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Pierrot por MallowSJ

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Notas del capitulo:

Perdon por no actualizar ayer, dormí toda la tarde como un tronco. 

Acá va!!

 

By Sungmin

— ¿Qué paso Sungmin? —

—Nada, vino Donghae como  un loco a llevarse a HyukJae para otro lado. No pudimos hablar

—Uhmm. ¿Crees Hae que esté enamorado? —

—No sé, A decir verdad, Donghae siempre me pareció alguien superficial. No creo que pueda enamorarse en serio, ¿Crees que tengo razón? —

—La verdad es que sí, yo creo lo mismo. —

Se escuchó una melodiosa risa desde el otro lado del auricular. Kyuhyun me había contado que le echó más leña al fuego queriendo provocar a Donghae con palabras estúpidas,  y quizás eso fue lo que desencadenó su reacción de hoy en la mañana.

Era curioso cómo la gente solía perder la cabeza por HyukJae, igual que yo en algún momento lo hice. O creí hacerlo. Y aunque por desgracia las cosas salieron horriblemente mal, yo quedé  como el malo de la película, sin embargo  estoy bien así.  Bueno, quizás también es verdad que soy medio malo. Pero ssssshh

Quería hacerle daño a HyukJae, quería jugar con él y decirle que lo extrañaba solo con el fin de confundirlo, pero ¿Para qué?  Después de todo, es cuestión de tiempo para que deje a Donghae y vuelva a rogarme una y otra y otra vez.  Como el perro que es.

Durante mucho tiempo jugamos a la pareja perfecta, durante mucho, mucho tiempo pero lo arruinamos, o quizás fui yo…

Nunca me olvidaré del día en que me descubrió poniéndole los cuernos, el muy idiota, el muy maldito, mandó a mis padres a la mierda a viajar por el mundo porque yo destruí una puta relación sin futuro.

— ¿Sungmin? ¿Estás ahí? ¿Otra vez esos achaques? ¿Quieres que vaya a verte? —

—No, no, no, no. No quiero que me veas así, colgaré adiós Kyuhyun. — A veces Kyuhyun era malditamente preguntón y eso me irritaba, definitivamente hoy no soportaría sus interrogatorios.

— ¡Te Am…— No quise terminar de escucharle.

Fin de la llamada.

Imbécil.

Pero es ese imbécil junto con el señor Kim son quienes me aceptan tal cual soy, quienes están conmigo sin importar que poco a poco me esté volviendo loco.

Hace seis meses que no veo a mis padres, no sé nada de ellos… HyukJae me dijo que su padre los había enviado lejos, muy lejos. Y que con un abrir y cerrar de ojos mi fortuna se podía ir a la jodida mierda. ¡Pero claro!  El señorito me juró no saber, pero yo no le creo nada.

____________________________________________________________

—Entonces estamos saliendo— Me atrevo a soltar al aire, sin mirar directamente a la cara a HyukJae, un poco nervioso quizás.

—Si— ¿Eh? ¿Solo eso?

— ¿Si?, ¿solo “si”? — HyukJae me miró como sin entender. Diablos, otra vez  yo hablando estupideces.

—Y qué importa si estamos saliendo o no, después de todo yo soy el único que te folla por las noches ¿o no? —

Me ruboricé instantáneamente hasta la punta de los pies, y él se empezó a reír a carajadas.

Tomé rápidamente la gaseosa  que tenía entre mis manos para calmar mi garganta ahora seca. Siempre me hacía lo mismo, ¿Cómo era posible que una sola frase me produjera tantos espasmos?

Dirigí la mirada lejos de él, mi cara estaba roja y sentí un calor inundarme por completo. Me hice el enojado y él comenzó a soplarme en la cara, se portaba como un niño después de soltar esa frase tan guarra y eso me sorprendió. Realmente me gustaba HyukJae,

—Donghae , vale, ¿perdón? —

— ¿Por qué lo dices en modo de pregunta? Parece como si te costara mucho decir esa palabra— Esta vez estaba más curioso que nada, y era verdad porque HyukJae es de esas personas que cada vez que decía perdón de corazón, hacía que estallara una guerra o hubiera terremoto. Así de grave.

—Si supieras Donghe, si supieras— Se rio de lado como siempre, pero por algún motivo sentía que ahora yo tenía la capacidad de comprender ese gesto tan característico en él. Quizás no del todo, pero ya era algo y eso me alegraba.

— ¿Terminaste la gaseosa? Nos vamos

Sin esperar mi respuesta se levantó del asiento del local de refrescos. Estábamos en alguna calle del centro de la ciudad, y me descolocó su actitud, HyukJae siempre me descolocaba.

— ¡Espera! — Casi corrí tras de él y me sentí estúpido porque toda la gente que estaba en el lugar se giró a mirar lo ridículo de la escena. Me dio rabia pero HyukJae era así,  lo peor era que muy en el fondo me gustaba que fuera así (aunque no lo quisiera aceptar).

Y por la mierda me daban ganas de comenzar otra pelea, me amurré en el asiento del auto y no hablé en todo el camino.

— ¿Dónde vamos? — Me apresuré a preguntar cuando me di cuenta que estábamos cerca al lugar en donde trabajábamos.

—Mañana tenemos que ir al instituto a las clases ¿las recuerdas? — Me dijo, haciéndome quedar como un tarado. Para variar un poco, claro, el señor amable.  Sí, porque el muy pijo quería trabajar. Los ricos eran así ¿no? Trabajólicos como los chinos.

—Lo sé— En realidad no lo sabía, con la semi-depresión que me dio hace pocos días mandé el trabajo a joder y casi entré en pánico porque me faltaba terminar el informe de la primera visita aun.

HyukJae se portaba extraño, comienzo a sospechar que fue desde que le dije eso sobre pedir perdón. ¡Es que él era un mar de secretos! O bien yo nunca le he preguntado muchas cosas…

Pero mi enojo se consumía como el cigarrillo que Hyukjae fumaba de vez en cuando, las veces que algo se ponía mal.

Saludé animadamente a la secretaria Park, quien me guiñó pícaramente un ojo al verme llegar a la oficina junto al  ‘’jefe’’. Pero el muy chulo de HyukJae ni se percató y siguió adelante, me pareció que avanzó rápido porque no quería que nos vieran juntos y empezaran a chismear. Yo solo me encogí de hombros y después de hablar un momento con la secretaria, fui a mi oficina, para pasar largas horas terminando el trabajo atrasado frente el ordenador volviéndome loco, pero debía admitir que ahora que conocía más a HyukJae (Y después de lo maravilloso que fue ayer) me era más fácil escribir cosas buenas de él, si hasta me pillé suspirando más de una vez y me abofeteaba mentalmente por la vergüenza.

Blog de Donghae:

HyukJae era música, un bolero de dulzor triste. Era poema, un soneto de amor oscuro. Era tragedia, era, era…

Cristal, peligroso si llega a romperse, hermoso si llega a moldearse. Parecido al hielo, pero nunca igual. Porque el hielo era frío, y HyukJae me fundía a mí, su corazón era cálido.

 Quizás más que el mío.

 

Eran más de las ocho y HykJae todavía no salía de la oficina, pensé que  podría estar durmiendo sobre el escritorio como aquella vez, o estará bailando… Sin poder contenerme ante la posibilidad de encontrar otra vez aquella imagen exótica de él bailando completamente lleno de sudor, , abrí lentamente la puerta que daba a su oficina.

Y bueno, me encontré con esto.

WHAT

Tenía un pijama negro, muy fino con  diseños de formas geométricas muy sutiles en un tono  gris que pasaba casi desapercibido, pero yo lo noté. ¡Sí que lo note! Porque me quedé veinte segundo mirándolo con la boca abierta y sin pestañear, mientras él armaba una cama improvisada en el suelo. Ok, estaba en shock. HyukJae me miró sin cambiar la expresión de su rostro y rascó su cabeza, seguramente pensaba como diantres explicarme aquello.

—Bueno, pensaba decírtelo algún día, pero desde que el viejo de mi padre  llegó de sorpresa al día siguiente de mi cumpleaños y se encontró con la casa hecha una mierda que no me quiere ni ver, y me echó de la casa. Me quitó mi dinero, he conseguido con Heechul hyung y—

— ¿Te avergüenza dormir en la oficina? — Le corté la frase, entre que me moría de la risa y luchaba por contenerla. —  Entonces ¿por qué la semana pasada estuvimos en tu casa? — Entrecerré los ojos, estaba haciendo muchas preguntas, lo que seguramente  detonaría una estelar mandada a la mierda, sin embargo, HyukJae pareció esforzarse por responder a ellas.

—Vergüenza no, es solo que no logro acostumbrarme. Y sobre lo de mi casa, bueno ese día hice una llamada a mi Nuna y el viejo andaba de viaje…— 

 

— ¡Tenías todo planeado para llevarme a tu casa ese día! — HyukJae rio de buena gana, como nunca lo había visto, al parecer hoy estaba menos bipolar que siempre y solo tuvo un pequeño desliz emocionar hoy a medio día y ya. Sonreí en forma sincera porque mi corazón estaba aliviado. El ambiente entre los dos era demasiado cómodo para ser cierto.

 

La noche partió en cuanto terminó la jornada de la secretaria Park y el personal de limpieza dejó el piso. Cerrando la puerta de la entrada tras un apagar de luces que estábamos esperando  desde la tarde con cierto anhelo. Nos miramos, yo nervioso y Hyukjae tragando saliva fuertemente cada cierto tiempo.

Sin hablar demasiado, y sin saber muy bien que hacer,  me dirigí a mi oficina luego de darnos un buenas noches más frío de lo que hubiera deseado. Ciertamente HyukJae  no querría tenerme durmiendo en su oficina, junto a él.  Mi cara de decepción se notaba a dos metros cuando cerré la puerta a mi espalda y me apoyé en ella suspirando. Claro, mañana era un día importante de trabajo, una nueva jornada como profesor para HyukJae y como pseudo periodista para mí. Él tenía que descansar y yo… bueno yo podía dormir en el asiento del escritorio.

En el fondo de mi corazón creí que llamaría a la puerta y me pediría que me acostara con él, por último de buena voluntad para que no durmiera como un imbécil en una silla incomoda.

Pasaron dos horas y no conseguía dormir en esa posición, tenía rabia, estaba dolido con HyukJae porque no me dejaba dormir en su cama improvisada, con él, como la pareja que éramos ¿Para qué salíamos si nos privábamos de esos momentos? ésta noche habría sido memorable, igual que la de ayer. ¡De solo recordarla mi corazón se aceleraba a mil por hora!

No soportando más, fui directamente a la oficina de HyukJae con el único propósito de colarme en su cama y quedarme ahí ¡Hum! Ok actuaba como un crío ¿Y qué? HyukJae era muy pero muy gilipollas cuando quería, ahora yo seré el molesto.

Pero abría la puerta y HyukJae no estaba ahí,  con mi vista recorrí completamente la gran oficina y nada, no había rastro de él.

¿Habrá ido al baño? ¿Tendría hambre?  Lo más fácil era arrebatarle la cama y ponerme a dormir pero tenía una leve corazonada, y yo bien sabía que las leves corazonadas eran las más desastrosas.

 

A veces JiEun se ponía más que molesta, algo así como una maldita mosca volando cerca de ti todo el día.  “Tienes que tratarme como se debe” “Yo no soy otro de tus caprichitos” Era lo que solía decir constantemente. Y en ciertas ocasiones se le ocurría que debíamos dormir juntos, generalmente era bastante inoportuna, tanto así que llamaba a las dos de la mañana diciendo que se sentía sola y que necesitaba… ya saben.

— ¡Oppa! Adivina quién está afuera de tu oficina, dile al guardia ajusshi que me deje entrar~ está helado acá. — Y era una maldita psicópata que por alguna razón SIEMPRE se enteraba de mi paradero.

—Voy, no le grites ni armes un escándalo, no toda la gente tiene que saber quién eres ni quien es tu padre, ¡por favor!

 

Bajé a buscarla y cuando me vio, corrió a abrazarme y besarme como siempre lo hacía cuando volvía de un viaje. Hace tres meses que no se aparecía y fue un buen descanso.

—Oppa, ¡otra vez te corrieron de casa! —

Solo asentí y la llevé a un sector donde pudiéramos sentarnos

— ¿Cómo estuvo Roma?­—

—Espléndido, aunque los putos turistas no dejan tomar buenas fotografías de los edificios históricos…

EunJi era así, todo lo contrario a lo que todos pensarían de una “princesita” hija única de una familia poderosísima. Era por eso que la toleraba tanto, aunque fuera molesta.

 — ¿Oppa me extrañaste? —

—No.

— ¡Yo sé que sí! Vamos, no le mientas a tu futura esposa. — Se abalanzó sobre mí, caí de espaldas sobre el sillón duro del lugar donde los oficinistas se ponían a sacar la vuelta al trabajo y a beber café, y comenzó a hacerme cosquillas, mientras ágilmente me subía el pijama –que ella conocía casi de memoria-.

 Siempre hacía aquello y debo reconocer que no me molestaba del todo.

— ¿Qué solo vienes cuando quieres tener sexo? Me siento utilizado— Mentí, a decir verdad no la podía rechazar ni aunque quisiera, porque si la nena se enojaba era malo, muy malo. 

— ¡Oppa! ¿Por qué siempre tengo que hacer todo el trabajo yo?, ¡al menos intenta tocarme o algo! Muy guapo serás pero a veces eres pésimo en estas cosas…­—

Blah blah blah blah, Ya verá ésta. Nadie le dice esas cosas a HYUKJAE el Rey de los follones. Se cree muy experta solo porque la muy zorra lo ha hecho con medio Corea y medio Europa…

EunJi comenzó a besarme delicadamente para que fuera yo quien tuviera le control esta vez, pero al más mínimo contacto de mis manos sobre ella me detuve, porque la imagen de Donghae cruzó mi mente como un rayo veloz y me quedé en blanco, paralizado. Sin saber por qué estaba haciendo aquello.

— ¿Qué mierda te pasa a ti? — Entrecerró los ojos y me miró inquisidora. Rápidamente se separó de mí, arregló el pelo y se sentó correctamente, como si nada hubiera estado a punto de ocurrir. —AAAAH, ya creo saber, pillín— Decía mientras me apuntaba con el dedo índice, y lo giraba cerca de mis ojos, no sé con qué objetivo.

— ¡Estás enamorado maldito hijo de…!

 

Y se puso a reír como loca, yo no entendía a esa mujer. Y en todos estos conociéndonos nunca había estado tan sorprendido por alguna cosa que ella me dijera.

Nunca.

 

Notas finales:

ñeñeñe


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