-¡Hola madrina! –la joven se abalanzó a los brazos de la mujer que la esperaba sonriente en el portal de la casa.
-Hola cariño. ¿Qué te trae por aquí? –ambas entraron a la casa y se dirigieron a la sala. –Siéntate. –le señaló uno de los sillones frente a ella.
-¿No vino contigo, anoche? –preguntó mirando el final de las escaleras.
-No. Pero no te preocupes, tengo pensado hacer una cena de bienvenida, y no podrá faltar. Eso te lo aseguro. –Hyuna suspiró cerrando los ojos por un momento para luego mirar a su ahijada y murmurar:-Ya vio al bastardo y a su hijo… -Tíffany abrió ampliamente los ojos y la boca, sorprendida.
-¡Lo sabía! –exclamó. La mujer frunció el ceño. – El día que llegamos a la ciudad fuimos a un restaurant con Kristal y los chicos, allí lo vimos a él, a… KyungSoo.
-Si, ese… trabaja ahí de mesero. –dijo arrugando el gesto con desprecio. –Se cree que soy estúpida y que no me he enterado de que ya los ha visto.
-Madrina… ¿puedo hacerte una pregunta? –la mujer asintió. -¿Por qué desprecias tanto a ese chico y ahora también al niño? Es tu nie…
-¡NO ES NADA MIO ESE MOCOSO! –dijo alzando la voz. –En cuanto a KyungSoo… -dijo más calmada, pero manteniendo su tono despectivo. -… no es de tu incumbencia. Ahora, dime una cosa. ¿Estás dispuesta a ayudarme a separarlos, otra vez?
-Creí que, casándolo con Kristal era más que suficiente.
-No seas tonta. SeHun hará todo lo posible para evitar esa boda. –sonrió maliciosamente, haciendo que la joven retrocediera en el sofá. –Por eso, se me ocurrió una idea mucho mejor para que de una vez por todas, se separen… y tú serás el motivo de esa separación…
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KyungSoo rebuscó su celular en el bolsillo de su pantalón –tirado en el suelo-, una vez que lo encontró volvió a sentarse en la cama. Tecleando rápidamente, marcó al número de su madre, quien al segundo tono contestó:
-¿Sí?
-Mamá, ¿Todo bien con Myunggie? –sonrió cuando sintió la mano del menor en su espalda.
-Si cariño, no te preocupes. ¿Ustedes, todo bien? Tómense su tiempo, Kyung. –sintió la sonrisa de su madre al otro lado de la línea e hizo que se sonrojara hasta las orejas.
-Sí, bien… en un rato estoy ahí.
-Está bien hijo. ¡Aprovechen que están solos allí!
-¡Mamá! –su madre soltó una carcajada y KyungSoo suspiró cuando vio que SeHun lo veía con una amplia sonrisa en su rostro. –En un rato voy. –la mujer seguía riendo y solo dijo “Ok”, luego cortó la llamada.
-¿Qué dijo, para que te hayas puesto como un tomate? –preguntó SeHun, sonriendo. KyungSoo se levantó de la cama y lo miró de reojo con media sonrisa. -¿Qué hora es? –también se levantó y sin pudor alguno, caminó desnudo hasta el living para buscar su celular, el mayor lo siguió con la mirada y sonrió. SeHun no había cambiado nada, seguía siendo el mismo chico que no tenía vergüenza por nada. -¿Disfrutando de las vistas? –estaba tan metido en sus pensamientos que no se percató de que SeHun había regresado y lo observaba con media sonrisa desde el marco de la puerta. Rápidamente apartó la mirada del cuerpo desnudo del chico y siguió vistiéndose. -¿Tienes hambre? –preguntó el menor acercándose a él y pasando sus brazos por su cintura.
-Sí, no me has alimentado desde que llegamos! –dijo divertido. SeHun rio con los labios pegados en su cuello, haciéndolo estremecer.
-Ahora me siento como una mala persona. –Kyung volteó un poco el rostro para verlo –aunque… puedo alimentarte ahora.
-Okay, pero vístete. –SeHun hizo un puchero y lo estrechó un poco más entre sus brazos. -¿Andarás desnudo? –preguntó riendo.
-No veo el problema. ¿A ti te molesta?
-Me distraes -SeHun sonrió y presionó su entrepierna en la parte baja de la espalda de KyungSoo. –SeHun… -se volteó entre sus brazos y no le dio tiempo de decir nada, cuando el menor saqueó su boca, dejándolo sin aire. Con la respiración agitada sonrió al más alto, que apoyó la frente sobre la suya.
-¿Cómo voy a hacer para dejarte ir? –susurró estrechándolo con más fuerza y alzándolo del suelo para tener su rostro a la altura del suyo. –Dime… -KyungSoo sonrió cariñosamente. –Aún estoy creyendo que esto es un sueño…
-Pues, ve haciéndote a la idea de que no lo es… porque estoy aquí. Tú estás aquí. Estamos juntos, tenemos un precioso bebé. Y ninguno de los dos va a permitir que nada ni nadie, nos vuelva a separar… ¿Entendido? –el menor asintió. Kyung se acercó a su boca y lo besó suavemente, mientras era depositado nuevamente sobre la cama.
-Nada ni nadie nos va a separar… -murmuró sobre su boca. –Kyung… -se separó para verlo a los ojos y susurró. –tengo algo que decirte. –KyungSoo detuvo el movimiento de su mano en el cabello del menor.
-¿Qué… qué tienes que decirme? –preguntó nervioso, temiendo por lo que le diría.
-Yo… mañana, luego de hablar con tu jefe… iré a hablar con los padres de Kristal, para cancelar el compromiso. –Tragó saliva y continuó –tienes que saber que ni ella ni yo estamos de acuerdo con ese compromiso, pero si… -Kyung se removió debajo de él, cuando se quedó unos segundos en silencio.
-Si… qué, SeHun. –dijo en voz baja.
-Si ellos no… si ellos no están de acuerdo con la cancelación…
-¿Tendrás que casarte igual con ella? –preguntó en apenas en susurro. SeHun solo lo miró a los ojos y suspiró.
-Sí. –Kyung se mordió el labio inferior. –Pero, escúchame… Te dije que voy a hacer todo para que eso no suceda… -le mostró una cálida sonrisa y el mayor se la devolvió. –Te amo…
-Yo también te… -no terminó la frase, ya que se escuchó unos golpes en la puerta. SeHun frunció el ceño. -¿Esperas a alguien?
-No. –le dio un casto beso en los labios. –Iré a ver.
-¡Vístete! –le lanzó el pantalón que estaba a los pies de la cama y éste lo atajó riendo, para luego ponérselos e ir a ver quién llamaba a la puerta.
La sonrisa que tenía en el rostro, se le borró en el momento que abrió la puerta.
-¿Qué haces aquí?
-Anoche te dije que hoy vendría… -la mujer observó hacia la puerta del cuarto, que se encontraba abierta. -¿Estás con compañía?
-Eso a ti no te importa. –contestó secamente, interponiéndose en la entrada para impedirle el paso. -¿Qué quieres?
-Él… ¿Está aquí? –preguntó alzando una de sus perfectas cejas. SeHun apretó la mandíbula, no quería que ella lo viera. La conocía muy bien, y sabía que nada bueno iba a salir de ese encuentro. Por lo tanto, tendría que sacarla de allí lo antes posible.
-Si no vas a decir nada, vete…
KyungSoo se removió nervioso, sentado a los pies de la cama. Quería levantarse e ir con SeHun, pero temía su reacción si se encontraba con ciertas personas, por lo tanto, no le quedó más que esperar allí en el cuarto.
-Hijo, tú bien sabes que lo único que quiero es lo mejor para ti… y verte feliz. –mostrándole una tierna sonrisa a su hijo, la cual SeHun notaba que no era para nada sincera, se acercó a él y alzó una mano para acariciar su mejilla. La mano quedó suspendida a mitad del camino cuando el menor se apartó unos centímetros de ella, esquivándola.
-No me digas… -murmuró, riendo sarcásticamente. –Como quieres verme feliz, me alejas de las personas que me hacen feliz. ¿No es así? –Hyuna bajó su mano, con una expresión de dolor en su rostro. A él no le afectaría en lo más mínimo, si a ella no le importó verlo sufrir cuando lo alejó de las personas que amaba. –No vengas aquí con teatros… no creo nada de lo que digas Hyuna.
-No te voy a permitir que me hables de esa forma, jovencito. –lo retó con un duro tono de voz. – ¿A quién crees que le estás hablando? ¡Soy tu madre! ¿Qué es lo que te ha hecho? Tú no eras así…
-Tú me hiciste así… -contestó entre dientes. –No puedes recriminarme nada. Tú sola te has puesto en el lugar que ocupas ahora en mi vida. –dio un paso hacia adelante y con voz dolida le preguntó a su madre:-¿No vez lo que haces? En lugar de apoyarme con mi felicidad, lo único que haces es… daño. –Hyuna negó con la cabeza.
-¿Cómo puedes ser feliz con algo tan… insignificante?-rio irónica. - Yo a ti, no quiero hacerte daño…
-¡Pero lo haces! –alzó la voz. -¿Insignificante? Significan mucho más de lo que puedas imaginarte… Ellos son lo más preciado para mí, entiéndelo de una vez… -Suspiró pasándose una mano por el pelo y la miró fijamente a los ojos. –Dudo mucho que en algún momento llegue a perdonártelo… -su madre iba a hablar, pero él se lo impidió, continuando. –No vuelvas por aquí. No te quiero cerca suyo… -sabía perfectamente a quien se refería, no hacía falta decirle de quién. –Adiós. –sin más, cerró la puerta. Apoyó la frente en ella y cerró los ojos inspirando profundamente.
-¿Estás bien? –SeHun se volteó, encontrándose a Kyung en la puerta de la habitación. Camino hasta él, lo tomó de la mano y lo llevó hasta el sofá, sentándolo sobre sus piernas. Sin decir una palabra rodeó la cintura del mayor con sus brazos y escondió el rostro en su cuello, Kyung lo abrazó y acarició su pelo, en silencio. Dándole su tiempo. Sabía que lo estaba pasando mal.
Luego de unos minutos, SeHun alzó el rostro dejando escapar un largo suspiro. –Tranquilo –susurró besándolo en la sien.
-Gracias…
-¿Por qué? -preguntó en voz baja, sonriéndole.
-Por todo… por estar aquí. Tú me das fuerzas, Kyung… -sintió que se le quebraba la voz y KyungSoo lo atrajo para estrecharlo entre sus brazos. -¿Harías algo por mí? –susurró.
-Lo que sea.
-Vayamos por Myunggie y se quedan esta noche aquí… conmigo. –KyungSoo lo miró a los ojos y sin pensarlo dos veces, asintió. El menor le acarició el rostro con los dedos y se acercó para rozar sus labios con los suyos. -¿Quieres que vayamos ahora? –preguntó en voz baja.
-En un ratito… -susurró sobre sus labios.
~*~
-Tú hijo… tendrías que haber hecho que se quede al otro lado del mundo. ¿Cómo puede hacerme esto? Después de todo lo que eh sacrificado por él. –gritaba como una posesa, caminando de un lado a otro en su cuarto.
-Déjalo ya de una vez, Hyuna… -dijo su esposo, quien se encontraba sentado en la cama. La mujer se detuvo en seco y lo fulminó con la mirada.
-NO. –Gritó –Si tú no te hubieras…
-¡Eso fue en el pasado! –le dijo levantando la voz. –No puedes involucrar a nuestro hijo.
-Demasiado tarde, mi querido HongBin… él se involucró con el bastardo de esa, y… y fue tan idiota que hasta lo embarazó. ¡POR DIOS! Si hasta en eso se parece a ti…
-¡Ya basta! –gritó el hombre poniéndose de pie y retirándose de la habitación.
-Idiota –susurró.