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Ahora por Ha Na

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Notas del capitulo:

Hola!

Publicando mientras hay una pareja sentada junto a mi y yo ando roja, creo ya se dieron cuenta que soy fujoshi y en mi fac, no bueno. Después de actualizar saldré corriendo.... :)

Disfruten el capitulo

^^

Cuando Naruto despertó, a lado de él estaba su verdadero amor, Itachi, durmiendo plácidamente. Afortunadamente para el rubio, el azabache mayor no lo tenía abrazado como era su costumbre hacerlo, así que se levantó de la cama tratando de hacer el menor ruido posible, para no despertarlo. Eran las 5 de la mañana, se apresuró a darse un baño rápido. Cuando termino escribió en una hoja de papel “Gracias por todo. No me busques. Se feliz porque yo lo seré”, al escribir dicha nota una lágrima escurrió por su mejilla y volteo a ver a su amado, se veía tan tranquilo, tan en paz y le susurro suavemente, parece que se hablaba a sí mismo y como si no quisiera que él le escuchará «Espero que puedas perdonarme, Ita-san. Esta es la única forma de que tú puedas conservar tu libertad. Gaara solo quiere que cuide de su hijo, lo haré por un año y prometo que regresaré a ti. Lo prometo, solo espero que cuando lo haga no sea demasiado tarde. Sé que es egoísta, pero por favor no me olvides que yo no lo haré»

 

Después de observarlo un rato más, se levantó de la silla, sus lágrimas escurrían de sus ojos. Lloraba en silencio. Quería evitar a toda costa que Itachi despertará, si lo hacía sería el final de todo, no podría abandonarlo si él lo veía con esos ojos negros que lo atrapaban y no lo dejaban pensar. Así que caminando de puntitas hacia la cama procurando hacer el menor ruido posible coloco dicha nota en el lugar donde momentos antes estaba acostado recordando cuando Itachi se hacia el dormido y cuando estaba cerca de la cama abría sus ojos y lo tomaba de la cintura para atraerlo hacia él y darle su beso de buenos días. Una parte de él quería que su amado despertará y lo jalará hacia él y que no permitiera que hiciera esta estúpida locura, de la que seguramente se arrepentiría. Es más, ya se estaba arrepintiendo, mucho antes de llevarla a cabo. Sin embargo, en su cabeza solo había un pensamiento: Mantener fuera de peligro a la única persona que la ha amado de verdad y para siempre. Con eso en mente coloco cuidadosamente la nota junto al cuerpo de su amado y la voluntad que por un momento había creído perdida regreso. Su único objetivo era mantenerlo a salvo.

 

Afortunadamente, ni Itachi ni él habían desempacado las cosas de la maleta que estaba a su lado cuando llego Itachi. La maleta se mantuvo en el lugar donde el día de ayer la habían dejado. Primero fue por su pequeño Chitoru que afortunadamente no había llorado en toda la noche y rezaba porque siguiera durmiendo y no llorará cuando lo levantará de su cuna porque entonces ese sería el final de su huida porque Itachi despertaría. Como si el universo le diera la razón, como si el universo estuviera de acuerdo con su decisión Chitoru no lloro ni se despertó cuando lo levanto de su cuna, por ese motivo creyó que estaba haciendo lo correcto. Si Dios no quisiera que se fuera con Gaara, Itachi ya habría despertado, pero no fue así; eso es lo que estaba pensando tratando de convencerse a sí mismo de que hacía lo correcto. Se susurró a sí mismo «Estoy evitando un mal mayor». Que equivocado estaba.

 

Cuando llego a donde estaba ubicada la maleta, como un autorreflejo volteo a ver en dirección a la habitación de Chitoru donde ayer había deslumbrado la espalda de Itachi, esa ancha espalda que lo reconforto cuando más lo necesitaba y que lo mantuvo en pie cuando sentía que no podía mantenerse en pie por sí mismo. Sus lágrimas no se detuvieron, recorrían sus mejillas y aun albergaba la esperanza de verlo parado frente a él una vez más para no irse, para quedarse en esa pequeña casa que sentía que era su hogar, más hogar que él que había tenido con su madre o con el propio Gaara. Y no era la casa que consideraba su hogar, no. Su hogar eran los largos brazos de su azabache mayor, de Itachi san. Su lugar era estar con el azabache mayor, aunque físicamente ya no estarían juntos, su corazón se había quedado en esos brazos y eso los mantendría unidos por toda la eternidad. Espero unos 5 minutos, después giro sobre sus propios talones, se limpió las lágrimas y se dirigió hacía la puerta.

 

Cuando salió, sus pies querían retroceder, quería regresar a esa cama y romper esa nota que había dejado unos minutos atrás. No lo hizo, se acordó del porque hacía lo que hacía, así que una vez más opto por hacer lo que su cabeza creía que era lo mejor. Ayer había recibido un mensaje de Gaara, antes de que llegará Itachi, diciéndole que estaba viviendo en el mismo lugar donde vivió con él, así que esperaba que en cuanto se despidiera de Itachi se dirigiera hacia allí inmediatamente. No le pudo contestar porque en ese preciso momento llego su gran amor y cuando lo vio en el umbral de la puerta su cabeza se puso en blanco, simplemente no podía pensar en otra cosa que no fuera su Itachi. Llevaba a Chitoru en un brazo y con la otra mano jalaba su maleta que tenía pequeñas ruedas que hacía más fácil llevarla. Tomo un taxi y le dio al taxista una dirección, no iba a la casa de Gaara, se dirigía al subterráneo.

 

La dimensión Konoha tenía dos grandes divisiones, la arena y la hoja. Sin embargo, existían unas ruinas llamadas la lluvia, ahí solo iban personas exiliadas o criminales “peligrosos”, aunque por lo general estos últimos eran inculpados injustamente por algún crimen que no habían cometido solo por interponerse en el camino de personas poderosas. Cuando Naruto acepto el trato de Gaara, creía que no tenía otra salida; sin embargo, investigo arduamente con su abuela Tsunade. Ella no estaba muy convencida de contarle sobre esas ruinas, después de todo era un secreto a voces, pero termino diciéndoselo y fue ahí cuando el rubio ideo este plan.

 

En el trayecto Chitoru se despertó, Naruto le cambio el pañal y mientras lo hacía le dijo –¿Verdad que estoy haciendo lo correcto, hijo?... Gaara no puede acercarse a Itachi si no estoy con él, pero eso no necesariamente significaba que yo iría a su lado. No señor. Ahora soy Uchiha Naruto, aunque no estemos casados oficialmente yo soy el esposo de Itachi y no pienso serle infiel viviendo con ese bastardo que me hundió en semejante depresión y que aparte de todo rehízo su vida con otro y además no tuvo la sutileza de cambiarse de casa, siguieron viviendo en la misma casa en que yo conviví con él. En serio que tu “padre” es un sinvergüenza, me encargaré de que tú no te parezcas en nada a él, espero que te parezcas más a tu verdadero padre – Entonces fue sacado de sus murmuraciones cuando el taxista le dijo – Señor, hemos llegado – El rubio le pago y se bajó dirigiéndose a la entrada del subterráneo. Para llegar a esas ruinas, según lo que le explico Tsunade sama, tenía que tomar el subterráneo que constaba de cinco estaciones llamadas: la hoja, Iwagakure, Kumogakure, Kirigakure y la arena. Bajarse en la estación Kumogakure y sin salirse del subterráneo buscar una puerta que dice prohibido el paso, abrirla y se encontraría frente a un túnel que lo llevaría a esas ruinas. Cuando llego a la puerta sintió que alguien lo estaba observando, no le dio importancia porque pensó que solo era su paranoia, sonrió porque de alguna forma estaba cumpliendo la promesa que le hizo a Itachi de no caer en las garras de Gaara. El otro plan que estaba ideado en su cabeza ya estaba en marcha. Le había pedido a Tsunade que le diera las mismas instrucciones que le había dado a él a Itachi después de un mes para que se pudieran reencontrar en las ruinas de la lluvia, si es que todo salía bien.

 

Para comprar boletos para el subterráneo todos y cada uno de los habitantes de la dimensión debían mostrar sus identificaciones, era un requisito aunque no se los pedían al salir del mismo. Cuando el rubio le entrego la suya al encargado tuvo un mal presentimiento, se estaban tardando demasiado en admitirle el paso a él cuando había visto que habían sido muy rápido con las 3 personas que estuvieron delante de él hace unos minutos. Sin embargo, trato de tranquilizarse y pensar en miles de razones del porque se estaban tardando tanto “Tal vez es porque es la primera vez que viajo o en este transporte o tal vez no tengo vigencia. Pueden ser un millón de razones, debo tranquilizarme, todo saldrá bien”. Sin embargo, fue sacado de sus pensamientos por una voz, la última voz que quisiera escuchar en todo lo que le restaba de vida –¿A dónde pensabas ir, Naruto?– La sonrisa que se había formado en su rostro cuando entro al subterráneo se borró instantáneamente en el preciso momento en que oyó su voz, apretó contra su pecho aún más a Chitoru Uchiha y ladeo la cabeza para encontrarse con un pelirrojo de ojos verdes que lo miraba sin ningún tipo de expresión en su rostro y el rubio no pudo más –¿Qué demonios haces, Gaara?, En vez de que andes persiguiéndome, ¿Por qué no cuidas apropiadamente a tu hijo?, ¿Por qué quieres que lo crie?, ¿No te da miedo que intente ahogarlo o hacerle daño por ser el fruto del amor que una vez me destruyo? – Gaara sonrió, se estaba burlando sínicamente de Naruto – Tu no serías capaz de hacer semejante atrocidad ni en un millón de años y ¿Sabes por qué?, pues porque de alguna manera gracias a ese amor que surgió y que estuvo a punto de destruirte conociste el verdadero amor ¿No es así? Y aunque no hubiera sido así tú no podrías terminar con la vida de un inocente y que además es hermano de tu hijo, ¿Crees que él te perdonaría que matarás a su hermano? –

 

Después de decirle esas cosas a Naruto, este último no supo que decir, después de todo lo que decía era verdad. Gaara le dijo a uno de sus guardaespaldas – Agarra esa maleta y llévala al coche – Así lo hizo el sirviente y después los ojos verdes de Gaara se dirigieron a Naruto –¿Nos vamos?, no vale la pena que esperes aquí, no te dejarán entrar. Simplemente no puedes huir de mí, Naruto. Aunque todavía no sé a dónde pretendías escapar, pero hombre precavido vale por 3. Sabía que fue demasiado fácil convencerte, siempre has sido testarudo. Me alegro de no haber confiado del todo en ti. Vámonos o ¿Prefieres que solo me lleve a mi hijo? – Naruto solo hizo una mueca, camino hacia Gaara y le dijo – Eres un maldito bastardo – El pelirrojo solo sonrió y Naruto pensó «Encontraré la manera de huir de tus miserables garras y regresar con mi Itachi», cuando subió al auto y se sentó se quedó dormido, inevitablemente. A pesar de haberse quedado completamente dormido, Naruto abrazo aún más fuerte a su pequeño tesoro temiendo que se lo arrebataran mientras dormía. De pronto Gaara se dio cuenta que los estaba observando, inconscientemente y se dibujó una sonrisa en su rostro y dijo soltando una pequeña carcajada – Esto no puede ser. Qué ironías de la vida… – y volvió a carcajearse sonoramente, parecía que la vida le había dado una cachetada con guante blanco.

 

Itachi había llorado un rato oliendo la sabana en las que unas horas antes su rubio había estado envuelto. Después de que perdió el control, su racionalidad regreso a él y opto por empezar a actuar en vez de andarse lamentando por su incapacidad de mantener a su lado a su único y gran amor. Primero averiguaría por la vía legal para así poder demostrar su inocencia, si lograba que se demostrará que era inocente sería más fácil traer de vuelta a  su rubio y a su pequeño Chitoru, así que decidió pedir ayuda a la segunda persona que creía en su inocencia y que probablemente podría demostrarla ya que conocía como la palma de su mano las leyes de esta dimensión y esa persona era nada más y nada menos que Shikamaru. Sabía que creía en su inocencia porque en el momento en que lo dejo en libertad le dijo que tuviera cuidado de no meterse de nuevo con la persona equivocada, después de que le dedico esas palabras Itachi le pregunto –¿Es que acaso crees en mi inocencia?– El solo asintió. Ese sería el comienzo de una gran alianza.

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les parecio?

Les juro que estoy temblando, en serio y es que son super cariñosos.

Bueno, me voy huyendo para no seguir dando espectaculo ^^

 


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