Después de que el rubio trajo al mundo al pequeño Chitoru, su cuerpo estaba bastante debilitado así que Itachi se encargó de procurar al bebé. Naruto se sentía en deuda con el Uchiha.
Itachi le preparaba su biberón cada 4 horas, que era el tiempo que Tsunade les había dicho. Como era la primera vez que se iba a encargar de cuidar de una pequeña vida compro un libro que se titulaba “Como cuidar a un recién nacido y no morir en el intento”. Lo había comprado unas 2 semanas antes de que el niño llegará a esta dimensión y lo había estudiado arduamente, sin que Naruto se enterará. Como el rubio no sabía aquello siempre molestaba al sexy azabache con preguntas como «¿No me digas que tú también puedes procrear niños?» A Itachi no le molestaba ese tipo de preguntas, él no era machista y además, le agradaba que él le hiciera ese tipo de bromas. Significaba que estaba feliz y por tanto que estaba superando todo lo que había vivido, por ello le contestaba «¿Acaso solo los que pueden procrear tienen derecho a saber cuidar un bebé? Por personas que piensan como tú es porque hay tantas personas que creen que los hombres son superiores y eso no es verdad»; Naruto cada vez admiraba más a ese sexy hombre, no podía evitar compararlos, a Gaara y a él. Sabía que estaba mal, pero aun así lo hacía. Y con una gran sonrisa, terminaba la conversación «Tienes toda la razón, Itachi. Si uno quiere que los demás cambien su perspectiva con respecto a los hombres que procrean, también debe uno cambiarla y dejarse de prejuicios estúpidos, que la sociedad impone. Cuando me entere que yo podía engendrar vida, una parte de mí se sintió triste; pero, ahora que veo a mi pequeño muchacho soy inmensamente feliz » Itachi solo sonreía ante esas palabras mientras mecía en sus largos brazos al pequeño bebe y le daba su biberón.
Naruto estuvo en reposo absoluto durante 3 semanas. Durante ese tiempo, Itachi se encargaba del aseo de la casa y de cuidar al bebé. No tenía tiempo para abrir la tienda, así que esta se mantuvo cerrada durante ese tiempo. Por ese motivo, el rubio se sentía realmente apenado, por eso y porque él tuviera que cuidar a su hijo, estaba tan avergonzado que tenía planeado irse en cuanto se sintiera mejor.
Todas las noches de esas 3 semanas Itachi le contaba un cuento al pequeño Chitoru. Parecían padre e hijo y esa foto mental conmovía sobremanera a Naruto, por primera vez estaba deseando haber conocido antes a Itachi, haberse casado con él y que Chitoru fuera su hijo y no el del bastardo ese. Pero, él no tenía poder para regresar el tiempo atrás, pero agradecía el hecho de que pudo haberlo conocido, el hecho de que pudo pasar su embarazo al lado de alguien realmente confiable. Estaba seguro que si no hubiera sido por ese ángel que lo sobreprotegió durante esos nueve meses, él probablemente no hubiera sobrevivido, hubiera pasado hambre y tenido un temor constante de que Gaara los encontrará y le arrebatará a su hijo, porque solamente era suyo. Y sabia, que si alguien merecía ser llamado padre de Chitoru; ese, sin duda alguna, era Uchiha Itachi. “Padre es el que cría no el que engendra”
Las 3 semanas pasaron en un santiamén, tanto para Itachi como para Naruto. Este último aprovecho que el primero había salido a trabajar en la tienda porque necesitaban dinero, para empacar sus cosas y las de su hijo y alejarse de su ángel de la guarda para que él regresará a sus actividades usuales. Cuando estaba sacando su ropa del ropero que compartían tanto él como Itachi pensó “En verdad parecemos esposos, me hubiera encantado conocerte antes, hubiéramos sido tan felices”, estaba tan absorto en sus pensamientos que cuando jalo algo de su ropa se cayó una caja que estaba guardada entre las cosas de Itachi, al caerse se abrió y salieron las cosas que estaban dentro de ella. Eran dos libros, Naruto los agarro y entonces vio sus títulos: *Como cuidar de un recién nacido y no morir en el intento* y *Riesgos y cuidados de un embarazo masculino*. Al ver esos títulos, su corazón se estrujo, empezó a sentir un cosquilleo profundo en el tabique de la nariz y sus ojos empezaron a derramar lágrimas “Ahora lo entiendo todo, estudiaste por nuestro bien. Eres una gran persona, estoy seguro que el padre ‘biológico’ de mi hijo ni siquiera hubiera intentado ser un buen padre. No quiero dejarte, pero no puedo permanecer a tu lado, poniendo tu vida de cabeza. Mereces estar con alguien que no tenga un hijo con otro hombre, tu mereces algo que valga la pena” –¿Que estás haciendo? – Fue sacado de sus pensamientos con esas palabras, reconoció su voz al instante, era Itachi. El rubio estaba agachado viendo los títulos de esos libros, así permaneció y sin voltear a mirarlo
– Estoy empacando mis cosas. Agradezco tu hospitalidad, pero es hora de que mi hijo y yo hagamos nuestra propia vida – Las palabras del ruido se estaban quebrando y se quebrarían aún más después de escuchar la respuesta de Itachi
–¿Esto es lo que en verdad deseas? Por una vez en tu vida se egoísta y exterioriza lo que en verdad quieres, ¡no seas testarudo Narutooo! – Al escuchar que el azabache mayor había gritado, se sobresaltó un poco. Se levantó, giro sobre su propio cuerpo y corrió. Itachi, por un momento, pensó que huiría; no lo detendría, después de todo era su decisión, estaba pensando eso cuando sintió como unos brazos le rodeaban la cintura y una cabeza se acurrucaba en su pecho, estaba realmente sorprendido, entonces escucho palabras ininteligibles aunque él las entendió perfectamente bien – Entonces, ¿Está bien que me quede?, ¿Lo está? – Estaba sollozando, Itachi se conmovió y acariciando su dorado cabello – Lo está. Te amo. Seamos una pareja, ¿Me dejarás ponerle mi apellido a nuestro hijo? – Al escuchar la palabra ‘Nuestro’, el azabache mayor sintió que su pecho estaba siendo mojado, eran las lágrimas del rubio, lágrimas de felicidad porque había encontrado el verdadero amor en brazos de un hombre generoso, guapo y extremadamente varonil. El rubio no pudo hacer más nada que asentir. Se separó un poco de ese fornido pecho y jalo la camisa del azabache haciendo que se inclinará, cuando la cara de Itachi estuvo a la misma altura que la de Naruto, este último toco sus labios con los suyos y se fundieron en un beso lleno de pasión, de sentimientos que se habían desarrollado durante el tiempo de gestación del pequeño Chitoru Uchiha. Ese era el comienzo de su vida en común, una vida feliz y sin ningún arrepentimiento.
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Una semana después de la muerte de Sasuke, Gaara ya había conseguido toda la información sobre su ex esposo. Sabía la dirección de su casa y de la tienda en que trabajaba. También tenía su número de celular y su correo electrónico. Todavía no tenía el resultado del análisis de ADN, es más, parecía que el detective había sido un completo fracaso en ese aspecto. Aunque, a lo mejor no era tan mal detective sino que Naruto era un buen padre que no descuidaba al mocoso. No podía esperar a que hubiera resultados, necesitaba tener al rubio consigo; no podía dormir debido a los lloriqueos de su primogénito. Aunque, todavía no sabía que iba a hacer si se aseguraba de que el hijo de Naruto era hijo del tipo con el que estaba viviendo. Sí era así significaba que el rubio lo había traicionado, entonces no podía traerlo de regreso porque significaría que nunca lo amo. Si eso sucedía, entonces no tendría más remedio que dar en adopción a ese pequeño niño. Esa última opción, no lo convencía del todo, pero gracias a ese pensamiento llego a otra forma de manipular a Naruto. Diciéndole que si no regresaba a su lado, entonces daría en adopción a esa criatura, hacerlo sentir culpable. No hay nada más infalible que eso, con ese tipo de corazón, Naruto sigue siendo una presa fácil. En esto estaba pensando cuando se dirigía a una cafetería, que estaba en los territorios de Konoha.
En uno de los asientos de la cafetería a la que Gaara se dirigía, estaba sentado Naruto. En la mañana había recibido un mensaje en su celular «Necesitamos hablar. Soy Gaara. Te necesito. Te busco, a las 4 de la tarde, en la cafetería que esta atrás del lugar en donde trabajas. Si no vienes, entonces tendré que ir a esa tienda» El rubio no quería que Gaara conociera a Chitoru, estaba seguro que en cuanto lo viera sabría que es suyo, tampoco quería que Itachi lo viera. No sabía cómo es que el reaccionaría, así que decidió irse a encontrar con ese bastardo. El solo hecho de estarlo esperando hacia que sus dientes rechinarán por el enojo, después de 2 años volvería a verlo, volvería a ver al maldito traidor. Y lo peor, estaba seguro que también lo vería a él, a su traicionero amigo –¡Que tal!, ¿Cuánto tiempo sin vernos, amor? – La palabra ‘amor’ sacada de esos labios le provocaba repulsión, se levanto bruscamente de su lugar –¿Amor?, ¡no me hagas reír infeliz!, ¿Dónde está tu puta?, ¿Por qué veniste solo? – Gaara contesto sin pensarlo – Ha muerto y quiero que regreses conmigo – Cuando escucho que Sasuke había muerto, su corazón se encogio. Es verdad que lo odiaba, pero no le deseaba ningún mal, después de todo era el hermano del hombre que era el amor de su vida. Pronto recobro el sentido y se carcajeo tan fuertemente que llamo la atención de todos los clientes –¡Me quieres volver loco!, él se muere y quieres que yo regrese contigo así porque sí. ¡Eres un maldito bastardoooo! – Grito, sin importarle que estaba llamando la atención y que, probablemente lo echarían del local –¿Te imaginas cuantas veces me torture diciéndome que era mi maldita culpa el que me dejarás? Cuantas veces pensé que era mi culpa porque no pude satisfacerte como tú merecías. Cuantas veces quise ser él para estar en tus brazos, cuantas veces me recrimine que me abandonarás. No lo sabes, malditooo. ¿Y sabes porque no tienes ni una puta idea?, porque tú nunca has amado de verdad, a ti nadie nunca te ha traicionado, es porque siempre has tenido todo lo que has querido, que eres un Malditoooo Bastardooo. Todo el amor que alguna vez sentí por ti ahora se ha convertido en odio. Así que déjame en paz. Ya tengo alguien que me ama y amo, no pienso separarme de él – Se da la vuelta para salir antes de que lo saquen a patadas por hacer escándalo, cuando escucha a Gaara – No me hagas reír ¿Dices que tú eres la victima?, entonces dime porque tienes un hijo de la edad de un año, ¿Me traicionaste o ese hijo es mío? – Cuando Gaara pronuncio esas palabras el cuerpo de Naruto fue zarandeado por un fuerte escalofrio, por poco salía corriendo para decirle a Itachi que debían huir lo antes posible; sin embargo, se mantuvo impasible y sin voltear – Por supuesto que ese niño no es tuyo, en cuanto me fui de tu casa, me acosté con el primero que me encontré. Gracias a Dios ese hombre es alguien bueno y mil veces mejor que tú. Ese hombre es el padre de mi hijo. Así que no te nos acerques – Gaara no pudo evitar sentir un golpe bajo en su ego, pero no perdió su fría expresión – No te creo. Averiguaré. Así que atente a las consecuencias. Por cierto, hay un niño de por medio de apenas una semana de vida. Si no regresas conmigo, ese niño ira a parar a un orfanato. Eso es demasiado cruel y solo sería tu culpa. Por cierto, si averiguo que ese niño es mío, entonces luchare por su custodia. Deberías ser más inteligente y pensar en lo que verdaderamente te conviene. Hasta luego, Naruto – Y paso a lado del rubio, sonriendo porque vio la expresión de incredulidad en sus ojos y sabía que había ganado.
Naruto abandono esa cafetería y fue a la tienda donde le esperaban su amado hijo y su amante, cargo al primero y le dio un beso en la frente. Después lo bajo y se dirigio a su amado y le dijo –¿Me abrazas?, parece que vienen tiempos difíciles – Itachi lo estrujo entre sus brazos, no se atrevio a preguntar, solo pronuncio – Tranquilo. Todo saldrá bien, estoy aquí para ti y afrontaremos juntos lo que venga – Sonrió y se quedaron abrazados mirando a su pequeño retoño.