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:Sangre Hibrida: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Aquí llega el capítulo 12, grito de emoción XD… se suponía que lo subiría el viernes, pero termine por hacer otras cosas y se me olvido por completo, así que aquí les dejo este, como los prometí. Espero que les guste.

Sangre Hibrida

 

Capítulo 12: Alianzas para un fin

 

 

Llevaban caminando por varios días bajo el sol inclemente, adentrándose a una parte del bosque que casi nadie de ellos conocía, donde no existía sendero alguno que pudiera guiarlos a su destino. Para cualquiera hubiera sido suficiente para dar media vuelta y regresar, pero Kasamatsu Yukio era mucho más obstinado que cualquiera. 

 

- senpai… debemos detenernos – Kise a pesar de ser alguien que le sobraban energías estaba consiente que sus nuevos acompañantes no estaban acostumbrados a los largos recorridos y viajes extenuantes.

 

- solo día y medio y ya… tomaremos un descanso al otro lado del lindero – habla con seguridad al resto del grupo.

 

- ¡si! ¡Si!... ¡hayquecontinuar! – el chico castaño que estaba tras él alza un brazo en ánimos y los otros tres se miran entre sí con irritación…

 

- oye… no sean cabezotas, hay que descansar o desfalleceremos – Moriyama arruga el entrecejo, incomodo de tener que seguir a ese par de enanos como si fueran los que dieran las ordenes. Se suponían que ellos eran más, ellos debían poner el ritmo… tampoco podía entender como Kise podía dejarse mangonear por ese enano cejón.

 

- no es nuestra culpa que los elfos sean tan delicados – el otro enano conocido como Mitsushiro Hayakawa se mofa de los que van en la retaguardia y Kasamatsu no reprime una risilla maliciosa ante el comentario…

 

- que ustedes sean unas bestias no les da excusa de explotarnos… ¡tomemos un descanso! – Moriyama torció los labios en molestia, se alza todo lo alto que era y se acercó a Yukio con el pecho alzado… retándolo.

 

Yukio no dijo nada, a pesar de que no le gustaba que ese sujeto le estuviera buscando pelea a cada cinco minutos. Sabía que los elfos detestaban a los enanos, pero ese sujeto en particular le tenía mala saña desde el asunto de Kagami.

 

- ¿de qué se van a quejar ustedes de explotación?... canalla – sujeto la pulcra camisa que formaba parte de un espectacular y pulido uniforme perteneciente a los elfos, tenía ganas de joderle la estúpida prenda.

 

- oh no - Kise hizo una mueca de preocupación. Kasamatsu era alguien de paciencia, de hecho era el que detenía la mayoría de las veces los conflictos de ese grupo improvisado, pero cuando lo sacaban de sus casillas era difícil calmarlo. - ¡suficiente! – El rubio se puso entre los dos, apartando con una mano a Moriyama, quien se reusaba a dejar las cosas por la paz - descansaremos… así que más les vale usar este tiempo para recobrar fuerzas y no desperdiciarlas en discusiones –

 

Yukio no dijo nada contra eso, obedeciendo por primera vez una orden del rubio, se alejó con su mano derecha en el mango del mazo y la mirada fija en ese arrogante elfo.

 

Moriyama y los demás se alejaron de esos dos mientras buscaban una sombra para reposar. El rubio observo irse a los dos enanos para un lado y a los tres elfos hacia el otro... era más difícil hacer que se toleraran todos entre sí, tal vez subestimo lo dicho por su hermana. Accedió a que él se fuera con Kasamatsu a buscar al dragón que se escapó, como pago de su libertad, ya que era la única forma de librarse de su odiosa hermana sin terminar en una batalla campal. Claro que Kise no quería tener nada que ver con Kagami, pero de seguro Kuroko estaba con él y habían accedido a no calcinar a Kuroko si le daban al dragón. Iba a separar a ese par y deshacerse de su hermana al mismo tiempo, era como matar a dos pájaros de un solo tiro.

 

Pero claro que la tribu de Elfos del bosque no confiaba en un traidor como Kise Ryota que dejo su pueblo, su lugar como líder de los elfos y muchas cosas más atrás por simple capricho. Así que le impusieron escoltas, tres elfos que se habían hecho voluntarios solo para tenerles vigilados, tanto a Kise como a Kasamatsu.

 

- ¡son unos idiotas engreídos! – espeto Hayakawa con carne en la boca. Muerto de hambre se atragantaba todo lo que podía.

 

- silencio Hayakawa… no necesitamos más conflictos, tenemos suficiente problemas ya – mordió sin muchos ánimos su porción, mucho más alerta de esos tres que de cualquier otra cosa. Pues prácticamente estaban viajando con el enemigo.

 

- Kasamatsu… aun no entiendo… ¿Por qué sigues a ese sujeto?... digo, es un elfo, tal como ellos… es más, es el elfo más elfo que eh visto en mi vida… solo verlo me causa nauseas. Deberíamos escaparnos, ya sabes… aprovechar que los enanos encerrados en las minas fueron liberados y regresar con nuestro pueblo – dijo bajo para no ser escuchado, pero con un entusiasmo tal que le causaba un poco de añoranza al de ojos azules - ¿no te gustaría? –

 

- claro que si – su sonrisa se borra el ver como el grupo de elfos le miraban con recelo y bufo – pero no podemos, si no cumplimos en recuperar a ese dragón los encerraran de nuevo – comento tajante.

 

- Kasamatsu, pero…-

 

- senpai… tenemos que hablar – al rubio no le importo mucho interrumpir la conversación, ni la mirada ruda que Hayakawa le dio por eso. Yukio asintió y termino siguiendo al elfo a un sitio menos bullicioso. – esto no puede seguir así –

 

- estoy de acuerdo, seguimos retrasándonos jamás alcanzaremos el pueblo antes del anochecer, tienes que hablar con ellos –

 

- no, me refiero a ti –

 

- ¡¿Qué?! –

 

- estas forzando mucho el camino… entiendo que debemos tener prisa antes de que alguno de los demás llegue antes que nosotros a Kurokochii, pero… - el menor lo estampa con violencia contra un árbol y pone su codo sobre su garganta evitando que suelte una palabra más.

 

- no, no entiendes nada, Kise… - el rubio traga seco al ver al mayor tan molesto – a ti solo te importa encontrar a tu Brujo, pero mi prioridad es distinta a la tuya… tengo que mantener a salvo a mis hermanos… ellos son la única familia que me queda y la única forma de hacerlo es recuperando a ese dragón lo más pronto posible –

 

- ¿tus… Hermanos? – Kise llevaba ya varios meses junto al enano y jamás le hablo de que tenía hermanos, aunque en realidad tampoco es que le hablara de algo de él, el de ojos azules solo se limitaba a golpearlo cuando lo hacía molestar. – tus hermanos estaban en la mina que fue desalojada -

 

- si – alejo el codo de la garganta del más alto y bufo molesto. No debió soltar algo como aquello a ese idiota, sus problemas no eran asunto de nadie... mucho menos de alguien como Kise.

 

- lo siento senpai… yo no… lo siento – Kasamatsu le miro, algo sorprendido ante aquello, esperaría muchas cosas del rubio, menos una disculpa sincera.

 

- déjalo, igual no lo sabias – se sentó finalmente dándole la espalda – no es como si fuéramos amigos, solo compañeros de intereses… eso es todo – sintió a Kise sentarse a su lado y guardaba silencio unos minutos, como si pensara las palabras correctas que debería usar.

 

- tiene razón, mi prioridad no es conseguir el dragón para ellos… solo quiero a Kurokochii… y usted quiere mantener a sus hermanos seguros, no le importa lo que a mí me importa y a mí lo que usted le importa… pero podemos llegar a un punto medio… ¿no es así? –

 

- creí que ya lo habíamos hecho… conseguíamos al dragón y te quedabas con Kuroko…les entregábamos a Kagami y tu gente dejaba de usar a mi gente como esclavos mineros… ¿no es así? – El menor desvió su dorada mirada hacia otro lado – Kise… ¿no era así? – presiono los labios, acentuando la última palabra.

 

- lo iba a matar – sus ojos amarillos miraban serios al enano, no lo decía en broma – iba a matar a Kagami. No les iba a dar el gusto a ellos ni a nadie… lo siento senpai –

 

- ¡¿pero qué carajos Kise?! – fue arrastrado por la solapa de su camisa como si de un muñeco se tratara, pues cuando Yukio se molestaba su fuerza era anormal.

 

- lo sé, lo siento… lo siento… - se defiende de los golpes con sus antebrazos, protegiendo su lindo rostro, ese lindo rostro que Kasamatsu quería apretar en su mano hasta desfigurarlo – pero… prefiero hacer otra cosa, por favor senpai escúcheme… deje de golpearme – habla entre los golpes que parecían que no se detendrían.

 

- ¡ibas a hacer que mis hermanos murieran en esas minas!... ¡infeliz egoísta! – lo arroja lejos y Kise trata de calmarlo sin mucho éxito, pues con furia arranca una rama de considerable tamaño, con intenciones de usarlo como arma.

 

De un rápido movimiento sujeta la pierna del enano, quien termina por caer al suelo al ser jalado hacia el elfo… este sonríe al ver que Yukio suelta el arma improvisada y aprovecha para inmovilizarlo, poniendo ambas manos por sobre su cabeza, asegurándose de que no pudiera darle otro golpe más se acerca a su rostro para poder hablarle de frente.

 

- escúcheme… vamos a acabar con los elfos en lugar de entregarles al dragón – Kasamatsu parpadea varias veces antes de procesar esa información.

 

- ¿Cómo puedes decir algo así de tu propia raza con esa sonrisa?... y quítate de encima – empuja al más alto lejos de él mientras gira el rostro para que no pudiera ver su sonrojo. Maldito sea Kise y su rostro de niño bonito…

 

- Kasamatsu-senpai es más difícil de domar de lo que pensé… - hace un puchero que al mayor no le hace gracia – está bien, le explicare que los elfos no son buenos, no como todos piensan… darles un dragón seria hacer algo ridículo, son tan avariciosos y manipuladores como Vampiros, Sirenas o incluso Brujos… solo que lo ocultan muy bien. No me importa acabar con los elfos aun siendo uno de ellos, igual soy diferente y ellos le gustaba recordármelo… es más, sería como un sueño hecho realidad – dice con sinceridad mientras se pone de pie y le ofrece su mano al otro para que se levante – si ellos no están, entonces sus hermanos no correrían peligro… ¿no es así? – le sonrió amable, aun con la mirada de duda del enano sobre él.

 

Era la primera vez desde que se conocieron que hablaban con sinceridad uno del otro y se sentía extraño descubrir esa parte de Kise.

 

- eres bastante tétrico… ¿lo sabias? – Da un suspiro de resignación mientras sujeta la mano del elfo– hacerle eso a tu propia gente, estas demente… pero tienes razón, sin ellos mis hermanos estarían a salvo. Así que está bien… acepto – vio la sonrisa del elfo, una que no era exageradamente alegre, pero tampoco falsa… y por su mente paso que tal vez, incluso en esa faceta aterradora que le mostraba ese sujeto seguía siendo terriblemente atractivo - ¿Cómo… como pretendes hacerlo? –

 

- con la fuerza que tengo ahora no es suficiente… debemos seguir en busca de Kurokochii… - noto como la mirada de molestia del enano lo fulminaba y se apresuró a aclarar – ¡no es lo que piensa!... o si –

 

- Ki… se –

 

- pero no del todo… veras, cuando estábamos en el Kiseki no Sedai, Kurokochii era capaz de brindarnos un inmenso poder cuando hacía falta, él es el único capaz de brindarme esa fuerza, sé que no lo entiende… pero Kurokochii es más que un capricho para mí – sujeto al más bajo por los hombros y le miro suplicante – por favor... senpai – miro esos ojos amarillos y algo en su pecho se sintió de forma extraña.

 

Eso no le agrado.

 

- no es como si tuviera otra opción, tampoco es como si creyera que esos estirados cumplieran su palabra después de que obtengan al dragón – Yukio dio un suspiro con el sonrojo a flor de piel, termino por apartarse bruscamente del rubio – así que más te vale que nos estés llevando a la dirección correcta –

 

- ya se lo dije Kasamatsu senpai… si fuera solo Kurokochii sería casi imposible encontrarlo si él no quiere… pero esta con ese dragón de Kagami, tal vez no fue muy inteligente por parte de Kurokochii, ya que si esta junto a ese dragón al menos tenemos un rastro que seguir -

                                             

 

-.-                                                                                                                        -.-

 

 

- ¡¿Cómo que dragones?!... ¡¿nunca dijiste que habrían dragones?! – el rubio cenizo le reclama con molestia, pero Midorima no parece importarle la opinión del otro  - ¡oye!... responde –

 

- no te contrate para que hicieras preguntas – 

 

- espere… Kiyo, digo… Miyaji –Takao detiene al rubio antes de que lanzara un golpe contra Midorima – él es muy Tsundere y no sabe cómo tratar con otras personas, Shin-chan solo quiere advertirles… ¿no es así, Shin-chan? –

 

- se los protocolos sociales, y por qué los se no tengo por qué responder a ninguna exigencia de seres inferiores… -

 

- pero ayúdate Shin-chan – pensó mientras detenía de nuevo las ganas asesinas de Miyaji.

 

- mierda… ¡quieres morir no es así! – en definitiva lo que Miyaji mas detestaba era a sujetos como ese que se creían mejor que todos los demás.

 

Alguien más alto lo sujeto por el hombro y le miro totalmente serio.

 

- Miyaji, deja de darle problemas a Takao… además, deberías dejar de buscar pelea contra un miembro de la Kiseki no Sedai, no es algo inteligente – el de ojos ámbar bufa.

 

- ya lo sé Otsubo –

 

Taisuke Otsubo era alguien serio y taciturno, con todas las cualidades de un líder, en especial de ese grupo de mercenarios. Otsubo aun recordaba cuando vio a ese par entrar al bar en donde él y sus compañeros se gastaban su última paga en cervezas y compañía, habían llegado lesionados y el sujeto de lentes con una enorme herida… jamás creyó que ahora le serviría a esos mismos sujetos.

 

- sabes que puedes regresarte si quieres Miyaji, hay trabajos igual de lucrativos, solo tienes que devolver el adelanto que te dieron – Kiyoshi Miyaji era un sujeto tranquilo y reservado, si fuera por su propia cuenta jamás se relacionaría con esos sujetos, el detestaba todo lo relacionado con la Kiseki no Sedai, le traía malos recuerdos. Que terminaran trabajando para Midorima Shintaro era obra de su estúpido hermano menor – sé que no lo haces por el dinero, no eres como tu hermano Kiyoshi –

 

Ambos hombres vieron adelante, como un chico no tan diferente del rubio se acercaba a Takao, Yuya Miyaji iba conversando alegremente. Yuya era otro caso, a diferencia de Kiyoshi, Yuya era muy impetuoso y al ser el hermano más joven se solía meter en muchos problemas, arrastrándolos a ellos en el proceso.

 

- Yuya es un idiota – suspira frustrado – aceptó esta locura sin preguntar siquiera si queríamos hacerlo, solo porque daban como adelante dos bolsas de monedas de plata por persona –

 

- piénsalo de esta manera… será nuestro boleto de salida de este bosque, es el único trabajo que se hace fuera de la ciudad… y con el dinero que nos darán podremos contratar una barca. Simplemente tenemos que hacer lo que ese sujeto quiere y una vez terminemos nos vamos – el hombre de peinado en punta siempre trataba de ver el mejor lado de la situación, incluso cuando no había alguno, eso les fue de ayuda cuando llegaron a tocar fondo.

 

- lo que ese maniaco quiere es el problema, estamos en este maldito bosque en primer lugar por culpa de la Kiseki no Sedai – fuera de ese sitio tenía una vida muy diferente a la de un simple mercenario que se la vivía de trabajo sucio a otro y recordar que lo había perdido todo por culpa de esos sujetos le molestaba  – nuestra tropa, nuestras armas… incluso nuestra maldita ropa nos fue quitada, reducidos a mercenarios para poder vivir… claro que quiero terminar con esto y para eso tengo que seguir con vida –

 

- Miyaji arriesgamos nuestras vidas en primer lugar para llegar aquí, hay que arriesgar el mismo precio por salir… ¿no lo crees? – Shinsuke Kimura llega a ellos con cara muy seria y el cuerpo destripado de un conejo. Tomarse tiempo para cazar alimentos era una de las cosas que debían afrontar al estar lejos de los poblados cercanos.

 

- Kimura tiene razón… ahora no somos cazadores Miyaji, somos mercenarios que buscamos una salida –

 

- ¿eran cazadores? – la repentina pregunta hizo que los tres se le encresparan los cabellos de la nuca.

 

- ¡¿pero tú no estabas al frente de la carretilla?! – pregunto un alterado Miyaji, es que ninguno de los tres lo había visto venir, aquel chico era sigiloso, demasiado para su gusto.

 

- tu hermano me tenía harto… ¿sabes?... si liga con las mujeres como lo hace conmigo entiendo por qué necesitan dinero – Takao sonríe, socarrón, pero eso a Miyaji no le hace gracia, habían perdido tanto dinero por culpa de ese idiota – ahora hablando de cazadores, creo que ya entiendo cómo es que son tan famosos en esa ciudad –

 

- no somos los mejores por rumores Takao, somos los más talentosos y peligrosos mercenarios – Kimura sonrió, era un forma de vivir, haciendo trabajos para personas poderosas y no tenia de que avergonzarse – éramos la tropa Shutoku en nuestros buenos tiempos – Takao a diferencia de Midorima era mucho más sociable y abierto con los nuevos acompañantes, lo que hacia las cosas más fáciles para todos, después de todo a nadie le molestaba una buena charla.

 

Bueno, a casi nadie… piensa el ojo de halcón mirando a cierta serpiente de lentes. 

 

- verán… estamos tras una tropa de cazadores… Shin-chan no me deja decir nada porque es muy penoso, pero un grupo de humanos lo revolcaron en el piso y lo hicieron llorar… tuve que salvar su trasero –

 

- ¡Takao! – el de lentes le mira furioso para que se callara y lo que obtuvo de respuesta fue una risilla burlona.

 

- espera un minuto… ese grupo, como se llamaba… - pregunto Otsubo, pasando del hecho de que era muy probable de que ambos hayan escuchado su última conversación sin problema.

 

- creo que en su sello decía algo como… Seiren – Takao no espero que los sujetos se pusieran realmente nerviosos ante tal confesión - ¿Por qué ponen todos esas caras? –

 

Se ríe nerviosamente, el ambiente se había vuelto incómodo.

 

- al parecer les fue bien… esos sujetos no se andan con juegos, son muy peligrosos – Yuya se acerca finalmente al grupo, con una cara seria – ya veo por qué esa marcas de dientes en tu amigo, ese Teppei Kiyoshi no es alguien de apiadarse –

 

- prrrfff… ¡¿Quién le pondría de nombre Teppei Kiyoshi a un perro?! – echa una gran carcajada, de verdad le parecía bastante gracioso.

 

- oye no es gracioso, es un Hombre Lobo de temer… incluso es un alfa y va a ser el líder de una de las manadas de Hombres Lobos más grande que hay… si ese sujeto me muerde estaría en cama como por un mes, eso si salgo con vida de sus fauces –

 

- ¿hombre lobo?... oye, era un Lobo grande, si… pero solo lobo. Sabes, de esos que andan por las montañas – dice con una sonrisa, aun así mira de soslayo a Midorima que también le mira, poniendo fingida indiferencia a la conversación.

 

- bueno, si no estaba ese sujeto allí entonces tienen suerte… el capitán solo tiene buena puntería y la chica que va con ellos es buena dando órdenes. Pero tienen a un descendiente del clan del águila – si, Takao en definitiva se acuerda de ese sujeto - un cambia forma y un domador… Seiren dan bastantes problemas cuando se lo proponen – Yuya era el más despreocupado de los tres y el que parecía más relajado de revelar información sobre otros cazadores… Takao noto que a diferencia de él, los demás se vieron más reservados con ese tema.

 

- cuando los enfrentamos no parecían tan poderosos… el único problema era ese dragón –

 

- ya va… ¿de verdad piensan medirse contra un dragón? – El rubio le detiene, era algo absurdo sin importar por donde miraras – deben estar locos si piensan que pueden vencer a un dragón –

 

- soy un miembro de la Kiseki no sedai, un dragón no es la gran cosa para mí, pero si estas tan asustado puedes devolver el dinero y regresar al bar de mala muerte del que saliste… - Midorima le miro fríamente – los miedosos no me sirven –

 

Aprieta su puño, conteniendo las ganas de entrarle a golpes.

 

- ¡cállate maldita sea!… soy Kiyoshi Miyaji, uno de los mejores cazadores… y nadie, ni siquiera tú, Midorima Shintaro puede saber de lo que soy capaz o no… ¿quieres a tu hechicero?... bien, yo y Shutoku te lo vamos a conseguir – Midorima lo escucho pero no pareció impresionado. – así que prepárate para pagar una fortuna por ello –

 

- bien veremos si puedes cumplir lo que dices – El más alto se acomodó los lentes y se cruzó de brazos para sonreír con prepotencia, aceptando el reto.

 

- que bien… Shin-chan está haciendo amigos – Takao no podía dejar pasar la oportunidad.

 

- ¡Takao! -                                              

 

 

-.-                                                                                                                        -.-

 

 

El desastre se veía por doquier, no había un área menor a 15 kilómetros a la redonda que no se viera afectada por el incendio, hollín, la peste y el fétido olor de la muerte… se cubrió la nariz con sus finas ropas, pero parecía no funcionar, solo estar cerca de ese fétido olor le ponía indispuesto totalmente.

 

- capitán Mibuchi… Lord Nijimura está aquí – frunció el ceño, no se suponía que llegara tan pronto. Allí estaba ese sujeto, acercándose con una cara de pocos amigos, envuelto en una capa vino tinto que cubría el uniforme de alta costura, con esa alta estatura, ese cabello negro ceniza y expresión fría como el hielo, no se veía con ánimos de ser amistoso… Mibuchi sabía que alguien de su clase no se tomaría la molestia de aparecerse por un lugar tan putrefacto como ese, pero Nijimura Shuzo no era una persona que le gustara dejar cabos sueltos.

 

La mirada negra como la noche cruzo con sus ojos verdes y aun que pretendía verse desinteresado era obvio que la presencia de ese sujeto le ponía los pelos de punta.

 

- esto está hecho un desastre, Mibuchi – espeto con desprecio – perdiste a todo un condenado condado, siembras, personas, ganados, soldados… ¿Qué carajos paso aquí? –

 

- un incendio forestal, proviniendo desde el nor-oeste de los linderos… no era lo que esperábamos Nijimura, nos tomó por sorpresa a todos y que yo sepa tú fuiste el de la idea de encarcelarlo – entorno sus ojos con molestia ante el atrevimiento del más bajo quien intento de rehuirle, las excusas no eran aceptadas por Nijimura y Mibuchi bien lo sabía.

 

- acabas de cometer un grave error al perderlo… ¿cuándo Akashi se entere a quien crees que va a culpar? – la mención de ese nombre hizo al mayor ponerse pálido y tragar seco.

 

- es… estas mintiendo… ¿no es así? – El de cabellos ébanos no respondió, lo que puso a Mibuchi más nervioso – se… se suponía que Sei-chan estaba bajo su maldición, no es como si cualquiera pudiera levantar una maldición así porque si -

 

- pues al parecer consiguió la manera de liberarse, puede que fuese una maldición poderosa, pero Akashi no es cualquier creatura y solo era cuestión de tiempo para que algo fallara – miro hacia el horizonte apreciando el terrorífico paisaje que le regalaba tal desastre, caminando entre la podredumbre, cuidando de no pisar nada que le diera mucho asco – conociéndolo ira tras de aquel que lo encerró por años –

 

- por eso te tomaste la molestia de venir hasta un pueblo olvidado y tan lejano… querías conseguirle a Sei-chan su preciado premio – asiente totalmente serio, entre la podredumbre logro divisar un pequeño objeto, que a pesar de su negro color resaltaba entre todo el hollín pues se encontraba en perfecto estado 

 

- necesitamos encontrar a Kuroko Tetsuya antes que Akashi lo haga… – sacude la prenda con cuidado – si no queremos que Akashi nos vea como su enemigo – Reo no entendía por qué de todas las cosas a Nijimura le llamaba la atención justamente ese pequeño mitón, decidió no darle mucha importancia ya que ese sujeto era bastante raro de por sí.

 

- Sei-chan no sería capaz de hacernos daño… él sabe que somos leales a él – sonrió para tapar esa gran duda que se apoderaba de sus nervios de apoco.  

 

- quien sabe lo que esté pensando en este momento, ese chiquillo siempre ha sido un verdadero misterio – noto el tono de miedo en la voz de Mibuchi y se guardó la prenda antes de poner una mano en el hombro del pelinegro para consolarlo – no tienes nada que temer mientras que yo este con ustedes Mibuchi-kun – sonríe tan amable que emana una sensación cálida y confortable, pero cuando el Mibuchi logra sentirse un poco tranquilo se acerca al oído del pelinegro – solo debes obedecer mis órdenes y estarás bien, yo te protegeré de Akashi si es necesario - 

 

Su voz se había perdido entre el sonido del silencio que los envolvía, los ojos verdes del pelinegro se pusieron oscuros y dejo de temblar, su cuerpo solo podía escuchar esa voz susurrarle desde lo más profundo de la obscuridad.

 

- en que debo obedecer, Nijimura-san – el honorifico jamás lo usaba por su propia voluntad, eso le dio a entender a Nijimura que el chico estaba a su total disposición.

 

- debes volver al bosque y encontrar a Akashi… debes evitar que haga una estupidez… ¿de acuerdo? – este asiente sin siquiera mirarle.

 

Nijimura Shuzo había esperado mucho tiempo para que Akashi se liberara y poder usarlo en sus planes, no iba a dejar que el rencor del maldecido arruinara sus planes, no señor, ellos le darían a ese temperamental sujeto lo que quería, pero todo a su tiempo…después de todo, que dejara ir a Akashi en un principio fue simplemente por puro capricho. Ya era hora que su protegido regresara con él, pues el mismo se encargaría de entregarle a Kuroko Tetsuya en bandeja de plata.       

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

En realidad no sé si alguien lee las notas del comienzo o las del final, aun así escribo porque siempre creo que es importante comunicarse con sus lectores de algún modo XD. Con respecto a este capítulo, tomamos un descanso de los protagonistas y presentamos a otros, después de todo ya Kaijo y Shutoku están oficialmente armados. Ame hacer este capítulo ya que me gusta la variedad de los personajes. Espero escuchar su opinión… ahora si vamos con los adelantos del capitulo 13, que se supone que vendrá para el viernes que viene, el 26/06

 

  • hay que ir tras el… hay que matarlo

 

  • esas heridas no se ven nada bien

 

  • me alimentare de alguien más

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