Cuando Naruto entro en el auto de Gaara, se acomodó de tal forma que quedará lo suficientemente alejado del pelirrojo. Se sentó y abrazo fuertemente a Chitoru. Gaara se sento a su lado, bastante separado de él. A los pocos minutos que el coche comenzó la marcha, el rubio se quedo dormido, al principio se había sentado derecho, pero conforme el sueño lo vencía se iba deslizando un poco hasta que quedo un poco encorvado, siempre abrazando fuertemente a su pequeño hijo. Estaba bastante cansado, después de haber pensado en semejante plan y que se haya ido todo a la borda; esa situación lo canso lo suficiente para quedarse dormido. Después de todo, en el único momento en que podría olvidarse de su triste realidad sería en sus sueños. Estaba seguro que en ellos estaría él, la única persona que lo ha querido de verdad, quien lo ayudo a sacar adelante su embarazo y quien le reconstruyo una por una las partes de un corazón que fue pulverizado de la peor manera. Estaba seguro que soñaría con Itachi, su único y gran amor.
Los ojos verdes de Gaara no dejaron de ver a Naruto durante todo el trayecto en coche que hicieron desde el subterráneo hasta la casa, modesta, de Gaara. No sabía si era porque ahora se encontraba solo, sin su gran amor; sin embargo, ahora se podía dar cuenta del porque se había enamorado del rubio hace años. Era una persona hermosa y el verlo estrechar entre sus brazos a su pequeño tesoro, lo hacía ver aún más hermoso. Verlo dormir y escuchar su respiración lenta hizo que el corazón de Gaara empezará a latir aceleradamente. De un momento a otro sintió el impulso absurdo de sostenerlo entre sus brazos, besarlo y hacerlo suyo. Sentir nuevamente que era de su propiedad. Pensando en ello comenzó a acortar la distancia que existía entre ellos, estaba a muy pocos centímetros de tocar la piel de Naruto cuando el pequeño Chitoru comenzó a llorar fuertemente.
Cuando Naruto escucho el llanto de su hijo se despertó y se enderezo bruscamente golpeando con gran fuerza la frente de Gaara, su cara estaba encima de la suya como si estuviera a punto de besarlo. Esa posición se le hizo bastante extraña a Naruto, pero supuso que Gaara había intentado hacerle algo a Chitoru y no le hizo del todo caso. Lo único que le importaba era tranquilizar a su pequeñín. Mientras Naruto arrullaba a su hijo, el pelirrojo se sobaba la frente, había sido un fuerte golpe. Cuando el rubio hubo tranquilizado a Chitoru, volteo a mirar a Gaara que aún seguía sobándose la parte golpeada, el rubio lo miro con rabia –¿Qué pretendías hacerle a mi hijo?, ¡No te le vuelvas a acercar!, ¡Él no te conoce! – Gaara no dejo de hacer lo que estaba haciendo y contesto entre dientes – Solo trataba de besarlo, es mi hijo – Naruto negó con la cabeza – Hace mucho que perdiste el derecho de llamarlo “hijo”, ese derecho solo le pertenece a él – Gaara asintió y dijo con rabia y algo de decepción – Tal vez sea cierto –
El resto del camino hacia la casa de Gaara y su nueva vida transcurrió en completo silencio. Naruto no volvió a dormir, cada que sus ojos empezaban a cerrarse, Chitoru comenzaba a llorar, él sonreía y continuaba arrullándolo. Y Gaara no podía evitar mirarlos de reojo, se burlaba de sí mismo y pensaba “Se supone que lo traje para cuidar de mi hijo y no para arrepentirme de haberlo abandonado y no haber tenido la oportunidad de tenerlos en mi vida; pero, ¿Cómo podría pedirle a Naruto que se quedará a mi lado cuando yo ya tenía a Sasuke? Jamás lo habría aceptado. Hace algún tiempo me di cuenta que los quería a ambos, me decidí por la persona que me hacía sentir más cosas, ¿Me habré equivocado?”
Gaara fue sacado de sus pensamientos cuando el coche se detuvo – Hemos llegado, Naruto. Baja del auto. No te preocupes por tus cosas, las llevará nuestro chofer – Cuando el rubio bajo del auto no pudo evitar sentir nostalgia, nostalgia de aquella vida que alguna vez lo hizo muy feliz; sin embargo, también recordó la amargura que sintió cuando vio a Gaara teniendo sexo, en su propia cama, con una persona que él le había presentado, persona que él considero un amigo y que lo traiciono de la más vil manera. En su corazón había un torbellino de emociones, trato de que Gaara no lo notará y sin siquiera mirarlo le dijo –¿Podrías llevarnos con tu hijo?, se supone que por eso he venido aquí, a cuidarlo ¿Ya tiene un nombre? – Gaara negó con la cabeza – No he pensado en ninguno – Naruto sonrió
Y se encamino a la casa, lo único que lo hacía feliz es que cuidaría de un niño, que además era el hermanito de su hijo y por ende, Chitoru ya no estaría tan solito –¿Deseas que encontremos por nosotros mismos nuestra habitación? – Gaara frunció el ceño –¿Vas a dormir con ellos? – Naruto hubiera jurado que vio un gesto de tristeza en el rostro de Gaara, pero lo atribuyo a que estaba demasiado cansado y el pelirrojo continuo hablando – Ya prepare tu habitación que está completamente separada de la mía, por supuesto – El rubio sonrió – Me sentiría mejor si me quedará a lado de los niños. Para eso estoy aquí, para cuidar de ambos. Solo necesito un futon. No te preocupes por mí, Gaara, has de cuenta que no estoy aquí y sigue con tu vida. Ni tu hijo ni yo seremos un obstáculo en ella. Ahora, te agradecería nos dejarás descansar – Gaara se encamino hacia la puerta y salió de esa habitación, dejando a Naruto con los niños y pensando en que esta situación sería mucho más difícil de lo que pensaba.
La habitación que le había sido asignada a Naruto y a los niños era relativamente grande. Al parecer era el cuarto donde había estado el estudio de Gaara cuando Naruto vivía ahí. En esa habitación se encontraban 2 cunas, al parecer una estaba más nueva que la otra, al parecer apenas la habían comprado y el rubio no pudo evitar pensar «Así que sabías que tu plan surtiría efecto tarde o temprano. Definitivamente eres un hombre demasiado calculador y eso me molesta bastante» Como Chitoru ya estaba completamente dormido lo coloco en una de las cunas, el otro bebé ya estaba durmiendo en una de ellas, así que él coloco a su hijo en la otra. No pudo evitar recordar cuando Itachi y él estuvieron escogiendo por horas la cuna de Chitoru, nada les convencía, nada les parecía lo suficientemente bueno para su hijo. Una sombra de pesar cruzo por su mente, pero se acordó de la promesa silenciosa que le había hecho a su amado *Aguantar hasta que pudieran estar juntos de nuevo* y él lo haría, sobreviviría para poder estar con él cuando fuera el momento. Estaba seguro que ese momento llegaría tarde o temprano.
También observaba que las cunas estaban algo cercanas y él intento acercarlas más para que Chitoru y su hermanito pequeño pudieran interactuar más; sin embargo no pudo, estaba bastante debilitado y él lo atribuyo a que no había dormido lo suficiente la noche anterior. Se sento en una silla cercana a ambas cunas y comenzó a pensar en que nombre ponerle al hijo de Gaara y de Sasuke y se le ocurrió el nombre perfecto para ese bebé, Ryu. Y sonrió un largo rato, después se levantó de su asiento y se dirigió a la cuna donde dormía el pequeñín que tenía el cabello azabache y los ojos verdes de Gaara, al parecer ese era el único rasgo dominante que poseía Gaara. Naruto lo observo por largo rato y después le dijo – Tu nombre será Ryu, serás un dragón que sobrevivirá a todas las circunstancias, sean buenas o malas ¿Te gusta tu nombre? – Como si el bebé hubiera comprendido lo que le preguntaban sonrió sin abrir sus ojos – Supongo que sí – Naruto sonrió.
Gaara estaba afuera de la puerta justo en el momento en que el rubio bautizaba a su pequeño con el nombre de Ryu. Cuando el escucho decirle la causa de su nombre sonrio para sí mismo, tal vez inconscientemente, pero lo hizo. Su cuerpo empezó a caer a lado de la puerta y de un momento a otro se encontró hincado, reflexionando todo lo que había hecho. De pronto se dio cuenta de cuanto es que había perdido. Se sintió un verdadero miserable, prácticamente estaba renegando del amor que una vez sintió por Sasuke. Y era verdad, era un maldito miserable, una escoria porque ahora y solo ahora se estaba arrepintiendo de haber dejado que Su Naruto se alejará de su lado, de haberlo hecho a un lado cuando se enamoro de Sasuke.
En su retorcida cabeza se estaba anidando una nueva teoría, y esa era que ambos le pertenecían, que ambos eran dueños de su corazón y que a los dos siempre los amo. Con esa nueva idea en mente llego a la conclusión de que el único error que había cometido fue no haberlos mantenido a ambos a su lado, así es como debió haber sido y ahora no estaría en este dilema. Una parte de Gaara sabía que lo que pensaba era un completo disparate, sabía que Naruto jamás hubiera aceptado compartirlo y mucho menos Sasuke, este último tenía un orgullo grande. Sin embargo, él los hubiera mantenido a su lado, aun en contra de su voluntad. Se reía, sabía que eso no podría suceder nunca porque Sasuke estaba muerto y Naruto se había enamorado de otro. Qué estúpido había sido. Una lágrima se derramo por una de sus mejillas, lo había perdido absolutamente todo.
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Golpeo el escritorio con todas sus fuerzas – Me estás diciendo que no puedo probar mi inocencia – Shikamaru estaba sentado, asintió con la cabeza, pero estaba sumamente tranquilo – Todas las pruebas te incriminan. Necesitas tranquilizarte, debemos pensar con la cabeza fría y tenderle una trampa y también pienso que lo mejor que pudo haber hecho tu pareja es ir a esa casa. Él será nuestro infiltrado – Cuando escucho la palabra “Infiltrado”, Itachi perdió el poco control que le quedaba, se sento de nuevo y lo miro a los ojos completamente furioso – A qué demonios te refieres, no lo pondré en riesgo. Solo yo voy a demostrar que soy inocente, así que no lo metas en esto, ¿lo entiendes? –
Shikamaru alzo una de sus cejas – Entiendo que quieras proteger a tu pareja. Sin embargo, es la única forma que puedo pensar para reunir pruebas que prueben tu inocencia. Si lo piensas demasiado, solo harás que ustedes pasen más tiempo separados, ¿Eso es lo que realmente deseas? – Itachi negó con la cabeza – No quiero pasar más tiempo lejos de Naruto, pero si Gaara fue capaz de abandonar a su hijo en mi casa con el solo objetivo de culparme de su secuestro, está más que claro que podría hacerle cosas aún peores a él, a la persona por la que soy capaz de respirar y eso, definitivamente, no lo permitiré – Shikamaru movió su cabeza en desaprobación – No crees que eso es algo que el mismo Naruto debería decidir. Después de todo, él también está metido en esto completamente – Itachi lo pensó un momento y finalmente contesto – Pensemos en otra manera, si no la hay, entonces dejaré que hable con él – Shikamaru sonrió – Me parece justo –