Coloco estas notas aquí porque el mínimo de palabras para un fanfic no me alcanza a publicarlo.
Este drabble no es mío, yo solo lo he traducido del francés al español. La verdadera autora, es Manuka que pública sus historias en FF.
Notas de la autora:
Disclaimer: los personajes le pertenecen a Masami Kurumada y a Shiori Teshigori. Pero para la Navidad, intentaré comprármelos.
Gracias a Camhyoga por releerme y a mi gemela por animarme.
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A Aiacos le gusta el chocolate. Desde que lo probó no puede dejar de comerlo. Fue Kagaho quién le hizo probar, volviendo de uno de sus viajes. Había traído consigo una pequeña bolsa con habas secas tostadas al sol. Aiacos había tomado una, después de pasar rápido como un vendaval a las habitaciones privadas de su subalterno. Lo encontró infame.
Y sin embargo, mientras más masticaba esta cosa amarga, otro sabor se hizo presente ante sus papilas gustativas. Un sabor sutil, con reflejos escondidos que hay que buscar para poder apreciar su valor. Aiacos se volvió adicto.
Desde entonces, Aiacos siempre tiene chocolate en su oficina o con él. En la mañana, necesita un chocolate negro intenso, fuerte y brutal. En medio de la mañana, es un chocolate con pepitas de nueces, mientras esperaba por el desayuno. Con el café del mediodía, un pedazo de chocolate con frutos rojos, delicado y ligeramente azucarado, para hacer pasar la bebida amarga. En la reunión diaria después del mediodía, es un chocolate de leche, con el fin de tener un poco de dulzura mientras miraba a Pandora y Minos levantar la voz en una discusión en tanto a la organización del Inframundo. En la tarde, es un chocolate caliente, servido en una taza de cerámica roja, la cual a Aiacos le encanta. Lo bebe a sorbos observando el Inframundo desde su oficina, o desde los jardines. Finalmente, en la noche, antes de irse a dormir, es la haba seca en sí, que le hace dulcemente soñar con paisajes áridos y movidos por el viento.
A cada vez que él come chocolate, hay un recuerdo que se presenta en Aiacos. La dulzura de una sonrisa, lo azucarado de unos labios estirados, el perfume y el color de una piel dorada ante el sol, el calor de un cuerpo, el negro de una cabellera. Y a cada noche, al apagar la luz, Aiacos sonríe al encontrar su chocolate preferido sobre su cama. Porque para él, no existe nada más sabroso que degustar una y otra vez a Kagaho.
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Notas finales:
He decido dejar el título del fanfic en francés: «Instants chocolats», que en español significaría «Momentos de chocolates». Encontré que quedaba mejor el título en su idioma original.
Finalmente, me dedicaré a traducir fanfics del francés al español. Y por petición de una amiga (Rayfelle), heme aquí con traducciones de Aiacos x Kagaho, ya que al parecer no hay mucho de esta pareja en español.