Algo me sacó de mi sueño. Miré la hora en el reloj analógico de color azul cielo con pollitos pintados de la mesita de noche, eran las cuatro de la mañana.
¿Por qué estoy despierto?, pensé adormecido.
Miré a mí alrededor e intenté incorporarme pero no pude porque había algo que me retenía por la cintura pero, ¿Qué era?
Con curiosidad me giré hacia el otro lado. Al verlo solté una exclamación ahogada y me quede paralizado mientras él me rodeaba pasando su otro brazo por mi cintura y me atraía fuertemente hasta él.
-¿Qué haces aquí Sasuke?- le pregunté alarmado.
- Me parece que Ino-chan ya te lo ha contado.- dijo con una sonrisa peligrosamente amenazadora.
- ¡¿Nos has estado escuchando?!- me indigné.
- ¿Y qué?- dijo indiferente. Cada vez él estaba más cerca y yo me ponía más nervioso.
- Aléjate.- dije poniéndole las manos en el pecho y empujándolo hacia atrás.
Él hizo todo lo contrario: rápidamente se puso en la misma posición que esta mañana en la sala de música. La diferencia era que esta vez también me había inmovilizado las piernas y no podía moverme aunque lo intentara con todas mis fuerzas.
- Gritaré.- le advertí con un hilo de voz.
- Eso espero.
Me puse rojo al comprender el doble significado de lo que dijo.
- No me…
Me interrumpió dándome un beso en la comisura de los labios. Me quedé paralizado.... mi primer beso.
Fue bajando hasta la parte baja del cuello, ahí se paró y me mordió, no muy fuerte pero, lo suficiente para dejar marca. Solté una exclamación ahogada y traté de mover las piernas desesperadamente.
-¿Preparado?- dijo, antes de que pudiera responderle colocó sus labios sobre la mordedura y empezó a chupar y a absorber. Me quedé inmóvil de nuevo, pero esta vez la causa fue la avalancha de sensaciones que tuve: placer, repulsión, molestia, dolor...
Tardó varios minutos pero cuando acabó y se apartó, noté que ya podía mover las piernas,había bajado la guardia. Levanté la rodilla con mucho impulso y le golpee, esta vez en el estómago. Seguramente vació el contenido de sus pulmones en ese golpe.
Se desplomó encima de mí y me abrazó.
Le aparté con las manos y fui corriendo al espejo. Me aparté el pelo y vi cómo tenía una marca parecida a la de Ino-chan, sólo que la mía era del tamaño de un puño y tenía un color mucho más intenso.
¿Cómo ha podido pasar esto?, pensé desesperado.
Volví a mirar a mi cama y Sasuke ya no estaba. Miré a mi alrededor y vi cómo la habitación estaba vacía y la ventana abierta. Me acerqué rápidamente y la cerré asegurándome de que la cerraba con pestillo para que no pudiera volver a entrar.
Me metí en la cama y alterado me hice un ovillo durmiéndome en cuestión de segundos.
Me desperté con el sonido del despertador.
Me levanté poco a poco para no marearme y me dirigí a la ducha. La ducha fue rápida ya que tenía que ir al colegio. Al salir volví a mi habitación y me vestí con el uniforme del colegio. Hice la comida para ese mediodía, pero no tenía hambre así que tan solo me bebí una taza de café instantáneo para despertarme. Le di de comer a Hiro, quién me recibió con una mirada y su sonrisa perruna de cachorrito feliz... por un momento olvidé mi enfado hacia ese peli negro y pude tener un pequeño momento de paz.
Cogí la cartera y fui hacia la escuela. Por el camino, todos los chicos me miraban pero ninguno se acercaba. Era como si tuviera una señal de peligro.
Alguien se me acercó por detrás y me cogió de la cintura. Ese sólo podía ser… miré a mi derecha y ahí estaba, tal y como había predicho: Sasuke.
- Buenos días.- dije enfadado. De un golpe de cadera me deshice de su abrazo.
- Buenos días.- dijo mientras aceleraba el paso al ver que se colocaba a mi lado.- parece que sigues de mal humor... Pero no corras que el golpe de ayer me dejó KO.
Me paré de golpe, con una molesta sensación en mi pecho que me ahogaba:
- ¿Por qué?- susurré con la cabeza gacha.
- ¿eh? ¿Qué has dicho?- dijo colocándose delante de mí y acercando su cara a la mía.
- ¿Por qué?- repetí más alto y alzando la cabeza.
Él hizo algo repentino, se alejó un poco y cogió uno de los mechones de mi pelo. Se lo acercó a los labios y lo besó suavemente, como si fuera muy delicado y se pudiera romper si lo soltaba. Levantó la mirada aún con los labios apoyados en mi pelo y me dirigió una mirada penetrante que hizo palpitar mi corazón de una manera que nunca antes había hecho.
- Porque…-empezó a decir él.
- ¡ALTOOO! – oímos que gritaba una voz muy aguda interrumpiéndole.
Dirigimos nuestras miradas de dónde provenía la voz de murciélago, y nos encontramos con La Presidenta Del Club De Fans De Sasuke corriendo atropelladamente hacia nosotros.
O más bien, hacia mí y con el puño alzado.
Cuando intentó golpearme, fue como si entrara en un trance y todo ocurriera a cámara lenta:
Me agaché con una rapidez inhumana, cogí impulso doblando ligeramente las piernas y le di un rodillazo en las costillas. Se lo di con tal fuerza que noté cómo las costillas cedían bajo la fuerza del golpe y se rompían con mucha facilidad.
Cuando oí que soltaba una exclamación ahogada y escupía un líquido rojo oscuro, fue cómo si saliera del trance. Me aparté de ella bruscamente y dejé que cayera al suelo luchando por respirar.