Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Más Que Un Amigo por Guiltish Kamiuchi

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Nos encontramos de nuevo en otro capítulo más. Les pido disculpas por la tardanza, esto de ser universitaria y estar en periodo de exámenes es fatal para mi mente excenterrana xD.

Espero que disfruten este nuevo capítulo y que la historia no les parezca tan cursi (sí, a veces también tiendo a manifestar mucho ese lado de mi persona, pero me agrada. Un poco de normalidad en la vida no es tan malo como me han hecho pensar xD).

¡Y muchas gracias por sus reviews! Realmente son apreciados y me llenan de muchas ganas para continuar publicando esta historia.

Capítulo 2

Vuelta A La Normalidad

Un pequeño ruido, parecido a un chapuzón, lo despertó de su terrible shock. Levantó la vista, buscando el lugar de donde había provenido aquel sonido. Y fue entonces que ocurrió lo impensable: en el mismo punto donde Daxter había caído hace unos minutos, las ondas del líquido mortífero comenzaron a rebullir, y de ellas emergió una figura élfica que fue lanzada en cuestión de segundos fuera del lago, cayendo en las orillas de éste.

Cabello entre rojo y naranja, piel clara como la palidez de la luna, orejas largas y puntiagudas, iguales a las de cualquier otro elfo, dos dientes frontales que sobresalían un poco de la boca y pequeñas pecas que se distribuían alrededor de las mejillas y algunas partes del cuerpo. Sin duda, aquella figura que emergió del lago de Eco Oscuro era un elfo, sólo que… Jak conocía a la perfección a aquel personaje. Con un salto largo, se impulsó para llegar a las orillas donde había caído ese joven. Se acercó cautelosamente a él, y pudo notar que se encontraba desvanecido, pero con vida. ¡Ese chico era Daxter! Pero estaba… ¿desnudo?

—¿Daxter?—cuestionó Jak en voz baja, sorprendido por lo que veía frente a sus ojos. ¡Sí, era Daxter! ¡Era él, y era un elfo de nuevo! No podía dar crédito a lo que veía, creyó que su mente estaba jugándole una mala pasada otra vez.

Daxter se encontraba, como ya hemos mencionado, desvanecido. Había caído boca abajo, por lo cual Jak podía observar su estrecha y encorvada espalda por la posición en que se encontraba. Tenía puestos sus goggles todavía, así como sus guantes, pero… el resto de la ropa hacía falta.

Pensar en aquello que faltaba hizo que Jak se pusiera algo nervioso, sorprendiéndose a sí mismo por aquella extraña reacción que estaba experimentando. Su corazón seguía latiendo, pero ya no era por el miedo de haber perdido a su mejor amigo, ahora palpitaba por la vista que tenía frente a sus ojos. Nuevamente, pensar que aquello era la causa de sus latidos, provocó que sintiera un ardor en todo su rostro. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué su cuerpo actuaba de una forma tan extraña ante esa situación?

Nuestro héroe aún continuaba en ese estado cuando Daxter volvió en sí. Este último abrió los ojos poco a poco, sintiéndose de repente cansado y con frío, mucho frío. El chico trató arduamente de alzar su vista para ver en qué lugar se encontraba. Miró a su alrededor, un poco confundido, pero reconociendo casi al instante ese sitio: era la mina de Eco en la que Vin trabajaba como capataz. Trató de incorporarse, y fue allí donde se percató de que algo había cambiado: sus manos ya no eran pequeñas, anaranjadas y peludas; ahora eran grandes, demasiado grandes para ser las de un ottsel. Se sorprendió: ¡su piel y su cuerpo habían cambiado de tamaño y color! Y el golpe final para su mente: ¡nuevamente era un elfo! Pero había algo que lo tenía intranquilo, pues desde que despertó sintió que alguien lo miraba. Giró lentamente su cabeza y lo vio… vio a su mejor amigo, quien lo observaba con una mirada de incredulidad y sorpresa, pero ¿era su imaginación, o Jak tenía los ojos llorosos?

—Jak…—pronunció con debilidad Daxter, cosa que hizo que el interpelado diera un ligero respingo en su lugar—¿Eres tú, colega?

Jak no respondió absolutamente nada ante la trabajosa pregunta de su amigo, sólo se limitó a agacharse a la altura de él y a observarlo por unos breves instantes. Estaba tratando de asegurarse que lo que tenía frente a sus ojos no era una visión, pues ésta ya le había hablado. Además, Jak tenía demasiado abiertos los ojos, pues no podía dar crédito a que hubiese pasado eso con Daxter. Podría haber esperado que saliera, quizá, pero nunca pensó que emergiese como un elfo de nuevo.

Lo siguiente que supo Daxter tras el mutismo de su amigo, fue que sintió cómo alguien se abalanzaba sobre él y lo envolvía en un fuerte abrazo. Enseguida se dio cuenta que quien lo abrazaba de esa forma tan efusiva era Jak mismo. Se sorprendió por aquella extraña reacción, pues conociendo cómo era ahora, Jak jamás haría algo así aunque estuviera transformado en aquella criatura oscura que salía a flote cuando se enfurecía hasta el linde.

Recordando a la oscura criatura, Daxter se acordó de otra cosa: la posible razón por la cual volvió a convertirse en un elfo. Si mal no recordaba, él había estado con Jak hace unos momentos, pero siendo un ottsel todavía. ¿Qué había provocado ese milagroso cambio en su apariencia? Lo único que logró venirle a la mente fue cuando estaba con su amigo encima de aquel cable de la grúa, y que este cable había descendido de manera brusca, provocando que él se soltase y luego… oscuridad, eso era lo único que recordaba haber visto antes de despertar como un elfo.

No quiso seguir pensando en aquellas razones tan enredadas porque le empezaba a doler la cabeza, y decidió prestarle más atención al ser que rodeaba su cuerpo mientras lo apretaba con fuerza, como si temiese que él se fuera de ahí. Jak tenía su rostro enterrado en el cuello de su amigo, evitando así que Daxter observara la expresión que éste tenía en esos momentos. Se sintió realmente conmovido al ver así a su mejor amigo, y se dio cuenta de lo mucho que éste se había angustiado por él. Aunque nunca lo admitiese, Jak siempre se preocupaba demasiado por él, provocando que a veces Daxter se sintiera sobreprotegido. Quizá lo hacía por el mero hecho de ser su único y más cercano amigo, pero de todos modos, la frialdad y seriedad de Jak lo hacía guardarse muchas cosas para sí; a diferencia de Daxter, que siempre decía lo que pensaba y también lo que no debía, metiéndose en constantes problemas de los cuales su amigo siempre debía sacarlo. ¿Quién más iba a molestarse en hacer eso por él? Estaba realmente enternecido por aquella muestra de preocupación que Jak le expresaba, y con todos esos dulces pensamientos en mente, él también abrazó a su compañero, sintiéndose totalmente reconfortado y protegido.

Jak seguía sumergido en aquel abrazo que le dio a su amigo sin pensar, simplemente su cuerpo se había movido solo. Se sentía profundamente tranquilo y en paz como pocas veces lo había experimentado, mientras aspiraba el peculiar aroma que poseía su compañero, perdiéndose en él de manera inconsciente. Pero cuando sintió los delgados brazos de Daxter rodeándolo, despertó de sus ensoñaciones y se dio cuenta de la inusual situación en la que se encontraba. Saber que había abrazado a su amigo así como estaba, de nuevo le provocó un inexplicable nerviosismo. Simplemente, no tenía explicación ese extraño comportamiento corporal.

—Dax…—dijo Jak mientras trataba de apartarse de él, pues sentía que su cara estaba ardiendo como un tizón.

—Tranquilo, colega. Soy yo… ¡heme aquí de nuevo!—exclamó Daxter con alegría, mientras también soltaba a su amigo.

—Es que… no lo puedo creer—confesó Jak, bajando su rostro para que su amigo no se diera cuenta de la expresión que éste tenía.

—Pues debes creerlo, ¡je je je je!—dijo Daxter mientras se rascaba la cabeza y mostraba una cálida sonrisa, misma que hipnotizó a Jak inevitablemente—¡¡AAAAAHHH!!

El grito de Daxter hizo que Jak despertara nuevamente. ¿Cuántas veces se había distraído mirando a ese pelinaranja durante el día?

—¿Qué?—preguntó Jak, con cierto tinte de preocupación en su voz.

—¡¡NO ME HABÍA DADO CUENTA QUE ESTABA DESNUDO!!—gritó Daxter mientras cubría con sus manos cierta zona que, por instinto, a todo elfo varón le daba pena mostrar.

—¿Y eso qué, Dax? Aquí no estamos más que tú y yo—comentó Jak con indiferencia y alzando los hombros, mientras observaba cómo su compañero ponía una expresión de berrinche.

—¡¿PERO POR QUÉ NO ME LO DIJISTE ANTES?!—volvió a gritar Daxter, ahora con tono dramático y la cara completamente roja como jitomate.

—Lo olvidé—fue la simple y llana respuesta de nuestro héroe.

—¿Cómo puede olvidársete algo así, colega? ¡¿Cómo?!—le reclamó el pelinaranja mientras adoptaba una posición fetal debido al viento que corría en la mina.

—Eras un ottsel, ¿lo recuerdas?

—¡Claro que lo recuerdo! Pero, ¿eso qué tiene que ver con que esté desnudo?

—Simple: no llevabas ropa, más que eso—respondió Jak mientras señalaba los goggles que Daxter llevaba sobre su cabeza.

—¡Pero eso era cuando tenía pelo que me cubriese!—se excusó Daxter—Ahora tengo frío y no tengo con qué cobijarme…

Jak vio cómo su amigo se retorcía por el viento que soplaba. Le parecía interesante observar cómo ese aire también jugaba con el cabello de su compañero. Al recapacitar en que eso era “interesante” para él, bueno… la misma sensación se apoderó de su personal. ¡Pero no era momento de pensar en esas cosas tan estrambóticas! Su amigo necesitaba ropa, porque no podía andar por Villa Refugio así desnudo, ¿o sí?

Carraspeó un poco su garganta, como si estuviera advirtiéndole a Daxter de lo que vendría a continuación. Se incorporó tomando un gran respiro, como preparándose para llevar a cabo su plan y se acercó a su amigo. Daxter lo vio aproximarse a él, y lo que supo después es que estaba siendo llevado en brazos por su compañero, quien le estaba tratando de dar la espalda al viento para evitar que él siguiese tiritando.

—¡¿Pero qué es lo que haces?! ¡Me voy a caer!—exclamó Daxter entre asustado y sorprendido, mientras se aferraba a los hombros de su amigo e inconscientemente, buscaba acurrucarse más entre sus brazos para evitar sentir frío. Tampoco pasó por inadvertido que sintió un incómodo calor en todo su cuerpo al encontrarse en aquella situación. Eran unos inexplicables nervios.

—Volvamos—fue la única respuesta de Jak ante sus parloteos.

Daxter cerró la boca, no porque no tuviese razones para seguirle reclamando a su amigo, no, sino más bien porque comenzó a sentirse realmente extraño. Pensaba que era raro porque nunca había experimentado una tranquilidad tan profunda, tan sublime. Era como si estuviese a salvo de todos los peligros que quisieran acecharlo, se sentía protegido y en paz porque sabía que había alguien que lo cuidaría siempre. ¿Y quién iba a decir que ese alguien era su mejor amigo y colega? No podía explicarse por qué estaba reaccionando de ese modo su cuerpo, simplemente estaba relajado, sin preocupaciones y sin estrés alguno. De verdad que era extraordinario sentirse así en los brazos de Jak.

Notas finales:

Bueno, esto fue el segundo capítulo. ¡Nos veremos en el próximo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).