Capitulo 4
Todos los integrantes de la generación de los milagros se encontraban parados en medio del aeropuerto su amigo se había marchado y tenían una conversación pendiente.
-Entonces Atsushi que más de te dijo Tatsuya.
-Esta bien Akachinn, lo que Murochinn dijo fue...
De repente Akashi se quedo estático con la mirada fija en algo o alguien.
-Espera Atsushi.*concentrando su vista en un punto*
Todos quedaron desconcertados, que o a quien había visto, comenzaron a buscar a alguien conocido al rededor pero no vieron a nadie.
-Bien, esto cambia la cosas. *en voz baja y enviando un mensaje desde su celular*
Dijo para si el emperador, los demás no entendían que estaba pasando, pero tampoco se atrevían a preguntar.
-¿Qué les parece si cambiamos de ubicación? Vallamos a un café cerca de aquí, al parecer los planes cambiarán. *Dirigiendo su mirada a Midorima*
Todos se voltearon a ver confundidos, pero de hecho no era mala idea ninguno había desayunado y preferían tener esa conversación en un lugar más tranquilo. A pesar de ser un viaje de solo 2:30 hrs Akashi había insistido en que se fuera en primera clase, diciendo que ese sería su regalo de despedida, el cual Kuroko acepto a regañadientes, no quería molestar a sus amigos pero tampoco quería preocupar los y ahora se lo agradecía, estaba cómodo y no tenía que preocuparse por que lo vieran llorar.
-Dios, si que primera clase es diferente *secándose las lagrimas*
Le estaban sirviendo jugo de naranja y huevos acompañados de pan tostado, Kuroko repasaba mentalmente lo que haría llegando a Seúl.
-Una vez llegando dijeron que me recibiría alguien en el aeropuerto y me llevaría al condominio donde me quedaría.
Se relajó por un momento, tendría una siesta hasta que llegar a su destino, en este momento lo que menos quería era pensar, pero mientras se acomodaba para dormir una lágrima rodó por su mejilla. En ese instante en Tokio la generación de los milagros ya había pedido su desayuno y mientras esperaban una plática se desarrollaba.
-Atsushi ya tienes tu malteada de vainilla ahora cuéntanos que te dijo Tatsuya.
-Esta bien Akachinn *sorbiendo su malteada* lo que dijo Murochinn fue que el padre de Kagami es un muy importante empresario de E.U.A y lo comprometió con una amiga de la infancia para así poder expandir su empresa a Europa. *sorbiendo su malteada*
-¿Y desde cuando esta comprometido? *Pregunto Aomine* ¿Acaso no te lo dijo?
-Si Minechinn, dijo que están comprometidos desde hace tiempo, no sabe cuanto exactamente. *terminando su malteada*
Mientras tanto llegaban los platillos que habían ordenando y el celular de Akashi vibro, abrió el mensaje y su cara se tornó oscura.
-¿Akashi paso algo-nanodayo?
-Mira Shintarou *enseñándole la pantalla de su celular*
En ese momento Midorima soltó su tenedor, los demás en la mesa se preguntaron que era tan impactante como para causar esas reacciones en los más serenos del grupo, pero siguieron comiendo no se atrevían a preguntar, no con la atmósfera que se había formado en la mesa. Una vez terminado el desayuno reanudaron la conversación.
-¡Murasakibaracchi dinos que más te dijo tu novio!
-Solo eso Kisechinn, más importante Akachinn ¿qué dice el mensaje que te llego?*mientras pedía un pastel*
-Antes que nada creo que ha quedado claro que Taiga nos engaño a todos no solo a Tetsuya, él estaba comprometido y aún así no hizo nada al respecto y solo lo hirió.
-Maldito Kagami, no puedo creer que nos haya mentido tan descaradamente. *dijo Aomine mientras apretaba los puños*
-¿Y qué vamos a hacer Midorimacchi, Akashicchi ?
-Cuando nos enteramos que Taiga había salido del país comenzamos a mover contactos, pero no fue si no hasta hoy que recibimos noticias las cuales cambia nuestros planes. Dijo Akashi mientras ponía su celular en el centro de la mesa, todos quedaron sorprendidos, eran fotografías de Kagami, llegando a Japón hacia apenas una hora; eso era lo que había visto Akashi en el aeropuerto.
-Lo que haremos será lo siguiente, Atsushi asegúrate de no decirle nada a Himuro de dónde esta Tetsuya, ni una palabra del intercambio y mucho menos le des su nueva información de contacto no importa que haga ¿Entendiste? *mientras cruzaba los brazos* Antes de que Kuroko se marchase Akashi había insistido en cambiar su correo electrónico y su número de teléfono, quería prevenir cualquier contacto, pero Kuroko solo lo había hecho hasta hace unos días todavía tenía esperanza de que Kagami lo contactara.
-Claro Akachinn. *mientras comía su pastel de chocolate*
-Daiki, Ryota lo mismo para ustedes, es posible que Taiga los intente contactar ya que son los más cercanos a Tetsuya, no digan ni una sola palabra.
-No te preocupes Akashi, si ese Bakagami se aparece frente a mi le daré un puñetazo.* alzando el puño*
-Shintarou y yo haremos lo posible para que a pesar de los contactos que tenga no logre localizar a Tetsuya. *mientras tomaba un sorbo de su café.*
En el avión a punto de aterrizar una azafata despertaba a un Kuroko desanimado.
-Disculpe señor, estamos apunto de aterrizar necesita ponerse el cinturón de seguridad.*sonrisa amable*
-Claro, gracias. *cara de poker*
Al bajar del avión sintió una extraña tristeza, cuando bajará no abría nadie conocido, nadie lo esperaría en casa, esos pensamientos solo se incrementaron una vez que paso por la puerta de salida, ya estando en la terminal vio su nombre burdamente escrito en una hoja de papel.
-Hola, disculpe yo soy Kuroko Tetsuya. *parándose frente a la persona*
-kiii *grito de susto* ¿desde hace cuanto esta ahí?*recuperando el aliento*
-Acabo de llegar.
-Ah, disculpe mi nombre es Lee Kang Jung, seré tu guía.*haciendo una pequeña reverencia*
<Descripción del personaje: Lee Kang Jung [personaje inventado] un año mayor a Tetsuya [21 años] de la misma estatura que Midorima [1.96m] con un cuerpo bien torneado debido a que práctica varios deportes [natación y atletismo] pertenecía al club de atletismo, un rostro fino pero varonil, una nariz algo respingada pero no tanto, una sonrisa que conquistaría a cualquiera, ojos color verde esmeralda con el iris color miel y un cabello quebrado color castaño obscuro y un corte de un lado largo y el otro corto.>
-Hola mucho gusto. *haciendo una reverencia con su cara de poker* como sabes mi nombre es Kuroko Tetsuya ¿Cómo debería llamarte? *con una sonrisa y llevándose una mano a la barbilla*
-Me han informado que irás al Colegio de Educación así que eso me hace tu sunbae [sinónimo de sempai] ya que soy un año mayor que tu, pero tú me puedes llamar oppa [hermano mayor/forma cariñosa de llamar a alguien] *guiñando el ojo*
-Ya veo oppa. *poniéndose rojo al darse cuenta de lo que acaba de decir.* No, digo sunbae.
Si bien Kuroko aún no dominaba el idioma sabía el significado de esas palabras, lo habían tomado con la guardia baja; además apenas se daba cuenta que toda la plática se hacía en un fluido japonés por parte de su guía.
-Oh! Así que te puedes sonrojar *sonriendo mientras caminaba hacia la banda de equipaje* bien ese color hace resaltar esos hermosos ojos celestes, y bien ¿cuál es tu equipaje?
Si que esa persona era rara, cambiar de un tema a otro tan rápido no era común, además ¿le acababa de hacer un cumplido? Pero si apenas se conocían. Tomo su equipaje eran 2 maletas color azul cielo con toques negros, un regalo de despedida por parte de Kise. Kang Jung por otra parte solo observaba al pequeño, no quería perderlo en este mar de gente, parecía tan frágil, tomo una de las maletas del peliceleste y emprendió camino a la salida, esperando a que Kuroko lo siguiera.
-Espera, gracias pero yo puedo llevar los maletas, además hablas un japonés muy fluido, me sorprende.*dijo con cara de poker*
-Permíteme ayudarte con el equipaje y gracias por el halago, la verdad es que viví en Japón hace algún tiempo esa es una de las razones por las que soy tu guía. *con una sonrisa sencilla*
Kuroko quedo sorprendido, de alguna manera ese sujeto le tranquilizaba, no sabía el porque pero disminuía un poco el dolor que llevaba en el corazón, tomaron un taxi que los llevo a la residencia en donde se hospedaría Kuroko por 3 años.
-Llegamos, en esta residencia se hospedan varios estudiantes, *dejaba las maletas y recorría el departamento* tal vez sea algo pequeño pero tiene todo, la cocina, baño con agua caliente *tina y regadera* un libreo, escritorio, una cómoda y tu cama y mi parte favorita *abriendo la ventana* una vista maravillosa.
El departamento consistía en 1 habitación masomenos amplia con una cama individual, un librero pegado a la pared a lado de una ventana por la que entraba la luz del dia y un escritorio en la otra pared, una pequeña sala con un sillón y una mesa de centro adornada con una pequeña maceta y una gran ventana con una vista espectacular, una cocina comedor con fregadero, una pequeña alacena y un refrigerador, una barra para desayunar y dos bancos altos. El piso era de duela color café claro, las ventanas estaban vestidas con cortinas color lila que dejaban pasar la luz de la mañana. En sí todo el apartamento tenía un toque rústico pero moderno y algo acogedor. Pero la vista, eso dejo a Kuroko boquiabierto se lograba visualizar el parque frente a esa residencia y ya que se encontraba en un 4to piso se veían los cerezos en flor, con otros árboles de otros colores todo resaltado por un hermoso sol que salía detrás de esa bella imagen, si que era hermoso.
-Es hermoso *con un brillo nostálgico en sus ojos* gracias por acompañarme hasta aquí sunbae.
Kang Jung solo sonrió, le complacía poder ayudar a la personas y desde que vio a Kuroko había sentido una profunda tristeza, quizá por estar lejos de casa.
-Me alegra que te gustase, pero aquí no termina el recorrido, tenemos todo el día y aún te tengo que enseñar donde vas a estudiar.
-Esta bien. *recobrando su cara de poker*
Así Kang Jung comenzó a mostrarle las calles, donde podía comprar comida, la plaza comercial más cerca, el parque que contaba con canchas de basket y fútbol, los baños públicos y finalmente llegaron a la universidad.
-Espero que recuerdes el camino por el cual llegar *mientras caminaba* por aquí se llega al colegio de educación.
Kuroko estaba encantado con el recorrido y la universidad, todo era tal cual se lo había imaginado, pero ahí no estaban sus amigos, y por más que le doliera tampoco estaba Kagami, la tristeza no se iría tan fácil ni tan pronto.
-Es muy grande, espero poder acostumbrarme. *con un gesto casi imperceptible de preocupación y tristeza*
-Lo lograras, y si tienes alguna duda o problema, por algo soy tu sunbae. *mientras pasaba su brazo por el hombro de Kuroko*
Aquella pequeña sombra quedo un poco sorprendida, no se suponía que los coreanos eran un tanto reservados.
-Ahora regresemos a la residencia, te acompañare *mientras se daba la vuelta alejando de de Kuroko* no queremos que te pierdas o ¿si?
Kuroko no pudo ni responder, él era una persona extraña, era lo único que pensaba aquella sombra.
-Espera no me dejes atrás. Una vez estando en la puerta de la residencia.
-Cierto ¿me prestas tu celular Kuroko?*tendiendo la mano*
-Ah...Claro.* dándole el celular*
-Gracias. *tecleando en el celular* anote mi número, por si necesitas algo solo llámame, ah y por cierto soy tu vecino, vivo en el piso de abajo espero que nos llevemos bien. *con una amplia sonrisa*
-Oh *un tanto sorprendido* gracias por el día de hoy, espero contar contigo. *mientras subía las escaleras hasta su apartamento.*
Estaba agotado y quería descansar, todo había sido muy estresante si bien había disfrutado el recorrido no podía evitar la nostalgia y la tristeza sus heridas eran muy profundas; Se duchó tal vez el agua ayudaría un poco a relajarse, era algo temprano (7:00 PM) para acostarse así que había decidido desempacar, afortunadamente había una cómoda que podía usar y justo en ese momento se acordó, diablos debía enviar un mensaje a sus amigos en cuanto llegara, tomo su celular y comenzó a escribir.
Mensaje de Texto:
Para: Generación de los Milagros
Asunto: Buen viaje.
El viaje a ido muy bien, lamento la tardanza ya me eh instalado, también me han mostrado la escuela. Espero hablarles en 2 días por favor no se preocupen. Kuroko Tetsuya.
-----Fin del mensaje----
Pulso la tecla de enviar y en pocos minutos recibió la contestación de todos, Kise y Aomine estaban preocupados por no tener noticias de la pequeña sombra, Midorima solo le reprochaba su falta de memoria, Murasakibara estaba muy contento de recibir el mensaje y Akashi estaba entre molesto y preocupado pues le había dado una orden explícita a Kuroko, la cual desobedeció pero estaba agradecido del mensaje. El peliceleste ya había terminado de desempacar sus cosas y solo le había tomado hora y media, si bien no había comido tampoco tenía hambre solo quería descansar, así que se metió a la cama pero al cerrar los ojos esas imágenes que lo torturaban aparecieron, como cada noche desde ese día.
-¿Po...por q..qué Ka..ga.mi-kun? Mierda ¿qué hice mal? *llorando y abrazando su almohada*
Si, ese era el ritual de todas las noches, recriminarse algo que no debía, preguntarse cosas de las que no conocía respuestas, mirar atrás y ver algo que ya no existía, el anhelar algo que ya no sería, todas las noches era lo mismo hasta quedarse dormido. Afortunadamente le daban una semana para poder acostumbrarme, ese día se había levantado temprano pese a lo poco que había dormido, salió para comprar comida, había aprendido a cocinar cosas sencillas debido a Kagami, cosa que solo le ponía triste, compro cosas para el aseo diario, paso por el parque frente a la residencia y vio un partido de basket callejero, que solo le causo dolor, así es desde ese trágico día le dolía el ver o si quiera escuchar de basket, aquel deporté que tanto había amado se había vuelto un puñal que se enterraba en su corazón ya que era lo que lo había unido con su luz, ahora sin ella no sabía como jugar, todo se había vuelto tan obscuro. Regreso a su residencia, no sin antes haber derramado un par de lágrimas que recorrían sus mejillas y justo cuando subía las escaleras choco con alguien.
(en coreano)-Perdón, lo siento no miraba a donde...*alzando la mirada*
(Japonés)-No te preocupes Kuro... *cambiando su sonrisa por una mueca de preocupación* ¿qué tienes? ¿Te lastimaste? ¿Te ha pasado algo? Lo único que Kuroko pudo hacer fue reír, eso como le recordaba a sus amigos que siempre estaban preocupados por él.
*sniff llevándose el dorso de su mano a su nariz*- Disculpa, no es nada, lamento el haber chocado contigo.
*incorporandose* -A mi no me engañas Kuroko, tu tienes algo *mirándolo fijamente* se que algo te ocurre, lo pude sentir desde que te conocí, *con voz seria* se que soy un extraño pero quiero que confíes en mi ¿si? Kuroko quedo sorprendido, solo había pasado un día con él y se había dado cuenta de su dolor, ¿tanto se notaba?
-No es que lo expreses en tu cara, *leyendo los pensamientos de Kuroko* solo lo sé. *con una sonrisa amable*
¿Quién era él? ¿Cómo es que podía leerlo? Nadie, nadie exceptuando a Akashi, lo había leído así en tan poco tiempo.
-No...no es nada
-Tú sabes que eso no es cierto, *suspirando* pero esperare a que confíes en mi y estés listo para decirlo.*sonriendo* Mientras déjame ayudarte con tus compras.
Kuroko no sabía que decir, y sinceramente no quería rechazarlo no tenía a nadie ahí, y si bien podía llamar a sus amigos no quería preocuparlos, en ese último mes había decidido el no causarles más molestias y solo había pasado un día, necesitaba ese apoyo que le está va brindando Kang Jung, quizás más adelante podría confiarle su triste historia, pero no ahora, aún no le contaba los detalles a sus amigos todavía no estaba listo.
*sus ojos se volvieron cristalinos*-Si, tienes razón, te lo contare... cuando este listo.*sonrisa fugaz*gracias en verdad.
Kang Jung solo sonrió, por alguna razón sentía que debía protegerlo y ya había dado un paso en dirección al peliceleste.
-Esperare con ansias ese momento, por ahora déjame ayudarte con esto. *alzando una bolsa con compras*
Y así el tiempo paso, Kuroko se comunicaba cada tercer día con la generación de los milagros, algunas veces eran correo, otras llamadas, pero lo más común eran video llamadas, aveces lloraba pues era difícil, los extrañaba y todavía le dolía lo de Kagami, no lo podía superar, pero mayormente hablaba de lo bien que le iba en la escuela, a pesar de solo tener un amigo (Kang Jung), aveces le contaba de ese misterioso amigo que lo ayudaba, eso a la generación de los milagros les alegraba pero se sentían un poco celosos. Justo a los 6 meses Kuroko les había confiado todo a Kang Jung, pero supuesto a también a los que le faltaban de la generación de los milagros (aunque estos ya lo sabían) y justamente al año algo paso, o más bien alguien apareció...
Ese día como la mayoría en que Kang Jung tenía práctica, Kuroko lo fue a recoger lo raro fue que en esta ocasión lo tuvo que ir a recoger al gimnasio ya que ese día era entrenamiento muscular, al peliceleste no le gustaba pasar por ahí ya que para ir tenía que pasar frente a las canchas de basketball y a pesar de que ya podía controlar mejor su tristeza aún estaba ahí la herida, pero al pasar oyó una voz que le pareció conocida. -Ey tú ¡encesta!
-¡S..sí!
-Bien hecho.
Poco a poco se fue acercando a la puerta de ese gimnasio, al abrirla la abrió, era él, después de tanto tiempo ahí estaba...
El balón se dirigía a esa sombra, la cual solo reacciono haciendo un pase a esa persona. - -Wow... *recibiendo el pase y volteando a verlo* oí t... *abriendo los ojos*
-Hola...