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Se Busca a Kim JongIn por Baozi173

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Notas del capitulo:

[Los Suburdios]

«Hemos llegado al destino, por favor salga por las puertas laterales»

Me removí un poco, soltando un quejido por el cansancio, pues estuve apoyando sobre la ventana mi cabeza, que a menudo revotaba contra el cristal por el movimiento, evitándome el poder dormir. Abrí los ojos. Midori ya estaba de pie, masticando un lado de la almohada del tren, sacándole por trozos el relleno.

-           ¡Hey! ¡Deja eso! ¡Estúpida bola de pelos!

Alejé al perro del cojín, al cual le metí el relleno de nuevo, haciendo que no se notara demasiado el hoyo, para luego coger mi equipaje, ponerle la correa al animal y seguir de ahí antes que algún empleado notara el desastre. Al salir el sol atacó mi rostro, haciendo que frunciera el seño

Respiré hondo. Salí de la estación de trenes, encontrándome en medio de la calle, pidiendo, a los transeúntes que encontraba, indicaciones para llegar. Nunca les creí a las personas cuando decían que los viajes cansan, me parecía estúpido que el estar sentado les consumiera las energías, y ahora me arrepiento. Mi cuerpo duele.

Terminé montándome en la parte trasera de una camioneta, junto a unas personas más que necesitaban un aventón. Por fin podía sentir la brisa relajante del lugar. Ya no recordaba cómo se sentía el viento dentro de tan pura calma. Eso no lo encuentras en Seúl.

-           Niño, aquí es. –me habló el conductor.

Baje del auto y agradecí al señor por la ayuda, para luego presencia la hilera de casas, todas iguales, que tenía frente a mí. Emprendí la búsqueda, avanzando por la vereda, adentrándome por el pasaje, tirando de la pequeña maleta de ruedas y siguiendo los curiosos pasos que daba Midori descubriendo con el olfato este nuevo lugar. Choqué con una persona, un señor.

-           ¡Oh! Lo siento, joven.

-           No importa.

-           ¿Es nuevo por aquí?

-           Algo así, pero ya que hablo con usted ¿Me podría ayudar a encontrar a Kim Jongin? ¿O a la familia Kim?

-           Conozco a los Kim, pero no sé de nadie de nombre Jongin.

-           ¿Dónde los puedo encontrar?

-           Al final de la calle, a la derecha, al fondo.

-           Gracias

Como el desconocido indicó, camine por donde me dijo, encontrándome con un par de personas más en el trayecto, les pregunté lo mismo, y me respondieron lo mismo

«Que extraño.»

Al llegar al lugar indicado me encontré con una pareja descansando en el pórtico, un señor con su señora estaban disfrutando del cálido ambiente. El hombre dormía con un periódico reposando en su regazo mientras que la mujer observaba, solo eso. Me acerque.

-           ¿Lo puedo ayudar en algo? –me dijo la señora notando mi presencia.

-           Ehm… Bueno, yo busco a un chico, que creo, vive aquí.

-           ¿A quién?

-           Kim Jongin.

La expresión de la mujer se volvió familiar. Sonreía.

-           Hace tiempo no escucho ese nombre… -me dirigió su mirada- Disculpa ¿Cómo te llamas?

-           Kyungsoo, Do Kyungsoo.

-           Oh por dios.

-           ¿Pasa algo?

-           ¡Kyung! ¡Eres tú!

La señora dio un salto, me abrazó de improviso; me rodeo con sus brazos y apretó el cuerpo. Me invitó a pasar a su sala, yo me acomodé en el sofá mientras Midori se recostaba junto a la puerta a descansar las patas. Me recibió cálidamente, aunque yo seguía aún procesando poco a poco lo que pasaba.

-           No puedo creer que volvieras; estas muy grande y has crecido mucho.

-           Si, gracias, me costó mucho llegar.

-           Supongo que sí, ¿Y cómo está tu madre?

-           Ella… -me detuve.

-           ¿Kyung? ¿Pasa algo?

-           Ella está de viaje con una amiga.

-           ¿No vino contigo?

-           Ella no sabe que estoy aquí.

Silencio. La Sra. Kim se levantó del sofá. Su expresión había cambiado, se veía triste.

-           Sra. Kim, yo vengo buscando a Jongin, logré llegar gracias a esto. –saqué el sobre de mi bolsillo– Usted las escribió ¿No?

-           Sí, entonces ya lo sabes todo, si leíste las cartas, ya sabes porque saliste de aquí.

-           Disculpe, no la entiendo.

-           Entonces no has leído todas las cartas…

-           Sinceramente no se mucho de los que está pasando, solo sé que mi madre me ocultó este lugar todo este tiempo ¿Sus razones? No las sé, pero al contrario de lo que ella intentó, quiero saber, y si usted me lo explica-

-           No me siento cómoda diciéndotelo.

-           Por favor, mi madre no me dará respuestas; usted es la única que me puede ayudar.

Suspiró – Si tanto lo deseas lo haré…

-           Gracias

-           ¿No te parece raro que tu madre nunca haya cobrado algún seguro de vida por enviudar? ¿Qué nunca recibió ningún apoyo económico ni emocional de parte de tu familia paterna?

-           Yo-

-           Tu padre no murió…

El ambiente se congeló.

-           Tu mamá salió de este lugar… escapando de la enfermiza relación que mantenía con él. Bueno, ella quedó embarazada de ti y él los dejó vivir en su casa, pero ni convirtiéndose en padre dejo de vivir su eterna soltería… Sencillamente, tu madre fue una de tantas, y aún contigo lo siguió siendo. Ahí la causa  para abandonarlo todo aquí.

No respondí por varios minutos, eso fue demasiada información en un momento, mi cerebro apenas reaccionaba, colapsaría en cualquier momento.

-           ¿Había cartas de eso? –dije recuperando aire.

-           Se supone, varias veces le reclame por escrito el por qué no te decía nada, aunque rara vez recibía respuesta.

-           Entonces ella las eliminó.

-           Supongo.

-           ¿Y Jongin? –voz sonaba ahogada- ¿Dónde lo puedo encontrar? ¿A qué hora llega? Lo esperaré.

L a señora se levantó del sofá donde estaba sentada y se vino a mi lado, pasando sus manos por mi cabello.

-           Kyung… él ya no vive aquí.

-           ¿Qué? ¿Cómo? Si no calculo mal, Jongin todavía tiene 17 ¿Cómo no puede vivir aquí?

-           A los 15 años decidió que aquí no tendría mucho futuro y se mudó con sus tíos, y ni su padre ni yo nos opusimos, sabíamos que tenía razón, además ya un par de sus amigos lo había hecho.

-           Entonces… ¿Se fue?

-           Si, al igual que dos chicos más, Taemin y Taeyeon que se fueron a China ¿o fue a Japón?

-           ¿Dónde viven sus tíos?

-           En la capital, Seúl.

Mis ojos se abrieron como platos y me llené de frustración al instante

-           Tengo que volver –dije– Ahora, tengo que irme.

-           No encontrarás a nadie que te lleve a la estación de trenes a esta hora.

-           Pero-

-           Quédate aquí la noche, puedes dormir en la habitación de Jongin, desde que se fue sigue igual, está intacta.

-           No quiero incomodar.

-           No lo haces.

-           No  creo que sea correcto.

-           Insisto.

-           Ehm, bueno… Entonces gracias.

La Sra. Kim me ayudó a trasladar mis pertenencias a la habitación que Jongin antes usaba. Sábanas blancas sobre una simple, un escritorio vacío, solo con un par de libros encima.

-           Te dejaré descansar, buenas noches. –me dijo.

-           Buenas noches. ¡Ah! Por cierto ¿Puedo hacer una pregunta?

-           Claro, dime.

-           Antes les pregunté a algunas personas por Jongin y me dijeron no conocerlo.

La mujer rio un poco– Él dejó de usar ese nombre a los 9 años, adoptó un apodo muy raro.

-           ¿Cuál?

-           Kai, ahora todo el mundo lo conoce así.

-           Oh, gracias.

Nos despedimos una vez más y la señora nos dejó solos, a mí y a Midori en la habitación de Kai. El perro se acurrucó en la cama mientras yo sacaba un pijama de mi maleta para poder dormir. Revisé la habitación con la mirada antes de acostarme, deteniéndome en cada detalle. Me quedé observando el escritorio, me inspiraba curiosidad, la suficiente como para levantarme y revisar los cajones vacíos, todos a excepción de uno.

-           Tu muñeco, eh. –sonreí para mis adentros.

 

Notas finales:

Y tambien quiero aprovechar en mandarle saludos a Misaki116 que me apoya siempre y me hace acordar que tengo cosas que hacer.

Ok, eso es todo, hasta el sgte capitulo!!!!

 


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