Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Más Que Un Amigo por Guiltish Kamiuchi

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

De nuevo volvemos a encontrarnos, después de casi dos años prometiéndoles este fanfic, pero más vale tarde que nunca. He creado esta historia en compensación al sufrimiento por el que hice pasar a ciertos personajes de una saga de videojuegos que idolatro. Debido a mis responsabilidades escolares, no he tenido el tiempo ni la inspiración suficiente para escribir esta historia, pero ahora que decidí darme un espacio para ello, la he traído para todos mis fervientes lectores.

Advertencia: Ficción con mucho estilo yaoi (relación hombre x hombre). Y sí, señoras y señores: ¡contiene lemon! *¬* Ahora te hago saber que, si no te gustan este tipo de fics, es mejor que ni intentes leerlos por curiosidad, ya que temo por la inocente y pura salud mental que posees (¡agradece que me preocupe por ti!). Si por el contrario, adoras leer este tipo de cosas tanto como yo, te invito a preparar tu mente pervertida y disfrutar esto (¡tú eres de los míos! Y… welcome to my insane world).

Videojuego: Jak II: The Renegade.

Pareja: Jak x Daxter humano/elfo (esta vez, nuestro parlanchín favorito recuperará su forma original). Cabe aclarar que cuando hablo de humano, me refiero específicamente a los elfos, que es lo que realmente son los personajes de esta saga de videojuegos. Así que en vez de decir “humano”, haré uso de la palabra “elfo”, así me parece más original y más cómodo, ¡jejeje!

Disclaimer: Ninguno de los personajes que aparecen en este fic me pertenecen, sino a sus respectivos autores de Naughty Dog. Yo sólo los uso para mi deleite personal y pervertido, además de que se prestan para ello xD.

Notas del capitulo:

Aclaraciones: Para dar una buena introducción a la historia, la empecé con una escena muy conocida para todos aquellos que hemos jugado el juego. Así que si piensan que me robé a propósito la trama, ni se apresuren a criticarme, sólo la usé para ajustarla a mis fines pervertidos y dar rienda suelta a mi magnánima imaginación.

Capítulo 1

Pérdida

El dúo dinámico acababa de acudir a la Central Energética, era obvio que Vin no dejaba de meterse en problemas. Lo encontraron haciendo sus extraños cálculos matemáticos mientras oprimía un sinfín de botones que Daxter siempre se preguntó para qué servían, pero si Vin se hubiese molestado en contestar esa cuestión, el pobre ottsel estaría más confundido que un lurker en pleno centro de Villa Refugio.

—¡Ey, saco de nervios!—exclamó Daxter, asustando al pobre Vin, quien había pegado un buen salto porque estaba distraído y no se había percatado de que el dúo dinámico ya estaba allí—¿Para qué nos has llamado?

—Tengo buenas y malas noticias—informó Vin preocupado, como la mayoría de las veces.

—Emm… ¿cuál es la buena?—preguntó dubitativamente Daxter.

—Kor me dijo que tenemos Eco suficiente para que el escudo de la muralla se mantenga en pie, lo que significa que la ciudad está a salvo por ahora, ¡pero no sé cuánto tiempo más podrá aguantar el sistema!—replicó Vin con tono dramático, mientras ponía las manos en su cara.

—¿Y la mala?—esta vez fue Jak quien preguntó.

—Hemos detectado un núcleo de huevos de cabezachapa criándose en la mina. Si esos huevos llegan a nacer, tendremos un nuevo ejército de monstruos. ¡Deben ir allá y hacer algo para erradicarlos!—rogó Vin, sacudiendo al pobre Daxter.

—He visto que una de las grúas sostenía un gran contenedor metálico—comentó Jak, pensativo—. Si lográramos llegar hasta arriba, podríamos saltar sobre él y dejarlo caer sobre los huevos.

—¿Arriba?, ¿saltar?, ¿caer? ¿Por qué no me gusta cómo suena?—cuestionó Daxter, asustado por las ideas que se le ocurrían a su colega.

—¡Vamos, Dax! Todo saldrá bien—replicó Jak para darle ánimos a su amigo.

Ambos se despidieron de Vin y atravesaron el portal que los conduciría a la mina. Una vez que estuvieron allí, Jak sacó su turbotabla y se dispuso a recorrer el camino que los llevaría rumbo a aquel contenedor metálico.

Como siempre, el ascenso no fue nada fácil: había un sinfín de obstáculos y precipicios que Daxter miraba con cierto recelo, a pesar que sabía que su amigo jamás se caería por ellos. Por suerte, no había ningún cabezachapa a la vista. Bien, ahora el ottsel se sentía confiado.

Continuaron subiendo ese largo camino, hasta que finalmente, Jak divisó a lo lejos el cable de la grúa que sostenía el contenedor. Tomó velocidad para impulsarse desde la plataforma y antes que llegara al final de ésta, el joven dio un salto para caer encima de la gran caja de metal. Durante el salto, Daxter se aferró a la cara de Jak, tapándole los ojos y este último tuvo que actuar por instinto. Milagrosamente, logró sostenerse de la cuerda metálica que hacía suspender el contenedor. Luego se deslizó por ella hasta llegar a su pequeña base, que era el sitio donde se encontraba el botón que soltaba el agarre de la grúa.

Accidentalmente, Jak pisó ese interruptor y como resultado, la caja fue soltada por la grúa, cayendo justo encima de los huevos de cabezachapa, que crecían rodeados de un pequeño lago de Eco Oscuro. Finalmente, la amenaza de los futuros cabezachapas en la mina había sido eliminada. La misión fue cumplida con éxito.

Jak y Daxter seguían arriba, agarrados del cable de la grúa. Repentinamente, éste comenzó a temblar y empezó a bajar bruscamente, trabándose de vez en cuando. Estaban a la mitad de su descenso, cuando el cable hizo un ruido más potente y cayó con mayor rapidez, lo que provocó que Daxter se soltara de él y cayera en dirección del lago de Eco Oscuro. Jak alcanzó a ver lo que sucedía y se sobresaltó, pues se dio cuenta que no contaba con el tiempo suficiente para poder evitar el destino de su amigo.

Nuestro héroe comenzó a sentir un fuerte dolor en su interior y su corazón latía rápidamente. Llegaron a su mente pequeños fragmentos de aquel instante en el que él y su amigo se encontraban en el laboratorio de Gol y Maia. Recordó cómo vio caer a Daxter en aquella piscina de Eco Oscuro sin poder hacer nada para evitarlo. El mundo se le vino encima tras ese suceso: temió no volver a ver nunca a su mejor amigo. Pero extrañamente, Daxter había logrado sobrevivir al líquido de la muerte, aunque su aspecto había cambiado por completo. Pero seguía con vida, y seguía siendo él.

Aquellos recuerdos se disiparon como vapor, y la terrible realidad asaltó la mente de Jak: nuevamente, volvía a ocurrir la misma situación que había vivido años atrás con su mejor amigo. Pero ahora él sabía que todo sería diferente: si caía por segunda vez en Eco Oscuro, estaba casi seguro que Daxter moriría… y no podía creerlo, no quería creerlo.

—¡¡¡DAXTEEEEEERR!!!—gritó Jak fuera de sí; era un grito de desesperación, de impotencia, de pérdida. El pobre chico sintió que su mundo se desmoronaba, pues ahora ya no estaría Daxter en él… nunca más.

Todo ocurrió en fracción de segundos. Tras el estridente grito de desesperación de Jak, el pequeño ottsel cayó al lago de aquella mortífera sustancia con un sonido lúgubre. Pequeñas ondas se habían formado por causa de la inmersión de Daxter. Tras eso, el líquido de ese lago volvió a calmarse, como si el ottsel jamás hubiese caído en él.

Esa terrible escena despertó a Jak de su trance. Bajó con una rapidez inimaginable el tramo que quedaba del cable a la caja metálica, que ahora parecía una isla rodeada por aquella sustancia entre oscura y morada. Se inclinó hasta uno de los bordes del contenedor para observar un punto específico del lago que lo rodeaba. La respiración del chico no se percibía, su mirada se seguía enfocando en aquel punto donde Daxter desapareció.

 No, tenía que ser una pesadilla, esto realmente no estaba pasando. Jak rogaba en sus adentros que eso que veía no fuera cierto, él hubiese dado todo con tal que las cosas no fueran como las observaba. Pero, dolorosamente, ésa era la cruda y maldita realidad.

Se había quedado inmóvil como piedra, observando la nada perdida en el lago de Eco Oscuro. Sentía que su corazón se saldría por la boca debido a los fuertes y rápidos latidos que tenía. Su cabeza estaba en blanco, tratando de procesar toda la información del suceso acaecido, tratando de hacerle ver a su dueño que lo que más se temía realmente había ocurrido… y que ahora ya no había remedio alguno.

—No… n-no… no es cierto…—susurraba Jak una y otra vez, negándose a creer en lo que estaba ocurriendo, negándose a aceptar el precio que le pagaba la realidad.

Ya tenía mucho tiempo que nuestro héroe había llorado, específicamente, desde que era un niño. Desde aquel entonces, jamás había vuelto a derramar una sola lágrima por nadie ni por nada. Pero ahora, sentía que todo ese dolor que había guardado en el fondo de su ser pugnaba por salir, quería liberarse de las cadenas de opresión que el propio Jak había formado para nunca volver a expresar sus emociones. Al menos eso había logrado hacer durante su encierro en la prisión de Villa Refugio: reprimir todos sus sentimientos a base de ira y frialdad, cimientos que lo protegían de sí mismo. Ahora sentía que él mismo había derribado esos pilares, y lo había hecho por querer alcanzar la lejana imagen de Daxter que se había formado en los confines de su mente, imagen que creyó real y se decidió a seguirla, esforzándose por llegar a ella.

Su imaginación acababa de jugarle una cruel ilusión: su mejor amigo había desaparecido frente a él, como si nunca hubiera estado allí. Ya no había marcha atrás: Jak había salido del lugar donde se encerraba a sí mismo para evitar ser lastimado por el entorno que lo rodeaba. Había salido únicamente por él, el único ser en el mundo que le hacía soportable el peso de su alma.

Una lágrima logró brotar de sus hermosos ojos azules, dejándola rodar libremente por su mejilla. Jak estaba tan ensimismado por lo que acababa de ocurrir que nunca logró sentir aquella gota acariciando tristemente su rostro, como si tratara de consolarlo. No quería sentir nada ahora, no quería volver a ver ni oír nada. Deseaba con todo su ser no haber nacido tan sólo para no presenciar ese fatídico momento que le parecía el peor castigo que pudo haber recibido. Pero, ¿por qué el destino tenía que tomar la vida de un ser querido tan sólo para burlarse de él? Pensaba que quizás ese era el más terrible de los castigos.

No, definitivamente ése era el más terrible de los castigos…

Notas finales:

Nos volveremos a encontrar en el siguiente capítulo, mis queridos lectores. Así que les pido la paciencia del Jinete Pálido para la próxima actualización. Kamiuchi se retira contenta de haber compartido esto con sus lectores.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).