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La caída de la Casa Asakura por Hao Asakura

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Notas del capitulo:

Hola cariñoses :3

Les recuerdo que hoy a eso de la media noche se actualiza "Al final del Torneu" y el miercoles "Juicio contra Dios"

Amo a los fanses de mis ficseses.

Saludos.

Hao en modo Mappa  :3

 

El reloj de mi computadora ponía las 3:00 am, suspirando cerré mi laptop y me preparé para dormir, al fin había terminado mi reporte y Hao me había asegurado que mañana temprano llegaría por correo para mí una laptop nueva y una de esas memorias portables que tenían una carga de internet en prepago.

De igual manera, el dueño de esta casa me había asignado la habitación que recibe más luz en todo el día, estaba ubicada en el tercer piso en una especie de "torre"cilindrica pegada a la casa Asakura, no formaba parte de la construcción original, si no que había sido añadida al menos unos 50 años después durante la época de oro de la ciudad, donde las pensiones de aguas termales siempre estaban al reventar.

Esos tiempos se habían ido o eso parecía, porque la casa Asakura no rentaba ni una sola de sus habitaciones, estaba vacía de cabo a rabo excepto por Yoh, el doctor Fausto, alugnos médicos extra ocacionalmente y yo.

Hao por algún motivo confiaba ciegamente en el pálido doctor Fausto... mi primera impresión de él francamente no había sido la mejor, y no había cambiado luego de que apareciera nuevamente en la sala para ponerle al menos 3 inyecciones distintas a Hao, las cuales lo dejaron sentado en el sillon inmóvil con la mirada perdida.

-Hao ves??? le he ganado a Anna ( la verdad me dejé ganar)

Hao no dijo nada, estaba en otro lugar completamente drogado, Yoh no pareció comprender.

-Hao?... no te enojes, juguemos de nuevo, te daré la revancha si?

-El sr. Hao está cansado joven Yoh, y usted será mejor que me acompañe, tiene que descansar para que mañana le haga pruebas.

-Más pruebas?? pero yo aún quiero jugar... ya estuve dormido muchas horas, no quiero perder más tiempo durmiendo.

-Venga, venga, es por su bien- dijo el doctor cargando a Yoh en contra de su voluntad y llevándolo escaleras arriba.

Pasaron 20 angustiosos minutos de silencio total hasta que se me ocurrió tomar una manta que estaba en el sillón y cubrir a Hao, creyéndolo dormido, al sentir la manta en sus rodillas levantó la cabeza muy lentamente, un poco de saliva fluyó de su boca y luego se puso de pie con dificultad.

-Ve.. venga Anna, que te llevo a la habitación que preparé para tí.

Me tomó de la mano y me condujo lentamente escaleras arriba, murmurando algunas cosas, yo sentía que el corazón se me oprimía de la angustia por la situación de los hermanos, solos en esta oscura casa, enfermos y "cuidados" por un maniático

-¿Quién es Fausto Hao?

-Ha.. ha sido médico de la familia por años, nos ha atendido desde críos- explicó con dificultad, al mirarlo me dí cuenta que su lengua colgaba un poco por un lado de su boca y sus ojos seguían extraviados pero con una rara expresión risueña ... era una expresión aterradora.

Si no hubiera sido mi querido Hao habría salido corriendo.

Me dejó en la habitación tal y como esta ahora, limpia, provista de cuatro excelentes lámparas a cada esquina, una cama con dosel y un edredón nuevo color vino, y varios anaqueles empotrados e la pared donde más tarde pondría mis libros, además un escritorio de maderas preciosas color negro con varios cajones (me soprendió ver en uno de ellos un surtido de cuadernos, plumas, lápices y un paquete de hojas blancas, cuando lo abrí noté que el papel era papel seda, un material carísimo y que cada hoja tenía mi nombre impreso y el monograma de la familia Asakura.

Me senté en la cama poniendo mis pies descalzos en la mullida alfombra blanca y lloré, lloré un poco por mi pasada vida, por mi actual vida y por Yoh Asakura...  también un poco por la felicidad de estos detalles que me dejaban ver, que en ningún momento Hao había dudado que yo me quedaría, el confiaba en mí.

Y yo iba definitivamente a salvarlo.

Me recosté en la cama pero cuando finalmente me estaba quedando dormida escuche unos aflijidos sollozos. Por un momento pensé que había sido mi imaginación, pero los volví a ori nuevamente paralizandóse mi corazón, eran los sollozos de un niño.

-No.. por favor ya basta...

-Hao?- pregunté pero no obtuve respuesta, luego...

-No... no, ohhh duele...- y más sollozos, entonces reconocí la voz

-YOH!!-grité, me puse de pie y sin siquiera ponerme pantunflas sali de mi habitación a los pasillos, estaban helados y oscuros como la nada, el piso de madera viejísimo crujía bajo mis pies, cada sollozo me hacía estremecer... desesperada empecé a vagar buscando el origen del sonido.

-Yoh!! Yoh!!- comencé a llamar desesperadamente.

-Ahh ahh no puedo más... duele...

El maldito pasillo no parecía tener fin,  sentí que corría variso metros hasta que tropecé con un esquinero haciendóme daño en la rodilla, y cayendo al suelo pero no podía parar, de pronto alguién me tomó de la muñeca y me haló con tal fuerza que su movimiento por si sólo me puso de pié.

-Que crees que haces?

-Ha.. Hao... Yoh esta!!! Yoh...!!

-Vete a la cama Anna- los ojos de Hao brillaban en la oscuridad completamente viciados, enajenados y llenos de autoridad, lucía furioso, iba en sandalias y envuelto en una yukata negra.

Me zafé de su agarre y c orrí un par de metros más y pateando la puerta del fondo que era donde por fin descubrí que venian los sollozos me encontré con una escena terrible.

Yoh estaba recostado boca abajo en una camilla alta y metálica, su pelo caía mojado en torno a su cara y las lágrimas le rodaban por las mejillas, su cara estaba lívida y todo su cuerpo tenso y arqueado hacia atrás, Fausto sostenía una jeringa extraña clavada en la base de su espalda.

Mi primer impulso fue sacar mi rosario del 1080 para atacar a Fausto, pero Hao me había dado alcance y estaba ya de pie frente a mí había atajado mi rosario con su brazo enredandólo en su muñeca.

-Hao estorbas!! Yoh esta...

-Es un test de médula espinal - dijo Hao.. lo lamento mucho Anna pero tiene que hacerse... pese a que es uno de los test más dolorosos... lo lamento Yoh..

-O.. one sama... duele...

Me quedé paralizada observando como Hao se esforzaba por contener las lágrimas y se agachaba para besar la coronilla de su hermano, retirando el pelo húmedo de su frente... pudo ser un gesto sencillo de cariño, pero no sé porqué mi alma se llenó de asco por Hao.

-Me quedaré aquí hasta que termine y sostendré tu mano...

-Puede Anna sostener mi mano tambien?

-Por su puesto.

-Co.. como permites que le hagan eso... es Yoh un simple conejillo de laboratorio?- pregunté tomando a Yoh de la mano.

-Lo que tiene Yoh hasta el momento es desconocido... si queremos progresos para poder ayudarlo tenemos que agotar las posibilidades, hago esto porque le amo- dijo Hao enfadado, su voz sono frágil y herida.

-No peleen por favor... ustedes son mi única familia.. Anna, tu también serás mi familia junto con Onee san, Amidamaru y el doctor Fausto verdad? Ouuu 

-Lo soy cariño, lo soy. Hao se nota que tienes mucho dinero, en vez de pagar mis estudios porque no llevas a Yoh con un médico americano?

-No podemos confíar en los médicos mundanos Anna... sabes que nosotros no somos como los demás... menos tú... menos Yoh... sabes los problemas que tiene ... y si esta enfermedad le viene de su capacidad de ver fantasmas?

-No me vengas con eso de que Yoh puede verlos... yo nunca he visto uno.

-Pero usas ere rosario...y tiene poderes no? así que porque no existirían los fantasmas?- Mientras Hao me interrogaba podía sentir las uñas de Yoh clavarse en mi mano.

-Amidamaru dice que no conoce nada de mi enfermedad o si tiene que ver con el mundo espiritual...

-Quién es Amidamaru?- pregunté.

-Es una entidad espiritual... vive en la pensión, pero sólo Yoh puede verlo.

-Amidamaru murió protegiendo esta pensíon, fue un samurai contratado por la milenaria familia Asakura para proteger esta casa y a las esposas que haía adentro - dijo Yoh aprentando un poco los dientes.

-Hemos terminado... gracias joven Yoh, se portó usted muy bien.

-Es porque ellos estaban conmigo- dijo Yoh sentandose lentamente en la camilla, luego rodeo a su hermano por los hombros y la cintura aferrandóse a él como un pequeño mono - Amidamaru estaba enamorado de una de las esposas de los hermanos Asakura... entonces mi tío abuelo lejano mandó un grupo a atacar su propia casa... pero todo era una trampa para poder matar a Amidamaru sin que nadie lo sospechara.

-Es una historia terrible Yoh, donde la leíste?- dije

-No la leí!! me lo conto Amidamaru- dijo haciendo un mohín.

-Hao, tu le crees semejantes tonterías???

-Si Yoh dice que está aquí yo le creo. Nunca lo he visto, pero sé que está aquí... a veces me arroja cosas.

-Amidamaru está molesto con Hao- declaro Yoh  el dice que deberíamos abandonar esta casa los dos...

-Sólo lo dice porque quiere quedarse con la casa Yoh

-Eso no es verdad, él dice que esta casa esta maldit...

-Venga Yoh, es tarde, te llevaré a la cama- dijo Hao cargando a su hermano en la misma posición en la que estaban.

-Puedo dormir con Onee san en su cama?

-Por supuesto... Anna mañana tengo que salir para supervisar unos movimientos en los negocios... Yoh estará muy cansado y débil para hacer todo sólo, podrías ayudarle después de enviar tu reporte? 

Hao levanto una mano en señal de súplica por un momento me recordo al viejo Hao que me pedía le ayudara con una tarea porque tenía demasiado trabajo para hacerla.

-E... esta bien.

-No es mucho trabajo, sólo dále de desayunar lo que te indique Fausto, le ayudas a comerlo y le das un baño... yo haré el resto con él por la tarde.

Me sonroje como pocas veces... no, como nunca me había sonrojado en la vida 

-U.. un baño?? estás loco?

-El no podrá hacerlo solo, Anna por favor.

Yoh también estaba sonrojado, pero no dijo nada.

-Va.. vale - respondí finalmente.

 


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