Aun no me acostumbro a la soltería, es decir, ver mi teléfono movil obsoleto y pensar en las tantas ganas que tengo de recibir un mensaje del cretino de Kyuhyun me hace enojar, y muchísimo. Me valoro como una mierda, éste no soy yo. No me reconozco a mi mismo sin él, es como si todo por lo que luché durante mi adolescencia se hubiese desvanecido la semana pasada, con nuestra ruptura, y se esfumó para nunca volver, porque a pesar de mis ganas de contactarlo ya nada volvería a ser como antes y no, Kyuhyun me demostró lo que realmente era, o quizas siempre fue así y yo estaba cegado por mis ganas de salir del closet lo mas pronto posible y vivir mi utópica vida homosexual perfecta junto a mi amada pareja, a mi amado esposo (y yo la esposa)
Estaba cegado por la necesidad de conocer, saber mas del mundo y de comenzar la vida, la''mía'' fuera del fastidioso nido de los padres y el hogar. Por esto y muchas cosas que sacrifiqué por mi supuesta felicidad, ahora estoy mas solo que un vago. Y no, ni siquiera eso, porque no tengo perros ni moscas que me acompañen.
-Ahora que lo pienso, podría comprar un perro.
Me miro al espejo, mi cabello debe estar perfecto; mi afeitado, perfecto (aunque no lo necesito mucho). Mi ropa, perfecta, ésta ves llevo una camisa rosa pastel apretada, unos jeans pitillos y unas zapatillas. Muy casual, pero no dejo de ser atractivo.
Me puse unos aretes de hombre y lentes oscuros, listo para la universidad, ahora si que seré el nuevo Donghae. Nada más de cursilerías, nunca más cambiaré mi vida completa por un hombre porque ahora soy independiente del amor....
Ni yo me lo creo.
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''¿Por qué tanta gente usa el transporte a la misma hora?''
Intenté subirme a uno de los vagones del metro en vano, estaban repletos, con gente desbordándose una vez abiertas las puertas debido a la presión. Genial, llegaré tarde.
''Por la misma...''
El tren se fue, mas de 20 personas se habían quedado fuera en cada una de las puertas del metro, esto era el caos. Personas corriendo a la salida, otras ahogadas por el tumulto, señoras quejándose. Y yo más atrasado que nunca.
''Vamos Donghae, debes subir a éste tren, si no lo logras... si no lo logras jamás conocerás el amor. Tómalo como una misión de vida, tu misión de vida feliz''
Oí esa voz, y algo en mi interior me dijo que tal estupidez era cierta, si no lograba entrar jamás conocería el amor. Cierta o no, si no quería suspender tenía que llegar a tiempo... no hay mas opciones.
Y una vez detenido el segundo metro en el anden, me lancé hacia la entrada, como si mi vida dependiese de ello...
Estaba mareado, confundido, acalorado... y sobre todo avergonzado. Justo al momento de entrar todos hicieron un espacio y caí en seco contra el suelo del metro, eso ha dolido. Me paré en un segundo, abochornado, arreglándome los lentes y el pelo porque gracias a la caida he quedado hecho un desastre. Y en un abrir y cerrar de ojos, toda la gente del anden se habia abalanzado para asegurarse un espacio dentro de ese tren, vaya... no era el único.
Se me habia pasado el bochorno, pero llego a reemplazarlo un calor horrible, y una presion aun peor. Estaba tan apretado como en una lata de atún, y para empeorar las cosas, quedé pegado contra la puerta del metro. Así es 'pegado' como un pegaloco. Aunque viéndolo positivamente, así me ahorraba la vista de la asquerosa señora que apoyaba sus pechos contra mi espalda, muy pegada a mi ¡Que asco!.
-''Señores pasajeros, informamos que el tren estará detenido en el andén más del tiempo normal. Por su comprensión, gracias.''-
A la mierda, lo que me faltaba ¡Lo que me faltaba! ¡POR QUE MIERDA NO ABREN LAS PUERTAS!.
Estaba a punto de enloquecer, si es que no moría antes ahogado. Ya iba con media hora de retraso y el maldito metro se queda parado y con las puertas cerradas sin una puta ventilación. Ok, ok, cálmate Donghae... cálmate, concéntrate y respira hondo, ahora bota. Concentra tu vista en un punto fijo y distráete pensando en aquello, despeja tu mente.
-Veamos... un niño corriendo, paso; Ese tío está bueno, pero está muy musculoso así que paso; Un perro... ¿Qué hace un perro en el metro?...-
Me detuve para adentrarme en mis cavilaciones mentales, (yo necesito un perro...) hasta que me fijé en el dueño del animal, era un chico alto, seguramente más alto que yo. Vestía extravagante, pero no tanto, es decir, le quedaba bien. No pude distinguir su rostro tapado por un gorro con visera, hasta que levantó la vista para mirarme. Su cara era demasiado expresiva, como una caricatura, pero no pude descifrar precisamente aquella mueca que hizo, no supe si era asco, gracia, o si estaba sorprendido por el mar de gente que caminaba( casi trotaba) por el andén a un paso que, estaba claro era peligroso para el lugar. Era algo así como la mirada de un extranjero famoso y por como vestía podría decir que estaba camuflado pero ero no podía ser un extranjero porque sus rasgos eran mas coreanos que los míos. ¡Ah! que atractivo parece lo desconocido y misterioso.
Me miró directamente a la cara, me examinó de arriba a abajo, me desnudó con la mirada y se tornó serio como un muerto. Y su presencia era condenadamente sexy para mis ojos.
Los segundos pasaban y seguía sin quitarme la vista de encima, comencé a ponerme nervioso y avergonzado. Estaba siendo observado y analizado por un hombre desconocido y tan atractivo, que parecía de otro planeta y yo estando en esta posición tan embarazosa. Si las puertas estuviesen abiertas podría correr hacia él y coquetearle, no sé, por lo menos hablarle. No es que coqueteara con cualquier hombre que se detuviese a mirarme, pero es que él era especial, el chico del perro y la gorra algo tenía, me llamaba la atención y por como me miraba, yo a él también, y mucho.
Por ponerme a pensar en tonterías no me di cuenta cuando el maldito metro avanzó, dejando poco a poco los andenes atrás, y al chico del perro y la gorra igual. Lo perdí de vista, tal como lo encontré lo perdí. Pero no me aflijo, algo me dice que volveré a verlo,y que nuestro reencuentro será especial.
Definitivamente debo verlo otra vez.
Este pensamiento me emocionó todo el resto del día, recordé cada uno de los detalles de lo ocurrido y suspiraba a cada momento, parecía toda una ''loka'' enamorada. Odio pensar en amor, todo el día amor, amor y amor.
Creo que no he experimentado amor distinto al fraternal en mi vida. ¿Y Kyuhyun? ¿Qué fue él para mi? Digo, si lo hubiese querido tanto, no me habría olvidado de él a la segunda semana de nuestra ruptura. ¡Dios mio! hace dos semanas estaba en mi proyecto de vida lo siguiente: En 5 años de relación con Kyuhyun èl fuese mi primera vez (luego de casarnos claro).
Ahora siento vergüenza de mi pensamiento en ese entonces. Mientras él ni siquiera consideraba una relación real lo nuestro.
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Dos días han pasado, dos putos días y estoy desesperado. Es esa clase de sentimiento que te indica el haber perdido a alguien importante para siempre, la incertidumbre…
-Lee Donghae, pasa adelante- Mandó mi profesora de literatura con su singular tono autoritario. Era una señora de cabellos blanquecinos tan estricta que daba miedo, había reprobado a la mitad de los novatos de primer año. Decían algunos por ahí que pasar a segundo con tal fiera por maestra era toda una hazaña.
-¿Que sucede?...- Pregunté un tanto asustado, por cómo me miraba la vieja.
-¿Que sucede? ¿Eh?- Me respondió con otra pregunta, era experta en hacer daño psicológico.
-Si, dígame que sucede, porque no tengo idea el motivo de ponerme al frente de toda la clase en medio de la lección- Le rebatí, esa era mi condena a muerte. Oí unos murmullos y un sonido de sorpresa general.
Se quedó callada unos momentos, mirándome fijamente, y seguramente pensando en qué decirme para enviarme corriendo y llorando a casa, pero qué más da, si lo hecho, hecho estaba.
El silencio era aterrador, habían pasado más de cinco minutos y aun no decía nada, esta vieja está haciéndome sufrir muy consciente de ello, de hecho sudaba a la gota gorda esperando a que hablara o me echara de la clase de una vez. Maldición si hasta me habían entrado ganas de mear.
Hasta que por fin habló.
-Deja de pensar en hombres con quien follar y recita como es debido el puto poema que te di de última oportunidad para subir tus notas-
Y la clase estalló
Lo primero que pensé: ¡Dios mío lo olvidé!
Lo segundo: reprobaré…
Lo tercero: tengo que salir de aquí.
Y un calor recorrió mi cuerpo de la punta de mis cabellos cubiertos de gel, hasta los dedos de mis pies, cuando salia de la clase, tapando mi boca con una mano y con la otra tocándome lo hirviendo que tenia la frente, eso fue… delante de toda la clase, la profe sabía de mi homosexualidad, ella lo sabía todo y los de la clase, Kyuhyun estaba ahí y se había reído.
Sentí vergüenza.
Ese día descubrí que aun no me aceptaba a mí mismo.
No fui a la universidad a la mañana siguiente, ni a subsiguiente, ni en una semana completa. Este episodio será difícil de superar, pero tengo claro que mientras mas tiempo pase, menos personas estarán hablando de mi a mis espaldas. Si, esto es solo cuestión de tiempo...
No ir a la universidad en una semana significo no salir de casa una semana completa, ya poco me quedaba para comer y rayos, el papel higiénico se ha acabado. Cabreado, sali de mi departamento en piltrafas, despeinado y en pantunflas, como nunca. Dispuesto a comprar algunos víveres en el supermercado de la esquina con el poco dinero que me quedaba, mi madre pagaria caro con daño psicologico por retrasarse en el deposito de mi dinero...¡Si a penas me quedan 20 dolares!
No sé como soporté la verguenza publica de comprar lo más barato y sin marca, mi dieta se compondria de fideos instantaneos en un 99%, y ya no me quedaba gel, ¡oh no! eso si es malo. Me apresuré a pagar lo que habia tomado luego de darme cuenta que todos me miraban y me entrara el pánico. (no debería sentir pánico)
Me quedaron 5 dolares, sabia que no debia compra ese gel de cabello pero es que no puedo salir a la calle sin arreglarme y...lo mas probable es que tenga que buscar un trabajo de medio tiempo, o llamar a mi madre exigiendole dinero -cosa que no puedo hacer- ya que soy mayor de edad y me fui de casa, rento un departamento del que, por cierto, no he pagado la renta este mes y tengo un perfecto novio que hace todo por mi. Mi vida inventada da asco y mi familia no puede enterarse de eso, seria producto de la recriminadora burla de mi padre, la pena de mi madre y es lo que menos quiero por ahora.
Caminé hacia mi departamento flojeando, jugando a zarandear las bolsas y arrastrando mis pies con pantunflas de deditos, creo que definitivamente llamare a mamá para que solucione todos mis problemas financieros, otra opcion es volver a casa, una visita de unas semanas no haría mal ¿o si? la relacion con mi padre nunca fue mala, es mas siempre me alentaba en todo, siempre fue un buen padre. Ni siquiera me senti tan apenado cuando me corrio de casa, porque sabia que el que estaba destruido en esos momentos era él, ahora sé que fue un adios momentaneo, puedo volver cuando quiera y mi padre no tendra derecho a negarme porque me quiere mas que nadie, de todas forma soy su unico hijo... debería volver y darle un gran abrazo a ambos para ver si arreglo las cosas, que de nada me sirve la actitud de niño rebelde mimado que solo llama a su madre para que le envie dinero a escondidas todos los meses.
Estos cinco meses solo en Seoul me han hecho extrañar a mi familia, ya es hora de volver...
Emocionado por la determinacion que creí perdida hace meses, corrí hacia mi departamento dispuesto a llamar a mamá, ordenar algo de ropa y tomar el primer tren hacia Mokpo. Veria a mis padres despues de 5 meses y mas que nervioso me ponia feliz, son lo único que tengo y yo los dejé por un amor que nada tenia de serio, les debiá mucho y sentía en el alma todos los problemas que he causado. Y es extraño que tenga esta clase de sentimientos por mis padres ya que no me caracterizo por ser una persona que piense mucho en los demas, puedo demostrarles cariño mientras la situacion lo amerite y sienta necesidad de hacerlo, pero recordar y sufrir por alguien mucho tiempo no... porque si fuese así no sé que seria de mi, por esto reconozco que soy un poco egoista y que no me preocupo por nadie mas que yo mismo.
Con el pulso acelerado marqué el numero que sabia de memoria hace años, el de mi casa, es decir, de la de mis padres. Y comenzó a sonar, sonó interminables minutos hasta que la operadora desvió mi llamado. Así que llame otra vez, otra y otra vez, hasta que me desesperé y colgué violentamente, casi haciendo pedasos el telefono. ¿Y ahora que haré? ¿llegar de sospresa o intentar llamar mas tarde? La misma mierda.
Me recosté sobre la cama apenado, despejando mi mente. Por unos minutos había olvidado mis problemas de morosidad, que bien me podían dejar en la calle... el cobrador de la renta vendrá a casa cuando pasen los diez dias de retrado y voy en el... en el noveno.
El timbre sonó de repente, los latidos de mi corazon se detuvieron por el susto, ¿Como es posible que venga al noveno día? bufando y no sabiendo que escusa dar me levanté de la cama para abrir la puerta y enfrentar al cobrador que tocaba insistentemente el maldito botón, pero cuando abrí la puerta mas que asustado, y para mi suerte (o desgracia) no me encontré más que con un enojadósimo niñato rico que me miraba con cara de ''tu vas a explicarme que te pasa aquí y ahora''.
Sungmin es uno de la Uni, digo 'uno' porque me considera su amigo y se la pasa pegado a mi, pero no es que me importe mucho su compañía. Bueno, a veces sirve de buen amigo como ahora y me viene a visitar a mi pronto quitado departamento y... ¡Dios santo!, sungmin tiene mucho dinero ¿me atrveré a...?
-¡¿Por qué no has faltado toda la semana?!-
Lo que me faltaba, que éste me viniera a interrogar gritando prácticamente y con tono autoritario no propio de él. Lo miré con una ceja alzada mientras terminaba de descargarse.
-Me enteré de lo de Kyuhyun... no puedes ser tan niña como para echarte a morir por eso.
-A si que ahora toda la universidad sabe sobre mis relaciones, lo que hago y lo que no hago. ¡Joder!-
-No, fui directamente y le pregunté que sucedía.-
-Y seguramente terminó pidiendo tu numero de móvil.-
Por como se ruborizó supe que estaba en lo cierto, ese puto no se queda tranquilo sin un agujero...
-Bueno y supongo estarás contento, ahora puedes irte, ya sabes que estoy perfectamente.-
-¡Donghae! no sigas viviendo de ésta forma, te haces daño...- Dijo mirando mi habitacion por cada rincon, a decir verdad era un desastre. Basura apilada por todos lados, envases de comida instantanea, ropa tirada y sin lavar, hasta que se detuvo en mi y me miró de pies a cabeza, estaba vestido solo con pijama y no me habia afeitado en una semana.-Solo mírate...- agregó.
-Mira niñato pijo, tú... vives con todas las comodidades del mundo, tu...- y aquí es cuando debes actuar donghae, me decía mi ángel malo, esta es la única oportunidad que tienes de darle pena a sungmin y que solucione tus problemas financieros.
Sungmin me miraba estricto, como mira un padre a su hijo cuando espera que pida disculpas por su error pero Sungmin esperaba que yo volviera a ser el de antes.
-Mira Sungmin, verás... esque yo.. snif, yo...- Decía forzando un llanto ridículo que al parecer Sungmin creía de lo mas cierto, esto será mas fácil de lo que pensé. -Yo...-
-Si es problema de dinero déjamelo a mi Donghae- Me respondió inflando el pecho como si fuera un salvador de vidas, y yo por dentro moria de la risa, amigos como él eran pocos y que pena que su amistad no significara nada para mi.
-Si, solo dime que necesitas.
-Bueno...- limpié un par de lágrimas de cocodrilo de mi rostro- debo 3 meses de renta, no tengo ni un peso para comer ni usar el transporte público.- le largué descuidando mi actuación, por suerte Sungmin era un poco inocente (o lento) en ese aspecto y no lo notó.
-Uff, no entiendo por qué no me has pedido ayuda antes amigo, te propongo que vengas a vivir conmigo y no te preocupes más de pagar renta, bueno... solo si tu quieres.
Esa forma tan, pero TAN pija y delicada que tenia de hablar éste rosado... obviamente no rechazaré su oferta por nada del mundo, hasta me emociona un poco que sea tan caritativo y comienzo a sentirme un poco mal por mi manipuladora actuacion de hace un momento. ¡Pero que va! si es Sungmin, nadie que me importe mucho.
-Bien, nos vamos.- ordenó, y notó mi sorpresa pero antes de replicarle respondió a mis pensamientos.- Mañana puedo enviar a alguien a buscar tus cosas, empaca lo necesario y nos iremos ahora mismo-
La verdad de todo es que me comenzaba a preocupar, ¿irme así? depender de él no me daba buena espina, esto es demasiado bueno y arriesgado para ser verdad. Pero como dicen por ahí, las oportunidades no se dan todos los días. ¡Esta es la mía!
Guardé mi preciado gel, cepillo de dientes, (mi pijama usado por semanas sin lavar era un asco asi que lo dejé en casa), y empaqué mis demás cosas de aseo en un pequeño bolso. Estando ya vestido y listo salí de mi hogar de meses, aquel lugar en que habia sido supuestamente feliz junto a mi primer amor y en el que me habia dado cuenta que no todo era color de rosas... aunque supongo me faltó sufrir unos días mas, ya que con el ofrecimiento del chico rosita no estaba muy seguro de que la vida fuese tan dura como pense por escasas 3 horas antes que llegara mi amigo a socorrerme como un angel caído. Le eché llave a la puerta pensando en que quizás no volvería a éste lugar, pensando en la primera vez que giré la llave y abrí la puerta encontrandome con un departamento vacío en el que entraban facilmente los rayos de sol iluminandolo por completo, pensé en la felicidad que sentí aquel día, en la proyección que tuve de mi vida viendome en ese lugar felizmente viviendo como me plazca junto a Kyuhyun.
Bajamos las escaleras y atravesamos la puerta grande de la entrada al edificio, justo al frente se encontraba estacionado su descapotable Volkswagen Golf Cabriolet rosa que tan acostumbrado estaba a ver aparcado en los estacionamientos VIP de la facultad.
-Sube- ordenó amablemente abriendo la puerta del copiloto para que yo pudiera subir.
-Se siente raro que un pijo me atienda- Le dije tratando de parecer incomodo, y digo tratando porque a decir verdad se sentia demasiado genial ser tratado tan cordialmente por el más rico de la facultad, el niñato engreido y codiciado Lee Sung Min estudiante de teatro en mi universidad y que desde el primer día de clases se habia empeñado en llamar mi atencion a costa de amabilidades que me sofocaban, pero que fácilmente podía aprovecharme de ellas justo como lo hago ahora.
-Sabes que te aprecio mucho- Y echó andar el motor, prendió la radio y aceleró al máximo.
Sonaba Good Bye Baby de Miss A y mi corazon estaba a la misma velocidad en la que Sungmin llevaba el coche, lo peor es que mi cabello está hecho un remolino ¡Odio el viento! Pero Sungmin va tan fresco y sonriente tarareando la canción, pero que chico más extraño.
Después de una media hora dentro del coche se me vino la pregunta del millon a la cabeza -¿Dónde mierda estamos?- le pregunté asustado, no veía mas casas, autos ni personas por los alrededores, solo jardines muy bien cuidados.
-Estamos en lo que suelen llamar patio de una casa...- Lo miré con los ojos como platos y expresión interrogante pero no alcance a preguntarle nada ya que sucumbía ante mi la edificación mas esplendorosa jamas vista, comparable con los palacios europeos.
-Sabía que eras rico, pero ¿¡Esta es tu casa!?-
-De hecho no, es la de mi perrita Sakura-dijo muy serio, y casi me la creí porque comenzaba a sentir nauseas del mareo en el momento justo en que Sungmin rió a todo pulmón bufándose de mi inocencia. Le maldije en voz baja antes que detuviera el motor del auto en frente de la gran y esplendorosa puerta de entrada.
-No te quedes mirando Hae~ solo baja del auto, mi casa es tu casa-
-Que amable de tu parte Sungmin yo... no se como te pagaré el favor-
-Eso lo veremos después- Sentí escalofríos recorrer todo mi cuerpo cuando en su rostro se dibujó una sonrisa malevola, definitivamente éste tramaba algo, es decir, nadie trae a un amigo no-cercano a vivir consigo así como así, eres un estúpido Donghae, un confiado y real tonto.
-¡Donghae! quita esa cara de horror que he estado bromeando hombre, no te violaré ni nada de eso jajaja- Rió de buena gana, el rubio de nuevo me jugaba una broma y yo volvía a caer, como si no supiera que es imposible la violación por su parte ya que es más pasivo y marica que yo.
Entramos a la mansión, diría que nos recibieron unas diez empleadas con ropa de Kafra más dos mayordomos que las comandaban- Todo era muy rigido ahí dentro, la casa era oscura y muebles opacos... esta casa es lo opuesto a lo que es Sungmin.
-Buenoas tardes señor- saludó el mayordomo mas viejo y el ejercito de empleados hizo una gran reverencia al mismo tiempo.
Me estrañó el hecho que Sungmin pareciera ignorar su cordial saludo, pero definitivamente me dejó en shock que el rosado se haya avalanzado sobre el anciano para abrazarlo cariñosamente.
-Mayordomo Kiiiiiiiiimmm~~~- Dijo melosamente apretujandolo sin demasiada fuerza.
-Joven Sungmin, por favor comportese- le pidió amablemente el agradable señor, sin resistirse al abrazo del rubio rosa.
-Shi!- Y subió corriendo las anchas escaleras como un crío, al llegar al segundo piso me llamó gritando mi nombre y alzando los brazos *-casi muero de vergüenza-* en ese momento el mayordomo anciano o mayordomo Kim se me acercó.
-Por favor compréndalo, él se comporta así porque odia éste lúgubre lugar, a nosotros nos gusta mucho su amable compañía porque trae felicidad a la casa, no se avergüence del joven y acompáñelo... se lo pide éste anciano- me dijo en voz baja y calmada, a decir verdad sus palabras me llegaron, debe sentirse muy solo estar en esta gran casa sin amigos.
-¡Tengo que esperarte todo el día Hae!- me gritó desde arriba.
-Voy en seguida~
En el segundo piso habían muchas puertas, todas pintadas de café oscuro y de diseño anticuado de época que seguramente conducían a habitaciones. En el final del pasillo había una muy particular, la diferenciaban de las otras su brillante y blanca pintura.
-Esta es mi habitacion- dijo orgulloso e inflando el pecho, y no era para menos, porque casi me voy de boca al observar tal genialidad de recamara. Tenía por lo menos 50 metros cuadrados de muros rosa de diferentes gamas, variando del fuerte al pastel, los mas oscuros cerca del suelo alfombrado y los mas claros acercándose al techo pintado de un blanco impecable. Poseía un mirador de estrellas en el centro de la habitación y abajo de éste se encontraba su cama redonda, rosada para variar. Su amoblado tambien era de epoca, con terminaciones redondas muy hermosas pero todos pintados de blanco, tenía un mostrador de vidrio lleno de peluches, una nevera con pasteles, una mesa con té servido y dos sillas (en una de ellas había un monito de peluche)
-Sungmin... esta habitacion si que es hecha para tí- le dije sin dejar de admirar tal obra de arte del diseño.
-Claro es es para mi, yo mismo la decoré- me respondió mirando toda la recamará con ojos brillantes.
Y no le respondí nada porque la verdad me estaba hartando de admirarle tanto, al fin y al cabo Sungmin es un chico al cual siempre he ignorado en todos los sentidos posibles, es (o era) para mi como la mosca que cabrea, como el resfriado en verano, como debe ser la menstruacion para las mujeres. Es decir, yo era importante y vital para él, pero él para mi no significaba más que lo ya nombrado. Aunque debo admitir que no he sido cinico hasta ahora, porque reconozco que soy un aprovechador de mierda sin embargo agradezco y siempre estaré agradecido de éste rubio angelical que me ha salvado de la miseria... si hasta le tomé cariño.
Fué ahí cuando sonó en el móvil de Sungmin la canción Opera de Super Junior (¡que buen grupo!). El rosado no lo contestó de muy buena gana.
-¿Y ahora qué RyeoWook? - contestó cabreado mi casi-amigo, yo miraba silencioso y agudizaba mi oído en vano tratando de entender lo que decía desde la otra linea el tal ''RyeoWook''
-NO PUEDE SER, LO OLVIDÉ COMPLETAMENTE- pude notar como el rostro de Sungmin palideció un poco, pero luego comenzó a hablar muy rápido y apenas pude entender.
-Ok, ok me voy corriendo, ¡Haz que Heechul-hyung no me mate!- dijo finalmente haciendo un puchero. Colgó.
Depsues de colgar se quedó en la misma posicion unos 20 segundos, habiendo terminado su estado de trance me miró con los ojos a punto de estallar por las lágrimas y con un puchero en la boca.
-¡He olvidado el cumpleaños de mi mejor amigo!- y se largó a llorar viniendo hacia a mi para abrazarme, y yo no pude resistirme, era demasiado conmovedor.
-Ya lo saludarás cuando lo veas- le respondí tratando de consolarlo, dándole pequeños golpesitos alentadores en la espalda.
-¡¿Estás loco?! tenemos que irnos ahora mismo a su fiesta, voy 30 minutos atrasado y HyukJae ya preguntó por mi... puede que se vea frío pero pro dentro es muy sentimental, ya sabes como son estos... estos... ¿Cómo se dice?, cuando se hacen los fuertes por fuera pero por dentro no son mas que unos niños desesperados por atención.
-Creo que no hay un nombre exacto para eso...- le respondí en voz baja, casi para mi mismo ya que Sungmin se encontraba dando vueltas en círculos de acá para allá, desvistiéndose mientras caminaba y tropezando con mueble que se cruce por su camino.
-¿Y tú qué esperas, ve a darte una ducha rápida y pídele a alguno de los empleados te lleve a mi closet para que te vistas acorde a la situación, recuerda que es la fiesta del Prince y debes ir formal pero no tanto- fue lo ultimo que me dijo antes de desaparecer semi desnudo por una puerta de su habitación que seguramente conduciría al baño.
Me dirigieron al baño de huéspedes y era enorme (no tanto como la habitación de Sungmin pero algo asi como la mitad) Me duché rápidamente para no retrasar aun mas al rosado, cuando hube terminado el mismo mayordomo Kim me dirigio al guarda ropas de Sungmin el que era un cuarto lleno, pero repreto de ropa obviamente de diseñador. Me costó casi diez minutos encontrar alguna tenida que no llevara el color 'rosa', y que fuera al mismo tiempo formal 'pero no tanto'.
Cuando estuve listo me dirigieron a la entrada pero Sungmin aun no llegaba ¿no que estaba tan apresurado? esperé deleitándome solo al observar la magnifica casa del pijo, de pronto oigo unos paso apresurados, era sungmin bajando las escaleras a toda velocidad vestigo como un colegial... ¡¿Como un colegial?!
-Sungmin, ¿Por qué vistes de escolar?- le pregunté sorprendido y fastidiado porque me habia hecho creer que era una fierta de pijos formal 'pero no tanto'. Ya veo a lo que se refería aunque no lo comprendía del todo.
Sungmin hizo un puchero antes de contestarme, luego se dió media vuelta para que pudiera ver su atuendo.
-Esto no es un uniforme, es ropa normal que parece uniforme... ¿es cute verdad?- me respondió/preguntó ilusionado, y de verdad que se veía demasiado mono en esas pintas, parecía un chiquillo de 15 años, de esos que parecen mujeres porque son muy bonitos y femeninos.
-La verdad es que si es muy bonito...- respondí algo ruborizado por la vergüenza. Sungmin sonrió complacido, nos subimos a su coche rosa y como antes lo primero que hizo fue prender la radio y ponerla a todo volumen, ahora sonaba 'Flower Rock' de FT Island (que buena cancion), y partimos a toda velocidad.
-¡Everybody hands up(8)!~ - Cantaba Sungmin al volante, conduciendo con una mano y la otra apoyada a la ventana ¡Que way se ve!
-Ehm, hyung...- lo interrumí.
-Dime, Fishy.. ¡Just do it. Clap your hands!b34;- me respondió ensimismado en la canción.
-¿Qué se supone que haré en una fiesta de pijos?, es decir, voy poco a fiestas y no se...verás, no sé como.. AISH olvídalo- Terminé cabreado cruzándome de brazos, Sungmin me miró de reojo y esbozó una sonrisa.
-Tranquilo Fishy, yo te cuidaré~... estarás conmigo todo el tiempo y así no tendrás de qué preocuparte ¿si?- Si sus palabras me hubieran tranquilizado no estaría sudando frío, ¿será verdad eso que te preguntan que es lo que hacen tus padres, de donde proviene tu familia y otras estupieses de las que no tengo idea?, el solo hecho de pensar en estar rodeado de pijos hablando de cosas pijas en una casa pija me da mareos.
-Hemos llegado...-
-¿Eh? pero si no hemos andado ni quince minutos-
- Ah si, vivimos algo cerca, somos lo que ustedes llaman 'vecinos'- Y se bajó del auto haciéndome ademán para que lo siguiera.
Ahora entiendo, cada casa acá se separa 15 minutos en auto de la otra y son 'vecinos'. ¡Sigo sorprendiéndome por todo! aunque tenga la impresión que Sungmin trata por todos los medios de hacerme sentir cómodo en su lujosa vida simplemente no puedo hacerlo. ¡MENTIRA! Aun creo que estoy viviendo un sueño, solo debo soportar la maldita fiesta de los amiguitos del rosadito y olvidarme de todo.
-Que contradictorio soy por dios.- pensé en voz alta
-¡Que haces Donghae! ¡Baja del auto y para de hablar solo que llegamos tarde!- me gritó a unos diez metros de distancia del coche avanzando por un ancho camino rodeado de jardines hacia la casa del cumpleañero, diría que es mas grande que la de Sungmin pero ¡que va! a estas alturas tengo que acostumbrarme a este tipo de cosas extravagantes.
Sungmin me apuraba por eso tuve que salir muy rápido del coche, sin imaginar que mi vida cambiaría una vez entrara a ese lugar.
Acá los looks de Sungmin y Donghae en orden ♥
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