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Al diablo con el oro por Luthien99

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Notas del capitulo:

He aquí una nueva creación de mi perversa mente, que lo disfruten...

¡Capítulo dentro!

 

 

 

Dejo las llaves encima de la mesa mientras la puerta se cerraba detrás de él. Su pequeña apartamento seguía intacto, exactamente igual a como él mismo lo había dejado esta mañana. Las ventanas estaban cerradas, las cortinas bajadas y como ya era de noche pensó que sería una tontería subirlas, así que encendió la luz principal e inmediatamente, la tenue luz amarilla que la lampara colgada del techo irradiaba, ilumino toda la estancia.

Estaba en casa después de un larguísimo día de trabajo, para ser exactos, su primer día de trabajo en Erebor S.L. Y Bilbo tenía que ser sincero con el mismo, estaba abrumado y asustado por toda la información que había recibido en un mismo día. Supuso que él no estaba acostumbrado a tantos alborotos, tantas cosas inesperadas. Él era alguien a quien, prácticamente, lo habían dado casi todo mascado. Hasta hacía pocos meses sus padres le pagaban el alquiler y nunca había tenido que preocuparse demasiado por buscar trabajo o algo parecido.

Había conocido a mucha gente nueva, y Bilbo Bolsón no estaba acostumbrado a eso. Él no tenía casi amigos, por no decir ninguno. Solo un cerrado circulo de conocidos con los que se limitaba a quedar para tomar algo de vez en cuando. Su lista de personas de confianza se cerraba a su hermana y su cuñado, ya esta.

El joven Bilbo no era alguien muy sociable. Prefería quedarse en casa escuchando su música y escribiendo pequeños relatos que nadie compraría. O eso es lo que creía él. Pues era tan cobarde que nunca se había dignado a publicar nada, y nunca había dejado que nadie leyera sus relatos. Se moría de vergüenza cuando en la universidad el profesor le pedía que escribiera algún relato y este lo leía delante de todos. Siempre lo hacía para ejemplificar a los demás alumnos por la exquisita forma de narrar que Bilbo tenía, pero él siempre lo había visto como un mofa. Estaba claro que Bilbo no era consciente del talento que tenía.

Fue hasta su butaca roja y se colocó el portátil sobre las piernas. Lo encendió y miró, como tenía por costumbre, las redes sociales. No era alguien muy sociable, pero le gustaba estar al tanto de lo que pasaba a su alrededor. Estaba claro que el no tenía por costumbre compartir nada en redes sociales o algo por el estilo. Simplemente cotilleaba.

Para su sorpresa, al abrir su Facebook, vio algo que no se esperaba.

12 solicitudes de amistad.

¿Que es esto? ¿12 solicitudes? —Dijo en voz alta, sin poder reprimir su asombro y leyó—.

Dwalin

Balin

Fili

Kili

Dori

Nori

Ori

Óin

Glóin

Bifur

Bofur

Bombur

—No me jodas.... —soltó una carcajada mientras iba leyendo todos aquellos nombres—. ¡No puede ser!

Solo había pasado un día y ya todos le habían mandado una solicitud de amistad ¿Parece que había hecho buenas migas? Había pasado gran parte del día con todas aquellas personas tan encantadoras. Todos ellos se había portado de manera encantadora con él en un día tan difícil para él. Todos le habían sacado una sonrisa de alguna manera u otra. Cada uno con su peculiaridad.

Primero de todo había conocido a Fili y a Kili, que le acompañaron hasta la segunda planta donde estaba el bufete para comer. A Fili ya le había conocido, aquel chico despistado que se olvido de hacerle firmar el contrato. Bilbo no dudo en echárselo en cara, y no pudo evitar que su hermano bromeara respecto a su loca cabeza.

Kili era su hermano pequeño, tenía en su rostro una gran sonrisa siempre dibujada y la amabilidad y la generosidad le acompañaban allá a donde iba. Había aprendido muchas cosas de la empresa gracias a él, sobretodo mucho del trabajo que tendría que hacer a partir de ahora.

Dwalin era el hermano de Balin, un hombre alto de cabezo rapada y que debajo del traje escondía un sin fin de tatuajes que Bilbo pudo ver asomándose por su cuello y por sus brazos. Había sido agradable con él, aunque no habían compartido más de tres palabras durante toda la comida.

Luego estaban Dori, Nori y Ori, los tres hermanos, y los tres de lo más agradables. Bilbo tenía la sensación de estar entrando en una gran familia en vez de en una empresa de élite.

También estaban Óin y Glón, y tambien Bifur, Bofur —al que ya había conocido— y Bombur. Un hombre grande y corpulento de cabello naranja.

Todos se habían sentando a su alrededor en una larga mesa en el bufete mientras comían alegremente. Eso es a lo que Bilbo más le sorprendió, el buen ambiente y el buen royo que se respiraba estando rodeado por todas aquellas personas, que ahora, habían pasado a ser sus compañeros de trabajo y quien sabe si algún día llegarían a ser sus amigos más incondicionales.

Aceptó todas las solicitudes de amistad, —eso estaba más que claro—. Pero después de eso cerró el Facebook y abrió su correo electrónico, como tenia por costumbre cada día al llegar a casa. Siempre revisaba la bandeja de entrada, no podía evitarlo, era como un ritual. Lo extraño fue cuando al abrirla se dio cuenta de que tenía un mensaje.

Remitente: thorinoakenshield@erebor.com

Destinatario: bilbobaggins@gmail.com

Asunto: Visita a The Lake Town.

Le escribo para comunicarle que mañana, en su visita a The Lake Town, tendrá que asistir tan puntual como se le sea posible, tiene que estar allí a las 9 de la mañana, ni un minutos menos ni un minuto más. Deberá imprimir el redactado adjunto a este correo y tendrá que entregárselo en persona al director de la empresa.

También, adjunto en un segundo documento, tiene los acuerdos a los que tiene que llegar con el director.

Si tiene alguna pregunta no dudes en preguntar antes de las diez.

Att, Sr. Oakenshield.

Bilbo quedó sin palabras e inmediatamente imprimió los documentos adjuntos. Estubo leyendo todo lo que tenía que decir mañana, pero había ciertos puntos que no entendía del todo, cosas que no llegaba a comprender.

Así que hizo caso al mensaje de Thorin ''Si tiene alguna pregunta no dudes en preguntar''...

Escribió:

Hola Thorin,

tengo dudas sobre lo de mañana... ¿A que te refieres cuando dices que tengo que ser lo más frio y serio posible? Yo no soy así. Después dices que tengo que amenazar sobre hundir la empresa... ¿Como narices hago eso? ¡Necesito ayuda!

Att Bilbo.

—Mi primer encargo y ya estoy dando problemas, ya me vale... —Dijo Bilbo en voz alta para el mismo—. Soy un autentico desastre.

Envió el mensaje, dejo el portátil y se levantó. Fue hasta la cocina, si se podía llamar así. El loft no daba mucho de si, así que la cocina se reducía a una pequeña esquina al final del apartamento. Las paredes estaban pintadas de gris, los muebles eran blancos y cuadrados. No habían flores que decoraran la estancia, y tampoco habían muchos cuadros colgados en las grises paredes. Lo único que daba color al apartamento era el sofá rojo de Bilbo que estaba justo al lado de la ventana que daba a la calle. En medio del loft estaba el sofá de cuatro plazas y en frente la una televisión no demasiado grande.

Bilbo a no le gustaba demasiado el lujo, nunca había abusado de eso y tampoco lo necesitaba. Con las pocas cosas de las que disponía ya podía perfectamente vivir y no necesitaba cosas materiales y ostentosas.

Fue hasta la nevera, la abrió y sacó una de las pizzas que compró el día anterior. La abrió y la metió en el horno. No tenía mucha hambre, pero algo tenía que comer.

Se quedó sentado en el mostrador de la cocina, con los pies colgando y ojeando un viejo libro que tenía entre manos.

Solo hizo falta que el teléfono fijo sonara una vez para que Bilbo diera un salto y se pusiera en pie. Dejo el libro y fue directo hacía el mueble. Lo cogió.

—¿Diga?

¿Bilbo? —dijo una voz grave y pausada—.

—El mismo... —Bilbo sabía perfectamente a quien le pertenecía aquella voz—.

Soy yo, Thorin.... Te llamo porque he visto tu mensaje.

—¿Quien te ha dado mi teléfono? —Bilbo se arrepintió inmediatamente de decir aquello. Thorin no le llamaba por que quisiera, si no porque debía—.

Estas en mi empresa... Tengo todos tu datos, más de los que imaginas, —dijo queriendo fingir una modesta sonrisa. No pudo—.

—Que bien...

¿Entonces cuales son exactamente tus dudas sobre mañana? Yo lo veo todo muy claro... —dijo Thorin—.

Bilbo paseaba por la estancia mientras sujetaba con una mano el teléfono. En su pecho se anudaba un nudo que se tensaba por momentos cada vez que Thorin emitía un sonido a través del teléfono. No entendía que le pasaba.

—A ver... —dijo Bilbo volviendo de su aturdimiento—. Nadie me ha aclarado aún que es lo que tengo que hacer...

Bilbo te lo he dicho hoy....

—Sí, pero no con exactitud. —dijo Bilbo alzando un poco la voz—. Me has dicho que me presente allí y hablé con el jefe... ¿Pero que es exactamente lo que tengo que decir? Hoy he visto como amenazabas a un hombre y si pretendes que yo haga algo así, ¡Ni lo sueñes!
—Bilbo cálmate, —dijo preocupado—. No te estoy pidiendo que amenaces a nadie, para eso ya estoy yo... Lo único que te pido es que acates los términos del documento que te he enviado. No es nada del otro mundo...

—En el documento pone que tengo que ser amenazante... —Dijo Bilbo—.

Thorin rió.

¿Como narices te metes en una empresa si no sabes ser agresivo? —dijo Thorin algo ofuscado—.

—No lo sé, pero recuerda que fuiste tú quien me cogió.

No habían muchas opciones la verdad, —mintió Thorin. Sabía perfectamente que no había aceptado más candidatos al puesto porque había sabido desde un principio que quería a Bilbo, le quería en su empresa, cerca suyo—.

Hubo un momento de sumo silencio entre ellos y el nudo en el pecho de Bilbo se tensaba por momentos. Estaba siendo de lo más incomodo.

Bueno... ¿Tienes alguna otra duda? —dijo Thorin intentando reanimar la conversación—.

Bilbo pensó que lo mejor sería dejar de discutir por eso y apañarse mañana el solo en la reunión con The Lake Town. Era una simple reunión ¿que podía ir mal?

—No, tranquilo Thorin... Me las apañaré.

—¿De verdad? Me preocupa que no sepas que hacer o decir una vez allí.

—Sabré apañarme, te lo prometo.

Hubo de nuevo un incomodo silencio.

¿Quieres que te vaya a buscar cuando salgas? —dijo Thorin intentado actuar con normalidad—.

¿Que es lo que acaba de decir? —pensó Bilbo—.

Así ya estarás en Erebor S.L. para la hora de comer... Imagino que te habrán caído bien tus nuevos compañeros. ¿No?

—Sí, —rió—. Son todos encantadores y fantásticos. —hizo una pausa—. Y me encantaría llegar a Erebor para comer con ellos.

Entonces llámame cuando salgas, te espero en la puerta. —dijo Thorin—.

—Vale...

Bilbo empezó a notar un olor a quemado que se extendía por toda la estancia, e inmediatamente se encendió una alarma en su cabeza. ¡La pizza!

Aún con el teléfono en su mano fue corriendo hasta la cocina y abrió el horno de un golpe seco. De este, empezó a salir un humo negro con olor a pizza chamuscada.

¿Bilbo¿ ¿Bilbo estás ahí? —decía la voz de Thorin a través del teléfono—.

Bilbo dejó el teléfono encima de la encimera de la cocina aún con Thorin en línea. Se puso los guantes para no quemarse y sacó la pizza, con cuidado, del horno.

¿Bilbo? ¿Hola?

Bilbo dejó la pizza en la encimera, estaba toda negra y chamuscada. El atún que había en su base se había carbonizado y la base se había vuelto negra y dura.

Miró con pena la pizza mientras se llevaba el teléfono a la oreja.

—Lo siento, Thorin....—No se estaba comportando excesivamente bien con su jefe, estaba teniendo demasiados errores en realidad—. Tenía la pizza en el horno y se me ha olvidado.

¿Te has quedado sin cena?

—Tendré que comérmela igual, así que da lo mismo.

Ambos rieron.

Bueno... Te dejo cenar entonces.

—Vale... —dijo Bilbo, muy a su pesar. Se hubiera quedado hablando con él hasta que le cortaran la línea del teléfono fijo por no pagar sus facturas de exceso de llamadas—. Buenas noches...

Buenas noches, señor Bolsón. —y colgó—.

Bilbo miró la pizza chamuscada. —¡Maldita sea! —dijo—. ¿Tenias que quemarte, no? ¿No podías dejar que fuera feliz por unos minutos más hablando con mi jefe? —Bilbo empezó entonces a reír—. ¿Mi jefe? ¡JAJAJA! ¡Es mi jefe! ¿Yo? ¿Feliz hablando con mi jefe nuevo? —dejo de reír y miró la pizza—. Estoy perdido.

Notas finales:

Bueno... Voy a cambiar un poco mi costumbre de escribir mis notas al principio del capítulo. Si lo hago aquí puedo soltar algún que otro spoiler. En fin...

¿Que os ha parecido? Sí, lo sé... no es gran cosa, no hay dragones, ni espadas, ni nadie mata a nadie, ni hay besos, ni princesos en apuros ¡Princesos no princesas! Pero bueno, así es la vida... Creo que hay feels para disfrutar jeje y decidme ¿os dejo con ganas de más? ¡eso espero!

Para el próximo capítulo tendremos a un Bilbo un tanto torpe en su primera ''misión''. Pero, acordaos ahora por un momento ¿Quien era en la historia original quien siempre salvaba a nuestro querido Hobbit? Si no recuerdo mal... Cierto enano llamado Escudo de Roble. ¿Verdad?

Bueno ahí lo dejo todo... Espero no haceros esperar demasiado. Prometo con el meñique que ahora me pongo con el siguiente capítulo, a ver si lo puedo colgar en menos de dos días. ¡Acepto el reto!

Hasta entonces,

Besos Lúthien.


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