Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Se Busca a Kim JongIn por Baozi173

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

[Kai/JongIn]

-            Un momento, por favor.

La señora que me atendió entro un momento a la casa, dejando la puerta entra abierta, haciéndome esperar unos momentos.

«¿Y ahora que le digo?
¡Hola! ¿Me recuerdas? Nos conocimos hace 13 años
Mmmm… No, eso no funcionara…
Me llamo KyungSoo, y me gustas
¡No! ¿Qué tienes en la cabeza? ¡Piensa con lógica!»

-            Disculpe, joven.

-            ¿Ah?

-            Kai no se encuentra en estos momentos.

-            ¿En serio? –suspiré– ¿Tiene idea de donde lo puedo encontrar? Necesitó hablar con él.

-            Está en el trabajo, podría darle la dirección si es que desea.

-            Sí, gracias, me seria de mucha ayuda.

Hable un rato más con la mujer. Ella me dijo en dónde podía ubicar a Jongin. Él ahora trabaja temporalmente en una biblioteca. Nervios.

Me subí a una autobús y  dirigí para allá, con el pulso muy acelerado, con el pecho  teniendo dulces contracciones al momento de dar cada respiro. Ansiedad.

No dejaba de sacudir mi pierna derecha con ansiedad, jugando con mis dedos y moviendo mis ojos de un lugar a otro en cuestión de segundos. Al llegar me quede estático frente a la entrada. Eran dos grandes y hermosas puertas de madera talladas a mano que estaban abiertas de par en par incitando a los transeúntes a entrar y hundirse en los libros de páginas amarillentas.

Entré. Lo primero que capte fue la recepción, una gran mesa atendida por una persona. No alcanzaba a ver su rostro, lo tenía cubierto por una gorra. Me acerque ligeramente casi rosando la mesa, pero no le habla, solo me pase de frente, a ocultarme entre las estanterías.

Solo alcance a ver su gafete que tenía escrito “Kai”.

[***]

Pasé un par de horas sacando y devolviendo libros de los estantes, a veces algunos que me interesaban, pero más que todo, mis manos jalaban alguno mientras que yo vigilaba discretamente al chico de la gorra. Más tarde me senté en una de las mesas disponible. Solo. Leí un par de capítulos de un libro que había atraído mi atención sintiéndome un poco cansado.

Había ya algunas noches en las que no dormía del todo por estar pensando una y otra vez cada cosa, cada detalle que podía ser analizado. La situación era muy confusa. No tenía apoyo, no por ahora. Nadie podía decirme si estaba haciendo mal o bien, solo podía guiarme de un caprichoso instinto.

-            Hola, Come Libros.

Alguien de voz profunda me habló. Levante la cabeza  para ver quién era. No reaccioné.

-            ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? -agitó su mano en frente de mi rostro esperando respuesta. Todo sin dejar de sonreír.

-            Ah, H-hola.  -tartamudee mucho.

-            Llevas aquí mucho tiempo ¿Cómo te llamas?

-            K-KyungSoo.

-            Hola, KyungSoo, yo me llamo Kai.

Mi rostro, todo lo contrario a sonrojarse, palideció, sentí el frio recorrerme por completo. Sin duda no me había preparado lo suficiente mentalmente para mantener una conversación real con él.

-            ¿Qué tanto lees? –sacó un libro de la ruma que me rodeaba- ¿Psicología humana? –leyó el título– ¿Te interesan estos textos?

-            Ehm, yo…

En realidad era de los que había sacado sin pensar.

-            ¿Estás bien? Te ves pálido –se rascó la nuca– Creo que te estoy asustando ¿No? Lo siento, pero es que vi hace un rato y bueno… -rio nervioso– Bueno-

-            Estoy bien, solo que…

-            Si me dices que no se te han acercado a hablarte no te creeré, eres muy bonito como para que no te haya pasado.

Ahora si me sonroje. Y sonreí.

-            Que coqueto eres.

-            Gracias. –sonrió con galantería.

-            Yo… Me tengo que ir. – Soy un maldito cobarde.

Me levante de mi silla, sacando un par de libros del montón.

-            Te acompaño. -y él muy persistente.

«Perfecto.»

Caminó conmigo de vuelta a mi casa, y pasando lo minutos mis nervios fueron desapareciendo, aunque él ni lo noto. En ningún momento hubo un silencio incomodo, y eso me preocupa. Sospecho que ni me ha reconocido, si lo hubiera hecho como mínimo le hubiera dado tiempo a sus pensamientos de actuar, pero no lo hizo. Incluso en los instantes en los que miraba fijamente mi rostro seguía hablando y sonriendo.

«¿En serio no me recuerdas?»

-            Ya llegamos. – dije.

-            ¿Es aquí? No vives tan lejos de mi casa.

-            Que coincidencia.

-            ¿Me das tu número?

-            ¿Qué?

Jongin en serio que era directo. No dejaba esa coqueta mirada.

-            D-de acuerdo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).