Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pierrot por MallowSJ

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Algo raro 

Dos días después, en plena conversación que más bien parecía discusión con mi padre, recibo una llama al móvil que EunJi me había dado. El mismo móvil que pensé muchísimas veces en tirar a la basura, Incluso estuve a punto, ¡A punto! De arrojarlo al bote en más de una ocasión, sin embargo,  había “algo” que me lo impedía, una especie de fuerza que me retenía en el último instante

Ese algo probablemente era la espera de la  famosa  llamada que me esperaba.

Tal vez se tratara de esperanza.

 

-¿Diga?

 O más probablemente de la llamada que yo esperaba de él aun sabiendo que era prácticamente imposible que sucediera.

Pero sucedió Como si se tratara de un milagro.

-Soy yo, HyukJae.

Parecía increíble estar  escuchando otra vez su suave y temerosa voz, sin ningún reproche, sin ninguna maldad de su parte. Porque así era Donghae, una persona buena que no me merecía en absoluto, pero que por alguna razón yo  seguía atando a mí incluso sin tener intenciones de ello.

Mi padre me miró al instante en que mis manos comenzaron a temblar y mi semblante comúnmente serio y taciturno comenzó a vacilar. Lo disimulé lo mejor que pude perr me era imposible. El viejo alzó una ceja, divertido. Seguramente ya tenía idea de lo que estaba sucediendo y esperaba ver pacientemente como yo mandaba a Donghae a freír monos.

Pero no era tan fácil, con Donghae NADA era fácil.

-Qué quieres- Desvié mi mirada de la de mi padre, y me puse de pie para dirigirme a un rincón legado de la oficina, sabiendo que era inútil porque de cualquier punto mi padre escucharía. Tampoco podía salir de la gran oficina de mi padre ya que la puerta estaba bloqueada por los dos bribones que cuidaban su trasero de toda la gente que lo quería ver muerto.

-Yo… HyukJae-

Les di la espalda a los tres hombres y comencé a hablar con Donghae lo más calmadamente que pude, aunque me resultara tremendamente difícil.

-Si llamas para quejarte por favor, no.- Quería que me gritara, por favor que me cortara de una vez y odiara, porque me lo merecía. Él tenía que ser feliz en Corea y yo solo resignarme a la mierda de destino que tenía. No había vuelta atrás, yo no podía volver a menos que me escapara y evadiera a toda la policía de China buscándome hasta en los últimos rincones del país.

-No, HyukJae, te he echado de menos… mucho. No sabes cuánto.-

Sentí mi pecho hundirse dolorosamente, de pronto toda la seguridad que sentía gracias a mi auto-convencimiento se desmoronó. Pero no podía hacer otra cosa más que tragarme todos mis impulsos, de verdad que no. Mi padre estaba ahí y me sentí tan inútil y miserable que no tuve valor para hacer lo que, por alguna razón, sentí que era el camino correcto y decir algo como: “Bien Donghae, yo también te he extrañado muchísimo, mañana mismo vuelvo a Corea, seremos felices y comeremos perdices"

No.

Simplemente no. Donghae, perdón. Así que  corté con él por teléfono en ese mismo momento, tan fácilmente que pude divisar en cámara lenta como  todo  lo que tuvimos se esfumaba y convertía en nada. El brazo que sostenía mi teléfono móvil cayó flácido a un costado de mi cuerpo aun tenso. Cerré los ojos un momento regularizando mi respiración, tratando calmarme y calmar el alboroto de mi mente.

Conociendo lo sensible que es  Donghae, seguramente estará muy dolido, y conociéndome a mí, tal vez… tal vez comience a ser cada vez más de piedra. Porque desde ese momento pude darme cuenta que Lee Donghae fue lo último bueno que le ocurrió a mi vida… no hubo ni hay nada más.

Cuando alcé la vista tragándome absolutamente todas mis emociones y miré a mi padre con el semblante que más se parecía al suyo, uno frío y calculador para no darle en el gusto y dejar que me humillara y hundiera aún más en mi miseria,  noté que él reía porque no me creía.

A decir verdad era patético tratar de ocultar el hecho que yo estaba bastante destruido por dentro en ese momento. En ese momento y los días y semanas posteriores. Por más que intentaba pensar en otra cosa estaba siemrpe el puto telefono atormentándome, quise tirarlo muchas veces, quice que se rompiera para nunca más tener que lidiar con su voz entrecortada.

Pero no pude hacerlo hasta escribirle un cobarde texto, un día tan aborrecido en que pensé que probablemente moriría por la desesperación.

Para Lee Dong Hae:

Perdóname. Me caso hoy. 

 

 

 

Por Donghae

Tres semanas

Un mes

Dos meses

Al tercer mes  yo seguía conviviendo con Amber, el ambiente se había clamado tanto y me parecía todo tan diferente ahora.

Exceptuando el hecho que yo seguía esperando a HyukJae, una señal de él o alguna cosa, por mínima que fuera. Amber me miraba con pena cada vez que reventaba la cuenta del teléfono con tantos mensajes de texto que seguramente no tendrían ningún destinatario, porque lo más probable era que HyukJae haya arrojado l maldito telefono al retrete, asi como lo hizo conmigo.

Había sido demasiado tiempo esperando alguna señal de él. Esperando que mi suerte diera la vuelta en la ruleta rusa hasta que fuera apuntada por la flecha y tocara el turno de sonreír, cosa que no había hecho en meses.

A pesar de mi depresión Amber no se había hartado de mí, seguramente porque pasaba casi todo el día fuera de casa trabajando como enferma para no sé qué cosa. “llevar a cabo  el plan” Decía constantemente, pero yo parecía no oír ninguna cosa, no sabía lo que ocurría a mi alrededor más que en ese sucio departamento deprimente.

 Ya no tenía nada por qué luchar o ser feliz, el momento en que me di cuenta de aquello fue al cumplir un mes de encierro, supe que habían chantajeado a HyukJae, que el sabía de mi situación y le pidieron que volviera a corea y pagara por lo que les había hecho o si no yo sufriría. Obviamente, HyukJae no hizo nada…

No le importo, si muero no le importo.

Eso fue el detonante de la peor de mis tragedias mentales y anímicas. HyukJae no me quería, nunca lo había hecho y yo… yo estaba perdido, completa y profundamente pillado por él. Aún, y a pesar de todo lo malo.

Le quería muy en serio y mi pecho quemaba tanto con cada minuto que avanzaba el reloj de la pantalla del puro celular que no se dignaba a sonar y a calmar mi pena.

Todo transcurría con normalidad, el tiempo era asfixiantemente lento dentro de cuatro paredes, aunque yo ya no tuviera restricción de salir, porque claro, ya no había caso. De todos modos HyukJae no vendría a socorrerme, nada de eso. Ni en un millón de años luz.

Cada mañana era más triste, cada día era más abrumador y agobiante.

Hoy era uno de esos días en que Amber intentaba hacerme entrar en razón. Se sentó a orillas de la cama con una pizza en las piernas y me tendió un trozo considerable. Pero yo no tenía ganas de comer, ni de mirarla, quera que se fuera, ¡jodeeeeeeeeeer!.

-Amber de verdad gracias, pero no tengo apetito- Me miró con los ojos como plato un momento y luego se puso pensativa, escogiendo lo mejor posible sus palabras.

-Verás puto de mierda, estás casi en los huesos y eso no es divertido. O te comes la jodida pizza o te la meto por el culo ¿Me oíste?-

-OKAY- Últimamente olvidaba lo tosca que solía ser esa mujer, de cierta forma me recordaba a… ya basta.

Tomé el trozo de pizza y lentamente le di un mordisco, estaba bueno, mi cerebro decía que debía estarlo. Pero la verdad de las cosas era que yo no podía distinguir ningún sabor.

-Te quería hablar de una cosa-

Ya venía de nuevo ésta, quizás ya era hora de hartarse de mí, estaba bien. No era más que una basura con aura gris dentro de su porquería de casa.

-No has pensado en rehacer tu vida, es decir,   ¿No crees que ya es mucho?-

A decir verdad… si, era mucho. Pero mi mente estaba tan atrofiada ahora, que aunque supiera que estaba todo mal en mi vida en este momento, no quería hacer nada por mejorarlo. Ni nada por cambiar.

-Tal vez, ¿tal vez deba irme?.

 

-No me refería a eso, Donghae- Amber mi miraba fijamente desde que se puso seria la conversación. Y eso era completamente extraño viniendo de ella. Yo esperaba que en cualquier momento se plasmara en su cara aquella risa burlona y que me desordenara el cabello cariñosamente, pero ahora me miraba con esos ojos tan tristes que no hacía más que ponerme nervioso.

-Donghae ¿No te gusto ni un poco?- Suspiró, desvió la mirada mordiéndose el labio, como contrariada con sus propias palabras. Mi impresión fue tan grande en ese momento que no pude decir más que un tonto ‘oh’.

 Amber era realmente buena chica. Pero yo…

Yo me había pasado el último mes aprovechándome de ella. A pesar que no me dejara salir de casa ella siempre me defendió frente al tonto de GD. Ahora, sin embargo, no había motivo para que yo me quedara allí y la pandilla estúpida no me vigilaba las 24 horas. Más, Amber no se había quejado ni un solo día de que yo usara su cama y ella tuviera que dormir en el sofá. De que yo viviera en su pequeño apartamento sin aportar más que molestias.

Era un jodido egoísta. Y Amber de pronto comenzó a verse bella con un pequeño sonrojo en sus mejillas y sus ojos brillando.

-Amber yo… HyukJae-

-¡Me tiene harta el maldito HyukJae! ¿No ves lo que te ha hecho? ¿No ves que no le importó que tu pudieras estar en peligro?- Sin saber bien como, empecé a sollozar.

No era necesario que me dijeran, yo ya sabía todo.

-Te estás haciendo daño Donghae, si no puedes solo, yo te ayudo pero déjame hacerlo. Hasta Siwon ya se ha cansado, a este ritmo te quedarás solo. Y terminarás peor que nosotros que le odiamos.-

Para, para por favor

Mis palabras no salían y los sollozos eran cada vez más espasmódicos y descontrolados. Yo no quería recibir reproches  ni consejos frente a esto, no lo necesitaba… era tan doloroso.

-Yo podría sacarte de ésto Donghae, por favor-

Amber acortó la distancia entre nosotros y me sostuvo cálidamente entre sus brazos. Su ropa ancha era cuna de mis lágrimas y ella comenzó a besar cariñosamente  mi cabeza que descansaba sobre su regazo.

 

-Donghae yo te he estado queriendo desde el primer día en que te vi, en esa fiesta.- La situación pasó de ser inentendible a incomoda. No sabía que decir o cómo reaccionar para no herirla. Sin embargo, sus palabras de alguna u otra forma me hacían sentir bien.

Sentí que eran anestesia para mis heridas.

Un ángel caído del cielo para ayudarme, para salvarme.

Era una oportunidad que tomaba o dejaba por decisión propia y que sabía las consecuencias de cualquiera de las dos opciones.

Sin pensarlo más besé a Amber en los labios. Sentí mi pecho revolverse de dolor una vez más. Porque desde hace mucho tiempo yo no besaba otra boca que no fuera la de HyukJae. Y  no tenía planeado hacerlo tampoco, pero estaba tan desesperado en mi situación, que era una salida. Tal vez no la más correcta, tal vez no la mejor.

Pero era la única que tenía.

 

 

Notas finales:

Estoy hasta la verga de examenes. No he descansado un finde desde la ultima vez que actualicé SOUL.

 

Estoy hecha una mierda ni se imaginan. Dejenme un review y haganme feliz :c 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).