POV Gray
Nos conocemos desde niños, ¿Qué no lo recuerdas todavía?, despues de esa noche todo fue diferente para los dos, al principio pensaba que eras alguien común por lo que sugerí ser amigos, cuando descubrí que eras parecido a mi algo me hizo tenerte más confianza aun.
Aunque nuestros padres no permitieron que estuviéramos juntos insistimos como pudimos, quería verte, no sabía la razón pero quería estar contigo, podía estar tranquilo a tu lado y tú al mío, Natsu, no sabía en ese entonces lo que sentía por ti, era solo un niño aun.
Hicimos un contrato de familiar, así pensábamos que podíamos estar juntos, la noche que escapamos por un rato de casa para hacerlo fue el día que cambio todo, nos volvimos más cercanos, decidí servirte sin razón alguna, decidí que serias quien me daría las ordenes y yo te cuidaría siempre a partir de ese momento, te protegería de todo con mi poder...
…pero me equivoque.
Nuestros padres no aceptaron lo que hicimos, aunque el contrato fue hecho nos separaron al descubrirlo, no quería pero me fue imposible evitarlo, en ese momento fue cuando nos mudamos y no me despedí de ti, la última vez que te mire fue por aquella ventana por donde observaba el exterior, algo andaba mal, por alguna razón notaba que parecías muy normal, ni siquiera una expresión triste, un vistazo a mi casa, algo que dijera que me querías ver como antes, solo vi que te mesclaste entre los demás niños sonriendo como si siempre lo hubieras hecho.
Me fui de ahí unos días despues, aunque quise despedirme de ti no pude hacerlo, fue cuando me entere de lo que te habían hecho, no me conocerías aunque te hablara, de hecho no recordarías nada de lo que habías vivido en poco tiempo, habían puesto un sello en tus recuerdos, un sello que trabajaba de dos formas, una para sellar tus poderes de nivel bajo y otra que sellaba tus memorias sobre todo lo que fuera sobrenatural.
Me entristecía por lo que te habían hecho, incluso me lamente varias veces por lo que ocurrió, pensar que era mi culpa que sufrieras de esa forma, que te ocultaran lo que eras solo por lo que habíamos hecho, estaba prohibido, jamás pensé que nos descubrirían pero lo habían hecho, no podíamos estar juntos aunque el contrato se había logrado, era un tabú.
Con el tiempo crecí y me hice más fuerte, todo con el fin de poder enfrentar a mi padre y escapar de todos, solo quería estar a tu lado de nuevo, lo que me daba fuerzas era ver el símbolo de nuestro contrato, algo extraño pero a la vez hermoso, una pequeña hada formada en el cuerpo que me hacía pensar en que pronto te vería, siempre fui persistente con eso hasta que un día algo me hizo perder las esperanzas.
Un día aquella hada que nos unía comenzó a desaparecer, no supe porque pero se desvanecía poco a poco, perdí el control y escape de casa con tal de encontrarte de nuevo, fue hasta entonces que llegue con un experto en estos temas, me explico un poco el motivo de esto y fue cuando me propuse encontrarte de nuevo, estar de nuevo a tu lado, fue difícil pero aquí estoy, contigo y ahora el contrato de nuevo aparecerá.
- Eso fue lo que paso entonces – le dije algo triste
La verdad era que no me gustaba mostrar mi cara de tristeza, siempre fui frio, no dejaba que nadie notara mis emociones, pero algo me hacía casi llorar al contarle todo a Natsu, ver su cara de confusión me hacía pensar que todo había sido en vano.
- No puedo creerlo así como así – dijo de repente - ¿Cómo sé que es cierto? – me pregunto
- Como dije el contrato de nuevo aparecerá, solo espera un poco y veras
No tardó mucho en aparecer, aquella marca que nos unía en cuerpo y alma, Natsu se sorprendió al sentir aquel fuego que marcaba la forma de un hada en su cuerpo, se quejó al principio pero solo fue un instante.
- Lo ves – le dije al ver que estaba bien ya - ¿crees que he mentido?
- No puede ser – dijo asustado – esto es demasiado, demasiado – dándome la espalda y echándose a correr.
- ¡¡NATSU!! – grite
- Déjalo – escuche de la niña de pelo azul – espera a que se calme
Era cierto que llegue de repente, lo más natural que pasara por aparecer y decirle algo casi imposible de creer era negarlo, saber que tu infancia fu diferente de lo que creías no cae muy bien, además el enterarse que era un demonio ya era un problema, más aun con su maldición.
- ¿Cuál maldición? – dijo detrás de mí aquella chiquilla
- ¿Eehh? – dije al escucharla
- ¿de qué maldición hablas? – pregunto
- No es muy grave – dije – al no estar juntos por mucho tiempo se hizo una maldición leve en Natsu, era la condición para no olvidar que estaríamos el uno con el otro.
- Estas seguro de esto Natsu
- Claro Gray, si no estoy contigo no lo estaré con nadie
- Pero…
- No llegare a ningún lugar puntual para recordarlo jejeje
- Está bien, aunque es algo tonto…
Lo pensaba mucho pero acceder a esa petición fue solo para complacerlo, pensar que como condición de alejarnos nunca llegaría puntual a todo era algo importante fue su idea.
- Ese Natsu – dijo riéndose la chiquilla – bueno, se notaba que era muy inocente
- Claro – dije con una pequeña sonrisa nostálgica en mi cara
- Entonces esa era la razón de su impuntualidad jejeje, que alivio
Pensar en esa condición me hizo reírme un poco, era tan gracioso que cada vez que lo recordaba imaginaba a Natsu llegar tarde a cualquier lado.
De pronto escuche ruidos cerca de donde nos encontrábamos, mire detenidamente a lo lejos a tres chicos que se acercaban rápidamente.
- Deben ser los compañeros de Natsu – dijo haciendo señas con sus manos
- ¿Eran esos debiluchos de antes? – le pregunte
- Pues si así los ves si – respondió
Llegaron agitados y se detuvieron frente a mí, aunque eran tres contra mí solo los veía como lo que eran, unos seres inferiores que podía eliminar en un segundo si quería, sin pensarlo dos veces me intentaron atacar lanzándose los tres contra mí, estaba a punto de responder cuando aquella chiquilla intervino.
- ¿Qué haces Wendy? – le preguntaron
- No le hagan nada – dijo poniéndose frente a mi
- No necesitas defenderme – le dije tranquilamente
La quite del camino, solo miraba a aquellos chicos furiosos contra mí
- ¿Dónde está Natsu? – pregunto uno de pelo naranja
- No lo sé – respondí – salió corriendo sin decir a donde
- Maldito – dijo el rubio intentando golpearme
Solo lo esquive retrocediendo, no quería golpearlos pero si continuaban así no me dejaban más opción, espera a que se cansaran de fallar pero no tenían intenciones de detenerse, fue entonces cuando mi paciencia llego a su límite y reaccione.
- Espera Gray – escuche detrás mío
Tan pronto voltee no mire a nadie, al darme cuenta Natsu estaba frente a mí deteniendo a los tres chicos.
- No les hagas nada – dijo temblando
- Está bien, pero mejor diles que se calmen ellos
Los mire y solo desviaron la cara, al ver a Natsu enfrente se detuvieron al instante pero se veía que estaban furiosos.
- ¿Por qué lo defiendes Natsu? – pregunto el rubio
- No lo sé – dijo temblando – solo lo hago
Mire caer de aquel rostro unas pequeñas lágrimas, estaba llorando, lloraba y tenía miedo pero estaba defendiéndome, tal como la última vez que nos vimos, como aquella vez que su padre se lo llevo a su casa a la fuerza y me salvo de que me matara a golpes.
- Apártate Natsu – dijeron
- Ya cálmense, déjenlo en paz – decía Natsu con miedo – no deben hacerle nada, porque el… ¡el será un miembro más de mi harem! – grito dejándome sorprendido