El día escolar terminó, Antonardo y Darío se dirigieron al centro para comprar lo necesario para la fiesta que Carmina Villarreal realizaría. Antonardo estaba emocionado por cambiar de look, aunque temía que si al hacerlo, su antiguo amigo no lo reconociera. Eran muchas cosas que pensar, pero tuvo la certeza que seguramente él ya no se encontraba viviendo.
La noche cayó, la fiesta de bienvenida que Carmina Villarreal realizaba. Todos los alumnos iban con sus mejores atuendos, sin duda la que mejor lucía era Carmina con su hermoso vestido de seda turquesa y su dorado tocado exótico de princesa. Todos llegaban y la saludaban, la chica más popular y admirada por todos brillaba como sólo ella sabía hacerlo.
A la fiesta, llegaron Antonardo y Darío, el chico felino estrenaba su nuevo look.
Carmina se acercó a Kendra, pues ella era la que mejor informada estaba en cuestión de los nuevos estudiantes.
—Kendra, infórmame de la procedencia de los chicos nuevos.
—¿De cuál de los dos?
—Infórmame del moreno.
Kendra sacó un cuadernillo, lo abrió en una página y la leyó
—Darío Marciano, alumno procedente de otro planeta. Se dedicó a jugar futbol y gravó una serie televisiva…
—¿Y el otro chico? ¿Qué es?
Kendra cambio de página y leyó.
—Antonardo Wonkan Noilenni, alumno felino mágico. Se dedica al medio artístico…
—¡Perfecto!
Carmina se dirigió hacia ellos empujando a Kendra a un lado, creía que si pertenecían al medio artístico, probablemente podrían incluirla al medio con facilidad. Carmina se acercó a ambos sonriendo y les extendió la mano.
—Mi nombre es Carmina Villarreal y soy la anfitriona de esta fiesta, ustedes deben ser de los nuevos ¿verdad?
Ambos asentaron con la cabeza. Carmina les entregó un vaso de ponche, en eso llegaron Fabby, Ailline y Maura, las chicas del equipo de porristas que Carmina lideraba.
—Yo soy la capitana del equipo de animadoras…
Antonardo brincó de emoción.
—¡Yo quiero!
Darío le dio un codazo, en señal de que eso sería imposible.
—Digo, yo quiero más ponche— se reía nervioso —Me gusta el ponche, ¡Miaw!
Maura observó el vaso del felino, notándolo lleno todavía.
—Tu vaso está lleno, casi se derrama ¿Enserio quieres más ponche?
Carmina cruzó los brazos y lo miró retadora.
—¿En serio quieres formar parte del equipo de animadoras?
Antonardo sonrió y asentó con la cabeza. Fabby observaba la mirada de Carmina, algo parecía tramar.
—Está bien, mañana te haremos la prueba a primera clase.
—¡Siiii!— Antonardo comenzó a brincar de felicidad.
El vaso de Antonardo salpicó sobre el vestido carísimo de Carmina Villarreal y lo manchó, ella gritó furiosa, esas manchas no saldrían con la lavada. Antonardo trató de disculparse. Todos observaban a la princesa furiosa. Bruce llegó para ver qué era lo que sucedía con su chica.
Antonardo quiso remediar el asunto con magia, pero para eso todos ya se habían enterado de lo que le había pasado a Carmina. Bruce, en señal de defensa, tomó el recipiente con ponche y se lo aventó, dejando al gato bañado en ponche.
Antonardo salió del lugar llorando, Darío solo observó reír a Carmina y se fue para buscar al minino.