Chiaki Pov
Tener de aliado a Miyagi significaba un gran apoyo para mí, él era mi único amigo en esto, yo no le podía contar de mi descubrimiento a Tori o se enteraría que le robe la llave porque un extraño en mis sueños me lo ordeno, el definitivamente no me creería eso.
El peli negro y yo nos refugiamos días en aquella abandonada bodega, no volví a mi hogar, me pregunto si preocupes mucho a Ritsu, deseaba contarle del extraño robot herido que encontramos, pero no podía meterlo en más problemas, yo volveré a mi hogar cuando resuelva este complicado asunto.
El mayor y yo intentamos por todos los métodos que conocíamos reparar la gran herida que atravesaba al castaño, el a pesar de tener los ojos cerrados y de estar apagado desprendía un aura de tristeza, como si estuviera arrepentido de algo que hizo antes de morir, me intriga mucho saber acerca de él.
Aun no logro procesar porque él es nuestra salvación o porque el gran líder supremo lo conservo en este lugar abandonado, hay algo que no calza en toda la historia, me siento tan frustrado, cada vez que considero que me estoy acercando a la verdad algo nuevo aparece y anula todos mis descubrimientos, supongo que si fuera un robot podría sobrellevar toda esta frustración de mejor manera como Miyagi, él ni si quiera frunce el ceño durante nuestros fracasos, el a pesar de ser un modelo un poco mayor que yo me parece una unidad bastante madura, siempre me tranquiliza y me sigue dando ánimos.
“Vamos, estoy seguro de que esta vez las cosas si funcionaran” Declare efusivamente mientras observaba al castaño en el suelo.
“Prométeme que no te pondrás a lloriquear si las cosas no nos resultan” Me sentí levemente ofendido con el comentario de mi amigo.
”Lo prometo” Declare sinceramente con un puchero de rabia “Aunque yo no lloriqueo” Susurre con un hilo de voz intentado que el más alto no lo escuchara.
“¿Quieres que te ponga las grabaciones?” Desvié la mirada a otro lado molesto porque él tenía la razón, había olvidado lo maniático que es Miyagi, el por seguridad graba cada una de las cosas que vive.
“Solo conéctalo” Proclame disipando la molestia de mi cuerpo, la cual fue reemplazada por emoción, está vez si nos funcionarían las cosas.
El castaño se encontraba recostado en el piso con un par de cables que le sobresalían del pecho, yo me esforcé mucho para conseguirle el material que el necesitaba, cuando lo encontramos le faltaban los cables que bombean el aceite de nuestro “Corazón” en termino humanos, hasta el resto del cuerpo.
Me encontraba ansioso, ahora ya no debería existir ningún inconveniente que impidiera nuestra reanimación, aunque él tiene un agujero en el pecho, ninguno de los cables en su interior se encuentra dañado, nosotros lo arreglamos dejándolo listo para que lo pudiéramos encender y averiguar quien era.
Miyagi conecto el alambre de cobre alrededor de los sistemas del castaño, luego encendió un dinamo, el cual proporcionaba energía de forma alternativa, finalmente ambos empezamos a girarlo con fuerza para provocar la reacción eléctrica que tanto esperábamos, yo al ser pequeño no fui de mucha ayuda en esta parte.
Ambos mirábamos expectantes el inmóvil cuerpo del más pequeño, vimos un chispazo salir de él y después olor a quemado, tal vez todos nuestros intentos por arreglarlo de hecho lo están empeorando, me siento realmente impotente, se supone que yo debo ser una ayuda para Tori, intentar devolverle algo de lo mucho que él me ha regalado, sin embargo nuevamente resulte ser un completo inútil.
“¿Qué es lo que se supone que debemos hacer? Ya lo hemos intentado más de treinta veces” Pregunte desanimado perdiendo la esperanza de resolver el secreto, no quería fallarle al azabache que aparecía en mis noches.
“Cuarenta y cuatro” Musito el peli negro dejándome confundido, hay veces en que no nos logramos comunicar.
“¿Eh? ¿Qué significa?” Pegunte alegrándome de no tener que decir “No lo proceso” Esa es la única ventaja de ser como yo, la libertad de pensamientos que poseo es algo único, me gusta no verme manipulado por un chip.
“Han sido cuarenta y cuatro veces las que hemos intentado despertar al castaño sin éxito alguno” Me sentí desaminando al escuchar las estadísticas.
“Esos son muchos intentos sin lograr nada” No sabía que deberíamos hacer, necesitábamos cambiar de táctica.
“Ya no nos queda opción Chiaki” Levante mi mirada para encontrarme con el serio semblante del más alto, él hablaba enserio.
“¿Estás seguro de querer hacer eso?” Pregunte temeroso “No conozco en persona a ese tal Kuroda pero no se escucha como alguien que nos quisiera ayudar por todo lo que me contaste” Declare nervioso.
El peli negro me había hablado un poco de Kuroda uno de los robots de primera generación, aparentemente el más sádico, él había creado a todos los modelos de robots que existían, haciéndolos cada vez más fríos, sin vida, además se rumorea que él fue una de las principales causas de la muerte de los humanos.
Por eso yo no pienso que podamos confiar en él, si es tan fiel a Takahiro como dicen, no nos ayuda al contrario él nos reportara y todo nuestro esfuerzo habrá sido en vano, y le abre fallado tanto al hombre de mis sueños como a Tori y Ritsu, no puedo dejar que eso pase, debo hacer que Miyagi recapacite.
“Yo tampoco lo conozco” Admitió el mayor seguramente guiado por su chip de la verdad, el cual el impedía mentir.
“Entonces ¿Cómo estás tan seguro en que podemos confiar en él?” Pregunte impulsado por la curiosidad.
“No sé si podemos confiar en él” lo mire sin poder entender la extraña reacción que el más alto estaba teniendo, si no podíamos confiar en él ¿Para qué arriesgarnos de esa forma? ¿Para qué exponernos?
“Entonces no es necesario que lo contactemos” El peli negro me miro con el ceño fruncido, lo había hecho enojar.
“No sé si podemos confiar en él, pero no tenemos alternativo, nos quedamos sin tiempo” Fruncí el ceño al escuchar aquellas palabras sabía que él tenía razón, nuestras alternativas eran muy limitadas y todas implicaban un gran riesgo.
“¿Entonces que es lo que sugieres hacer?” Pregunte algo desesperado por al tranquilidad del más alto.
“Propongo que ambos nos infiltremos en la casa del creador para encontrar al tal Kuroda y convencerlo de que nos ayude a reparar al pequeño castaño para resolver de una buena vez todo esto” Solté una risita juguetona al escuchar su laborado plan, se oía tan simple de esa manera, desearía que la cosas fueran así, sin complicaciones, sin contratiempo como si pudiéramos planificar el impredecible futuro.
“¿Qué hacemos con nuestro pequeño amigo?” No quería dejarlo en el frio suelo mientras volvíamos, no deseaba que lo descubrieran.
“Escondámoslo debajo de la misma manta en donde lo encontramos” Yo hice caso a las órdenes del mayor, acomodando con cuidado el cuerpo de la misteriosa unidad debajo de la blanca sabana, rogando porque nadie lo encontrara.
Una vez leí una vez en un libro que Tori tenía en su pieza que las situaciones desesperadas ameritaban acciones desesperadas, ahora entendía el significado de esa frase, nosotros estábamos depositando nuestras últimas esperanzas en un desconoció que seguramente nos mandaría a fundir o quizás nos haría algo peor.
El plan era simple los dos nos dividiríamos dentro de la casa del líder supremo ya que ninguno sabe con certeza donde se encuentra la oficina o el taller de Kuroda. Miyagi me dijo que tuviera mucho cuidado de no ser descubierto, el al haber trabajado antes para Takahiro conoce las partes comunes de la casa, por eso él se dedicara a recorrer esos pasillos mientras yo exploro lo desconocido, es la idea más torpe que se nos pudo haber ocurrido, según el mismo peli negro las posibilidades de triunfar son solo del 20%, es decir, casi nulas, aun así esta es nuestra última opción por eso debemos darlo todo.
Cuando ingresamos me sorprendí del enorme tamaño que tenía la vivienda, Miyagi se fue a la derecha dejándome divagar sin tener idea de a dónde dirigirme, solamente me guiada por mi instinto, intentando no encontrarme con ningún guardia y de lo hacer ruido para no llamar la atención.
Luego de caminar dos horas sin rumbo, y sin encontrar la salida me dirigí a un pequeño cuarto abandonado en la esquina de la casa, la habitación estaba cerrada con llave, yo gracias a lo que pude aprender con Tori, idee una forma rápida de quitar el seguro con un alambre para no hacer mucho ruido.
Al ingresar encontré una modesta habitación de paredes grises y opacas, con muchas mesas blancas las cuales estaban llenas de materiales de laboratorio como pipetas, tubos de ensayo, matrices, líquidos de dudosa procedencia, intente analizar con mi sistema lo que era cada cosa, sin embargo todo era desconocido.
Seguí caminado hasta llegar a una parte de la habitación llena de metales, tuercas, chips, al parecer es aquí donde se crean las nuevas unidades, me sentía aliviado de haber llegado al lugar correcto o eso pensaba hasta que escuche una voz.
“¿Qué rayos haces en mi laboratorio? Tiene acceso restringido” La voz se escuchaba bastante fría, distante, lo que me puso muy nervioso, seguramente aquel hombre era a quien yo estaba buscando, debo cuidar mis palabras.
“¿Eres Kuroda?” Pregunte juntando valor para poder darme vueltas y observarlo de frente por primera vez.
“Si” Declaro, yo con lentitud voltee para verlo, me quede perplejo al observarlo, mis ojos lo repasaban una y otra vez, cabellos azabache, ojos azules, rostro nostálgico, era el, él era el hombre de mis sueños.
“Tu” Muiste mientras él me miraba completamente sorprendido sus ojos se abrieron como si fueran dos platos.
“Tsukishima”
Ritsu Pov
Algo anda mal, lo presiento Chiaki no ha aparecido en varios días ni tampoco Hatori, me siento como un inútil al no poder salir de la cabaña para no ser descubierto, me gustaría que alguien me dijera que es lo que pasa a fuera de estas cuatro paredes.
A pesar de no saber nada del mundo exterior, esto no ha sido una pérdida de tiempo, gracias a mi encierro he podido aprender de una mejor manera a llevarme con mi nuevo cuerpo, ahora sé que por no puedo tomar cosas filosas, ni tampoco puedo pasar mucho tiempo sin alimentarme, lo que más destaco de esta experiencia es la soledad que me rodea, cuando era un robot la compañía del otro era algo que hacía por rutina, para no ser un miembro improductivo de la sociedad, sin embargo hoy me doy cuenta de lo necesario que es.
Extraño a Takano-san, pensé que con el tiempo mis sentimientos se disiparían hasta desaparecer, pero no, las cosas no fueron así, al contrario, ahora que lo tengo lejos pienso en el más que nunca, tal vez ya no pueda proyectar mis memorias como antes, a pesar de eso siento que la imagen del azabache está más viva que nunca en mi cabeza.
Recuerdo cada detalle de su bello rostro, la delicada forma de su nariz, el largo de sus pestañas, sus ojos de un profundo color miel, su hermosa sonrisa, yo no pensé que el amor fuera algo tan doloroso de vivir.
Este sentimiento es tan extraño, entiendo el sacrificio que hizo Tsukishima por Kuroda, el prefirió perder su vida antes de que lastimaran a su amado, sin embargo al tener esta situación de contraste no puedo evitar imaginarme en una situación similar, si yo me encontrara en su lugar ¿Qué es lo que haría?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta, rápidamente me levante hasta el comedor imaginado que el pequeño oji azul por fin regresaba a casa, pero él no era quien me miraba desde el marco de la puerta, inmediatamente una hermosa sonrisa se esbozó en mi rostro, me hacia tanta falta tener a un amigo cerca, por eso sin si quiera pensarlo corrí para poder abrazar a quien tanto quería.
“Hiroki” Gritaba efusivamente hundiendo mi cara en el hombro del mayor “Estoy tan feliz de poder verte”
“Es un alivio ver que tú te encuentras a salvo” El castaño paseaba sus manos por mi espalda, pude notar una pequeña diferencia entre su presente y el pasado, ahora se siente más cálido, el esta cambiando.
“¿Pero qué es lo que haces aquí?” Pregunte emocionado y dudando de que esto fuera real, como ansiaba ver a mi amigo.
“Hubo una reunión de emergencia de los rebeldes, los demás no deben tardar en llegar” Confeso sinceramente el oji avellana.
Mientras esperábamos hablamos de todo lo que nos había ocurrido en nuestros días de separación, se me hacía gracioso pensar que alguien pudiera lidiar con el carácter del castaño, cuando conocí a ese tal Nowaki lo vi muy frio y distante, como cualquier otra unidad sin vida, sin embargo después de que escucho la triste historia del oji verde, pude notar como algo en su interior cambio, su rostro se mostraba mas cálido y sus ojos reflejaban un nuevo brillo, como si por primera vez pudiese sentir de verdad.
“Yoshino ya estoy en casa” Declaraba un oji azul entrando con una amplia sonrisa a la cabaña, al no encontrar al pequeño robot me miro extrañado, yo no quería ser la causa de la desaparición de aquella hermosa sonrisa.
“Hatori no lo sigas llamando” Murmure en voz baja mientras pensaba en la mejor forma de decirle sobre la desaparición del castaño.
“No me digas que de nuevo se enojó conmigo” El más alto soltó una risa divertida “Lo siento te compensare cocinado” Aquella imagen me destrozaba, no quería ilusionarlo con la presencia del menor.
“Chiaki no reside acá” Musite en voz baja con la intención de que el mayor no me escuchara, aunque a juzgar por su expresión creo que si me escucho.
“¿Y se puede saber dónde está?” Podía notar una clara molestia en su voz, yo había activado todos los simulacros desagradables.
“Yo no sé dónde está, no lo he visto en un par de días” El castaño camino agresivamente hacia mi persona.
“DEJA DE SEGUIRLE EL JUEGO” Cerré mis ojos con fuerza esperando sentir un golpe en mi cara, sin embargo lo único que pude sentir fue como Hiroki me rodeaba con un protector abrazo, me sentía tranquilo junto a él.
“Hatori no hagas cosas como esa o tener que llevarte con Seiya para que te arregle” Proclamo fríamente el oji avellana.
“Lo que digo es verdad, lo lamento pero una noche el salió de la cabaña para no volver” El más alto se veía destrozado, a pesar de demostrar siempre un semblante frío e indestructible el sentía una debilidad por el pequeño oji azul.
“Se fue porque jamás le di seguridad de lo mucho que lo quería” Era la primera vez que observaba el lado frágil del castaño, sabía que era mentira, Chiaki no se iría simplemente por sentirse inseguro, el a pesar de ser muy infantil ama a Hatori, si el escapo de la cabaña sin decirle a nadie que por un motivo superior del cual no nos puede contar.
Ninguno de los tres se atrevía a romper el silencio, la atmosfera se sentía pesada, yo me sentía muy incómodo esperando al resto de los rebeldes a los cuales no conocía, a excepción de Nowaki, la futura pareja de Hiroki.
Con el paso de las horas el resto del equipo llego, los rebeldes consistíamos en; Yo, Hiroki, Hatori, Chiaki, el cual no se encontraba presente en la reunión, Kisa, un pequeño robot de cabellos negros y personalidad efusiva, Yukina, una unidad extrañamente alegre, el cual no parecer querer separase del más bajo y Nowaki.
Nos sentamos en la mesa para discutir nuestras futuras acciones en contra del gran líder, tal como lo sospechaba las cosas están mal afuera, hay algo raro sucediendo, Nowaki nos contó la historia de los cultivos que estaban rejuveneciendo, la conclusión la que pudimos llegar fue que Takahiro estaba creando un nuevo modelo superior a nosotros, pero sin simuladores de emociones que intervengan con su trabajo.
“Para corroborar nuestra hipótesis les redacte un informe sobre el nulo avance que yo y mi equipo hemos tenido con los cultivo” Proclamo orgulloso el oji zafiro mientras repartía una montaña de papeles, había n veces en que no entendía el comportamiento de los robot, ¿Por qué necesitábamos más de quinientas páginas para decir que no hay avances? Esos extensivos informes me parecen poco útiles.
“Respaldando lo que dice mi compañero de rebelión, el gran líder me ha dado más trabajos que de costumbre, él nos está eliminando poco a poco” Confeso el más alto con su típico semblante lleno de frialdad.
“¿Qué se supone que debemos hacer?” Pregunte divagando en voz alta “Nosotros somos muy pocos para enfrentarlo”
“Ritsu tiene razón, si él está creando nuevas armas no tenemos ninguna oportunidad para combatirlas cuerpo a cuerpo” Me apoyaba el pequeño peli negro el cual era contantemente mirado por el castaño.
“Yo pienso que debemos ser capaces de quitar a Kuroda del camino, si Takahiro no tiene quien le fabrique las nuevas unidades no podrá hacer nada en nuestra contra por el momento” Estaba totalmente de acuerdo con Hiroki, lo que debemos hacer es dejar sin armas al líder para poder atacar.
“¿Kuroda no es quien nos creó?” Pregunto incrédulo el castaño claro, al parecer era un rebelde novato.
“Si, el problema es que él no nos ayudara, no después de que perdió la memoria” El oji zafiro y yo nos arrojamos una mirada cómplice, ambos estábamos lo mismo acerca de qué hacer en esta situación.
“Deberías devolverle las memorias” Declaro Nowaki con un tono serio, el castaño inmediatamente se alteró y le lanzo el diccionario que se encontraba en la mesa.
“IDIOTA LE PROMETI A TSUKISHIMA NO HACERLO, NO LO HARE” Tome con cariño el hombro del oji avellana intentando que se calmara.
“Él tiene razón, si la persona que nos creo pudiera recordar que alguna vez el también amo, que alguna vez fue casi humano tal vez decidiría ayudarnos” EL oji avellana me miraba con una profunda decepción.
“No esperaba que me traicionaras de esa forma Ritsu” Sentí como mi corazón se encogía, no era mi intención traicionar a una de las personas que más quiero en el mundo, solo intentaba buscar la mejor solución.
“Hiro-san cálmate solo estamos analizando las mejores posibilidades” El oji zafiro sin el consentimiento de mi amigo lo rodeo protectoramente entre sus brazos haciendo que este se sonrojara, sin duda alguna todos estábamos cambiando.
“De todas formas seguiré indagando como la mano derecha de Takahiro, si algo ocurre yo les informare” Proclamo autoritariamente el oji azul mientras se levantaba de la mesa con un leve aire de superioridad.
“Entonces nuestro primer plan es tratar de convencer a Kuroda ¿Cierto?” El castaño claro se encontraba bastante distraído durante toda la reunión, por algún motivo que yo no podía descifrar el no dejaba de ver con una amplia sonrisa al peli negro.
“Yukina presta atención” Se quejaba el oji café con un tierno puchero “Esa es nuestra primera opción de ataque”
“Perdón, pero ¿Qué relación tiene ustedes dos?” Pregunte dejándome guiar por la inquisición, si una tuviera una computadora en mi ente esta seguramente me indicaría que mis niveles de curiosidad estaba al 100%.
“Kisa-san y yo somos am...” Antes de que el más alto pudiera completar la oración el pequeño peli negro le tapó la boca con un notorio gesto de molestia dibujado en su rostro, no debí preguntarles algo tan personal.
“Compañero de vivienda” Proclamo con seriedad sin dejar de ver con ira al castaño claro, la escena era bastante divertida.
“Dejando de lado las tonterías de Kisa” Dijo el oji avellana con pesadez aun entre los brazos del peli negro “¿Cuál es el plan que seguiremos si no podemos convencer a ese robot de primera generación?”
“Tendremos que atacar antes de que las nuevas máquinas salgan a la luz, no podemos tardar” A juzgar por la mirada que todos ponían en sus caras, pensábamos igual, la misión resultaría arriesgada pero si no lo intentábamos podríamos perderlo todo.
“Lamento llegar tarde a la reunión, Shinobu no me dejo salir hasta que acabe con mi informe” Mi corazón se detuvo cuando reconocí esa voz.
“Takano, la reunión ya se acabó montón de tuercas inútiles” El azabache alzo su mirada para entrelazarla con la mía.
“Ritsu” Susurro sorprendido, mi corazón latía descontroladamente, me sentí infinitamente feliz de volverlo a ver.
Antes de que pudiera contestar el oji miel me tomo del brazo para guiarme a otra habitación de la cabaña, a la cual me metió bruscamente bloqueando la puerta con llave, jamás lo había visto tan desesperado.
“Takano-san ¿Qué es lo que haces?” El más alto ignoro mi pregunta y se abalanzo a mí dándome un cálido abrazo, sentía como mis mejillas se calentaban, extrañaba todo de él, me hacía tanta falta el poder sentirlo.
“No sabes lo preocupado que estuve por ti Ritsu, creí que te habían fundido, no te separes de mi jamás” Ante aquellas dulces palabras no pude evitar corresponder al abrazo queriendo sentir más profundo al hombre del que me enamore.
“No puedo regresar” Susurre apoyando mi cabeza en el cuello del mayor, quería poder aspirar por última vez su esencia.
“¿Por qué no?” El azabache me miraba con un profundo temor reflejado en sus ojos, no puedo dejar que él se convierta en humano, si él me llega a corresponder ambos saldremos lastimados y podría perderlo para siempre.
“¿No notas algo diferente en mí?” Sin esperar respuesta tome con cariño la mano del azabache para posicionarla en mi corazón.
“¿Latidos de corazón?” El oji miel me miraba sorprendido con una bella sonrisa “¿Cómo es esto posible?”
“Yo me enamore de ti” susurre escondiendo mi rostro debajo de mi flequillo “Por eso me convertí en un humano” El más alto acaricio con ternura mi rostro lanzándome una mirada llena de esperanza.
“Yo también te amo” Toque su mano la cual se encontraba fría, una parte de mí se alegraba de que él no me pudiera corresponder, esa era la única manera de mantenerlo a salvo, sin embargo la otra parte de mí se sentía lastimada.
“No es cierto Takano-san tu todavía eres un robot” El oji miel me apego aún más a su cuerpo sin querer dejarme ir.
“No necesito convertirme en un humano para darme cuenta de lo mucho que te amo” El azabache me miro seriamente haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera “Ritsu estos días sin ti han sido un infierno para mí, te eche extrañado cada segundo que no te tengo a mi lado, no puedo vivir sin ti porque si no estás en mi día a día mi vida carece de sentido, yo te necesito” Intentaba zafarme de su agarre, no quería esto.
“Aléjate de mí mientras puedes, no quiero que salgas lastimado como yo” Susurre apretando fuertemente los ojos.
“No me iré de tu lado jamás, estoy seguro que lo que siento es real Ritsu, no te dejare solo” Después de decir eso el mayor levanto mi rostro para vernos un par de minutos.
Luego el me beso en la boca, esa era la primera vez que sentía algo de calidez en el cuerpo del azabache, nuestro beso fue tierno, corto pero lleno de sentimientos, nos encontrábamos tan inmersos en nuestras acciones que no me pude percatar cuando mi mente se nublo, dejándose llevar por las caricias del más alto, al ver a Takano supe que se encontraba igual que yo, ambos sonreímos mientras nos acomodábamos uno al lado del otro en el piso, tal vez mañana este sentiente desaparezca en el corazón del oji miel, tal vez mañana yo muera al ser delatado, pero hoy seré feliz junto a mi amado.