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La caída de la Casa Asakura por Hao Asakura

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Notas del capitulo:

Cada vez más me enamoro de este fic :3 creo que va a ser el primero que voy a sacar en doujinshi... eso sería genial 

les invito a mi perfil de wattpad y recuerden la actualización de Juicio contra Dios es el miercoles, muchos saludos.

http://www.wattpad.com/user/HaoShamanKing

Durante las pocas horas que faltaban para el amanecer no pude dormir tuve extraños sueños donde corría por pasillos sin fin y escuchaba el llanto de una creatura.

A las siete de la mañana tenía los ojos abiertos, un ruido de motor me hizo poner rápidamente en pie y asomarme a la ventana.

Eran Hao  y Fausto... o al menos eso parecia por la gran cantidad de pelo castaño que brotaba de aquello que parecía ser una momia en traje de negocios, la cara, manos y cuello eran puras vendas y unas gruesas gafas negras cubrían los ojos del jefe de la casa Asakura, quien al ver que yo estaba asomada a la ventana me hizo una seña de despedida con la mano.

Fausto estaba al volante, al parecer no le molestaba hacer de chofer, se estiró un poco para abrirle la puerta a Hao, que simplemente parecía una versíon melenuda-castaña de "El hombre invisible" 

Mi habitación tenía un baño propio, pero debo decir que contrastaba completamente con ella, era pequeño y oscuro, con el piso y los muros de piedra pura, sin embargo al pulsar el interruptor vi que Hao también lo había mandando modificar para mí, cinco lámparas se encendieron, aunque no bastaron para iluminarlo del todo.

Me quedé intrigada por el hecho de que saliera agua caliente y perfecta de una tubería tan vieja y herrumbrosa, pero si la había simplemente no iba a quejarme, me dí un baño rápido y me puse la yukata que había encontrado bajo la almohada, Hao había mandado a traer mi ropa y mis cosas pero aún no habían llegado.

Al salir de mi habitación encontré una nota y un pequeño mapa pegados en la puerta de enfrente, tenían indicaciones de donde estaba la cocina del tercer piso, donde estaba la habitacion de Yoh y la de Hao, así como un menú para preparar.

-Arroz blanco, pescado a la parrilla, vegetales al vapor, leche, una copa de vino tinto, hay suficiente para ambos pero tu puedes desayunar lo que quieras, Yoh esta por el momento en mi habitación, se paciente con él, prometo traerles algo... con cariño Hao.- leí en voz alta.

Siguiendo las indicaciones del mapa pude encontrar la gran puerta de madera labrada que llevaba a la habitación de Hao, la empujé un poco para ver si Yoh seguía dormido.

Me llevé una gran sorpresa al verlo sentado en una mullida cama negra con dosel, respaldado por muchísimos cojines, tenía el pecho desnudo... y varias marcas en sus brazos... eran anatemas, no recoraba haberlos visto el dia de ayer.

-Buenos días Anna- dijo débilmente.

-Yoh estás despierto.

-Te estaba esperando... serías tan amable de ayudarme a levantar?

-Aún es muy temprano... no quieres dormir un poco más?

-Lo que menos quiero en este mundo es volverme a dormir...ouch- dijo.

-Estas bien?- pregunté entrando a la habitación y sosteniendólo por un brazo para ayudarle.

-La prueba de ayer me ha dejado muy agotado, apenas puedo moverme... puedes llevarme al baño?

-Yoh...por dios Yoh.. estás desnudo???

-Tiene algo de malo?- preguntó 

-No... no es eso es que... bueno... yo... no estabas durmiendo con Hao?? además, como te hiciste esos cardenales? ayer no los tenías...

Yho sonrió de una forma tierna y adolorida.

-Hao ha estado muy nervioso por mi ... le cuesta mucho controlar sus impulsos... ñ___ñ

-No... no me digas que él te hizo esto!!- dije furiosa señalando las marcas de dedos en sus brazos.

-No es lo que tu crees, Hao no es malo, sólo se desespera fácilmente yo tengo la culpa.

-Para de decir estúpideces!! nada justifica que Hao te maltrate!! ya verá cuando vuelva... el...el bastardo!!

-maltratar?- preguntó Yoh 

Con cuidado lo ayudé a llegar al baño de la habitación de Hao, era al menos el triple de grande, todo era de piedra tambíen, incluyendo la tina que era enorme,  pero solo tenía una vela encendida para iluminar todo, puse a llenar la tina y el vapor empezó a llenar todo de una atmosfera fantasmal.

Empezé a frotar suavemente la espalda de Yoh, en la parte media de su espalda se podía ver la hinchazón generada al rededor de donde el Maldito de Fausto le había penetrado con su aguja.

-Ou.. duele

Lentamente y con delicadeza comencé a lavarlo... ni en mis sueños más descabellados había podido imaginar que podría tocarlo de esa manera... o si quiera poder verlo, a pesar de su delgadez el cuerpo de Yoh, era simplemente perfecto, suave, blanco, delicado, con la piel brillante y aterciopelada.

-Escúchame Yoh... tu no tienes la culpa de estar enfermo... ni de que Hao esté loco... no puedo creer que te haya hecho esto... sabes yo... estoy dispuesta a sacarte de aquí... aceptaré la paga de Hao, sólo para poder ahorrar para llevarte lejos de él.

-NO! NO PUEDES HACER ESO!! si dejo solo a mi hermano morirá!!!

-En eso debería pensar antes de lastimarte!!

-Él NO me lastima!!!

-Entonces que es esto!! que es Yoh!! maldita sea!!!

-Hao es el señor de esta casa!! es dueño de todo lo que hay en ella incluyendóme!! no puedes separarnos!

-Esa vez en la sala no dijiste eso?

-Nos escuchaste?

-Estaba ahí...

-Hao vive por mí y yo por él... no espero que lo entiendas pero somos los únicos Asakura que quedan.

-Pero no es saludable que estés aquí, encerrado sólo con él y con Fausto... otros médicos deberían verte.

-No iré a ningún lado donde no esté Hao... Amidamaru díselo!! díle que no puede separarnos!!

Un fuerte ruido me sobre saltó, el  gran espejo de cuerpo entero frente a la tina se resquebrajó y salto en pedazos, tuve que ponerme frente a Yoh para protegerlo de la lluvia de cristales.

-Yoh... tienes poderes telequitenticos...

-No fui yo, fue Amidamaru...

-Dale con el famoso Amidamaru...

-Es real Anna, eres muy cruel... no sé porque estaba entusiasmado de que vinieras.- arrojó Yoh enfurruñado.

Esas palabras me rompieron el corazón... Yoh tenía razón, en vez de llegar y tratar de cambiar rádicalmente la situación en la que él estaba primero tenía que comprenderla. Con cuidado lo ayudé a ponerse de pie dentro de la bañera y cojí una grande y mullida toalla de un anaquel, al enredarla con ella lo abracé.

Yo estaba aquí para hacerlo sentirse mejor, no para reprocharle que quisiera estar con el único miembro de su familia, ya me encargaría de Hao más tarde.

-Esta bien... si me explicas todo trataré de comprender, puedes confiar en mí- dije susurrándole al oído.

 

 


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