Leía uno de los pergaminos con una seria expresión, no tenía nada más que hacer y Ashura estaba dormido, su padre había salido a quien sabe donde y no había nadie en casa.
Como si un bombillo se hubiera encendido dentro de su cabeza, una idea recorrió su mente, estaban completamente solos y ya llevaban dos meses de relación oficial, no veía otra oportunidad más perfecta que esta.
Con mucho cuidado se levantó y caminó sigilosamente hasta la habitación de su hermano menor.
Entró y lo vio con una enorme sonrisa, su cara se mostraba completamente tranquila y adorable, le estaba entrando culpa por despertarlo pero estaba seguro que otra oportunidad de demostrarse su amor en algo carnal no vendría otra vez, así que se acercó y con una de sus manos acarició su espalda.
Acercó su rostro al suyo y unió sus labios en un corto beso que fue lo suficiente para despertarlo de sus sueño.
-¿Indra? ¿Qué se supone que haces? -El mayor solo lo ignoró y se dispuso a hacer su trabajo, acariciar bajo las prendas de su hermano menor quien gemía su nombre al compás de los movimientos de la mano. -Nos van a escuchar, detente.
-No hay nadie en casa así que podemos hacer todo el ruido que queramos Ashu -El menor sonrió a la vez que se dejaba hacer.
Las caricias aumentaron en velocidad y poco a poco la ropa fue desapareciendo, dejándolos desnudos y expuestos el uno al otro, para que pudieran unirse en una sola persona y demostrarse todo el amor que sentían por medio del placer.
El azabache bajó el rostro y con su lengua comenzó a lamer sus botoncitos uno por uno, sacándole gemidos al menor, era una sensación única, nueva y placentera.
-I-indra -Los gemido fueron callados con un beso apasionado y lleno de lujuria.
Pronto llegó la hora que ambos esperaban, el mayor pasó tres de sus dedos a la boca de Ashura y este los metió, llenándolos de saliva para lubricarlos.
Una vez lubricados, pasó su mano y fue metiendo un dedo, dilatando su entrada para que fuera menos dolorosa la penetración, su miembro era -sin presumir- enorme, si lo metía así como así estaba seguro de que lo lastimaría y era lo que menos deseaba, lastimar a la persona que amaba.
Pasó a dos dedos y el placer ya se podía escuchar de los labios de Ashura, así que fue por el tercero, simulando pequeñas y leves penetraciones con los dedos, abriéndolos como tijera para ensanchar más su entrada.
Una vez ya dilatada comenzó a introducir lentamente su miembro en el interior de su hermano menor, sus ojos se cerraron por el placer y estuvo a punto de meterlo de golpe hasta que escuchó los pequeños sollozos de su amor.
-¿¡Te lastimé!? -Preguntó preocupado al verlo llorar, pero este negó con la cabeza.
-Me duele, pero sé que se pasará y pronto vendrá el placer, así que continúa Indra -El mayor, sin estar muy seguro, comenzó a moverse lentamente, hasta que su miembro tocó el fondo y el pequeño lugar que hacía retorcerse de placer a Ashura y entonces el dolor desapareció casi por completo.
Ambos gemían el nombre del otro con lujuria y placer, esas nuevas sensaciones que sentían eran las mejores, completamente placenteras.
El sudor llenaba sus cuerpos debido al cansancio, pero no pararían hasta llegar al placer máximo que era el tan ansiado orgasmo.
-Ashura ¡Ah! -Poco a poco sentían como un cosquilleo los empezaba a llenar así que el mayor tomó el miembro del menor y comenzó a masajearlo a la vez que aumentaba las embestidas, entonces el menor se vino en medio de ambos, en su pecho y el de Indra, y este al ver su cara de placer, con un leve sonrojo y los ojos cerrados, na imagen completamente erótica, logró que se corriera dentro de él.
Sus respiraciones eran agitadas, por fin había alcanzado el tan ansiado orgasmo, se besaron por ultima vez antes de caer dormidos en el colchón, abrazados y con una sonrisa en el rostro por haber demostrado cuánto se amaban, habiéndose entregado en cuerpo y alma.