Que dé comienzo el primer jueGo de supervivencia de la TorikaGo- responde Lao G iniciando por fin la verdadera batalla.


9:30a.m ,3 de Octubre de 1918, Nueva York, Estados Unidos.


-Ahora os explicaremos como lucharemos en esta batalla- dice Sugar tras haberse recuperado del golpe recibido.


-Sí, sí, pero rapidito que tenemos prisa- contesta Nyon con ansias de acabar aquella tontería e ir a ayudar a su hija y a los demás.


-La batalla es muy sencilla. Cada miembro deberá hacer Gestos con las manos que signifiquen una palabra con la letra G y el otro la tendrá que adivinar. Gana quien consiga cien aciertos- explica Lao G las verdaderas normas de aquel luego en la primera estancia del Empire State.


-¡No jodas!- grita indignada Keimi al escuchar aquellas absurdeces.


-Pero de que pelea se trata eso. Pensaba que erais unos asesinos feroces- se pregunta Nyon tras saber que tendría que luchar por aquel juego.


-Vale, callaros ya. Empezaré a juGar yo- interviene Lao G quien empieza a hacer gestos con las manos para intentar explicar la palabra a su compañera Sugar quien ponía mucho atención a lo que estaba haciendo el hombre.


-La palabra es… gota?- contesta Sugar una respuesta de la cual no estaba del todo convencida.


-No, la palabra era G- responde Lao G ante una atónita Sugar al haber fallado la respuesta.


-¡BASTA! ¡NO LO SOPORTO MAS! Es que no sois más tontos porque no os entrenáis- dice Keimi completamente enfadada- Nyon es hora de que nos pongamos en serio nosotras. Mi padre es el jefe de policía de Nueva York y me ha enseñado a luchar. Ahora debo demostrar todo lo que he aprendido.


-Así se habla, Keimi- responde entusiasmada la señora mayor.


Nyon coge de nuevo el bastón de madera y comienza a pegarles golpes fuertes a Sugar y a Lao G. La rabia les invadía y estos solo podían huir de aquellos terribles golpes. Mientras Keimi estaba realizando una red con cuerdas para atrapar a aquellos malvados.


-Nyon, acerca al par de idiotas- mandaba Keimi a la señora.


-Como usted diga, señorita policía- responde la señora mayor con cierto tono sarcástico hacia la más pequeña.


Nyon acercó a las dos personas persiguiéndolas con aquel bastón de madera hasta que quedaron atrapadas en la red que había hecho Keimi. Una red de la cual no podían liberarse ya que estaba hecha con fuertes nudos de marinero enseñados por su padre.


-Ja, así es como se lucha de verdad- dice Keimi orgullosa de haber vencido en batalla.


-Para la próxima os preparáis algo mejor, panda de paquetes- contesta Nyon en tono burlón hacia sus adversarios derrotados.


10:15 a.m. Primer Piso.


Pelea: El honor de la G.


Vencedores: Keimi y Nyon.


Derrota: Lao G y Sugar.


Notas: Falta de vocabulario y una Gran cantidad de tonterías.


Mientras, el grupo de tres personas continuaba subiendo por las escaleras que llevaban a pisos superiores con distintas peleas que tenían que enfrentar.


-Joder, prefería pelear. Esto es mucho más agotador que estar pelando contra fuertes enemigos- reniega Kid mientras seguía subiendo escaleras, piso, tras piso.


-Kid, no te quejes tanto y estate atento a los posibles adversarios que puedan venir- regañaba la emperatriz a su empleado por su actitud- Ten en cuenta que la vida de una persona está en juego, de mi Luffy-kun.


-Eso ya lo sé, y sé que es muy importante, sobre todo para una persona- contestaba Kid algo apenado por sus sentimientos rechazados por parte de Law- Me esforzaré lo máximo posible. Pero, debes reconocer que llevaremos como más de diez pisos y estoy agotado.


-Sí, la verdad es algo curioso que llevemos caminando bastante rato y que no aparezca ningún enemigo a la vista- se cuestionaba Hancock algo curiosa por la situación- Bueno, da igual, centrémonos y sigamos avanzando.


-Luffy, juro que te salvaré. Cueste lo que me cueste- pensaba Law mientras no intervenía en la conversación de los otros dos.


Cada piso que avanzaban, Kid, estaba mucho más preocupado por los actos que pudiera hacer Law en este estado. ¿Qué podría hacer? ¿Le puedo ayudar? ¿Me dejará salvarlo? ¿Se sacrificará hasta la muerte? No, no puedo permitir eso. Kid se juró proteger a Law, igual que Law protegerá a Luffy, y todo saldrá bien, o eso es lo que creen pensar.


Mientras tanto, en uno de los pisos inferiores de donde se encontraban los tres sujetos, había una pareja de personas que esperaban impacientemente la llegada de los enemigos.


-Joder, sí que tardan. A este paso me voy a hacer vieja esperando- renegaba una señora de cabellos rubios y pelirrojos.


-Jajaja, si tú ya era vieja, jajaja. Deja de refunfuñar y continuemos la partida  mientras esperamos- contestaba un hombre de gran peso mientras estaba atento al juego de cartas que estaban echando.


-Oye Machvise, ¿tú estás seguro de que este es el piso correcto por el que tienen que pasar esa panda de modelos e idiotas- preguntaba algo desconcertada la mujer mientras tiraba una carta a la mesa.


-Jora, yo he seguido las instrucciones que nos ha dado Diamante. Desde el piso más arriba, el 102, teníamos que bajar 90 hasta llegar al piso 10 por donde van a pasar- decía muy seguro de la información Machvise- Seguro que solo hay que esperar un poco más. Con suerte Sugar y Lao G se han encargado de ellos.


-Idiota, burro, cazurro, estúpido, imbécil, ¡¿es que no sabes ni restar?!- gritaba Jora como una furia tirando las cartas por todos lados de la mesa- ¡102 MENOS 90 SON 12! Por aquí no va a pasar nadie. Es casi un piso abandonado. Y me extrañaba a mí que te hubieran dado esas órdenes, idiota, tonto.


-Tan solo me he ido dos números- criticaba Machvise tanto insulto que recibía de la otra mujer- Da igual, se no va a venir nadie, marchémonos y punto.


-Claro, ahora que ya nos hemos equivocado. Pues te toca a ti explicarle al joven amo todo tu error, yo no quiero ser castigada por tu culpa- respondía furiosa Jora tras la respuesta de aquél hombre.


Jora  se levantaba de la mesa de juego al igual que estaba haciendo Machvise. Pero justo en ese momento subió el montacargas con personas.


-Por fin tendremos algo de diversión, jajaja contestaba Jora animada tras ver que alguien se estaba acercando- Espero que no cometas más errores.


-Estoy deseando aplastarlos con mi cuerpo, jajaja- respondía también excitado y agitado el hombre de gran peso.


Del montacargas salía un grupo de chicas mientras este volvía para subir hacia más pisos arriba, pero se pudo escuchar una voz de alguien conocido.


-¡Chicas, os encargo esto a vosotras!- gritaba la modelo Bonney mientras subía aún más arriba con el montacargas.


-Ahora pasemos a la acción Jora, preparémonos para el combate- le decía Machvise a la mujer mayor mientras se retiraban a otra sala donde estaba a punto de celebrarse una pelea.


-Sí- contestó Jora asintiendo.


Pasaron unos minutos donde las chicas fueron buscando a alguien que se encontrará en aquel piso, ya que según la información recibida, había alguien allí. Pero no fue hasta pasar un buen rato que llegaron a una amplia sala. El taller de la fábrica Doflamingo donde se desarrollaban los distintos productos que vendían.


12:24 p.m., 3 de Octubre de 1918, Nueva York, Estados Unidos.


-Bienvenidas a nuestra humilde morada. Os invitamos a disfrutar de una de las mejores obras de arte, la representación de la muerte en su estado puo. Hoy con nosotros tenemos a tres chicas dispuestas a morir por amor al arte- interviene Jora iniciando el ritual para comenzar con su juego de supervivencia- ¿Quién podrá sobrevivir y quien caerá en el intentó?


-Pero de qué habla está loca, no es nada cool. Además tiene un tipo muy extraño. Su figura no es esbelta. Siempre lo he pensado. Ala, ya lo he dicho- empezó a  hablar una chica rubia- Dejémonos de tonterías y luchemos con clase, para que pueda lucir mi gran figura.


-Estoy deseando chafarte ese bonito cuerpo que tienes, jajaja- se emocionaba Machvise solo de pensar en lo que le podría hacer a aquella joven.


-No, no, no. Mi cuerpo no se toca, y más alguien tan cutre como tú- reniega la chica de rubios cabellos.


-Cállate de una maldita vez Miss Valentine. Parece que desde que has entrado aquí, tu carácter se ha vuelto más pijo que de costumbre- refunfuñaba la señora mayor- ¿cómo nos has podido traicionar así, Jora? Yo pensaba que éramos amigas.


-Ja, todo fue mi gran tapadera. Jajaja, me alaga ver que te la creíste tanto, jajaja- se ría fuertemente la mujer cuyo nombre era Jora- Ahora de verdad sufrirás, Miss Merry Christmas. Durante años he aguantado tus quejas, y las tuyas Miss Valentine. Estaba harta. Voy a disfrutar con vuestra muerte. Bye, lady’s.


Justo en ese momento, las tres chicas se encontraban en medio de la sala/taller y era el instante perfecto para que Jora efectuara su plan. Presionó un botón que se encontraba a mano derecha. Del techo de aquella amplia sala, se volcó un gran recipiente repleto de pintura que iba a caer sobre las Misses. La pintura cayó con fuerza sobre las tres chicas y les salpicó completamente. Pero eso no fue un ataque que les estaba hiriendo, sino que solamente les empezaba a aturdir y perdían la visión, al igual que le pasaban otra serie de efectos secundarios. 


Justo en el momento en que las tres chicas estaban cubiertas de pintura y habían perdido la visión completamente, Machvise aprovechó para atacar y se lanzó desde un trampolín de carga que estaba en la parte superior del taller. Cuando estaba a punto de aplastar a las chicas estás escapando.


-Jajaja, pensáis derrotarnos con esos mierdas ataques birrias- decía con un tono de superioridad las señora mayor cuyo nombre era Miss Merry  Christmas- Además, nosotras también tenemos a nuestra arma secreta.


-Pero, pero, ¿cómo habéis escapado de la pintura y del ataque?- preguntaba indignada la señora Jora al ver que las chicas estaban a salvo?


-Eso ha sido gracias a nuestra arma secreta, la señorita Miss Goldeweek- intervenía Miss Valentine después de la otra señora mayor- Además, ¡como osáis tirarme pintura sobre mi cabello cuidado!


Miss Goldeweek había usado su gran habilidad para manejar los pinceles y las pinturas y comenzó a quitar con estos la pintura que había sobre las chicas. De ese modo, les dio tiempo a observar el ataque aplastante de Machvise y consiguieron huir sanas y salvas, cosa que frustró en gran medida a los dos contrincantes.


-Ahora es la hora del contraataque- dijo entusiasta la pequeña Miss Goldenweek  quien puso una cara de sádica que estremeció a los dos adversarios- Miss Merry Christmas, Miss Valentine, ¿estáis preparadas?


-Si, como usted mande sargento- contestó la chica rubia como si fuera un soldado instruido por la armada- Espero, que no se me rompa ninguna uña por el camino.


-Yo también estoy preparada, y mi espalda también lo está- afirma la otra señora que tenía mayor edad que sus dos compañeras de piso.


-Esto se lo vamos a dedicar a nuestra amiga Paula- dijo fuertemente y con gran ánimo la pequeña- Donde quiera que estés, nosotras cuatro siempre vamos a estar unidas.


Al escuchar esas palabras tiernas provenientes de la más pequeña, unas pequeñas lágrimas de emoción y tristeza salieron por los ojos de las otras dos Misses. En realidad nunca le habían dicho nada sobre la muerte de Paula, pero sabían perfectamente que Miss Goldenweek era una chica muy lista, por lo que no dudaban en que alguna vez llegará a saber ella sola la verdad, sobre todo después de estar un gran tiempo sin recibir alguna de sus cartas.


-Sí, lo haremos por ella- grita eufórica la señora mayor.


-Sí, por Paula- grita también la chica de cabellos más rubios.


-Haber si empezáis a atacar de una vez, porque me estoy aburriendo- contesta Jora bastante cabreada por la efusión que estaban teniendo aquellas tres chicas.


-Las cosas buenas se hacen de rogar. Aunque la verdad no os habéis dado cuenta de una cosa- dice la pequeña con una sonrisa maléfica hacia los enemigos.


-¿De qué?- pregunta algo preocupado el señor de mayor grosor.


-De que nuestra plan hace rato que ha comenzado, jajaja- ríe con fuerza la más pequeña viendo como estaba intimidando a los dos más mayores.


En ese momento, la fábrica de pinturas comenzó a ponerse en marcha y pilló por sorpresa a Jora y a Machvise.


-Mientras que mis dos amigas os distraían al principio hablando, yo tuve tiempo de examinar el lugar y así comenzar con mi malvado plan. He puesto a programar el inicio del taller justo para este momento, para el momento en que este colocado en la posición exacta y en cuanto presione este botón será vuestro fin- revela el plan Miss Goldenweek para desconcentrar a los dos enemigos.


-Niña, como te atreves a hacernos esto a nosotros. Somos la Donquixote Family y debemos derrotaros cueste lo que cueste- empezó a enfurecer el hombre de mayor peso- Sois una panda de estúpidas que no se han entrenado para matar, como nosotros.


-Pero si tenemos astucia, jajaja- contesta la señora Miss Merry Christmas viendo que su plan iba en marcha.


-Os derrotaremos y os mataremos- dice enfadada la señora Jora.


-Ja, antes tendréis que preocuparos más por vosotros que por lo que nos pueda pasar a nosotras- afirma Miss Valentine con gran risa malvada.


-Es la hora- gritó Miss Goldenweek y segundos más tarde presionó el botón de acción de la fábrica.


Las máquinas comenzaron a moverse, y justo Jora y Machvise se encontraban subidos encima de una de las cintas transportadoras y comenzaron a ir hacia atrás.


-Maldita sea, parad esta máquina, os lo ordeno- gritaba con gran cabreo la señora Jora cada vez que avanzaba más hacia atrás- Pagareis por esto.


-Jajaja, quien ríe último, ríe mejor- contesta la niña viendo como su plan ya no podía ser detenido.


La cinta  transportadora llevaba a los dos sujetos hacia un gran bote de cemento duro del cuál era imposible escapar.


-Bye, byte, chicos- se despedía de forma irónica la mujer de nombre Miss Valentine al ver que aquellos dos estaban a punto de caer.


-Púdrete en el cemento, vieja y gorda Jora- se vengaba Miss Merry Christmas de su antigua compañera de trabajo, viendo cómo iba a sufrir.


-Chicas, nos vamos, aquí ya no tenemos nada que hacer- decía la pequeña Miss Goldenweek saliendo triunfante de la pelea- Dejemos tranquilos a estos dos  mientras se seca el cemento.


-¡NOOOOO!- gritaron Machvise y Jora justo en el instante antes de caer precipitados hacia su gran derrota colosal a manos de aquellas Misses pijas y astutas.


 02:30 p.m. Duodécimo Piso


Pelea: Arte de pintura y aplastamiento.


Vencedores: Miss Valentine, Miss Merry Christmas y Miss Goldenweek


Derrota: Jora y Machvise.


Notas: La astucia siempre es un buen enemigo frente al arte hortera.


-Chicas, comamos algo mientras nos reunimos con el esto de personas- afirma Miss Merry Christmas quien comienza a sacar unos bocadillos de su bolso.


-Espero que les esté yendo bien también al resto de personas- se preguntaba algo preocupada la pequeña Miss Goldenweek- Seguro que en estos momentos alguien está peleando duro.


Justo estaba ocurriendo lo que afirmaba Miss Goldenweek. En uno de los pisos superiores, exactamente, en el piso número cincuenta se estaba disputando una verdadera pelea donde el precio era la vida o la muerte. Por una parte, estaban peleando un grupo formado por dos chicas contra otra. Por otro lugar estaba un chico de pintas estrafalarias contra uno de gran altura. Y por último, se está llevando a cabo una de los enfrentamientos más fuertes hasta el momento entre dos de los hombres más poderosos de ambos bandos.


-Pelea, cobarde- gritaba cabreado un hombre de tez oscura cuyo nombre era Wiper mientras disputaba una pelea a espadas contra un formidable adversario pero que no estaba dando todo lo que podía hacer- No puedes subestimar mi fuerza.


-No merece la pena perder tiempo con alguien tan malo como tú. He luchado contra grandes enemigos durante toda mi vida de asesino y puedo saber lo que vale de verdad una persona o no- responde el nombre mientras asaltaba con fuertes y calculados golpes de espada a su enemigo- Y tú, no vales nada.


-Cállate. Yo soy un gran peleador. He luchado con mis propias manos para salvar mi vida y la de mi familia, ahora debo hacer algo por los demás- contestaba Wiper enfurecido por tales menosprecios que recibía por parte del otro nombre.


-Perro ladrador, poco mordedor. No es lo mismo luchar con los propios puños que con una espada- explica Gladius sin dejar de bajar la guardia para observar el próximo movimiento que realizará Wiper.


-Tú no peleas como un hombre. Los hombres de verdad se enfrentan cara a cara en un duelo de puños- renegaba Wiper hacia el otro hombre- Tú eres el que no merece la pena derrotar.


-Jajaja, bonitas palabras para un macho alfa como tú. Pero, tengo entendido que lo pasaste mal a causa de tu familia y que no supiste casi protegerlos. Tú eres el inútil, eres débil- intentaba sacar de quicio aquel espadachín a Wiper- No eras más que el alma caritativa de Shyarly.


-¡Cállate, no te dejaré que faltes el respecto de nuestra jefa!- se enfurece Wiper asestando un golpe de espada que hiere el brazo de Gladius.


Gladius tardó unos segundos en reponerse de aquel ataque. Pero pronto observó que la herida era superficial, por lo que no le preocupaba. Pero si estaba muy cabreado, como a punto de estallar Debía vengar aquella insolencia, debía matar a aquel hombre y se le ocurrió una gran idea que acabaría con su vida.


-Te voy a revelar una cosa. Yo mate a Madam Shyarly. Yo disparé a sangre fría el tiro que le quito la vida- decía con gran malicia el hombre que había matado a la jefa de Wiper- Yo maté a tu salvadora.


-¡Gladius! ¡Te mataré!- gritó con gran enfado el hombre intentando asestar un golpe de espada con mucha fuerza hacia aquel hombre.


-¡No, Wiper, es una trampa, no vayas!- gritó Laki quien estaba disputando también una pelea en otra parte de aquella sala- Aléjate de él, solo te está provocando.


-Demasiado tarde- contestó Gladius con una sonrisa triunfante.


Cuando Wiper estuvo lo suficiente cerca de él, Gladius sacó una pistola que tenía escondida en su abrigo y le disparó sin titubear. Un disparo directo al costado del joven quien cayó al suelo perdiendo una gran cantidad de sangre.


-¡Wiper!- gritó desesperada Laki al ver como su pareja estaba herida de gravedad.


-Niña, nunca le des la espalda a un enemigo- interviene la mujer del bando de los malos cuya identidad era nada más que la modelo de Amazon Lily, Baby 5.


Baby 5 le pega una fuerte bofetada a Laki, cayendo esta justo al costado del malherido Wiper. Al ver esta escena, el otro hombre y la otra mujer se acercaron para intentar ayudar a la pareja.


-¿A dónde vas, Alvida?- dice Baby 5 intentando detener el camino de su adversaria- Será mejor que te preocupes por ti misma antes que por aquellos dos. Total, tú nunca llegaste a congeniar con ellos, ni con nadie, loba solitaria.


-Déjame pasar, bastarda- contesta enfurecida Alvida por todo lo que estaba pasando y por las palabras que había dicho su antigua compañera de profesión- Da igual que nunca nos hayamos llevado del todo bien. Son mis compañeros y debo protegerlos.


-No te dejaré ir con ellos- contesta decidida la joven Baby 5 preparando de nuevo sus armas para contratacar.


-Mierda- dice un hombre de cabellos azulados que estaba luchando contra el enemigo más alto y pintoresco- Al, ya me encargo yo de ayudarles. Tú derrota a esa zorra.


-Gracias, Buggy- responde muy agradecida la chica de cabellos oscuros- Ahora que nada me lo impide, podré derrotarte con todas mis fuerzas.


-Ja, eso ya lo veremos- responde Baby 5 apuntando con sus dos dagas hacia la joven cuyo nombre era Alvida.


Buggy lanza un fuerte ataque hacia su contrincante, dejándolo noqueado por unos instantes para poder ir a ayudar a sus compañeros de batalla. Mientras, Alvida y Baby 5 continuaban su ardua pelea de dagas y cuchillos donde ninguna de las dos se dejaba doblegar por la otra.


-¿Dónde has aprendido a pelear así, zorra?- pregunta Baby 5 enfadada por los resultados del combate- Deberías estar muerta ya.


-Ja, no me subestimes solo por mi cara bonita. Tuve una vida dura y aprendí a luchar para defenderme de mis propios problemas- responde la mujer mientras continuaban asestándose golpes la una con la otra- Todo se lo debo a Shyarly. Ella fue quien me instruyo para defenderme.


Los chasquidos de las dagas resonaban por toda la sala como si fueran un fuerte eco. Los fuertes golpes que cada una realizaba, dejaba a la otra casi sin momento para actuar. Algunas veces incluso tenían que retirarse hacia atrás para cubrirse. Desde luego era una batalla digna de observar.


-Tus ataques solo son para defenderte y para que no te mate- afirma muy convencida la ex modelo Baby 5- Así nunca lograrás derrotarme.


-Entonces va siendo hora que me pase al modo ataque- se enfurecía Alvida  mientras comenzó a rasgar sus ropas para tener una mayor agilidad- Disculpa por lo que te pueda pasar, ya que vas a caer en menos de un minuto.


-No te creas tan por encima. Yo he sido entrenada para asesinar- gritaba fuertemente Baby 5 reivindicando su verdadera naturaleza.


-Pero yo no te voy a matar. Solo vas a recibir tu merecido- contesta con una sonrisa Alvida.


Tras acabar la frase, la modelo comienza a mover los cuchillos de forma que les daba mayor impulso. Baby 5 pensó que está iba a atacarle de frente y se preparó para defenderse. Pero se equivocó. Alvida lanzó una de las dagas clavando la ropa de Baby 5 sobre la pared, y lo mismo hizo con la otra daga.


-Maldita, como te atreves- responde enfadada Baby quien no se podía mover.


-Recuerda, yo soy mejor que tú- contesta Alvida a la chica mientras se acercaba. Después le asesta un gran puñetazo en la cara dejando completamente inconsciente a la ex modelo- Aunque la verdad no sé si podrás recordar algo después del golpe.


De regreso al combate que se estaba disputando anteriormente, Gladius y Buggy luchaban  ferozmente con fuertes golpes de espadas. Mientras, Laki intentaba reanimar al inconsciente Wiper quien perdía sangre por momentos.


-¡Wiper! ¡Wiper!- gritaba para despertarlo Laki mientras acababa de taponar la herida que tenía el chico en el costado- Wiper, despierta. Tienes que vivir. Tienes que aguantar por Aisa, y… por mí.


Laki en un último intento de reanimar al joven, le dio un fuerte beso al chico. Justo eso fue el incentivo necesario para que Wiper volviera en sí y se despertará de su estado de inconsciencia, alegrando a la mujer tras verle vivo.


-Laki- contestaba tiernamente a la chica que se estaba preocupando tanto por él.


Sin embargo, Wiper pronto pudo observar que su pareja había sido herida y golpeada por sus adversarios y la rabia le consumió por dentro. Se levantó y apartó a Laki, no sin antes afirmarle que se encontraba bien y que podía pelear. Se dirigió cara a Gladius quien ya estaba bastante exhausto por las dos batallas que había tenido y sin dudarlo dos veces le pegó con un fuerte puñetazo en la cara.


-Esto es por Laki- dijo enfurecido en joven mientras veía como su contrincante comenzaba a perder el equilibrio, pero no fue suficiente y le asestó más golpes- Esto es por Aisa, este por Luffy y este por Shyarly. Y este último por mí.


Gladius cayó al suelo completamente derrotado y Wiper celebró su victoria yendo hasta donde se encontraba Laki y dándole un fuerte beso apasionado.


-Vaya, vaya, menuda panda de tortolitos- se metía de broma Alvida quien acababa de llegar tras su pelea.


-Ja, déjanos en paz- respondía Wiper siguiéndole la broma ya que ahora se encontraba muy feliz después de haber derrotado a sus enemigos- Además ¿no sabíamos que tenías novio?- chincha Wiper a la otra modelo.


-Yo… no es mí…- pero Alvida no pudo articular las palabras ya que Buggy acababa de acercarse a ella e imitó el gesto de Wiper, dándole un fuerte beso en la boca que dejó aturdida a la joven.


Los dos chicos que estaban en el suelo comenzaron a reírse por la cara roja que había puesto Alvida, pero aquella felicidad se detuvo pronto.


-No dejaré que venzáis- responde enfurecido el chico que había sido derrotado anteriormente por Buggy- Os derrotaré yo solo si es necesario.


-Dejar chicos, de este me encargo yo- contesta Buggy haciéndose un poco el héroe cosa que ruborizaba un poco a  su pareja- Obsérvame Al.


En un par de segundos, Buggy asestó varios golpes que dejaron completamente derrotado a aquel sujeto. A pesar de ser un luchador y un asesino, aquel hombre no era muy bueno peleando cuerpo a cuerpo, y esa fue su perdición.


18:37 p.m. Cincuentavo piso.


Pelea: De espadas y cuerpo a cuerpo.


Victoria: Wiper, Laki, Buggy y Alvida.


Derrota: Gladius, Baby 5 y un tercer hombre cuya identidad hasta ahora es desconocida.


Notas: A veces el poder del amor triunfa por encima de las demás cosas, sobretodo el amor feroz y apasionado.


-Por cierto ¿quién era ese con el que has luchado hace un rato? – pregunta algo curiosa Alvida tras ver a Buggy derrotar al chico de forma tan rápida.


-No sé, un idiota. Creo que su nombre era Buffalo- respondió Buggy haciendo memoria de sus recuerdos.


Las duras batallas libradas en aquel piso habían acabado, Sin embargo la tarde estaba en su plenitud y quedaban escasas horas para poder salvar al joven Luffy de las manos de aquel rufián. Pero las batallas no cesaban, sobretodo algunas que se estaban librando pisos más arriba.


-¡SU…SUPER!- gritó con énfasis un hombre de cabellos azulados mientras pelaba con un duro adversario a quien le reconocía todo su valor.


-Eres un gran hombre, señor Franky. Por eso te respeto. Pero aun así mi deber es derrotarte y eso haré- contestaba el señor que peleaba arduamente contra el jefe del bar y viejo amigo de Luffy y Law- Espero que des todo lo que tienes.


-Por supuesto, pelearemos con los puños hasta que alguien caiga- respondía entusiasta el hombre cuyo nombre era Franky- Ahora, continuemos.


18:54p.m. Piso número sesenta y dos. 3 de Octubre de 1918, Nueva York, Estados Unidos


Los fuertes e intensos puñetazos se cruzaban de un lado a otra de la sala. Tal era su intensidad que el daño recibido también era para el que asestaba el golpe. Pero ninguno de los dos hombres se rendía. Ya no solo estaba en juego la vida de aquel joven que tanto apreciaba el antiguo constructor de barcos, sino que estaba en juego también su hombría y por eso no podía perder.


Franky asesto un duro golpe en la cara del Señor Pink, mientras que este retrocedía por el impacto del golpe. Más tarde, el enemigo se vengó y con un fulminante codazo le pegó en todo el torso, dejando a Franky con esfuerzos para pelear.


Las gotas de sudor comenzaban a empañar toda la sala. Era un aire tenso pero dentro de lo que era una lucha respetada. Ninguno de dos pensaba ceder ni un milímetro frente al otro, cosa que provocaba mayor intensidad.


-No dejaré que me derrotes- gritaba Señor Pink con el ímpetu característico de un hombre- Yo seré el que gane, porque soy mucho más hombre que tú.


-Eso nunca. Esto se lo dedico a mi hermano- gritó Franky recordando a su fallecido hermano Iceburg y dándole fuerzas parar ganar- Este es tu fin.


Franky comenzó a cargar fuerza en su brazo derecho y se dio impulso con los pies para alcanzar mayor velocidad. En seguida pudo alcanzar a Señor Pink y le propició un golpe de tal intensidad que este se desplomó al suelo, dejándolo incapaz de pelar más.


-¡¡¡SUPER!!!- dijo Franky tras asestar el golpe ya que se encontraba muy energético.


Pero antes de acabar la batalla y de que Señor Pink quedará completamente inconsciente, le dijo una palabras de respeto a Franky.


-E…eres..tod..todoo..un..homb..hombre- dijo como pudo Señor Pink y al momento quedó completamente cao y sin posibilidad de luchar más.


19:09p.m. Piso número sesenta y dos.


Pelea: Batalla cuerpo a cuerpo.


Victoria: Franky.


Derrota: Señor Pink.


Notas: Una dura batalla por el orgullo de un hombre.


-¡¡¡SUUPPER!!!- volvió a gritar Franky tras ver que ya había finalizado la batalla- Seguro que ella está a punto de llegar. Espero que esté bien.


Unos pisos más arriba de donde se encontraba en antiguo constructor de barcos estaba la gran modelo Jewelry Bonney peleando contra uno de sus antiguos compañeros de trabajo en la marca Amazon Lily.


-Dellinger, cómo pudiste traicionarnos. Has deshonrado el nombre de nuestra empresa- gritaba enfadada la modelo de cabellos rosados- Es mi deber hacerte pagar por todo.


-JAJAJA, que ilusa eres mi querida Bonney. Yo no os he traicionado. Simplemente nunca he sido fiel a vosotros, jajaja- contestaba con una gran sonrisa de satisfacción y cierto tono sádico aquel chico joven- Además, nunca me llegó a importar lo que le pasara a la empresa. Es más, deseo que quede destruida por completo.


-¿Cómo te atreves a hablar así de la que fue tu casa? Nunca te lo perdonaré- Bonney era casi incapaz de calmar la furia que tenía dentro de su cuerpo.


-Jajaja, Bonney no te enfades o te saldrán arrugas. ¿No querrás volverte fea y perder el trabajo como modelo? JAJAJA- sonreía el joven Dellinger con ganas de hacer rabiar a la chica- Además, así nunca le llegarás a gustar a Kid.


-¡¿Cómo?!- gritó fuertemente Bonney de la sorpresa de haber escuchado aquellas palabras- Yo no estoy enamorada de ese idiota de cabellos pelirrojos.


-Jajaja, si no lo estuvieras no reaccionarías tan a la defensiva, jajaja- sigue chinchando aquel joven a la chica- Pero no te lo mereces. Eustass se merece a alguien como yo. Alguien que le de vida y que le sea sumiso completamente a él.


-Tío, definitivamente estás loco- contestaba Bonney tras escuchar aquellas absurdas palabras provenientes de Dellinger- Además, nunca seré correspondida, a él…le gusta otra persona y está completamente enamorado de ella.


-¡¿Qué?!- gritó ahora fuertemente Dellinger. No se esperaba que su gran amado pudiera haberse enamorado de otra persona que no fuera él, no lo podía soportar, no lo quería. Debía hacer algo para solucionar todo aquello- Tendré que matarla.


-Mejor te referirás a matarlo- contesta Bonney tras descubrir el punto débil de su enemigo y comenzar a intimidarle igual que el otro había hecho antes.


-¡¡¡Él!!! No puede ser, solo puede haber un hombre que le llegue a gustar y ese solo puedo ser yo- contesta muy preocupado Dellinger por las recientes noticias reveladas- Debo matarlo, debo asesinarlo y quemar su cadáver. Destruirlo y descuartizarlo, le haré pagar por enamorarse de él.


-JAJAJA, ahora quien es el que se encuentra en un aprieto. Yo al menos he superado o lo superaré que nunca me quiera. Pero mírate tú, que eres incapaz de sobreponerte tras escuchar estas palabras- afirma Bonney mientras el otro chico se quedaba perplejo- Kid es mi mejor amigo y siempre lo será. Aunque no sea su pareja me siento bien con solo estar a su lado, y quien sabe cuándo llegará mi príncipe azul.


 


-No lo soporto. Te mataré a ti y luego lo mataré a él- gritó Dellinger mientras se abalanzaba como una flecha hacia la chica de cabellos rosados.


Apenas tuvo tiempo Bonney para esquivar aquel mortífero ataque de su enemigo. Estaba claro que era un fuerte adversario, pero ella era mucho mejor. Con una de sus fuertes patadas, le asestó un duro golpe en el rostro del chico rubio, dejando a este tirado por el suelo y revolviéndose de dolor.


-Será mejor que madures niñato- decía triunfante Bonney tras derrotar a Dellinger- Yo maduraré para al menos mantenerme a su lado.


20:46 p.m. Piso número ochenta y siete.


Pelea: Duelo de patadas con tacones.


Victoria: Jewelry Bonney.


Derrota: Dellinger.


Notas: El amor no correspondido puede ser usado como un arma de doble filo.


-Debo marcharme ya, seguro que los demás están a punto de llegar a los pisos más altos- contestó la mujer de cabellos rosados poniéndose en marcha para subir más arriba.


La noche comenzó a caer en la ciudad de Nueva York, y quedaban escasas tres horas para que le ocurriera algo malo a Luffy. Law no podía aguantar más, necesitaba verlo y salvarlo. Llevaba horas subiendo escaleras y cruzando distintos desafíos para llegar a salvarlo, y aún no lo había conseguido. Realmente se daba asco por no conseguir respetar ni la promesa de la reina. Además, todos sus amigos habían luchado durante hoy, y no se habían rendido. Definitivamente, él debía hacer lo mismo.


El grupo formado por Boa Hancok, Eustass Kid y Law acababan de llegar al piso número cien llevándose una gran sorpresa y no de las buenas. Allí se encontraba Donquixote Doflamingo y sus asesinos más fieles y feroces: Trébol, Pica y Diamante.


-Al fin llegáis hasta aquí. Os quedaban pocas horas para poder salvar a vuestro querido Luffy. Aunque aún no es vuestro del todo, jajaja- iniciaba la conversación Doflamingo mientras los otros miraban con cara de odio a aquel hombre- Espero que halláis disfrutado dele juego de supervivencia, jajaja.


-Doflamingo, bastardo, devuélvenos a Luffy o sino lo lamentarás- gritaba enfurecida Boa Hancock encarando a aquel astuto hombre.


-No te alteres querida, si no quieres que te ocurra lo mismo que le pasó a tu gran amiga Shyarly- dijo Doflamingo con un tono sádico que estremeció a Hancock tras escuchar aquellas palabras.


-¡¿Qué?! ¿Fuiste tú el asesino?- pregunta muy perpleja la mujer tras escuchar aquellas palabras.


-No exactamente, jajaja. Yo solo ordené que la asesinaran para que empezara el declive de Crimin. Y dentro de poco será acabada también Amazon Lily junto a ti, jajaja- gritaba con gran ímpetu el magnate de los negocios Donquixote Doflamingo- Y así me convertiré en dueño de la ciudad de Nueva York, y después del mundo, jajaja.


-Te mataré, bastardo- gritó enfurecido Kid al escuchar aquella tremenda revelación.


-No me molestaré en luchar con vosotros. Trébol, Pica, Diamante, encargaros de que ninguno de ellos sobreviva- ordenó Doflamingo a sus asesinos más profesionales- Yo haré una visita al joven Luffy y acabaré con lo que empecé anoche.


-¡¡¡¡¡¡QUÉ!!!!- gritó Law con una tremenda furia al oír aquellas palabras del captor de Luffy.


-Chicos, ir tras él. Yo sola me encargaré de estos asesinos, no os preocupéis- afirmaba Hancock en un acto de sacrificio para salvar a Luffy.


-Pero Hancock…- Kid no estaba convencido de la idea, pero veía como Law estaba consumido en furia y no era plan de dejarlo así.


-No te preocupes, aunque esté sola, me las apañaré para derrotarlos- respondió Hancock con gran determinación.


Tras escuchar estas palabras, Kid cogió de la mano al estupefacto Law y lo encaminó hacia las escaleras del piso de arriba. Curiosamente, los asesinos no los detuvieron ya que sabían que el joven amo se divertía presenciando aquella situación. Una vez los dos chicos se marcharon, la emperatriz de Amazon Lily se quedó sola ante el peligro.


-Aunque luche sola contra tres, no retrocederé- volvió a afirmar Hancock con mayor determinación que antes como si quisiera demostrar algo al enemigo.


-Hancock, tú no estás sola- apareció de repente una mujer que venía de más abajo- Tienes a tu familia.


-Shyarly…- dijo Hancock comenzando a llorar tras ver a su vieja amiga allí plantada de la cual se suponía que había fallecido.

Notas finales:

Bueno, espero que os haya gustado. Perdonarme por lo que le he hecho a Luffy, lo siento. y siento también escribir tan mal las escenas de peleas, y tan absurdas( o al menos esa es mi sensacón)

Me gustaría que me comentararís si os gustan estos capitulos más estensos y cosas sobre la historia.

TO BE CONTINUED=)


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