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Pierrot por MallowSJ

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Notas del capitulo:

ñe

No, no fue lo típico. Nuestra “relación” nunca se podrá considerar como algo normal, y no era por el hecho de que somos dos hombres, sino por la forma en que se nos dan las cosas y como nos tratamos. Acepto que soy algo extraño, pero HyukJae es un bipolar mierda que es incapaz de controlar cualquier impulso que le dé, como por ejemplo, largarse a las dos de la madrugada.

Era una noche fría en el gran edificio donde  trabajaba como asistente de mi -novio o algo así-. Caminé largos minutos por los pasillos  esperando encontrármelo por alguna parte, y como no aparecía me estaba comenzando a asustar.

— HyukJae~, si te estás escondiendo de mí, es una puta broma de mal gusto. —

Estaba todo oscuro y tenebroso, tal y como en la peor película de terror que existe.  Para colmo, no traía el móvil conmigo. Genial.

De pronto veo una “luz al final del pasillo” como cursimente se dice ¿o no? ¿Era en el túnel?, Bueno, da igual. Resulta que mi corazón se aceleraba mediante me acercaba (en realidad siempre me pasaba cuando pensaba en HyukJae)  y era evidente que se encontraba en la habitación de la que emanaba ese resplandor. Tontamente, como siempre, pensé que la luz no era del foco, si no que la emanaba el propio HyukJae, como una joya preciosa y esas cosas que dicen los chicos a las chicas.

Cuando me acerqué y miré bien por la rendija de la puerta, no lo pude creer.

A veces, resultaba increíble cómo era capaz de enterarme de cosas, vi a HyukJae con una mujer, sentados muy carca y hablando cómodamente, quise escucharlos en silencio y sin levantar sospecha, escondido. Pero cuando me di cuenta ya tenía la puerta abierta y estaba como un bobo parado en el umbral, sin mover un musculo mientras HyukJae y la chica (que era bellísima) me miraban como asustados.

— Hola…—

Solo eso dije, y yo quería morirme ahí mismo. No sentí celos ni nada, solo vergüenza porque rayos, me sentí estúpido. Tantas cosas agolparon mi mente cuando me di cuenta que estaban tomados de una mano que la sentí en blanco. Y me entraron auténticas ganas de vomitar y escapar. Algo de mi presentía que de nada bueno se trataba.

Inmediatamente HyukJae la soltó y se acercó a mí. Me preguntó algo pero yo no entendí.

— Donghae ¿te pasa algo? —  dijo tomándome de los hombros suavemente.

No, nada, no me pasaba nada, maldito. Dame una explicación a esto. Primero, Quien es esa perra, Segundo, por qué le tomas la… pata, y cuarto… no. Tercero…

— ¡Hola! Soy IU la prometida de HyukJae mucho gu… —

HyukJae le tapó la boca de un salto y a mi casi se me salieron los ojos. Es decir, ¿Prometida? ¿OK? ¿Siglo XIX?.

Lo miré con ojos que le pedían una y mis explicaciones que HyukJae entendió a la perfección. Comenzó a mover las manos nervioso, no parecía él. Hace unas semanas me hubiera esperado un “¡Que mierda te importa!” “Vete a la mierda”  o algo por el estilo. Sin embargo, esta vez él se esforzaba por darme una explicación.

Lo que en cierto modo me alegró.

— Ups, creo que las cagué un poco jajajaja lo siento. Verás somos prometidos desde que nacimos, pero a mí no me va eso de comprometerme ¿entiendes? Lo mío es la arqueología, la historia. Viajar, ser libre ¿Entiendes? No puedo estar atada a una persona y menos a este zopenco. Perdón, es que no sé cómo puedes soportarlo. ¿Son pareja no? ¿Se las ha visto con el viejo de tu padre? Uuuh, sí que la tiene difícil, con Sungm….—

—¡Yah! Eunji-ssi! —

 Casi estaba con la boca abierta, era tan cotilla, tan insoportablemente confortable, que no pude odiarla en ese momento ni nunca.

— Donghae, me llamo Donghae. Mucho gusto…—

~*~~*~~*~

Ese día, cuando volvimos a la oficina, HyukJae sostuvo mi mano y me abrazó al dormir. Toda la noche dormimos enredados en los brazos del otro y yo no pude ser más feliz. NO había Sungmin, no había EunJi, no había apuestas, no había nada. Solo nosotros sintiendo las respiraciones mezcladas. Nada que temer, nada que ocultar o fingir. Sentía que por fin las cosas estaban saliendo bien.

Pero al día siguiente HyukJae recibió una visita...

~*~~*~~*~

Cuando desperté, Hyukjae seguía dormido y eso era raro en él, así que me apresuré en darme una ducha corta en el baño premiun-VIP-high class de “gran jefe”  y vestirme porque quería darle una sorpresa a mi chico.

Con la ayuda de la secretaria Park pude colarme en la cocina del casino del edificio cuando aún no llegaban los empleados y preparar algo para el desayuno. Tenía poco menos de dos horas y era tiempo suficiente para hacer un desayuno decente para un niño mimado… ok no, no tenía idea, yo solo comía ramyun y platos de plebeyo. Así que se me hizo un mundo hacer unos panqueques y una taza de capuchino. La secretaria Park me observaba en silencio y reía mientras vigilaba desde la puerta.

—Lee Donghae-ssi, debe esperar a que esté completamente cocida la masa, sacarla del sartén y luego ponerle el manjar— Ahora reía casi sin poder contenerse. Me sentía derrotado.

—Srita Park, ¡ayuda! — Hice una mueca de llanto que siempre ¡siempre! Funciona, pero la secretaria Park no se movió y su semblante se tornó serio y lúgubre.

—No puedo, debes cocinarle tú a quien amas. De otra forma ¿Lo podrás mirar a la cara y darle el desayuno de tu parte? —

— ¿Co…cómo? — Ok, estaba poniéndome histérico ¿Ella lo sabía todo?

—Hey, calma Sr Lee, es demasiado, DEMASIADO, evidente para alguien que trabaja todo el día junto a ustedes. Pero tranquilo, yo también pertenezco a LGTB…— Me hizo un gesto afirmativo con los pulgares y sus ojos brillaban tal cual los de un dirigente de reivindicación en una protesta, con fondo de montañas mirando hacia el horizonte.

—Bueno yo… Gracias por comprender Srita Park, pero  ¿Podría usted guardar el secreto? Es algo un poco delicado— Trague saliva esperando su respuesta, estaba algo nervioso aun, a pesar de la tranquilizadora forma de hacerme sentir mejor que ella tenía.

—Descuida, mi boca esta sellada. Ahora debes apresurarte en terminar el desayuno porque te quedan exactamente  40 minutos—

Quise morir, cuarenta minutos y yo solo con un panqueque hecho añicos en el sartén.

—Ok, quizás te pueda ir indicando y tú lo haces ¿Vale? — Casi lloré de emoción, la secretaria Park era definitivamente un ángel y si no fuera lesbiana y yo gay quizás me gustaba ella o quién sabe.

Tras dos intentos fallidos más, desparramar la mezcla por toda la cocina y alguno que otro incidente que tenía que ver con fuego y que   activó la alarma de incendios; quedó listo el desayuno para HyukJae y yo no podía más de felicidad. Sin embargo, la secretaria Park  dijo que se sentía un poco mal de estrés así que me tomé atribuciones para darle lo que quede del día libre, total hoy con HyukJae teníamos que ir a la escuela a hacer de tutores así que no había problema, supongo.

Tomé la bandeja y con paso decidido fui hacia la oficina. Pero en cuanto me acercaba me comenzaban a temblar las piernas aumentando la intensidad paulatinamente. ¿Qué diría hyukjae? ¿Era apropiado tal muestra de afecto entre nosotros? Pensé en las peores reacciones que podía tener y me hacía sentir estúpido, muy estúpido.

Estuve a punto de desistir varias veces, y me encontré mirando como un idiota hacia la puerta de la oficina del jefe, inmóvil por varios minutos.

Cuando de pronto alguien habló a mis espaldas.

— ¿Servicio a la oficina? —

Di un salto y por pura suerte no tiro la bandeja con comida, era HyukJae en su típico tono burlón. Al parecer estaba con humor matutino y eso era mejor que sus enojos repentinos y extraños.

—¿Y eso para quién es? No me digas…— entrecerró los ojos manteniendo una sonrisa burlona, burlona pero adorable que acababa irritándome pero al mismo tiempo derritiéndome por dentro.

Siguió molestando y poniendo adrede cara de bobo que no entendía nada. Su cara ya no tenía nada de adorable y  la molestia  poco a poco me subía a la cabeza pero no quise entrar en su juego y traté con todas msi fuerzas de ignorarlo y no plantarle el puto desayuno en la cara.

—Te… te prepare el desayuno—

Y era aquí cuando me terminaba de humillar total y vilmente, me diría “ama de casa”, “señora”, “Donghae a mucama”. Dios mío que he hecho.

HyukJae quitó la bandeja de mis manos delicada y lentamente , la dejó sobre un pequeño mueble que estaba no muy lejos de su alcance,  se acercó a mi a paso lento lento y cuando estuvo lo suficientemente cerca suspiró para sí mismo y posó sus manso en mis hombros.

—No es necesario que hagas esto. Hay servicios que me pueden atender y a ti también si lo deseas ¿sabes? —

Quedé hecho piedra, solo quería salir corriendo por lo estúpido que me sentía en ese momento. Donghae tonto tonto tonto y mil veces tonto. ¡Cómo se me fue a ocurrir semejante disparate! Llevarle Desayuno al ser más >amable, comprensivo y cariñoso del planeta<…

Fue un error, un error y un completo fracaso. Las lágrimas golpeaban mis ojos pero yo no las dejaría salir por nada del mundo. Apreté mis puños y miré el piso derrotado. HyukJae me miraba inescrutable y serio, aunque mi tristeza fuera evidente.

—No te sientas ofendido, pero no me gustan esos gestos, verás no estoy acostumb…—

—Lo entiendo— Corté de repente — ¡Puedes irte a la mierda con tu desayuno! — Di un portazo fuerte y le escupí esas palabras con mucha ira.

A decir verdad no era para tanto, yo entendía que Hyukjae fuera un insensible de mierda las 12 horas que duraba el día, y un maldito adorable durante la noche. Pero ya era el colmo que después de haber dormido abrazados él se muestre aun con ese jodido escudo que permanecía como barrera inmutable entre nosotros.

No soportaría mucho tiempo esta situación.

Pasaron un par de minutos y HyukJae estaba tocando mi puerta.

—Eh, Donghae. Es hora de irnos—

Solo eso. Ni una disculpa. Nada. 

Parecía que con cada paso que dábamos no nuestra *relación* se me hacía más duro soportar el carácter frío que solía tener Hyuk hacia mí. A momentos me hacía muy desdichado.

—Si no quieres salir, iré solo— No contesté —Aish, ¡Donghae!

Cerré los ojos esperando una patada a la puerta o algo, pero no llegó. HyukJae al parecer se había ido y eso no podía ocurrir, ¿o sí? ¿Acaso yo era el ser más prescindible en su vida?

 Al asomarme por la puerta  que daba hacia el pasillo no vi rastro alguno de él. En el despacho de la secretaria Park tampoco. Fui hacia su oficina directamente, no sé por qué deseando que estuviera esperándome. Y para mi tranquilidad ahí estaba, pero no solo.

Mi jefe se encontraba tras su gran escritorio,  aparentemente mantenía una conversación muy seria con un señor mayor, que tenía a cada lado dos enormes hombres vestidos de traje negro. Cuando  vio mi cabeza asomarse por el vano de la puerta abrió los ojos alarmado y yo no entendía por qué.  Comenzó a mover sus manos hipertinéticamente pero mi cara cada vez estaba más de póker, sin entender nada.

 —No es una advertencia ni mucho menos una sugerencia. Es una orden. Lee Hyuk Jae, sé de tus andanzas hace tiempo. Si no dejas esos juegos estúpidos te dejare en la calle ¿comprendes ahora? —

HyukJae seguía dándome miradas fugaces antes de seguir poniendo atención al señor que le  hablaba. No contestó a su pregunta, solo asintió con la cabeza lentamente.

— Hijo, debes hacerte cargo de la compañía en China. Está todo listo para que partas. No hay vuelta atrás. —

— ¿Esto es una broma?

No podía ser cierto, definitivamente esto no podía estar ocurriendo. De la impresión me salió un gemido ahogado y por desgracia, uno de los hombres gigantes se dio cuenta de mi presencia. Quedé paralizado ya que se acercó tan velozmente hacia mí que no tuve tiempo alguno de reaccionar y huir. Me dobló los brazos tras la espalda, lo que hizo que diera un grito de dolor y con la otra mano tomo mi cabello firmemente.

— ¡Por la mierda suelten a DongHae, no tiene sentido que lo trates asi!— El viejo se dio vuelta para mirarme de pies a cabeza, con desprecio.

—No quiero entrometerme en tus asuntos, pero ¿Es tu nueva adquisición? ¿Qué le ofreciste esta vez?­­—

Hyukjae no replicó, no dijo nada, y eso me dolió. Sin embargo, pude ver sus puños apretados sobre la mesa ¿Por qué no hacía nada? Me estaban haciendo daño…

—Lo sueltas o no voy a ninguna mierda de empresa a China ¡¿Me oíste?¡ — Estalló de repente, enfadadísimo como él mismo.

Su padre solo se rio a buenas carcajadas. Dio unas órdenes a sus secuaces y luego de eso todo fue confusión. El otro hombre fue a por HyukJae y lo maniató igual que a mí. Estaba aterrado pero en Hyuk no se veía nada  más que impotencia y odio, mucho odio contenido.

Sentí un golpe en la boca del estómago y todo comenzó a darme vueltas como un video en cámara lenta. Al parecer a HyukJae también lo golpearon pero él no quedó tumbado de rodillas en el suelo como yo. El viejo le decía cosas que yo no alcanzaba a procesar.

Y otro golpe. Perdí la conciencia unos segundos, esos segundos cruciales en los que no supe que mierda pasó, porque  al abrir los ojos ya era demasiado tarde para hacer algo. Alejaban definitivamente a HyukJae de mí.

Así de rápido. Tanto que no terminaba de asimilarlo cuando pasó a mi lado y desvió su mirada de la mía con un triste y casi inaudible adiós. Él había dejado de oponer resistencia, dejaba que lo llevaran como si no hubiera solución en el mundo que pudiera ayudarnos. Me pareció realmente cobarde.

Aunque yo también lo era, estaba como una marica en el suelo aun sin poder moverme porque el gigante de mierda me tenía preso con su fuerza descomunal. Y parece que fue adrede que me dejaron mirando hacia el pasillo, vi las piernas de HyukJae  avanzando por el estrecho camino, seguidas de un par de fuertes piernas  que o guiaban hacia su implacable destino... No lo podía creer ¿A China? ¿Se iba a China? ¿Ahora? ¿Sin mí?

El  hombre gigante seguía estrujando mis brazos firmemente, tanto que ya no los sentía en absoluto, estaba mareado por lo que acababa de ocurrir y mi corazón daba mil botes por minuto. De pronto, el padre de HyukJae me miró y con una risa sarcástica plantada en la cara se dirigió a mí.

—Terminó tu fiesta. ¿No habrás creído que lo primero en la vida de HyukJae era alguien tan miserable como tú? Mi hijo adora el dinero, el poder. Lo dejará todo por la compañía. Te acaba de dejar a ti por la compañía. —

Estuve a punto de estallar en patéticas lágrimas cuando el viejo dijo todas esas hirientes frases.  Pero no hice nada, no podía hacer nada. Me sentía tan horrendamente angustiado en ese momento que no fui capaz de replicarle ni una palabra. Ni siquiera reaccioné luego que me echaran casi a patadas del edificio, me subieran a un auto desconocido y me dejaran tirado en la calle más horriblemente andrajosa de toda la ciudad. Era como un títere al que le hubieran cortado los hilos. Incapaz de todo. Incapaz de vivir.

Me quedé largo rato sentado en la acera con la cabeza entre mis rodillas, pensando en cómo mi vida se había ido nuevamente a la mierda en un abrir y cerrar de ojos. Había perdido a HyukJae, no había vuelta atrás, se iba a China.

Y la herida sangraba  al recordar la bandeja del desayuno sobre su escritorio.

Vacía

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

ñeñeñe   

 

 

rr? :c


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