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Pierrot por MallowSJ

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Notas del capitulo:

Acá el siguiente cap.

Gracias por leer!!!

Fue lo más descarado que había hecho en mi puta vida, aunque, a decir verdad el más descarado de los dos era  HyukJae, porque sabía que Sungmin en cualquier momento podía ír, tocar mi puerta, entrar y sorprendernos en pleno acto.(pero él era tan jodidamente cortés que definitivamente no lo haría)

—Siwon me ha dicho que me cuide de ti— Le dije como que no quiere la cosa, acostado de espaldas mirando al techo mientras HyukJae buscaba no sé qué cosa entre sus pantalones anteriormente arrojados a los pies de la cama.

—Pudiste acordarte de eso mientras lo hacíamos—Siguió buscando insistentemente en todos los bolsillos, tanto que pareció hablarle a ellos. Estaba cabreado porque era demasiado flojo en ese momento como para sentarse correctamente y buscar algo como la gente normal, y no acostado  sobre su torso  estirando el brazo hacia alguna parte que él no podía ver. Rodé los ojos y me senté en la cama quitando su mano que cayó flácida colgando hacia el suelo.

—¿Buscabas esto? —Alcé un pequeño y brillante envoltorio cuadrado, Hyukjae se volteó levemente y con una mirada juguetona se echó a reír.

—Si damos otra ronda me vas a matar — Tiré enojado el condón al piso, porque en serio no me había dado cuenta de qué se trataba. Enojado di media vuelta, tomé una almohada y se la tiré en la espalda descubierta.

— ¡Te estabas haciendo el idiota para dejarme en ridículo!

—Nada de eso— Cuando me di cuenta él ya estaba sentado en la cama con su Móvil entre las manos, zarandeándolo de un lado a otro.

— ¡Ah! Lo encontré. Quiero tu numero— Abrí la boca de par en par, porque entre todas las cosas que me pude imaginar, esa claramente no me la esperaba.

— ¿Mi numero? ¿No lo puedes conseguir de la información de mi empleo? —

—¿Tu superior te pide el número y tú haces preguntas? Cualquier empleado estaría saltando de felicidad o algo…— Lo miré con los ojos entrecerrados, su ego a veces era demasiado. Bufé ordenando los números en mi mente ya que siempre había tenido problemas para memorizar esas estúpidas combinaciones.

Antes que pudiera decir cualquier cosa un ligero golpe en la puerta nos puso en alerta al instante. Luego otro golpe, y otro. Una seguidilla de delicados golpecitos crispándonos los nervios a HyukJae y a mí. Porque rayos, no podía tratarse de otra persona si no de Sungmin, y Hyukjae lo sabía, conocía ese golpeteo tan bien o mejor que yo.

Noté esto cuando me miró instintivamente al primer golpe, esa mirada que decía  con miedo “Sungmin nos escuchó’’. Me di cuenta que me hubiera gustado que dijese que le importaba una mierda Sungmin, y que se atreviera a decirnos algo. Pero yo vi miedo y podría jugar que pánico.

—¿Donghae, estás despierto? ¿Puedo pasar? — La maldita puerta se abriría con un pequeño giro en la manilla, mis ojos y los de HyukJae estaban literalmente pegados a ella y ninguno de los dos atinaba a moverse.

—Eeee, Sungmin estoy desnudo no entres— Fue lo más inteligente que se me ocurrió decir, y de hecho, ni siquiera fue una mentira. Oí como HyukJae ahogaba una carcajada a mis espaldas y deseé que parara porque es en estas situaciones cuando uno se pone imbécil y se le contagia la risa; resultado, nos terminamos riendo como imbéciles.

Acto seguido, Sungmin entra

Silencio de cinco minutos.

 

Lo que ocurrió a continuación fue un caos, un verdadero  y literal CAOS.El rostro de Sungmin se desconfiguró, el amable, tierno y rosa Sungmin que yo conocía se convirtió en un demonio enloquecido. Comenzó a lanzarnos de todo, en serio, Lo que más me dolió fue una especie de pequeña escultura de bronce que yacía sobre un inútil mueble ornamental, que me arrojó sin piedad y me cayó en  el dedo pequeño del pie haciéndome chillar, como lo hacía cuando HyukJae… bueno eso.

Pero Hyuk era mucho más ágil que yo y lograba esquivar con éxito la avalancha de cosas que nos lanzaba mientras se vestía rápidamente y trataba de acercarse al Sungmin poseído que teníamos en frente. Ay Dios, si su cara daba terror, ya tenía que pensar en empacar mis cosas y a la mierda su hospitalidad caída del cielo. A la mierda…

—¡Sungmin tranquilízate! — HyukJae había agarrado por los hombros a Sungmin, se quedaron mirando varios segundos, y yo estaba parado a tres metros como un imbécil. Comencé a vestirme para salir antes posible y dejar que hablaran a solas o algo, porque yo bien sabía que lo necesitaban, aunque se me revolvieran las tripas del puro disgusto.

Pero antes que pudiera abandonar la habitación…

—Eres un hijo de puta—

Cachetada

—Ja, perdón pero tú deberías saberlo mejor que nadie, Sungmin — Miré el rostro de Hyuk  y me sorprendió que mantuviera una risa sarcástica que me confundía. Era como si se estuviera burlando en la cara de Sungmin. Nada de lo que realmente debería hacer, que era pedir perdón y salir corriendo de la vergüenza.

—¿Por qué lo haces? ¿POR QUE MIERDA EN MÍ CASA?

—No te hagas la victima por favor,¿ crees que no me di cuenta de tu puto plan?

No me la podía creer, ¿Plan? ¿Tendrá que ver conmigo?

Los quede mirando atónito esperando alguna reacción de cualquiera de las dos partes, pero nada, no se movieron ni un ápice durante un buen rato y solo se miraban como ransmitiéndose rabia y palabras aun contenidas hace meses, transmitiéndose lo que aun no se atrevían a decirse. Me dio pena en ese instante porque yo era el que sobraba. He ahí los restos de una antigua relación, de un antigua fogata en la playa con canciones de amor y una guitarra mirando el mar…

Solo pude imaginar eso con ellos dos riendo abrazados en un mundo donde yo no existía  y por supuesto, estaba lejor de convertirme en una especie de ‘conflictivo detonante’  emocional para estos imbéciles.

Finalmente, tomé algo de ropa y  decidí  abandonar la puta pieza a ver si decidían hablarse y también queriendo despejar mi mente. Ahora sí que tendría que irme de esa casa y se veía venir que le  haría una escena de celos a HyukJae totalmente fuera de lugar lo que gatillaría un inminente despido de la oficina. A la mierda.

Pensaba todo aquello caminando cabizbajo por los largos pasillos de aquella casa que me albergó durante poco pero necesario tiempo, y me sentí vacío, sin respuestas para nada, confundido y con una presión en el pecho que quería eliminar a como de lugar.

Por primera vez me hubiera gustado que Amber se pasara a visitarme, con su estruendosa voz y carcajadas que alegraban hasta a un muerto y con sus historias divertidas que yo nunca me molesté en escuchar plenamente… he sido un idiota con ella. Bueno, la verdad es que no tenía mente, perdí la cabeza por HyukJae los últimos días y me estaba volviendo loco, pero no sé si de amor, no, yo no lo llamaría amor, era algo menos pero igualmente desesperante.

Cansador.

Suspiré

Hace dos horas fui el hombre más feliz de la tierra y ahora me sentía enfermo, y me sentí peor al ver a Kyuhyun dándoselas de chulo como siempre hablando con las sirvientas sobre grandezas cuando yo sabía que era un bueno para nada que solo le iba bien en la universidad pero que no tenía dinero y se las daba de galán. El muy puto solo sabía aparentar, giré los ojos al pasar por su lado, rezando que no me viera pero como era de esperarse me siguió hacia la salida.

—¡Donghae! ¡Lee Donhae! —

Hice como que no le escuchaba y seguí mi camino en línea recta, digno como yo mismo. Puto puto puto puto KyuHyun. Dios, si quisieras revolverme más la cabeza no podrías…

KyuHyun me tomó de la mano y me giró fuertemente atrayéndome hacia él. Di media vuelta gracias a su agarre y me sorprendió verlo sonriendo

—Estás sin ropa idiota, vístete si quieres salir a la calle—

Me quería morir. Cuando éramos novios nunca me mostré de esa forma frente a él porque me deba demasiada vergüenza y ahora lo tenía delante examinándome de pies a cabeza, yo solo  llevaba mis bóxer y una camisa desabotonada y mal puesta.

—Fiuu, si que estas bueno eh… podríamos tener un remember si quieres… al parecer ya debutaste—

Mi tic en el ojo comenzó a hacer estragos en el parpado, de pura rabia le di un puntapié y salí hecho un rayo al baño pero sentí que el me seguía, tenía miedo de lo que pudiera hacer este loco así que me encerré y sin pensarlo dos veces  puse seguro.

—¡Donghae hablemos! —

—¿Eres imbécil? YA TERMINAMOS, ¡Déjame en paz! —

—Supe que has estado saliendo con HyukJae…Escúchame, él no es para ti, yo te conozco Donghae y sé que vas a sufrir. Tengo claro que fui un idiota contigo y me arrepiento pero escúchame. HyukJae te hará daño. Solo quería advertirte y espero que no te tomes tan en serio mis bromas—

¿Ese era KyuHyun? Era lo más cuerdo que me había dicho en todo el tiempo, hasta sonó sincero y sin dobles intenciones Woa. Yo no sabía que decir, me había acostumbrado a escuchar esas cosas hasta de la misma boca de HyukJae, no podía negar que me erizaba la piel pero al menos hasta que no lo comprobara yo mismo, no iba a creerlo.

—KyuHyun, gracias pero… vete a la mierda— Le dí un puñetazo a la puerta que me dolió más a mí, y sentí como trató de esconder una carcajada del otro lado, hecho que me molestó aun más ¿Quién era  él para estar dándome consejos? ¿Qué mierda se creía?

Con movimientos bruscos me vestí, no podía mas con estos días de locos, solo quería desaparecer  denuevo, pero antes necesitaba saber que pasaba con HyukJae y Sungmin…

__________________________________________

Él era esa clase de persona que no puedes ni siquiera pretender conocer del todo. Cuando lo miraba fijamente a los ojos algo me hacía desconfiar de sus palabras, pero, al mismo tiempo no me pareció nunca conocer a alguien que me hablara con tanta determinación. Confuso, era la palabra correcta para describirlo.

. Sus pupilas a veces se aferraban tan fuerte a las mías que me desintegraban los pensamientos, hacían que respondiera lo que precisamente no planeaba, me hacían cagarla.

Donghae, el chico que trabaja para mí, que conocí el día de mi cumpleaños cuando me acosté con él solo por un poco de diversión, el chico que es amigo de Sungmin, mi ex novio, (o algo así), hace aparición en la habitación en donde habíamos tenido hace poco rato un momento “enérgico”, y se nos queda observando con Sungmin, analizando nuestras expresiones. Pero nuevamente no supe que hacer cuando me agarró del brazo con una energía que nunca  había sentido en él (fuera del sexo). Me arrastró fuera de la habitación, y antes que él pudiera salir, cerró la puerta en mis narices. Yo estaba perplejo  y antes que pudiera reaccionar salió de la habitación hecho un lío con un pequeño bolso sin cerras en donde se veía un poco de ropa y cosas de aseo personal. No entendía nada.

— ¿Se puede saber que mierd…?

—Me voy de acá—

—No tienes lugar—

—¿No? La oficina

—¡¿Qué?! —

Como era de esperar, Sungmin abrió la puerta porque tampoco entendía ni mierda de lo que estana haciendo Donghae. Nos interrumpió en la mitad de una conversación que debimos haber tenido hace mucho tiempo. Será algo así como el descubrimiento de América cuando sepa por qué me sentí aliviado.

—¿Donghae? Explicame— Sungmin estaba al borde de la histeria, lo pude sentir bien. Pero él no sabía que con Donghae nada era fácil de explicar. Porque para él no existían tal cosa llamada “racionalidad”, porque él hacía lo que quería, sin medir consecuencias ¿Verdad?

—Sungmin, gracias por todo pero no puedo seguir en esta casa. diós—

¿Éste era el Donghae real? Esperen, algo anda mal acá, la irracionalidad le brotaba por los poros pero  él se veía tan seguro e inquebrantable que no pude pedirle explicación hasta que los gritos de Sungmin se hicieron meros ecos tras mi espalda que se movía agitada por el paso rápido que mantenía al seguir a Donghae por aquellos pasillos largos.

 Sentí como algo dentro de mí se conmovía poco más que un céntimo.

~

¿Me vas a explicar qué bicho te picó?

¿Por qué actuaste de esa forma?

¿Dónde vivirás?

Todas esas preguntas inundaban mi mente pero por alguna razón desconocida nada salía de mi boca.

Tomé el volante con fuerza y lo miré con rabia conmigo mismo por no poder enfrentarle y gritarle como siempre. Pero él ya no estaba sereno, se notaba nervioso y me devolvió la mirada enseguida, con susto. Mi corazón dio un vuelco.

Y no estaba seguro de si eso era bueno o malo.

—No… ¿No estas molesto conmigo? — Preguntó con la voz casi temblorosa, y a mí me pareció lo más tierno del mundo.

—La verdad es que no— Sincero, raro.

— ¿No me vas a decir nada?¿No querías hablar con Sungmin? Yo los interrumpí de esa manera y la verdad es que fue casi sin pensar, yo solo quería saber…—

Inmediatamente aparqué el auto  en el primer sitio que vi, frente a una gasolinera, a diez metros.

— ¿Ahora TÚ quieres una explicación? — Recalqué el “tú” en mi pregunta, porque era cierto (aunque no completamente), que Donghae debería tener la cabeza hecha un lío, o más o menos. Pero yo también quería saber por qué habíamos terminado así, los dos en mi auto, sin un paradero fijo al cual llegar, sin saber que preguntarnos y con una leve tensión en el ambiente.

—Quería saber… si Sungmin y tu fueron, bueno, fueron pareja—

—Lo fuimos pero ya pasó. — Donghae arqueó una ceja ante lo seco que fui en mi respuesta. A decir verdad lo menos que quería hacer en estos momentos era hablar de Sungmin y yo. Y esto era raro, porque hace menos de dos semanas le extrañaba a morir, le extrañaba tanto…

—Entonces fuiste a interrumpirnos ¿por…?— Involuntariamente formé una media sonrisa, esperando que me dijera que estaba celoso o algo. Me gustaba esa sensación.

—No sé muy bien por qué lo hice. Supongo que porque después de anoche creo que ya eres mío y nadie puede tocarte, quizás mi cabeza se volvió loca y pensó cosas hipotéticas de lo que pudiera estar pasando entre mi chico y otro que no era yo.

Quede completamente anonadado, en blanco. Donghae lo había tirado todo, no, esperen, él era una caja de sorpresas, jamás lo sabría todo. Joder. Su respuesta me tomó por sorpresa, hasta me emocioné un poco.

—No sé qué responder a eso— Mi sonrisa involuntaria otra vez en el espejo lateral, me estaba empezando a sentir de maravilla.

—Seguro ahora te sientes todo un ‘papi’.

— ¿Un “Papi”?

Eso era lo otro, muchas veces no le entendía ni lo que hablaba ¿Un Papi? ¿Qué mierda?

—Ah, cierto que eres un pijo, me refería a que ahora te crees algo así como un macho man— Ah, Donghae intuía que me empezaba a sentir bien porque aparentemente yo le gustaba más de la cuenta, a juzgar por sus actos. Y estaba completamente en lo cierto. Comenzaré a creer que tiene la habilidad de leer mentes o algo.

—Puede ser, pero algo no me queda claro ¿Estás celoso?

—No

Donhhae jamás lo aceptaría, así que solo reí por lo bajo y eché a andar el motor.

—Estás muy tranquilo pero ¿Tienes dónde ir?

—Pensaba vivir unos días en la oficina, si no te molesta claro—Dijo con toda soltura, ya me llegaban a dar risa sus faltas de protocolo. Yo también había vivido en la oficina pero nadie lo sabía más que mi secretaria. Pero Donghae no tiene problema con ellos y lo dice como si no fuera humillante ni nada.

Y además lo tenía todo planeado el muy cabrón.

—Eres increíble— Me salió la carcajada más real que había tenido en meses. Donghae me miró sin entender y enseguida sonrió conmigo. Parece que ninguno estaba molesto por lo de esta mañana, y solo estaba en nuestras cabezas lo de ayer…

— ¿Te puedo hacer una pregunta? — Me tomó un poco por sorpresa y desvié un poco mi mirada de la calle para mirarlo a él de reojo.

—HyukJae, ¿Es malo si… si te empiezo a querer?

Oh…

Increíble

Le había dicho sin darme cuenta.

 

 

 

Notas finales:

ñeñeñeñe


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