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Mi primer amor por AlienEXOL

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Notas del capitulo:

Holiiis!!! Hoy vengo a dejar el tercer cap, porque seguro que no voy a poder actualizar hasta la próxima semana.

 

Está bastante larguito, porque junté dos en uno!!! ^^

 

que Conste que les advertí que amo el DRAMA, por lo tanto tiene mucho DRAMA. (xq lo escribía con mayúsculas? haha) En fin, les prometo que de a poco las cosas se van a ir poniendo más bonitas y comienzan con la curcilería y esas cosas(? -pero el drama siempre va a estar presente, xq si no, no lo tendría como género!-

 

Veremos si Kyung quiere escuchar a SeHun...

No las molesto más!!!

 

Aaah... MUCHÍSIMAS gracias por sus rw´s ! T.T les juro que me hacen muy felíz!!!

¡¡¡A LEER!!!

-Kyung, hijo. ¿Qué…?  -su madre bajó rápidamente las escaleras y llegó hasta él, que se encontraba sentado en el piso, abrazando sus piernas, llorando desconsolado.  -¿Qué pasa, cariño? Háblame, por favor.  –KyungSoo lloró aún más cuando sintió los brazos de su madre envolviéndolo.

 

-M-ma… ma… él… -hablaba entre sollozos. Quería contarle a su madre que él estaba aquí, que había regresado, pero el llanto se lo impedía.

Luego de unos minutos, KyungSoo logró calmarse y su madre lo ayudó a ponerse de pie para llevarlo a la cocina y sentarlo en una de las sillas.

 

-Cariño, me estoy muriendo de la angustia. ¿Qué está pasando? –preguntó mientras le alcanzaba un vaso con agua y se sentaba a su lado. KyungSoo bebió un poco de agua y luego dejó el vaso sobre la mesa.

Se sorbió la nariz y miró a su madre, quien tenía la preocupación plasmada en su rostro.

 

-Él está aquí, en Seúl, mamá… -dijo muy despacio. Su madre frunció el ceño y lo miró confundida. –SeHun… -susurró mirando la ecografía en su mano.

 

-¿Oh SeHun? –KyungSoo asintió. -¿Lo viste?  –preguntó preocupada.

 

-Apareció hoy, en el restaurant con unos amigos y… su prometida. –su madre abrió los ojos y la boca, sorprendida. –No me sentí bien y Siwon me mandó a casa al mediodía… -ella lo interrumpió.

 

-¿Cómo que al mediodía, Kyung? Son las cuatro de la tarde. –dijo con el ceño fruncido.

 

-Cuando salí de allí… -continuó explicándole lo que había pasado y a cada palabra que decía, las lágrimas volvían a acumularse en sus ojos. –Me dio esto, antes de salir de su departamento. –le enseñó la pequeña ecografía y su madre lo miró buscando de inmediato su mirada.

 

-Hijo, ¿Le dijiste sobre Myungie? –preguntó despacio.

 

-No. Y no creo que se lo diga, mamá. –dijo serio.

 

-KyungSoo, ¿Pretendes esconder a MyungSoo toda la vida?

 

-No, claro que no. –guardó silencio un momento mirando sus manos. –Además, él ya tiene una nueva vida.

 

-¿qué le dirás a tu hijo el día de mañana, cuando crezca y te pregunte por su padre? Creeme que eso no tardará en pasar.

 

-La  verdad… -susurró. -¿Dónde está? –preguntó poniéndose de pie e ignorando la mirada de su madre.

 

-En el cuarto, durmiendo. –contestó viéndolo marcharse.

KyungSoo agarró su mochila que había dejado junto a la puerta y se dispuso a subir lentamente las escaleras. Entró a su cuarto tratando de no hacer ruido y vio al pequeño dormido en su cuna. Lo cargó, sin despertarlo y lo llevó hasta su cama con él, se acostó abrazando al niño y acarició su pequeño rostro, la cual era la exacta réplica de su padre.

Sintiendo sus ojos arder por causa de las lágrimas, recordando todos los momentos que vivió junto a él, cada palabra, cada beso, caricia y cada lágrima.

Se odiaba a sí mismo, porque aun después de todo, lo seguía amando como el primer día.

No había podido seguir, si no fuera por su bebé. Fue quien lo hizo ver la vida de una forma totalmente diferente, haciéndolo darse cuenta de que, no todo es color de rosa. Y su madre, ella era quien lo arrastraba a las consultas médicas, cuando él estaba en un estado profundo de depresión durante los primeros meses del embarazo. Fue quien se despertaba de madrugada y salía corriendo con él, cuando las contracciones del último mes aparecieron, resultando ser falsas alarmas, hasta que llegó el día. Fue ella quien sostuvo su mano y le enseñó por primera vez a su bebé. Su vida. Su mundo.

Mientras se tragaba los sollozos para no despertar al pequeño, sintió la calidez de unos brazos que lo envolvieron y lo acunaron mientras su cuerpo se sacudía y temblaba por el llanto, hasta caer en un profundo sueño.

 

 

SeHun se quedó observando la puerta de la casa frente a él, hasta que tomó el valor suficiente para tocar el timbre. Tras varios minutos de espera, que para él fueron una eternidad, finalmente la puerta lentamente se abrió, dejando ver a una mujer de mediana edad, cabello negro, piel pálida y un bonito rostro. La mujer se quedó petrificada bajo el umbral de la puerta ante la presencia del joven.

 

-SeHun… -susurró.

 

-Señora DO.

 

~*~

 

KyungSoo despertó al sentir una pequeña manito acariciar su mejilla, volteó el rostro y presionó sus labios sobre ella. Abrió los ojos encontrándose con la brillante mirada del pequeño sentado a su lado en la cama. Siempre despertaba antes que él y jamás lo oía si no fuera porque el pequeño se ponía a acariciarle el rostro y el cabello. Lo bueno era que aún no se bajaba de la cama solo.

 

-Hola mi bebé. –dijo en voz baja, recibiendo una pequeña sonrisa del niño que ahora balbuceaba como queriendo responder a su saludo. -¿Vamos a ver qué hace la abuela? –se puso de pie, estirándose y alisándose la ropa. -¡Ven, Myungie! –estiró sus brazos hacia su bebé y éste enseguida imitó su gesto, alzando sus bracitos hacia él, mientras reía, sabiendo que iría con su abuela.

 

 

 

~*~

 

-SeHun, ¿Qué haces aquí? –preguntó TaeYeon, algo nerviosa mirando hacia el interior de la casa.

 

-Vengo a buscar a KyungSoo. –dijo con voz firme, aunque por dentro se estaba muriendo de los nervios.

La mujer salió de la casa, cerrando la puerta a su espalda y miró al joven con el ceño ligeramente fruncido.

 

-No puedes venir aquí, como si nada a buscar a mi hijo. Después de casi dos años. –habló en voz baja, pero firme.

 

-Lo sé. Pero, por favor, necesito hablar con él. Tiene que saber lo que paso realmente aquel día. Por favor. –los nervios lo estaban matando por dentro. Necesitaba urgentemente verlo y poder aclarar todo. La madre de KyungSoo suspiró.

 

-No sé si querrá verte. –dijo con voz suave.

 

-¿Mamá? –se escuchó desde adentro de la casa. SeHun miró la puerta y luego a la mujer.

 

-Por favor. –pidió SeHun, suplicante.

 

-Veré qué puedo hacer… espera aquí afuera. –SeHun asintió.

 

TaeYeon entró a la casa cuando KyungSoo salía de la cocina con el niño en brazos.

 

-¿Qué pasa cariño?

 

-Mamá, ¿Qué hacías afuera? –preguntó mirando hacia la puerta. Ella se puso un poco nerviosa y cargó al niño.

 

-Afuera hay alguien que te busca. –KyungSoo frunció el ceño. –Llevaré a Myungie al cuarto.

 

-¿Quién es mamá? –preguntó cuándo ella ya estaba subiendo las escaleras, se detuvo y lo miró sin decirle nada, luego miró al niño y éste le sonrió. KyungSoo sintió que le empezaba a temblar el cuerpo, respiró hondo varias veces y se volteó en dirección a la puerta.

Abrió despacio la puerta, encontrándose con una alta y delgada figura de espaldas a él, con el pelo un poco despeinado. Supo que era él, en cuanto su madre miró a su hijo.

SeHun no sintió cundo la puerta fue abierta, pero sí pudo sentir su presencia, ya que su corazón comenzó a latir desmesuradamente a medida que se daba la vuelta, encontrándose con unos enormes ojos negros, que lo veían atentamente carecientes de expresión alguna.

 

-Soo… -dijo con voz suave.

 

-KyungSoo. ¿Qué quieres? –SeHun trató de ignorar cómo algo se rompía en su interior al oír el tono severo del mayor.

 

-¿Vas a oírme esta vez? –preguntó suavemente. KyungSoo agachó la mirada y luego la volvió hacia SeHun, no servía de nada huir, así que iba a escucharlo.

 

-Sí. –Susurró –pero no aquí. –SeHun asintió, soltando el aire que no se dio cuenta que estaba reteniendo.

 

-Podemos… hablar en mi departamento. –sugirió. KyungSoo dudó un momento, luego asintió lentamente.

 

-Espera aquí. –KyungSoo entró a la casa y subió rápido las escaleras hasta su cuarto, donde estaba su madre cambiando a su pequeño. Tomó su celular y una chaqueta.

 

-¿Le dirás de MyungSoo? –preguntó su madre. KyungSoo se detuvo en seco y miró a su madre.

 

-No lo se. –dijo mientras cargaba a su bebé para saludarlo. –En un ratito vuelvo ¿si? –le dio un beso y se lo dio a su madre.

 

-Me llamas ¿De acuerdo? –KyungSoo asintió. Luego se despidió de ambos.

Cuando salió de la casa, sintiendo sus nervios a flor de piel, lo vio apoyado en la puerta de un auto negro. Estaba hablando por teléfono.

Se acercó despacio y SeHun guardó su celular para luego abrirle la puerta del copiloto.

El camino al departamento del SeHun transcurrió en un absoluto silencio. KyungSoo miraba por la ventanilla, jugando nervioso con sus manos que las tenía sobre su regazo. Mientras que SeHun prestaba atención al camino y lo miraba de reojo, de vez en cuando.

 

Llegaron al departamento y SeHun se hizo a un lado, luego de abrir la puerta, para que KyungSoo entrara.

-Ponte cómodo –dijo con voz suave. -¿Quieres tomar algo? –el mayor negó y se sentó en el sofá grande que había en medio del living. SeHun suspiró y se sentó en el de enfrente. –KyungSoo… antes que nada, tienes que saber que yo jamás te abandoné porque ya no te amaba o por lo que te hayan dicho. –dijo despacio. KyungSoo lo miró, tenía una mirada triste y tenía los ojos cristalinos, cuando se encontraron con los suyos. –A mis padres no les agradó saber que… -guardó silencio un momento y bajó su vista al vientre del mayor. Éste agachó la mirada inmediatamente. –Al día siguiente, luego de que intentaron convencerme con cosas para que te dejara, cuando estaba por salir a buscarte mis padres me dijeron que hubo un problema con la empresa, en China, y que tenía que ir con ellos. Por supuesto que me negué, pero me dijeron que, si iba con ellos, luego podría estar contigo sin ningún inconveniente. Y como el idiota que soy, les creí. –dijo sonriendo con amargura. –te dejé un mensaje antes de irme. –KyungSoo frunció el ceño.

 

-Perdí mi celular ese día –dijo en voz baja. -, intenté comunicarme contigo para decírtelo, pero jamás respondiste mis llamadas. –SeHun negó.

 

-Lo supuse. A mí me desapareció el celular en cuanto llegamos al aeropuerto. –se pasó una mano por el pelo y continuó. –el avión no aterrizó en China, sino que siguió hasta Inglaterra. El destino era China. Les pedí explicaciones, jamás me las dieron. Solo… me dejaron allí, en un internado de Londres, del cual no salí hasta hace un mes. Estaba aislado de todo, no salía de allí ni los fines de semana, ni en vacaciones. –El corazón de KyungSoo se oprimía con cada palabra que decía el menor. Pero a pesar de eso, aun había algo que no le había dicho y no sabía si en verdad quería oírlo. SeHun se acercó hasta él y se sentó  en la mesita que había en medio de los sillones, quedando así, frente al mayor. –Jamás, KyungSoo… jamás le creas a alguien que te diga, que te he abandonado porque ya no te amaba. –le dijo mirándolo con ojos tristes y la mirada suplicante.

 

-No dejé de creer en ti… -susurró, porque si hablaba más fuerte su voz se quebraría. -… hasta hoy… -SeHun lo miró a los ojos por un momento, hasta que comprendió el por qué.

 

-Krystal. –dijo y KyungSoo apartó su mirada. –No. KyungSoo, mírame. –le pidió desesperado. –ella, no… nuestros padres arreglaron nuestro matrimonio, mientras estábamos en el internado.

 

-No tienes que darme explicaciones sobre eso…  -lo cortó.

 

-Si, debo. KyungSoo, ella también está dentro de todo esto, en contra de su propia voluntad.

 

-De todos modos… se van a casar… -KyungSoo volvió a apartar la mirada, cuando no obtuvo respuesta por parte del menor. De todos modos, no era una pregunta, sino una confirmación. Las palabras de la chica, “Mi prometido” y su silencio, se lo decían todo. –Era todo lo que quería saber. –dijo en voz baja, sintiendo cómo la única parte de su corazón que aún quedaba intacta, se rompía en mil pedazos.

Se puso de pie y se frotó los ojos, antes de que las lágrimas comenzaran a caer.

 

-Lo siento. –Escuchó claramente el susurro del menor.

 

-No lo hagas. No lo sientas. –dijo completamente roto, sin mirarlo, porque sabía con lo que se encontraría y no le iba a gustar. –Ahora vas a tener una nueva vida.

 

-Soo… te sigo amando… como el primer día… -dijo con un hilo de voz. KyungSoo tuvo que reprimir un sollozo al oírlo. “Y yo a ti”, pensó.

Con piernas temblorosas, se dirigió a la puerta de salida, una vez más y quizá la última.

 

-Ya va siendo hora de que, dejes de hacerlo… y te olvides de mí… -dijo tomando el pomo de la puerta. Tuvo que sostenerse fuertemente de éste para no caerse, cuando sintió un cálido aliento junto a su oído.

 

-Jamás. –susurró. –podrás pedirme cualquier cosa, pero jamás, que deje de amarte y me olvide de ti. –KyungSoo cerró los ojos fuertemente y las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas, cuando los labios del menor se presionaron en su mejilla, haciendo que sus piernas flaquearan y fue ahí cuando SeHun pasó sus brazos por la cintura del mayor, casi con miedo, pegando su torso a su espalda, estrechándolo con fuerza al sentir los temblores de su cuerpo por los sollozos. –No te vallas. –susurró en su oído. Estuvieron varios minutos así, SeHun abrazándolo por detrás y KyungSoo aferrándose a sus brazos.

KyungSoo se volteó entre sus brazos y lo miró a los ojos, que los tenía rojos y llenos de lágrimas al igual que él. Se aferró a la única esperanza que tenía para estar cerca, no iba a utilizarlo, pero tenía que decírselo, a pesar de todo, él tenía derecho a saberlo.

 Respiró hondo y suspiró para luego mirar sus manos que estaban sobre el pecho del menor y con apenas un susurro dijo:

 

-Tuve al bebé…

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado!!!!

 

No me mateeen por dejarlas asííí... ><

 

Voy a hacer toodo por actualizar lo antes posible!!!

 


Muchísimas gracias por leer! Ya saben, si les gustó dejenme un bello rw *.* y si no les gustó... también(? XD

 

Hasta la próxima =B

XOXO


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