- Kyung… ¿De qué hablaba?
- Y-Yo.
- ¿Tú cómo me conocías? No te había visto en mi vida –me dio una sonrisa nerviosa, forzada.
- No es así –tragué saliva- Tú si me conoces. –avancé un paso.
- N-no es cierto. –él retrocedió un paso.
- Haz un esfuerzo… Soy KyungSoo… No-nosotros fuimos mejores amigos.
- No sé de qué me hablas.
« ¿Cómo puede ser?... ¿Cómo una persona puede olvidar tanto? Negar tu propio pasado… ¿Es normal? ¿Tanto te duele? »
- En serio… ¿No sabes de la que hablo?
Negó con la cabeza.
- Jongin…
Pude ver como su rostro palideció y su expresión fue borrada.
- Tú… -apretó los dientes.
- ¿Me recuerdas?
- ¿Qué haces aquí?
- Jongin… Te juro que-
- ¡¿Tienes idea de cuánto te espere?!
- No fue mi culpa.
- Pero no volviste. –sus ojos se aguaron.
- Jongin-
- ¡No me llames así!
- ¡Ese es tu nombre!
- ¡No! ¡Hace mucho no es así! –mordió su labio– Deje a Jongin atrás -su mandíbula temblaba- Soy Kai.
- ¡No! – mis lágrimas amenazaban con salir - ¡Tú eres Jongin-
Sentí el golpe. La palma de Jongin impactó contra mi mejilla. Sentí mí pómulo arder. Mi llanto comenzó
- Por favor-
- Vete. –me dijo.
- Pero-
- ¡Vete!
[***]
«El vuelo 0075 ha aterrizado» Dijo una voz femenina a través de los parlantes. Me levanté de la silla en la que estaba y me acerque a la puerta de desembarque, por donde veía llegar a mis amigos, riendo de quien sabe qué cosa.
- ¡KyungSoo! –gritaron todos al verme.
Corrí hacia ellos para darles el encuentro. Me recibieron en un abrazo grupal.
- ¡Pequeño enano! ¿Cómo has estado? ¿ya te sientes mejor? –me preguntó YiFan.
- ¿Ah?
- Si, Kyung, no fuiste con nosotros porque estabas enfermo –dijo Suho clavando su codo en mi costilla.
- ¡Ah! Cierto. –recordé la mentira– Sí, estoy mejor.
- ¡Te perdiste de toda la diversión! –comentó Tao.
- Aunque Suho a cada rato estaba de aguafiestas. –se quejó Yixing.
Reí– Eso es normal.
- ¡Yah! ¡Basta!
- Ya empezó de nuevo –nos burlamos.
- ¿Y qué hacemos ahora? –interrogó YiFan.
- Soo y yo tenemos que irnos, tenemos cosas que hacer –les dijo Junmyeon.
- Okey, entonces vete de una vez con tu hijo.
Nos despedimos. Salimos del aeropuerto.
- ¡Ahora! ¡Cuéntamelo todo!
- ¿Para eso nos fuimos antes?
- Sí ¿Y?
- Pues eres malo, juraría que Yixing me miro feo.
- ¿Y ahora de que hablas?
- ¡Ya lo pusiste celoso!
- ¡No me cambies el tema! –se sonrojó.
Suspiré– Lo arruine todo –mi expresión se volvió triste.
Suho me miro un momento
- Vamos, me lo explicas todo en tu casa, lo que menos necesito es que te pongas a llorar en medio de la calle.
[***]
Cogió uno de los libros de mi mesita.
- ¿Psicología Humana? -leyó el título.
- Lo saque de la biblioteca. –abracé mis piernas.
Ya estaba recuperando el ritmo normal de mi respiración. Después de contarle todo no pude evitar entrar en llanto.
- Suho se acercó, y con libro golpeo mi cabeza.
- Eres un idiota ¡Ve por él!
- Ya te dije que lo deje ir. –respondí casi en susurro.
- No te creo.
- Es cierto. –tomé aire– Ayer fui a su escuela, quería arreglar las cosas pero… al verlo ahí no pude… Debo dejarlo, Jongin no quiere ni querrá verme.
Me volvió a golpear– Vamos.
- ¿A dónde?
- ¿A dónde crees? –me sonrió antes de salir de la habitación.
Lo seguí.
[***]
Las dos puertas de la biblioteca seguían abiertas. Pero, a mi parecer, esta vez toda se veía más sombrío.
- Tú puedes. Entra. –me animó Suho– Yo esperare aquí.
Asentí con la cabeza. Entre.
- D-disculpe… quisiera devolver estos libros. –le dije al encargado.
- Claro ¿Su nombre? –me preguntó si levantar la mirada.
- Do KyungSoo…
Levantó la cabeza.
- ¿Qué haces aquí? –gruñó Jongin.
- Son dos libros, y algo que tal vez te interese…
Se lo entregué. Primero reviso los libros. Los anoto y puso a un lado.
- ¿Y esto? –señaló el segundo objeto.
- Una bolsa de tela… -temblé– Lo que está adentro… Es tuyo.
La revisó.
- Este muñeco… No lo veía hace muchos, muchos años. – dijo.
- Lo sé.
Dejó el juguete sobre el escritorio.
- ¿Eso es todo? –preguntó frío.
- Sí.
Sonreí triste. Me di la vuelta en dirección a la puerta.
«Todo saldrá bien… Eso espero.»