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VOYAGE por Karenlauren

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Naruto corrió, con desesperación, adrenalina en su sangre que burbujeaba instando a sus poderes a salir a la luz pero la fuerza de voluntad era mayor.

No iba a usarlos con su hijo en brazos, ahora no  podía prestar batalla... tan solo podía poner a salvo a su hijo y rezar para que no le encontraran, aunque  pareciera una misión imposible. Debía conseguirlo. Y la única forma de hacerlo era llevarlo de vuelta a Japón, su tierra natal.

Al llegar a la ciudad vecina paró en un motel, con las tarjetas que llevaba en los bolsillos pagó una habitación, llamó a la primera persona que pudiera venir a recoger a su pequeñín y le pudiera criar con cariño y cuidado, procurando que de mayor no se convirtiera en el gilipollas que había sido su padre en ocasiones... o él mismo.

Con el corazón devastado y lágrimas cayendo por su rostro, cerró la puerta del motel con llave para que su hijo no saliera, esa misma noche ya no sería un ciudadano portugués, sino japonés e iba a ser un gran cambio para él... le hubiera gustado estar con él, pero por esa precisa razón no podía, mientras la Organización existiese él nunca podría vivir en paz.

Se transformó y siguiendo la carretera corrió hasta internarse en lo que parecía el primer bosque a la vista, dónde podría sobrevivir hasta que todo pasara.

O eso pensó él... 

Nada más llegar a lo que parecía un lugar seguro y estable, soldados empezaron a salir de hasta debajo de las piedras. Literalmente, salían de debajo de las piedras.

Naruto miró a su alrededor asustado, retrocedió enseñando los caninos pero hasta él era consciente de no poder pelear con tantos soldados armados hasta los dientes con armas exclusivamente creadas para él... si tuvieran que tener un nombre serían de la "serie antiNaruto"

 Se transformó a medida que los guardias retrocedían.

- ¡¿De qué te ríes monstruo!? - le gritó el que parecía ser el cabecilla.

Naruto tan solo le miró con tristeza pero sus ojos denotaban un vacío creciente... como si la soledad en su interior le atormentara de tal manera que, al final, se hubiera rendido a ella.

BANG! - Naruto cayó al suelo como un cuerpo sin vida mientras sus extremidades se relajaban y su mente se despejaba.



-



Desperté en... ¿casa?

No, en casa no había estos bosques y montañas, de ninguna manera... esto era... impresionante, el paisage me dejó helado, expectante, como si tuviera que contarme historias jamás contadas y los secretos mejor guardados pero... algo faltaba...

- Veo que ya estás despierto. 

Habló una mujer de pelo negro y ojos familiares. 

- ¿Eres mi madre? - ella abrió los ojos desmesuradamente - ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?

Su rostro pasó a uno de amabilidad y tranquilidad, inspiraba confianza además de la seguridad que necesitaba el pequeño.

- Te has caído y golpeado muy fuerte la cabeza, - se acercó al futón y le ayudó a volver a tumbarse, después le acarició suavemente el pelo y le dio un beso en la frente. - , tienes que descansar, más tarde te traeré la comida.

Extrañamente el niño se quedó dormido como un tronco mientras la chica guardaba el brazalete con unos somníferos untados en una pequeña aguja adherida al metal exterior. Le habían advertido que a lo mejor iba a necesitarla pero... no por esos motivos. 

Se levantó y corrió al cabeza de manada quién la recibió con los brazos abiertos, a la espera de noticias. 

- Señor. - Kurenai hizo una reverencia. 

- Levántate, por favor y cuéntame sobre el cachorro.

- Gracias, - nada más empezar su relato los ojos del hombre se agrandaron en gran mesura, haciendo que sintiera compasión por la madre del pequeño pero también interés, ya que le había salvado cuando era pequeña. - ... y por eso le ruego que deje que se quede conmigo... por favor...

- De acuerdo, a partir de este momento, tú Kurenai y tu pareja, Asuma cogeréis a Ryu Uzumaki bajo vuestra ala como descendiente... de hecho ha sido así des de que nació. Debéis fingir que sois sus padres biológicos será más fácil para él... - Moegi se detuvo pensativa... "también tendré que avisar a todo el clan..."

Iba a ser una faena pero ese chico viviría una vida normal y en manada, como debía ser. Más tarde podrían contarle su pasado pero ahora no era el momento. 



-



Itachi volvió a Portugal más feliz que nunca, Naruto era suyo, su hijo le estaba empezando a coger confianza y pronto vivirían juntos... 

Pero se quedó de piedra al ver, a dos manzanas, cómo de la casa de su pareja salían borbotones de agentes de policía, bomberos y cuerpos. ¿Qué demonios había pasado?

Se acercó para hablar con alguien hasta que olió el aroma de la sangre de Naruto, eso puso todos sus sentidos alerta, si algo le hubiera pasado a Naruto... él lo hubiera sentido, ¿no?

Tenían un vínculo aunque no muy fuerte, el abismo que suponía la indiferencia que Itachi mostraba hacia su familia en cuanto a asuntos de trabajo y el consecuente mal humor de Naruto, creaba largas y tensas batallas que o terminaban en sexo o Naruto le echaba de casa. 

Pero él no se daba cuenta, era cómo si sus errores tuviesen que ser perdonados porque tenía que trabajar... 

Se transformó, cogió los rastros y buscó como un loco a Naruto y Ryu. Debía encontrarlos pero enseguida se dio cuenta que la Organización tenía demasiados agentes cerca, el incidente había atraído su atención... le llenó de rabia no poder llamar a su manada pero no podía perderlos a ellos también.

Volvió a la casa quemada y empezó a registrarla de nuevo, no podían desparecer así del mapa... otra vez. 

Se habían marcado y eso era para siempre. 

Encontró una nota en la mesa de noche de Naruto, no dudó en abrirla pero deseó no haberlo hecho nunca.



"Mi amor,

Sé que me quieres pero no podemos estar juntos, ya no siento lo mismo, así que para poder empezar de cero he tomado mis cosas y desprendido de aquello que no necesitaba. Lamento haberlo hecho con el fuego pero necesitaba algo que supiera que funcionase de verdad.

Ryu y yo estaremos bien, él nos cuidará.

Con amor, 

Naruto."

 

Harto, cansado, con el corazón hecho pedazos y sintiéndose un terrible imbécil salió de la casa y cogió un vuelo a Japón dispuesto a matar a Naruto la próxima vez que le viera.


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