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Ahora por Ha Na

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Notas del capitulo:

Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto

Hola, estoy aqui de nuevo, dando señales de vida

Espero les guste el capitulo...

Estamos en contacto...

Han transcurrido dos semanas desde que Naruto y Gaara tuvieron su encuentro en esa cafetería. Dos semanas donde no han sabido nada del pelirrojo y donde Itachi no ha hecho ni una sola pregunta. Es temprano e iban a iniciar una conversación de lo que harían durante el día cuando un golpe en la puerta los interrumpio, les parecio extraño ya que nadie los visitaba tan temprano. Naruto se encontraba haciendo el desayuno, tostando  pan y haciendo café e Itachi estaba sentado observándolo. Al escuchar la puerta, Itachi se levanto de su asiento y se dirigio a la puerta. Cuando la abrio, observo una canasta en el piso, se agacho y entonces tomo entre sus dedos un pedazo de cobija y la alzo descubriendo un pequeño bebé, por lo que había leído parecía un bebé de apenas unas 3 semanas de edad. Era bastante pequeño, simplemente hermoso, estaba dormido; su cabello era azabache. No pudo evitar sentir mucha ternura y algo de familiaridad al verlo.


 


Al rubio le parecio extraño que Itachi tardara tanto, además de que no escucho a nadie interactuando con él. Así que apago la cafetera y el tostador y se dirigio a donde estaba su pareja, lo vio agachado y se preocupo por un momento –¿Qué sucede?– Sin levantarse ni voltear a verlo – Nos han dejado un bebé en la puerta de la casa, debemos dar aviso a las autoridades para que vengan por él – El azabache mayor se levanto, supo inmediatamente que no debía dejar que Naruto lo viera porque entonces querría cuidar de él. Sin embargo, no actúo lo suficiente rápido, en el momento en que él se levantaba de su lugar Naruto ya había llegado a la canasta y como Itachi había dejado destapada a la ternurita, el rubio la vio. Inmediatamente, se enamoro de él. Se le quedo mirando por largo rato y luego volteo a ver a su amado, aunque este último estaba dándole la espalda, en su mente se imaginaba la expresión de Naruto – Espera Itachi, ¡míralo!, es hermoso. Hay que cuidarlo nosotros, tal vez sus padres se arrepienten y regresen por él. Si se los damos a las autoridades ellos los darán en adopción rápidamente porque hay muchas parejas que no pueden tener hijos y los desean con todas sus fuerzas, ¡por favor! – Aunque Itachi no volteó para mirar la expresión de su pareja, se la pudo imaginar con esos ojos de cachorro a medio morir, y termino aceptando porque él nunca ha podido negarle nada cuando ponía ese tipo de expresión.


 


A pesar de que Itachi no volteo, Naruto se quedo mirando su cuerpo esperando su respuesta y haciendo la expresión con la que Itachi nunca pudo negarle nada, en todo el tiempo que llevaban juntos. En el momento que vio que asentía con la cabeza, sonrio ampliamente y saco al pequeño niño de la canasta, lo coloco entre sus brazos y comenzo a arrullarlo. Mientras se encargaba del bebé se dirigía al cuarto de su hijo. Paso a lado de Itachi y cuando estuvo a unos 5 pasos de él, sin voltear le dijo  – Itachi, mete la canasta. Creo que guarde un poco de ropa de la que uso Chitoru cuando era pequeño. Buscaré sus biberones para darle de comer – Como no escucho al azabache mayor contestar volteo a mirarlo, estaba con la cabeza agachada, parecía preocupado –¿Qué sucede, Itachi?– El azabache sin levantar la cabeza le contesto – Amor, no te encariñes. ¿No te parece raro?, tengo un mal presentimiento de todo esto – Naruto se quedo serio por un momento y luego sonriendo le dijo – No pienses tanto. Sí algo sucede lo afrontaremos juntos, ¿No es cierto? No podemos abandonar a este pequeñín. Todo saldrá bien – Y sonrió nuevamente, volteo sobre sí mismo y se dirigio hacia la habitación de Chitoru “Espero que no sea lo que estoy pensando, Gaara”.


 


Cuando el rubio se hubo ido, Itachi se dirigio a levantar la canasta y a cerrar la puerta. No podía dejar de pensar que todo esto era demasiado raro. Cuando vio a ese nené en la puerta no pudo evitar recordar el día en que Naruto llego todo nervioso a la tienda y le dijo que venían tiempos difíciles. El cómo ese mismo día en  la noche había sufrido de fiebre y en su delirio le suplicaba que huyeran y después decía «Es imposible, en esta dimensión sólo hay dos sitios en los que puedo estar, y él conoce ambos. No tengo escapatoria». Cuando Naruto se recuperó, no menciono absolutamente nada de lo que había ocurrido ese día. Entonces, Itachi decidió no decirle nada, no hacerle preguntas para no agobiarlo más; además, estaba seguro que cuando él tuviera la suficiente confianza para contárselo, lo haría. Cuando tomo la canasta se dirigio al cuarto donde estaban sus más grandes adoraciones, Naruto y Chitoru. Y entonces, se quedo en la puerta, mirando.


 


Naruto estaba buscando la ropa que había usado Chitoru cuando era recién nacido. Itachi hizo un sonido para llamar su atención, entonces Naruto volteo y vio la sonrisa discreta del azabache mayor y éste rompió el silencio – Creí que habías guardado esa ropa para nuestro futuro hijo – El rubio se sonrojo un poco – Así era, pero tú decidiste que lo tendríamos hasta que Chitoru tuviera 5 años, para que él no estuviera celoso y se sintiera desplazado ¿No es cierto? – Itachi le dedico otra de sus sonrisas discretas – ¡Es verdad! Hablando en serio, no debes encariñarte, ¿ok? – El rubio suspiro resignado – Lo sé – Y haciéndole una señal para que se acercará – Pero, ¡Míralos!, son simplemente hermosos juntos – Y sí, lo eran. Estaban en una misma cuna. Chitoru estaba más gordito y el bebé estaba pequeñito, estaban abrazados. Chitoru estaba abrazando al bebé, como protegiéndolo – ¡Míralos!, ¡Chitoru lo está abrazando!, se ven taaan lindos. De seguro lo hizo inconscientemente porque no ha despertado. No los vi por andar buscando ropa y un biberón. Parecen hermanos – Itachi al escuchar esa última palabra no pudo evitar preocuparse. Ese mal presentimiento había regresado y más fuerte que nunca. En ese momento quería preguntarle a su rubio lo que había sucedido ese día, mas no se atrevió a romper esa hermosa sonrisa. Sonrisa que le provocaba ver a esos dos niños juntos. Solo pudo sonreír y asentir.


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Gaara estaba derramando lágrimas cuando un detective lo estaba interrogando –¿Hace cuánto que desapareció?– El pelirrojo tenía los ojos hinchados de tanto llorar – Desde esta mañana – El policía parecía dudar de sus palabras – Necesitan pasar 48 horas para que lo podamos declarar como desaparecido – Al escuchar esas palabras, Gaara empezó a sacudir la cabeza violentamente – No podemos esperar tanto tiempo. Mi hijo está en peligro. Esto no es una simple desaparición. Mi hijo ha sido secuestrado – El detective frunció el ceño –¿Cómo es que esta tan seguro?– Gaara le mostro una hoja de papel, estaba arrugada y sus manos estaban temblando cuando se la extendió y continuo hablando – Este papel me llego esta mañana por paquetería, está escrito a computadora – El detective trato de desarrugar dicho papel, cuando lo hubo hecho empezo a leerlo


 


“Así que quieres interferir con mi familia.


No lo permitiré.


Me desharé de tu hijo si no nos dejas en paz.


Si lo quieres volver a ver déjanos tranquilos y prepara una suma de medio millón de dólares.


Si contactas con la policía, tu hijo morirá. Quedas advertido”


 


 


Cuando el detective termino de leer pensó “Adiós a mi día tranquilo” y dirigiendo su mirada hacia el pelirrojo –¿Tiene algún sospechoso?, ¿Ha estado molestando a alguien, señor Sabaku? – Y Gaara poniendo una expresión de indignación – No estoy molestando a nadie, solo reclamo lo que es mío. Mi ex esposo se junto con alguien más cuando nos separamos y yo lo quiero de vuelta. Tal vez el tipo con el que se metió es el autor intelectual de este hecho atroz y mi ex, su cómplice – Agacho su cabeza, proyectando decepción y tristeza; sin embargo el detective no le creyo del todo porque en ese trabajo había aprendido a reconocer cuando los sentimientos proyectados eran reales y cuando solo eran una pantalla, sin embargo tenía que hacer su trabajo y mirándolo con una expresión que proyectaba indignación – Me llamo Shikamaru Nara, así que dígame el nombre de su sospechoso e iremos inmediatamente a su casa – Gaara no pudo evitar sonreír – Su nombre es Uchiha Itachi y esta es su dirección – Le dio un papel e inmediatamente Shikamaru se dirigio a ese lugar.


 


Mientras tanto, en la casa de Naruto e Itachi, ellos estaban acurrucados en el sillón. El segundo sentado y el primero acostado usando las largas piernas de Itachi. Itachi estaba acariciando su cabeza y el rubio se estaba quedando dormido, en consecuencia cuando escucharon la puerta. Naruto se levanto y fue a abrir. En el momento en que abrió vio a Gaara y a su lado a un hombre que le mostraba una placa de policía. Se puso pálido, tan pálido que no entendía lo que el detective le decía –¿Usted es Itachi Uchiha?– El rubio estaba sufriendo un ataque de pánico e intento cerrarle la puerta en las narices pero Shikamaru se adelanto y puso un pie en la base de la misma para evitar que la cerrará. Como veía que no le contestaba grito aun más fuerte – ¿Es usted Itachi Uchiha? – Naruto se sobresalto, pero no contesto y entonces escucho – Soy yo – Decía el azabache mayor mientras se acercaba a Naruto y lo agarraba de los hombros como para transmitirle tranquilidad –¿Qué se les ofrece?– Shikamaru pudo darse cuenta inmediatamente que ese era un hombre inocente y sin embargo, todas las pruebas lo acusaban – Necesitamos registrar esta casa – Naruto seguía pálido, pero el sentir las manos de su amado en sus hombros lo estaba tranquilizando, poco a poco. Itachi contesto –¿Tienen una orden de cateo? – El detective le dio un sobre, en él había un papel que decía “Orden de cateo”. Cuando la leyó se hizo a un lado y a Naruto también. El detective reviso la casa y cuando hubo llegado al cuarto de Chitoru, le pregunto al pelirrojo –¿Este es su hijo? – Y él contesto – ¡Lo es!, ese hombre es un vil secuestrador – Cuando Naruto escucho esas acusaciones tan falsas se puso rojo, rojo de rabia y mirando con sus ojos azules a Shikamaru


 


 – Ese hombre está mintiendo. Él no secuestro a ese bebé, el nunca haría nada contra un bebé inocente. Él ha cuidado de mi hijo como si fuera suyo, él ha cuidado de ambos cuando ese maldito enfermo nos traiciono. No le crea. Si hay alguien malo aquí es él – El rubio estaba a punto de correr a golpear a ese pelirrojo, a ese hombre que se atrevía a lanzarle semejantes acusaciones a un hombre tan bueno como Itachi; sin embargo, el azabache mayor lo mantuvo agarrado de los hombros y acercándose a su oído le susurro – Tranquilízate. Es más que obvio que todo esto es una trampa que él hizo. No pierdas la cabeza. Me voy a ir con la policía, todo se arreglará – Bajo sus manos de sus hombros y las coloco en uno de sus brazos y lo volteo para que sus miradas se cruzaran              – Prométeme que, pase lo que pase, no caerás en sus chantajes. Soy inocente y la justicia me dará la razón. ¿Me lo prometes? – Naruto asintió, de sus hermosos ojos azules escurrían lágrimas gruesas llenas de dolor, indignación e impotencia. Itachi lo solto y se acerco a Shikamaru, éste le coloco las esposas, el azabache le dedico una última mirada y Naruto perdió el poco autocontrol que le quedaba y de un momento a otro estaba arrodillado sosteniendo la pierna del detective y mirándolo hacia arriba con sus lágrimas escurriendo por sus mejillas – No se lo lleve, es inocente. Es lo único que tengo, es mi único refugio. No me quite mi refugio – Shikamaru no pudo evitar sentir culpa – Levántese, por favor – Solto el brazo de Itachi mas no le quito las esposas; él era el único que podría ayudar a ese rubio. Itachi se agacho, miro a Naruto, quien también lo miraba a los ojos – Lo prometiste Naruto, prometiste que serías fuerte. Así que levántate y no caigas en los chantajes de ese manipulador. Todo se arreglará – En ese momento Naruto se dio cuenta que él era el único apoyo que Itachi tenía y que si no lo despedía con una sonrisa, Itachi estaría muy preocupado por él y no se podría defender adecuadamente. Solto la pierna del detective, se levantó y sonrió a Itachi y le dijo – Te estaremos esperando, amor – Itachi se mordio el labio, giro sobre sus propios pies y al ver que Naruto ya no lo podía ver una lágrima traicionera se le escapo, pero mantuvo su voz firme y le contesto  – Nos vemos, Naruto. Cuida a Chitoru, pronto estaremos juntos de nuevo – Shikamaru lo tomo de un brazo y se dirigieron a la puerta, detrás de ellos estaba Gaara con una sonrisa de triunfo.


 


Cuando la puerta se cerró tras ellos, Naruto siguió sonriendo y se repetía a sí mismo “Todo se arreglará”, se lo repetía tantas veces, parecía que quería convencerse a sí mismo de ello.


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

Notas finales:

¿Qué les parecio?

Les cuento que casi lloro con mi propio escrito... ¿Les transmiti algo?

Estoy muy emocionada... :)

¿Hay fans del Sterek?

Bueno, me voy, estamos en contacto

^^


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