Al día siguiente Akihito había llegado puntual, & ambos se habían devuelto las prendas. Asami lo había invitado a cenar, & así unos cuantos días que le siguieron. 5 veces por necesidad del mayor, 5 veces más por la del menor & todas las demás por la necesidad de ambos. Eran totalmente diferentes, pero iguales al ser reservados, sin embargo, siempre estaban charlando.
Akihito entraba sin problemas a los restaurantes que Asami lo invitaba a desayunar antes que ambos empezaran con el trabajo & la búsqueda de uno. Asami nunca se sentó a pensar en como Akihito vestía {Muy mal, a decir verdad. Ropa rota} Pero nunca le importó, se sentía bien charlando con alguien tan vivaz como Akihito, & a la vez alguien tan triste.
Las veces que Asami lo había visto llorar. & sus razones eran "Soy una mierda", "No sirvo para nada", "Debería morirme". & él sólo no podía hacer más que hablarlo hasta que se durmiese, o simplemente dejarlo, sabía que al día siguiente seguiría con sus esperanzas en el cielo & saldría en búsqueda de algún trabajo dónde tuviese un sueldo bueno & no esos $80 de pequeños trabajos que hacía para poder comer.
Pero algo más pasaba & no se trataba sólo de amistad. Los amigos no se invitan a cenar, no se miran con tanta devoción, ¿O sí? ¿Los amigos tienen esa necesidad de abrazarse fuerte & no hacerlo porque... Vergüenza quizás... Nerviosismo... ¿Pudor? Asami se abofeteaba mentalmente por tenerlo siempre en sus pensamientos, por querer verlo todo el maldito tiempo. Se había prohibido ofrecerle la ducha de su casa, la última vez que lo había visto salir duchado de allí, había terminado con la mano en la chota. Tomar una cerveza & cocinar algo se había hecho costumbre, pero el mayor trabajaba demasiado, & Akihito había días que cuidaba de su abuela para que el esposo de ésta le permitiera verla, & de paso le daba $10 por cuidarla unas horas.
Habían establecido días para verse en casa de Asami & ver el partido, cocinar algo & la infaltable cerveza fría: Jueves & Sábados. Los días Sábados era cuando más se la gozaban, películas hasta muy tarde, luego unas horas de sueño, un almuerzo el medio día del Domingo & cada uno se devolvía para comenzar la rutina el Lunes nuevamente. & esto sucedió un Domingo, cuándo ambos preparaban el almuerzo.
Akihito picaba la cebolla mientras Asami mojaba el interior de la olla caliente, con aceite de oliva.
-Mañana no iré a la entrevista.-Comentó el rubio.
-¿Por qué no? Quizás consigas ese trabajo.-Se apoyó en el mesón de costado, mirándolo.
-Porque el Viernes cuando fui, me miraron de arriba hacia abajo.
-¿& eso qué?
-Apenas llegue, me dirán que no me quieren trabajando allí.
-Demuéstrasle que eres bueno haciendo tu trabajo.-Se le acercó.-¿Me oyes?
Akihito dejó la cuchilla & lo miró.
-No dejes que nadie te diga que no eres bueno para ese trabajo, si aún no te han visto trabajar.-Sus labios rozaron los del menor...
& el calor los habitó a ambos. El deseo de despegarse nunca se apoderó del cuerpo de Asami. Una de las amplias manos vacilaron hasta la cintura delgada del bajo, & la otra vagó hasta la mejilla, invitándolo a un beso más profundo pero las manos del menor, empujaron el pecho del alto con suavidad, haciendo que se despegaran apenas un poco.
-Asami.. ¿Qué haces?.-Susurró.
-Te beso, ¿No es obvio?
-Lo sé, idiota, pero, ¿Por qué?
-Porque se me antoja.-Gruñó & volvió a besarlo.
Pasó un rato hasta que la falta de aire los hizo separarse.
-Creo que deberías fijarte eso...-Susurró Asami al momento que Akihito se ruborizaba con todos sus colores.
-S..sí.-Se pasó el pulgar por los labios hinchados con suavidad.-Deberías ir a bañarte mientras...-Sugirió.
-Sí, vengo en un momento.-& se despidió con un pico, dejándolo totalmente paralizado.
Habían almorzado en silencio, & la hora de volver al trabajo, apretaba el cinturón de aquel pantalón de gabardina negra que estaba poniéndose el Sr. Asami.
-¿Entonces el sábado te irás?-Akihito estaba sentado en la cama, esperando que Asami terminara de cambiarse & así lo llevara a casa de su abuela.
-No, idiota. He dicho que el domingo me voy, o sea que si vienes, no puedes quedarte a dormir.-Lo miró como si fuera tonto.
-No soy un estúpido.
-Pero entiendes mal.-Lo tomó del rostro con una mano, & lo besó nuevamente.
-Deja de besarme.-Se ruborizó.
-¿No te gusta?
-No.. ¡Sí! ¡No, no es eso!
-No te pongas nervioso.-Rió & lo ayudó a que se levantara.-¿Vamos?-Lo abrazó por la cintura.
Akihito siempre se convenció de que Asami no podía dar tanto calor, hasta ese momento, cuándo estaba siendo rodeado por sus brazos & besado por sus labios. Era lo más sabroso que le había pasado después de tanto tiempo.