Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pierrot por MallowSJ

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Oh, paso tiempo. Lo siento!!

Por Hyukjae

 

-Se lo tenía bien escondidito, y tan señorito que se veía ¿eh?- Comentó burlón Siwon, con esa mirada tétrica que solo yo percibía cuando él me miraba a los ojos, ¿acaso los demás no se daban cuenta del ser diabólico que podía llegar a  ser nuestro amigo?

 

-Yo apenas lo recuerdo, no estaba en mis cinco sentidos la verdad- Dijo Heechul encogiéndose de hombros y quitándote importancia.

 

-Estaba bien bueno, para que te voy a mentir- Agregó Wookie.

 

A decir verdad  yo no me sentía orgulloso de aquello, es más, no me sentía nada de bien contando todo, y menos el escuchar todos esos comentarios desagradables saliendo de sus bocas, y de la mía. Ni siquiera me había puesto a pensar un poco sobre lo que acababa de hacer. Si, Sungmin me iba a matar.

 

De pronto me encuentro con la mirada de Shindong hyung y quedé helado, tan helado que ni siquiera pude sostenerla un segundo. Shindong sabía muchas, demasiadas cosas sobre mi y sobre Sungmin, sabía que Donghae era su amigo, ¿pensaría que lo he hecho por venganza? ¿acaso no lo hice por eso? ¿venganza? ¿de qué?. Sungmin y yo ya no teníamos nada que ver y nadie sabía con detalle lo que pasó entre nosotros, así que por ese lado podía estar tranquilo. Lo que me preocupa no es precisamente Sungmin, soy yo... que lo que siento por el aun no se va.

 

-¡Hyukjae! ¡Hyukjae! ¡reacciona hombre! ¡que han llegado tus padres de su viaje, por la mierda!- .Por unos segundos pensé que Kangin me estaba tomando el pelo, hasta que vi a todos correr despavoridos dejándome solo en aquel salón.

 

-¡Mierda!- Cuando me levanté del sofá  era muy tarde, ya tenía frente a mi al hombre mas enojado sobre la Tierra  ¡si estaba furioso el viejo!

 

-Se adelantó su llegada..-

 

-Has estudiado en los mejores colegios y entraste a la mejor universidad para esto.- me habló en tono que aparentaba fingida serenidad.

 

-Pues si y que- Le desafié rodando los ojos al hablar.

 

-¿Y qué? ¡¿''Y que'' me responde la mierda de hijo que me tocó educar?! Estas jodido maldito, te vas de la casa antes que te saque yo mismo.- De reojo vi a mi madre que mientras lloraba intentaba detener a mi padre que, furioso, se acercaba hacia mi para abofetearme.

 

Yo estaba acostumbrado a este tipo de escenitas, estaba totalmente inmune a sus retos y amenzas, es más, siempre me iba de la casa sin decir nada cuando el viejo me echaba y me iba feliz, feliz  porque Sungmin me recibía de brazos abiertos.

 

Hace tiempo que no me echaba de la casa, lo mas probable es que se haya creído el cuento del psicólogo  que viene a chequearme mensualmente para ''tratar los trastornos de personalidad'' que mi padre cree que tengo. La ultima vez que vino dijo que yo estaba comportándome en forma madura  y no sé que otras mierdas  que significaban que ya no estaba trastornado. La cosa es que estaba peor que nunca  pero lo camuflé bien ya que me había alejado de mis amigos y por ende ellos no venían a mi casa a armar fiestas estúpidas con media ciudad dentro de ella. En fin, el problema que tengo ahora es que Sungmin ya no esta para mi y los malditos amigos que tengo huyeron corriendo  para no salir perjudicados.

 

Salí de mi podrido hogar en cuanto mi padre dejo de gritar, no me despedí de nadie y no tomé ninguna de mis pertenencias mas que la ropa que llevaba puesta. No tenía dinero, mi padre se encargaría de bloquearme las tarjetas  y no podía usar mi coche. No había otra opción, volvería como perro arrepentido donde Sungmin, quien siempre quiso recuperar una amistad que jamás existió, y  yo me aprovecharía de eso justamente ahora porque para mí su amistad no vale nada.

 

Caminé lentamente hacia su casa, los veinte minutos que  tomaba normalmente los alargué hasta aproximadamente  cuarenta minutos, tiempo que no me alcanzó para pensar qué decirle cuando lo tuviera cara a cara. Cuando estuve ya frente a la gran reja de entrada y los guardias me vieron se sorprendieron muchísimo, vaya que hace tiempo no me paseaba por estos lugares...

 

-¡Señor Lee! ¡Tanto tiempo sin verlo!- Me saludó afectuosamente el mayordomo Kim una vez hice ingreso a la mansión  Mi cabreo esta vez estaba sobrepasando todos los límites, así que simplemente lo ignoré.

 

Sin saludar, subí las escaleras como si se tratara de mi propia casa. Con el corazón latiendo a cien por segundo ya me encontraba frente a la puerta de aquella recamara tan hermosa que él mismo había diseñado y mil recuerdos vinieron a mi mente....

 

Tenía algo así como trece o catorce años y era la primera vez que mi padre me corría de la casa y a patadas (literalmente) porque me sorprendió bailando en vez de estudiar para los exámenes finales. Bailar era mi antigua pasión  se me daba muy bien pero preferí agradar a mi padre y estudiar para entrar a la mejor universidad, si tan mal hijo no soy.

 

Lo que pasó fue que  eran casi las cuatro de la madrugada  y yo estaba acá afuera tirando piedritas a la ventana de la habitación de Sungmin que daba al patio. Cuando se asomó, por fin, me miro sorprendido pero en seguida cambió esa cara de sorpresa por una sonrisa enorme y blanca que iluminaba todo su rostro... y yo me sentí feliz.

 

-¿Y qué te dio por venir a visitarme a estas horas?- Preguntó mientras me servía una taza de té, luego de haber entrado a su habitación.

-Pues nada, solo vine y ya-

-¿Si?- El se rió por lo bajo pero no disimulando,  totalmente sin malicia y solo porque realmente encontraba graciosa la situación. Era de esas personas que al instante se daban cuenta de absolutamente todo lo que pasaba. -Eres muy descortés para ser tu primera visita nocturna- Agregó.

 

Recuerdo que sin responderle me tiré en su cama circular y cerré los ojos para intentar despejarme un poco, y olvidando las preguntas, él se recostó al lado mío, acto que en mi interior le agradecí enormemente.

 

 

-Tu madre debe estar preocupada...-

-Que se joda- Le respondí bufando, aunque en el fondo me dolió haberla mandado a joder.

-Ella no tiene la culpa de tener un hijo tan buen bailarín...

 

-¿Quien te ha dicho a ti que yo bailo?

-Yo lo sé todo- Serió bajo, mientras se tapaba con el cobertor y tiraba de él, ya que yo me encontraba sobre. -Acuéstate ~~- me ordenó-pidió. Yo asentí  con mi cabeza, callado, y obedecí metiéndome bajo esas suaves capas que lo abrigaban.

 

Tragué saliva, a decir verdad me sentía nervioso en ese momento. No estaba para nada acostumbrado a ese trato tan cercano, tan...humano. Mi familia es mas bien fría, mi madre es la que mas quiero del montón de máquinas que viven conmigo, sin embargo, ella tampoco me trataba tan cariñosamente como lo hacía Sungmin. Él irradia calidez, irradia ese algo desconocido para mí en ese entonces, ese algo llamado ''hogar''. 

 

-Serás mi mejor amigo desde ahora- dijo, sacándome de mis pensamientos. Yo no le respondí, solo lo miré con  sentimientos mezclados entre sorpresa y emoción.

 

-Yo no tengo amigos, no puedes ser mi mejor amigo si no tengo más- Intenté parecer frío e indiferente en ese momento, pero el maldito de Sungmin me hacía sentir tan débil, mi barrera de frialdad no servía con él -y nunca ha servido-.

 

-Seré tu único y mejor amigo ¿te parece bien?- Se giró de cuerpo completo  hacia mi, para mirarme de frente a los ojos, yo giré un poco la cabeza al ver que se acomodaba en esa posición  pero en cuanto vi esa mirada  segura que hacia parecer tan firme su proposición tuve que desviarla enseguida. 

 

-Hyung...- Me sonrió y sin esperar respuesta cerró los ojos y se acurrucó junto a mi.

 

 

En ese entonces comprendí que no podía ser su amigo, que no lo podía aceptar  porque yo siempre lo quise como algo más, desde que lo conocí.

 

 

 

Estaba a treinta centímetros de esa hermosa puerta que daba al cuarto en el que tantas veces me había consolado, cerré los ojos con fuerza y sin pensarlo dos veces, sin siquiera golpear, abrí la puerta con un movimiento rápido. Sungmin debía estar adentro, como siempre leyendo algún libro  en su sillón favorito... Levanta la vista sin inmutarse, me mira. ríe, se levanta, va hacia mi, me saluda afectuosamente, me invita a pasar, me invita a un té... lo beso...   Abro los ojos.

 

Que mierda.

 

-Qu..que- El chico de la noche, Donghae, el amigo de Sungmin, cerró el portatil que usaba rápidamente y nervioso se levantó del sitio que ocupaba, que era el sillón favorito de Sungmin. 

 

-¡Intruso! ¿se puede que haces acá? ¿Y Sungmin?- pregunté al borde de la histeria, no podía creer que quien menos esperaba ver en este momento se encontrara ocupando precisamente el puesto de mi Sungmin.

 

-Su-Sungmin me ha dejado ocupar su portatil...- él seguía nervioso, parecía bastante exaltado, como niño sorprendido haciendo una travesura. Yo entrecerré los ojos desconfiado.

 

-Sal de acá- Le ordené, no puedo permitir que un completo extraño profane tal lugar de esta forma tan sucia, claramente él está espiando información personal de Hyung.

 

-Con su permiso o no, vete. ¡VETE YA!- Grité molesto, en realidad su presencia acá me ofendía. ¿Qué pretendía hyung con todo esto? Porque si él está en su habitacion, y con su permiso supuestamente... ¿quiere decir que Sungmin sabe lo que ocurrió anoche? ¿le importara?

 

-No tengo por qué obedecer, el que se debe ír eres tú. Sungmin no está acá y no sé a que hora volverá.- me respondió casi gritando.

 

 

Yo no entendía nada, Donghae no tenía derecho a estar en aquel lugar, me molesta a horrores que ellos dos sean amigos, Donghae y Sungmin son tan horrendamente diferentes, son tan opuestos y eso no sé por qué razon me molesta. 

 

Ahora que lo pienso, pasé la noche con Donghae... y ahora estamos solos  nuevamente en una  habitación que es  la de Sungmin. ¡Que ironía! 

 

Sin ganas de discutir, caminé a través de la recamara en dirección a aquella cama circular que tanto me gustaba y me recosté. Donghae me miró con el ceño fruncido, quizás estaba igual o más confundido que yo. En fin, mejor lo ignoro y ya. Por una parte puede que sea mejor que esté el cuando llegue Sungmin, así no se tensa tanto el ambiente. Cerré los ojos queriendo recordar tantas cosas, tantas situaciones que vivimos hace tiempo él y yo, que la presencia de Donghae se hizo poca y fácil de ignorar.

 

Estaba en paz, ese lugar era como mi verdadero hogar, me hacía sentir abrigado el corazón y me relajaba, todo era perfecto en esa cama circular, todo era potencialmente mejor ne esa cama. Me reía recordando algunas cosas hermosamente sucias, cuando la maldita voz del diablo sonó, exaltándome al instante, descolocándome.

 

-No sé como puedes reirte después de haber apostado  dinero por tirarte a alguien en tu cumpleaños, y que ese alguien haya sido yo. Eres despreciable. ¿Sungmin sabe la clase de persona que eres?.

 

Abrí los ojos de golpe, no sé como en dos segundos me paré y me encontraba agarrando de la camisa a Donghae, casi alzándolo de ella. ¿Como se atrevía? 

 

-¡QUE MIERDA TE METES TÚ! ¿Quien mierda eres tú? NO ERES NADIE, ¡para mi no eres nadie!.

 

No sabía por qué le estaba soltando toda aquella mierda, pero si sabía que me habia molestado enormemente que metiera a Sungmin en esto. A mi me importaba un huevo lo que hacía en las fiestas, de hecho en todas yo me comportaba cien veces peor de lo que lo había hecho ayer en mi cumpleaños. ¿Quién era él para sacarme en cara? ¿quien mierda era para involucrar a Hyung en esto?

 

-¡¿Te acostaste conmigo para vengarte de Sungmin?!- Me soló esas palabras en toda la cara, él estaba muy exaltado, yo diría que a punto de llorar y eso me calmó de cierta forma. También me calmó la ira el hecho que quizás sus palabras tuvieran toda la razón del mundo y que no me había puesto a pensar detenidamente en ello. Lo solté y le dí un empujón hacia atrás, no tenía animos para darle explicaciones a un polvo de consuelo como fue él. Pero sentí la necesidad de hacerle sentir mal, y precisamente eso hice.

 

-¿Y qué si aposté? Bienvenido a mi  mundo, putita barata. Si te entregaste tan facil a un desconocido, ahora no puedes hacer más que  asumir las malditas consecuencias, niñita virgen- Noté como se le desencajaba la expresión de la cara y apretaba los puños como quien se prepara para dar un puñetazo. Lo que menos quería en ese momento era pelearme a golpes con alguien, así que is media vuelta y me fui  dejándolo con la ira contenido y picado hasta más no poder. Pobre tipo.

 

No había avanzado diez metros del gran pasillo, cuando una inmensa culpa me inundó, una culpa que jamás había sentido. Una mezcla de remordimientos y recuerdos... la historia se repetía. Me tapé la boca con una mano conteniendo un llanto de sollozos ahogados que se venía de lo más profundo de mi, conteniendo sentimientos que habían quedado ocultos, aparentemente confundidos, porque la verdad es que no habían querido ver lo evidente, no habían querido expresarse por miedo.

 

Justamente como Donghae me había sentido yo.

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).