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Pierrot por MallowSJ

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Notas del capitulo:

Gracias por comentar :3

 

—Yo digo que  pasemos la noche en la playa, encendamos una fogata alcohol, guitarra y todo eso.

—La playa queda a dos horas de aquí imbécil de mierda ¿en qué nos vamos?

—que la señorita llame a sus amiguitos ricos para que nos presten un carro.

—Estoy de acuerdo y lo conducimos fumados como la otra vez.

—Eh cállense que Kang In está acá.

—AJAJAJA.

­—Minho, eres el hijo de perra más aguafiestas que he conocido ¿A quién le ha importado alguna vez si KangIn está o no? Después de todo, está en nuestro territorio.

 

—Hey, esperen.  Les digo que esperen chicos, miren ahí-

No sabía cuántas horas había permanecido en el mismo lugar. El sol ya se había ido hace rato y el implacable frio de las noches de otoño ya me estaba calando los huesos de manera casi imposible de soportar. Escuchaba a lo lejos unas voces estruendosas que gritaban a todo pulmón, reían y hablaban groserías. Era todo tan obvio, debía encontrarme ahora en los suburbios de la ciudad. Hace dos meses habría sentido autentico miedo y ganas de salir corriendo y llorando como una maricona, pero ahora… ahora ya no me importaba nada.

—No puede ser, no me la creo, es que este es mi puto día de suerte  ¿Donghae? ¿Donghae eres tú?-

Alguien comenzó a zarandear frenéticamente  de mi brazo. Molesto, levanté la cabeza y me sorprendí al encontrar a Amber, la chica macho, mirándome con ojos bien abiertos que parecían  no querer creerse nada. Al ver mi cara su expresión cambió de súbito.

— ¿QUE TE HIZO ESE HIJO DE PUTA? — Gritó como loca, seguramente mi estado era tan deplorable a simple vista y la asusté. – ¡Dime Donghae, y  te juro que lo mato!-

—No, Amber, no pasó nada.

—Como puedes decirme eso y esperar que me lo trague, tú no deberías estar en este basurero de barrio, no deberías tener esa cara de mierda… no deberías tener restos de sangre en el labio ni ese moretón de ahí- Primero recorrió mi rostro con uno de sus dedos, tímidamente examinándolo con cuidado, y luego  tomó mi rostro entre ambas manos,  aunque no eran suaves  ni mucho menos, pero eran delicadas, suficiente para alguien destrozado como yo.

-Ok, no digas nada más por ahora. Nos vamos a mi casa. ¡Eh,  Minho! ¿Ayúdalo quieres?- El chico “Minho” fue rápidamente hacia mí y ayudo a que me pusiera de pie, yo solo seguí a Amber quien se notaba furiosa  y enserio,  daba miedo.

—Se las verá conmigo…

Caminamos unas tres cuadras por el medio de la calle, el asfalto comenzaba a humedecerse y tornarse más oscuro de lo que era gracias a la escasa bruma de la noche. A  nuestros cuerpos  solo los alumbraban los postes públicos con esa característica luz anaranjada y uno que otro foco parpadeante. Minho ya había soltado un poco de mi agarre pero yo seguía siendo un zombi ambulante que solo miraba al piso. Sin embargo, logré notar que éramos un grupo de más o menos cinco personas caminando en la misma dirección, con Amber a la cabecera.

Doblamos  en la esquina  encontrándonos con un edificio habitacional antiguo de tonos mate. Mi condición física no era de las peores, pero Amber estaba loca si creía que subir ocho pisos todos los días para llegar a tu departamento era común y corriente.

Luego de la odisea de subir todos esos escalones, Amber se adelantó por el estrecho y oscuro pasillo rodeado de puertas,  sacó un manojo de llaves enorme de los bolsillos de sus  pantalones y comenzó a maldecir porque la  vieja puerta estaba algo trancada y costaba abrirla.

Cuando se escuchó una especie de *bingo* aliviado todos supimos que, rayos, por fin, la llave había encajado con la cerradura oxidada

—Siéntense por ahí… ehm ¿KangIn me prestas tú móvil?-

Me senté junto a Minho y no me moví más.

— ¿Qué nunca traes dinero en el tuyo?-

Fue recién ahí cuando caí en cuenta que Kangin, con quien habíamos tenido encontrones anteriormente estaba con nosotros. Era totalmente incomodo tenerlo ahí, con cara de querer matarme otra vez sin siquiera tener alguna razón para ello. Por suerte mientras estuviera con Amber nada me pasaría, ya que ella tenía pinta de mandonear a todo el clan. Aunque Kangin fuera un maldito gigante.

 

 —Solo dame el maldito móvil, Kangin.

— ¿Qué haces? — Preguntó de pronto Kangin, alarmado.

—Llamo a Ji Yong, el jefe. Seguro que me hará este favorcito…—Kangin le dio un golpe rápido en el móvil y todos  nos quedamos paralizados mirando como éste volaba por los aires y luego impactaba en el duro piso de cerámica.

— ¡¿Por quién me tomas?! — Ok, era momento de correr. Amber estaba FURIOSA, así, con letras mayúsculas y todo.

—Amber, GD no se mete con los peces gordos, tú conoces mejor que nadie su estrategia  ¡¿Acaso perdiste la cabeza?!

Amber entrecerró los ojos, pensativa y algo más calmado –si eso era posible-. Y finalmente bufó resignada pero con el ceño aun fruncido por tener que aceptar  la bajada de humos que le dio KangIn.

—Está bien, tienes razón ¿Estamos? Pero quiero que tengas en claro que tú aun no tienes nada que ver con esto…

Kangin retrocedió y se sentó de brazos cruzados en el único sillón libre que ocupaba la sala. Ella solo cerró los ojos y suspiró fuertemente antes de pegarle un puñetazo a la puerta-

—Donghae, si no me dices qué ocurrió, no puedo ayudarte. Y créeme que lo haría.

—Nada, no me hizo nada Amber, llego su viejo  a la oficina donde trabajábamos. Me echaron, me pego un gigantón… Se va a China - No podía decir nada más que frases inconexas ya que el solo recordar el horrible desenlace de esta mañana , mi estómago se retorcía en una especie de nudo que dolía demasiado, era imposible hablar claro con un lago de lágrimas y emociones contenidas estrangulando mi garganta.

Pero Amber pareció entender todo a la perfección, y  quedo con la boca abierta. Al mismo tiempo, sus acompañantes se tensaron y empezaron a darse miradas de algo así como pánico.

— ¡Que estás diciendo! No me lo creo ¡ES UNA PUTA BROMA DE MAL GUSTO!-  Amber enseguida se puso pálida y temblando se llevó la mano hasta su boca. Negando con la cabeza

—Se fue Amber, se fue hoy a China y me echaron como un perro…— Pensaba con toda certeza que ella se estaba preocupando en este momento por mí, pero pareció no oír mi última frase ya que ella seguía con la mano sobre su boca, pensativa, como en shock. Fueron largos minutos en que no dijo una sola palabra.

Sin previo aviso, Amber dio un salto y comenzó a dar vueltas como loca por toda la casa agarrándose la cabeza con las mano, de pronto fue hasta Kangin y comenzó a darle de puñetazos resignados  en el pecho diciendo cosas como que “el plan se había ido a la mierda “que nada valía la pena ahora” que “para qué habían trabajado tanto” “todo era una mierda en sus vidas” etc. Los demás chicos solo la observaban sin saber qué hacer. Estaba como una loca.

En ese momento mi cabeza daba vueltas observando la escena sin entender nada, y  se repletó de preguntas, ¿Por qué actuaban así? ¿De qué plan hablaban? ¿Tenía todo que ver con HyukJae?

Casi me atreví a preguntar qué tan grave era para ellos que él se fuera a China, cuando el dolido e histérico debería ser yo y no ellos. Es decir, eran personas a las que HyukJae no consideraba precisamente más que una misera mierda, no le importaban en lo absoluto… Aunque si me dejó a mi ¿No lo era yo también?

Otra vez el trance pensando en él, asimilando lo que había pasado. De nuevo perdí la noción del tiempo y cuando me di cuenta,  Amber y su pandilla iban saliendo apresurados del apartamento, haciendo llamadas, dando gritos, tal cual emergencia.

Y yo me quedé ahí, sentado como un estúpido en medio de salon, siendo ignorado olímpicamente por todos y con los pensamientos puestos en una batidora.

  Como era de esperar, nadie volvió esa noche. Estaba solo en un apartamento desconocido, no  tenía más ropa que la puesta, ni ninguna de mis pertenencias. Afuera, y a pesar de estar en el piso ocho, se escuchaban sirenas de policías y hasta balas. Había una pelea en el edificio del frente y armaron gran alboroto.  Tenía miedo.

HyukJae no estaba ahí para calmarme. Estaba en un avión ignorando todo, convertido en una puta maquina sin sentimientos.  No pude dormir nada hasta la madrugada pensando en si quizás yo le importaba a HyukJae, si vendría a buscarme… Si lo volvería a ver.

4:40 fue la última vez que vi el reloj antes de dormirme profundamente y no soñar con nada. Cuando el sol se coló por la ventana de la única habitación que encontré en el pequeño departamento de Amber,  desperté sin querer abrir los ojos, no quería volver a la realidad. Solo y deprimido nuevamente. Sin embargo, me asusté cuando sentí algo, moverse a mi lado. Me sobresalté pensando que podría ser una asquerosa rata o algo (iug) pero cuando me senté solo vi a Amber durmiendo sobre las mantas a mi lado, con la misma ropa que usaba ayer –ropa que al parecer era masculina, por cierto-   

Quería seguir durmiendo pero decidí que era el momento de levantarme y quizás hacer algo por la vida para despejarme. Fui hasta la pequeña cocina, estaba todo sucio y el lavado era todo platos con comida seguramente de hace *semanas*. Qué asco, ¿Cómo una mujer puede vivir así?

No quería hacerlo pero de alguna forma debía pagar el favor a Amber de quedarme en su casa, así que comencé a fregar los platos con mucho horror en a cara  cuando mis manos hacían contacto con la comida putrefacta.

“Atún… tomates”

Estaba adivinando que era lo que tocaban mis manos bajo el agua, cuando  de pronto comenzaron a golpear la puerta de entrada estruendosamente, inmediatamente me paralicé del susto ¿quién seria? ¿Cobradores o algo? Por el modo en que tocaban no suponía ser nada bueno.

—Qué pasa, quien mierda osa despertarme cuando no he pegado ojo en toda la noche—  desde la cocina vi  de reojo caminar a Amber de mala gana, muy lento y a paso flojo  hacia la vieja puerta de la entrada. Sacó los veinte pestillos, una cadena y cosas raras que tenía como seguro (ok exagero, eran como 5). Estaba toda despeinada y con la ropa desarreglada, y era muy raro verla en modo “ahora”, ya que ayer en la noche había estado totalmente histérica dando vueltas y gritando por toda la sala.

Cuando abrió la puerta  sentí pasos rápidos, echando a un lado todo y me asusté.

—Donde está, dime, donde está AHORA.

—Ehm, ¿Donghae?, por ahí— Amber apuntó desde fuera de la cocina hacia mi dirección, sentí una estampida de pisadas cada vez más fuertes. La persona que me buscaba se trataba de un chico algo más bajo que yo y muy mono,  cabello rubio y vestimenta que me trajo demasiados recuerdos, era como la que uso HyukJae para su fiesta de cumpleaños. Todo bling bling, una gran gorra con la visera hacia atrás. Los pantalones ajustados hacia arriba ropa ancha. Inmediatamente me vinieron muchas cosas a la mente pero no tuve tiempo de pensar en realidad. Porque éste sujeto comenzó a zamarrearme en forma casi brutal y a decir cosas que nadie entendió. Inmediatamente comencé a revolverme por la impresión, uno de sus secuaces me agarró firmemente las muñecas por la espalda y ahí quedé, inmovilizado otra vez, en menos de veinticuatro horas.

—Por Dios, Ji Yong ¿tienes que hacer este escándalo? —  Así que ese era el tal jefe de todos, Ji Yong, pero de verdad que no tenía pintas, o sea,  las pintas si las tenía pero no tenía la cara… era algo asi como tierna. 

Amber parecía resignada y yo ya adivinaba a que venía todo esto. Era evidente que tendría que ver con HyukJae pero no sabía que pintaba yo ahí y tampoco sabía nada de ellos, porque, después de todo ¿qué se supone que eran esas personas? ¿Una pandilla de rebeldes si causa? ¿O qué?

— ¡Ya suéltalo! —Exclamo Amber ya un poco menos sonámbula por haberse despertado recién y con notoria seriedad en su tono de voz. Cuando Ji kown me hubo soltado  y se hubiera plantado quieto  por fin, en frente de mi con sus manos aun agarrando mis hombros con fuerza, le di una mirada a toda la gente que estaba ahora en la pequeña cocina, Jikwon, Amber, Minho, Kangin,  y por el umbral el espacio de acceso a la cocina se asomaban dos personas, dos chicos muy delgados que parecían muy jóvenes y que no había visto antes, por último, el chico que me  sujetaba las manos esperó una señal por parte de Ji Yong para proceder a soltarme y caminar unos pasos hasta situarse justo atrás de su jefe. El chico en cuestión era extraño, podría ser extranjero.

 

—Así que tú eres Lee Donghae.

Tragué saliva por cómo me miraba el tal  Ji Yong, directamente a los ojos, como para saber si lo que fuera a decir era mentira o no

—Si… ¿P-por? — Tartamudeé como un idiota, de los puros nervios. No entendía nada desde ayer y por cómo se estaba poniendo todo, mi mente daba gritos diciendo que ya era “suficiente” con perder a quien quería, con perder todo lo que empezaba a ser el boceto de mi nueva vida, con perder mi trabajo, proyectos, otra vez. Era el colmo, y ahora venía esta tropa de dementes –no los podía clasificar de otra manera- se ponían todos alrededor mío esperando no sé qué mierda.

 Ji Yong rio ante mi pregunta, lo que me molestó.

— ¿Cómo que “por”? Donghae,  Lee Donghae. Ire directo al grano, necesito hacerte preguntas y espero que me respondas todo con la verdad— Su mirada era penetrante, su voz segura y golpeada. Yo solo asentí porque su petición sonó como una autentica orden y a juzgar por su vestimenta y una que otra cicatriz en la cara y las manos, era mejor no meterse en problemas con esas personas.

—Está bien… pero— todos se sobresaltaron con el “pero” y fue gracioso, era un pésimo momento para reírme pero realmente estaba flipando por cómo se comportaban. El extraño arranque de Amber ayer, la innecesaria y estruendosa aparición de Ji Yong y toda su pandilla y la seriedad con que ahora me hablaba. –Pero al menos explíquenme ¿Esto tiene que ver con HyukJae?

Ahora si todos se rieron, como si hubiera dicho lo más estúpido y obvio del universo entero. Me molestó la actitud de todos por hacerme quedar como un idiota –hasta Amber- pero increíblemente, el ambiente tenso y que daba miedo de un principio se había apaciguado un poco, solo un poco.

—Lee Donghae. Todo tiene que ver con HyukJae, en realidad nuestra vida tiene que ver con el- Inmediatamente miré a Amber, quien  se mordía el labio  inferior nerviosa, y a todos los demás que también mostraron signos de intranquilidad.

—Pregunta…—A decir verdad, todavía no entendía nada. Quería hacer otras preguntas, si eran una especie de pandilla, por qué  había un jefe, de qué plan hablaban ayer, etc. Pero no sé por qué no me atreví.

—Amber ayer se enteró de que HyukJae dejaba el país pero la mui tonta no te preguntó detalles y se puso histérica al instante sin solucionar nada-

—Ji Yong, hubiéramos salido de ésta ayer, te fui a buscar, estuve una maldita hora golpeándote la puerta para que tú mismo le preguntaras, bastardo,  si no hubieras estado tan colocado ¿siempre tienes que estarlo?, era una emergencia— Ji Yong solo la miro

—No tienes agallas para hacer solucionar este asunto sola ¿es tan difícil para ti? — Amber desvió la mirada desafiante de los ojos de Ji Yong sin agregar una sola palabra más, mordiéndose el labio, avergonzada. Ahí me quedó claro  por qué le decían “el jefe”. Todos lo respetaban

—Bien, Lee Donghae ¿HyukJae se fue a china para…?

Estuve a punto de contestar “trabajo, hacerse cargo de la expansión de la compañía de su familia en China” a punto… pero algo realmente me daba mala espina, no pude, no podía confiar como un idiota en personas que ni siquiera sabía quiénes eran. Y muy a mi pesar, aunque me sentía horriblemente traicionado por HyukJae, no existiría el día en que yo lo traicionara a él.

—Los escuché hablar a su padre y a el, antes de entras a la oficina…-  con cada palabra que yo decía, los ojos de todos se abrían más y sus caras parecían iluminarse por la esperanza de descubrir algo nuevo.- de visita a una parte… presentarlo a alguien… algo así escuché…

Mentí descaradamente, con palabras al aire para que ellos terminaran por sacar sus propias conclusiones, no estaba nada tranquilo eso sí. Me caía la gota de sudor más grande de toda mi vida, estaba sudando a chorros por miedo a no parecer convincente.

Maldición maldición maldición, no me va a creer, no me va a creer

Por qué no me respondía, parece que soy el idiota más grande del mundo por querer engañar al jefe de los suburbios.

—Ou ¿Matrimonio?-  pensé que moriría po contener tanto la respiración, pero al fin Ji Yong parecía haberme creído- ¿Escuchaste algo sobre compromiso?

—No, no escuche nada sobre compromiso.

—Conociste a su padre ¿Qué dijo sobre ti?- No entendía por qué aquello podía ser información valiosa, así que no se me ocurrió que mentira inventar.

Tardé suficientes segundos en contestar como para notar a Ji Yong exasperarse bajo un rostro que luchaba por mantener sereno.

—Algo así como que era una basura y un juego para HyukJae— La presión en el estómago, dejar escapar esas palabras de mi boca era muy duro, más de lo que pude imaginar.

—Ya veo, dime ahora ¿en que parte de China está? Estoy seguro que lo sabes—Eso no era verdad, no lo sabía, y a estas alturas era muy difícil que me enterase de ello,  no tenía puta idea como contactar ahora con HyukJae. Miré al suelo sin querer darle la cara a Ji Yong, quien apretaba cada vez mas fuerte mis hombros. Algo me decía que aquella era la pregunta crucial, la más importante para todos, sim embargo,  otra vez mentí.

—Dongguan, hablaron sobre Dongguan, pero no sé, solo escuché que su primera parada era ahí por un lapso indefinido de tiempo, no pude saber más porque los guardaespaldas comenzaron a golpearme.

Todos se miraron entre sí, tratando conectar las piezas del rompecabezas, sin embargo, y obviamente,  nada parecía calzar.

-Está bien, todo por hoy.- se dio media vuelta y sin más comenzó a avanzar, todos los ue obstruían la salida le abrieron paso rápidamente. Al llegar a la  salida  se detuvo, y un escalofrío me recorrió la columna, junto con un mareo de puros nervios.

—Amber, Donghae no puede salir de aquí por ahora. ¿Está claro?

—P-pero GD.

—¿ESTA CLARO?

—Si jefe.

—Hangeng, Jonghyun, ustedes se quedaran en esta casa a vigilar que todo esté en su lugar- Los dos jóvenes asintieron y noté que Amber estaba comenzando a ponerse furiosa pero se  lo aguantó. Y yo, por mi parte, esperaba algo así, en realidad esperaba algo peor como que me maniataran y torturaran. Y era estúpido porque yo todavía no acababa de enterarme la razón de fondo de todo este alboroto.

Cuando los demás avanzaron siguiendo a Ji Yong, Kangin me dio una mirada de soslayo que me dejo helado, noté que el *sabía algo* verídico sobre HyukJae,  por lo tanto, quizás  se habría dado cuenta de mis mentiras. Era lógico, porque después de todo, el pertenecía a la clase “elite” y no entiendo que diablos hace metido acá.

—Fantástico, ¡Fantástico! Ahora tengo yo a tres vagos en mi casa y gratis. —Amber se quejó en serio. Yo no quería ser una carga para nadie pero esto era una orden de Ji Yong que no entendía muy bien y que tampoco estaba dispuesto a cumplir.

—Estás de broma si piensas que me quedare encerrado hasta que al  Ji Yong ese se le de la gana…— Era suficiente para dejar en claro mi posición en aquel lugar, yo solo estaba de paso. Aunque no tuviera idea qué haría después porque no traía dinero ni nada, tendría que finalmente enfrentar a mi familia y volver, tenía que ordenar mi vida, ver qué hacía con la cuenta ahora impaga de la universidad, ver si podría trabajar y dejar de ser de una vez por todas un maldito mantenido y un auténtico fracasado, en todo sentido. Eran tantas cosas en mi mente ocupando un pequeño espacio de no más de la novena parte. Las otras ocho eran de HyukJae.

Siempre las serían.

—Oye tú, ¿En qué tanto piensas? — Amber me sacó de las nubes  y me preguntó eso acercándose demasiado a mi casa, tanto que noté que su piel era muy lisa, morena y creí sonrojarme de la pura impresión. Ella era muy impredecible

—Nada, seguiré fregando tus trastes asquerosos.

—Wuoa! Ese humor.- De un salto se sentó en un mueble de madera todo raído por la humedad junto al fregadero. —Yo debería echarlos a todos, y seguir durmiendo.

Suspiré y por un momento decidí simplemente ignorarla, pero era ahora o nunca que tenía que hacer mis preguntas.

—¿Qué clase de pandilla son ustedes?

Amber había comenzado a secar los platos con un paño sucio que seguramente utilizaba para todo, mientras tarareaba una canción de  Mercury junto a Bowie –Under pleasure. Que debía ser su icono gay o algo. Me reí ante la idea.

— ¿Pandilla?  ¿Tan simple eres? Somos una sociedad. Verdadera y genuina- Amber sacó pecho y golpeó con su mano derecha en la parte del corazón. —Somos los malditos añadió con un tono de solemnidad en su voz.

—Malditos…-

— ¿Me puedes explicar que mierda hacen? ¿Por qué me buscan a mí? ¿Qué tienen con HyukJae?. Ya no aguanto más, todo es demasiado confuso para alguien que… que bueno, que ha tenido que vivir algo duro hace poco.

— ¿Acaso ese bastarde te dijo que iban en serio? Con lo de salir y eso.

— ¿Cómo sabes tú que salíamos? ¿Quién rayos eres? — En un arranque  tiré un plato que fregaba con demasiada fuerte, logrando un fuerte ruido que llamó la atención de todos en la casa. Los otros dos chicos se acercaron a ver qué pasaba pero no les tomé importancia.

Amber suspiró y se masajeó las sienes como meditando si era buena idea soltarme información o no.

—Te diré solo porque me caes bien. Y creo, muy a pesar tuyo que eres otra pobre víctima de ese desgraciado. — No se bajó del mueble viejo pero si dejó de secar platos, así que yo hice lo mismo y me concentré en tomar toda la atención que pude en cada palabra que salía de su boca.

—Bien, alguna vez te advertí que  de él no podía salir nada bueno, ¿es verdad? Bueno, lo has comprobado por ti mismo. Y ahora te quedará más que claro…

Yo nunca escuché las advertencias de nadie, ni siquiera cuando escuché la conversación de HyukJae con uno de sus amigos en su oficina. Esa vez, recuerdo que casi enloquecí de ira pero finalmente terminé cayendo ante él. Creyéndole todo.

Estaba confuso, y dolido. Pero esa gran parte de mi seguía muriendo por él.

Nuevamente Amber pareció debatirse sobre si debía contarme o no, pero finalmente habló.

—Todas las personas que viste hace un rato forman parte del pasado de HyukJae, de alguna u otra forma. El y su familia se han encargado de sacarnos de su camino y destruirnos. Destruir nuestra familia, nuestra economía. Todo.

No lo creía, no podía ser cierto…

¿Cuál era la idea de todo esto? ¿Venganza?

—Nosotros, en mayor o menor grado, lo odiamos Donhage. Con todo nuestro corazón, si es posible.

El amor era algo,  pero el cariño y todo lo que sentía por HyukJae  incondicionalmente parecía sufrir un terremoto desde ayer. Por otro lado, el sentimiento de  traición era algo que tendría que mantener al margen mientras se aclararan las cosas, y pasara el tiempo. Quizás si pudiera comunicarme con él en poco tiempo, todo vuelva a la normalidad y todo este asunto permanezca olvidado mientras vivimos felices. Quizás todo esto es una broma, quizás… quizás Hyukjae aparece cualquier día tras esa puerta y me dice que me suba al carro, que me vaya con él.

Hubiera permanecido con ese pensamiento mucho tiempo,  todo el necesario hasta que el volviera por mí. Pero Amber habló, respondiendo  mis dudas  y me di cuenta, por fin, que sus palabras se trataban de algo serio, algo fundamentado y creíble. HyukJae, el prince, el chico teñido de rubio que conocí aquel día ahora tan lejano, era una mala persona, y toda su familia lo era.

Se dedicaban a pasar por sobre las personas y pisotearlas con tal de que estas no se interpongan en sus planes. Incluso tenían agallas para pasar por sobre sus deseos, o eso creo, ya ni siquiera puedo estar seguro de lo que veía en los ojos de HyukJae cuando nos acostábamos juntos, cuando  nos mirábamos fijamente sin hablar y solo sentir. Una pizca de duda que se expandía tan rápido como una plaga estaba creciendo dentro de mí… me hacía sufrir y mi corazón dolía.

Algo era definitivo, no podía estar bien hasta volver a comunicarme con él. Sea como sea. Pero teniendo en cuenta el hecho que de ahora en adelante y por un tiempo indefinido me mantendrían bajo vigilancia en un departamento en el piso octavo de un viejo edificio, con una sola salida y muchas personas dando vuelta.

Era una tarea casi imposible.

No traía mi móvil tampoco, me odié por la mala costumbre que adquirí de olvidarlo en los momentos en que más lo necesito. Pero encontraría una forma, definitivamente lo haría.

HyukJae, si mentí por ti. Es porque te quiero, no lo olvides.

Notas finales:

ñeñeñe


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