La desesperación era frustrante, Sasuke se encontraba frente a él y no podía abrazarlo no decirle cuanto lo amaba, estaba ahí frente a él, con su espada kusanagi en las manos y una mirada bastante fría.
Había cambiado, lo desconocía por completo, ya no era ese Sasuke que conoció a la tan tierna edad de la infancia, ese ha no existía.
El Sasuke frente a él tenía los ojos con el odio mas puro que pudo haber visto jamás, pero no iba dirigido a él, eso lo sabía de sobra, mas bien iba a la aldea.
Todo era culpa de Danzou, de los ancianos y de Konoha, aborrecer así a los Uchiha.
Sí, culpaba a Konoha.
Todos despreciaban a los Uchiha y los excluían, los creían los únicos malvados cuando los Hyuga podían ser peores, permitían la esclavitud en las ramas secundarias y los trataban como basura... Algo que los Uchiha no hacían, entonces ¿Por qué respetar a un clan que permite la esclavitud en lugar de uno que si bien no es perfecto al menos no había hecho nada por ganarse el odio? La aldea los orilló a aquel golpe de estado.
Sasuke tenía toda la razón en estar enfadado y molesto, su odio era justificado.
Pero aun así no podía permitir que destruyera la aldea, no solo porque había gente que quería, como TenTen, Ino o Lee, la vieja Tsunade, el Sr. Teuchi y su hija, Konohamaru.... No solo por ellos, también estaba su padre... El que había amado la aldea tal como la amaba él.
No permitiría que destruyera aquello, aun si debía matarlo.
-¿¡Por qué te empeñas en buscarme, Naruto!? ¿¡No entiendes que odio esa maldita aldea!? -Soltó una risa algo maníaca y guardó la espada en su lugar. -No la usaré, un chidori basta.
-¿¡Desde cuando te volviste tan engreído y egocéntrico!? Tú no eres el Sasuke que conocí -Susurró lo último mientras que bajaba la cabeza en señal de tristeza -Ni del que me enamoré.
El azabache abrió sus ojos completamente y un recuerdo le vino a la cabeza como rayo.
...
-Ashura, tengo algo que decirte -El mayor se sentó a su lado y tomó su mano entre las suyas para la confesión que haría -Se que esto no es nada normal pero... Te amo.
>>Desde que tengo memoria siempre he querido protegerte, entonces sin darme cuenta me enamoré de ti, aunque al principio me costó aceptarlo.
>>Solo te pido que me des una oportunidad y verás lo feliz que te puedo hacer. Ashura lo miraba con los ojos abiertos por la sorpresa, había dejado de lado el lonche que hacía y su mirada y atención estaban puestas en el azabache quien lo miraba igual, esperando una respuesta.
-Indra, también te amo, te amo y claro que te doy una oportunidad -Una sonrisa adornó su rostro y lo tomó de la cintura para después cargarlo y girarlo.
-Gracias Ashura, realmente me haces feliz -Besó sus labios tiernamente a la vez que lo dejaba en el suelo de nuevo y tomaba sus mejillas con ambas manos.
Poco a poco se separaron, con una sonrisa en el rostro y los ojos brillosos, realmente se amaban.
~~~
-Te amo Madara, te amo desde hace mucho tiempo -Su mirada se encontró con aquellos ojos noche que tanto le gustaban viéndose reflejado tal espejo, y un brillo cruzó du mirada al notar la sonrisa en la cara de este.
-Tambien te amo Hashi, desde hace mucho tiempo -Acercó su rostro como la primera vez y cortó el espacio uniendo de nuevo sus labios en un tierno beso, que se quedaría en eso, tierno, uno lleno de amor y de sentimientos que ambos tenían en su corazón.
Se separaron por la falta de oxígeno en su cuerpo y juntaron sus frentes y el Senju entendió el amor de los Uchihas, se dio cuenta de cuanto podían amar esto y que lo que mas anhelaban era el amor no solo de familia, sino amar y ser amados, Madara le había enseñado en ese corto tiempo como sus sentimientos podían ser tan sinceros y puros como jamás pudo haber creído.
-Jamás me dejes Hashi, jamás -Se acomodó en su pecho y cerró sus ojos, cayendo en los brazos del morfeo y soñando con ese hombre que tanto amaba.
...
Dos recuerdos invadían su memoria, llenándolo de emociones y sentimientos que creyó ya superados, pero es que jamás dejaría de amar a ese rubio revoltoso, no podía dejar de hacerlo por mas que lo intentara.
El recuerdo de esos cuatro extraños le estaba haciendo meditarlo, ser feliz sin haber cumplido su venganza o cumplirla, con la consecuencia de perder al amor de su vida, su sensei y su mejor amiga.
No lo deseaba.
-No conoces lo que siento Naruto, no has sufrido el mismo dolor que yo -Sus miradas se encontraron y ya no hubo necesidad de palabras, sus ojos reflejaban sus sentimientos.
-Pero lo sufriré si no vuelves, por favor Sasuke, no me dejes -Para ese punto, el rubio había comenzado a llorar fuertemente, como si lo estuviesen torturando soltaba gemidos lastimeros.
Eso rompió su corazón y sin poder evitarlo se acercó, tomo su barbilla con dos de sus dedos y posó sus labios sobre este, iniciando una suave danza entre lenguas.
Habían esperado tanto para eso, demostrarse el amor que sentían el uno por el otro, confesar aquel amor que por tantos años habían reprimido.
Ahora era su turno de ser felices, tenían que serlo.
Después de todo lo que pasaron, estando o no conscientes de la mayoría de las cosas, su alma merecía felicidad a lado de la persona que amaban.
Solo por una vez.
Una vez y ya.