Capitulo 15: Los Niños de la luz.
“Continuamos conociendo la verdad del mundo y que las demás personas ignoran. Cerramos nuestros ojos, apagamos nuestros oídos, cocemos nuestras bocas y nos hacemos los que no saben nada. Sin embargo siempre existe una estrella en el cielo que a pesar de toda consecuencia ella se mantiene brillando nombrada como –Esperanza- un dicho de las personas muy conocido y es que la esperanza es lo último que se pierde ¿Por qué será?
En lo terrenal a esta esperanza podemos llamarla –Los Niños de la luz- que es una fundación que quiere llegar por medio de la palabra de Dios a los niños de la calle, su pasión es acceder a las zonas abandonadas de las ciudades y hacer brillar un rayo de esperanza en la vida de los niños que viven solos y desolados en la calle. Haciendo un esfuerzo para ir a ellos, conocerlos justo donde están, sucios, hambrientos e incluso drogados, es imprescindible comunicarles que los aman tal como son y permitirles establecer una relación y confianza con los niños desde el principio. Ellos son voluntarios nacionales, quienes son entrenados y preparados para alcanzarlos de manera eficaz. Su deseo es tener constantemente gente solidaria y comprometida a pasar tiempo con los niños, desarrollando relaciones sanas, escuchándolos y cuidándole de modo que puedan ofrecerles una solución para su soledad y desesperación”
Yaiko: La calle lo acogió desde muy pequeño por causa de abandono. El mundo se burlo de ese niño mostrando su lado más oscuro: Fue maltratado, abusado sexualmente, paso hambre, sed, estuvo al borde de la muerte, probo las drogas, robo, mato, violo, el enemigo lo tuvo entre la punta de sus manos y lo hiso caer hasta lo más hondo del abismo y acabo con su vida, llevándolo a la indigencia. En sus comienzos de adolescente supo lo que era tener dinero por cantidades y lo que era no tener ni una moneda. A la edad de catorce años cansado de ser pisoteado y humillado obtuvo la gran bendición de conocer a Itachi que estaba recién escapado de su propio mundo.
Llegaron a las canales de agua, observándolo como su único refugio. Más tarde encontraron a Sasori y se volvieron grandes amigos con el gran propósito de cambiar sus vidas, sus destinos y ayudar a los que más los necesitaban, creando así la esperanza para los demás.
Años más tarde Yaiko era el responsable de todos los niños que llegaban a la canal. Una vez en sus salidas por la cuidad encontró una fundación nombrada “Niños de la luz” la cual estaba organizada por un grupo de personas cristianas que daban su mano para ayudar a los niños de la calle, inmediatamente ofrecieron su ayuda al joven. Actualmente dicha fundación da una colaboración mensual a Itachi para mantener a los niños que no pudieron convencer de trasladarlos. Yaiko a su vez decidiendo servir en los caminos de Dios se marcho dejando a Itachi como responsable del lugar ya que no pudo convencerlo de irse con él al igual que Sasori, aun así nunca dejo de visitarlos y tratar de que los demás niños fueran trasladados a orfanatos. Hoy en día veinte años y un gran predicador de la palabra de Dios.
-Qué gran honor tener al misionero entre nosotros- sonrió Itachi dándole un gran abrazo.
-Tratas de venir a llevarte a Itachi otra vez- volteo los ojos Deidara. Desde un principio al rubio no le cayó bien evitándolo en cada momento –Lo lamento mucho, Itachi no se dejara convencer… ya que en tu religión de quinta no aceptan a homosexuales- el rubio lo fulmino con la mirada, beso a su novio con gran pasión y salió de la casa obstinado de la presencia del recién llegado.
-Un gusto volverte a ver a ti también Deidara- le dijo al espacio vacío mientras sonreía, el azabache suspiro avergonzado más aun así Yaiko no le prestó atención, luego de que el ambiente se calmara y el menor se disculpara muchas veces comenzaron una conversación de grandes amigos que mantenían un gran tiempo sin verse. Desde que se habían conocido ambos formaron un lazo que iba más allá de la sangre, ambos conocían la crueldad del mundo y compartían con agrado sus andanzas en la calle en tiempo de pubertad. Hace unos años atrás Itachi le dolió que Yaiko decidiera formar su futuro a pesar de que él nunca fue mezquino ya que siempre pensaba en sus amigos como parte de su vida, lamentablemente Itachi lo rechazo prefiriendo el cuidado de los niños de la calle. Yaiko respeto su decisión y se marcho juntamente con varios niños que decidieron dar un paso mas allá de lo que ofrecía el horizonte.
-Siempre le doy gracias a Dios de donde me saco y donde ahora me tiene. El nunca se olvido de mi, siempre me tuvo un propósito al igual que EL tiene un propósito para ti- el azabache sonrió.
-Su propósito es que este aquí guiando a estos niños. Me alegro que los caminos de Dios te hayan quitado todas tus heridas del pasado-
-Si buscas más de EL Itachi todo tu pasado nunca existió. Recuerda que él nunca te abandona-
-Lo sé, lo sé, siempre doy gracias por darme vida y por permitirme estar donde estoy-
-Amen- ambos salieron a la luz para seguir conversando mientras daban una caminata por los alrededores, muchos niños recordaban a su antiguo padre la cual gritaban de alegría ofreciéndole abrazos, Yaiko o también conocido como Pain sonreía con emoción al volver a encontrarse con sus niños. A la vez le presentaban a los nuevos que con mucha amabilidad les dio la bienvenida a los niños de la luz.
Mientras tanto un pequeño rubio observaba con gran cautela entre los bosques a una niña de ojos bellos realizar una danza delicada a los pies de un lago. Estaba admirando su belleza, quedando hipnotizado completamente. Naruto no sabía que sentía dentro de su pecho pero cada vez que miraba a Hinata su corazón se aceleraba nervioso. Su pureza lo atraía como un imán. Le parecía extraño darse cuenta que por muy tonto que sonase… El era un ser humano con sentimientos, y eso lo llenaba de gozo.
Por otra parte podía verse chocante pero no le importaba pensar que su chico mundo giraba en torno a ella ¿Pero que estaba diciendo? Apenas era un niño, pero un niño que estaba descubriendo esos sentimientos extraños del corazón. Mas bien no eran extraños porque si se ponía a analizar las cosas, esos sentimientos extraños ya los había experimentado antes, pero con Sasuke, aunque en estos momentos no veía diferencia alguna… Estaba muy confundido. Decidió bajar para el canal para meditar lo que estaba sintiendo.
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Sasuke luego de haberse desahogado en las altas colinas por su falta de control la noche anterior, se encontraba en la soledad de la casita con las telas recién puestas fumando un cigarrillo. Había preferido dormir fuera de la casa para no incomodar a Sai y a Ino, obviamente que Naruto no se aguanto y lo fue a buscar pero él prefirió darse un tiempo a solas.
Últimamente se desahogaba por ese medio para borrar la otra parte que lo atormentaba y que él odiaba con todas sus fuerzas. Ahora que se encontraba en ese lugar se daba cuenta de lo mal atendido que tenía su otra necesidad… mandando al olvido lo que le preocupaba sobre ser un monstruo.
Necesitaba estar implicado en algo sexual, su cuerpo se lo pedía a gritos. Bajaba su mirada apenado consigo mismo, no podía creer que a su edad estuviera pasando por ese deseo carnal ¿Pero cómo se podía excusar si su cuerpo estaba tan acostumbrado a las caricia, roces e invasiones? ¿Cómo se podía excusar si su amo se encargo de profanar hasta el último cabello permaneciente a su cuerpo?… Su libertad solo era un pasatiempo, porque sus marcas y heridas era profundas tan profundas que aun sentía en su soledad como Orochimaru lo hacía suyo. Sentía como el vomito subía, que repugnante, que asqueroso, que basura de pensamientos tenia ¿Por qué aun así en su libertad lo perseguían?
Estaba cansado de luchar contra sus necesidades, lo mejor era dejarse llevar por un momento y luego volver como si nada hubiera ocurrido. Tan pronto dejo de poner resistencia su mente y cuerpo tomaron el control aumentando de temperatura. Poco a poco se bajo los pantalones comenzando con un suave pellizco en la cabeza de su pene sorprendiéndose por lo húmedo que estaba.
En sus once años de edad era todo un experto en el ámbito sexual gracias a Orochimaru, que con todas sus fuerzas deseaba su muerte. Recordaba cuantas veces ese miserable lo obligo a meterse los dedos por el ano, aunque eso no era nada comparado a lo que le metían en ese agujero. Ahora que pensaba de una manera pervertida nunca le gusto desplegar el papel de pasivo, siempre sintió curiosidad por el lado activo de la relación. Arropo su miembro en la mano para bajar un poco la piel, jadeo al instante por las cosquillas provocadas. Con una mano se acariciaba los testículos mientras que la otra iniciaba el movimiento de bombardeo, cerró los ojos para dejar volar su imaginación y así tener un orgasmo mas prologando.
En ese momento de excitación la única persona que venía a su mente era Naruto, su Naruto… En realidad era un pervertido. Bueno aunque pensándolo mejor, enamorarse de su amigo no lo hacía pervertido… ¿Enamorarse? Que irónico escuchar esa palabra de una bestia, se sentía un completo desconocido, pero le emocionaba la idea mantener sentimientos que él nunca pensó, por su desconfianza. A lo mejor ese sentimiento que nació de los momentos compartidos lo iba a condenar en lo más oscuro, se daba por perdido entre las ramas de la razón. Pero que mas da… quería ser diferente, quería cambiar su destino porque uno mismo lo escribía, a pesar de que tuviera una bestia dentro quería hacer todo lo posible para ser feliz y sabia a la perfección de que su amigo lo ayudaría.
Se iba a olvidar de todas sus preocupaciones y comenzaría a tomar el consejo de su amigo. No hay prisas en este mundo donde la vida no cuenta, donde los días son los mismos y donde importa un pepino la sociedad.
Amaba a Naruto y eso era un hecho que lo hacía feliz.
-Naruto- dijo en voz baja teniendo un montón de imágenes sobre su rubio en situaciones eróticas mientras su mano se volvía más rápida.
-Dime- respondió el susodicho entrando por la telas. Ambas miradas se encontraron, Naruto observo lo que su amigo hacia, Sasuke sonrojado guardo su paquete rápidamente en sus pantalones, se levanto dispuesto a escapar pero este lo detuvo – ¡Oh! Disculpa mi interrupción, me iré para que termines con lo tuyo- El otro avergonzado y con la cabeza gacha se aferro a su muñeca.
Naruto lo miro fijamente un tanto confundido.
“Permíteme expresar lo que siento” “Permíteme aunque solo tocarte un poco” “Permíteme tener algo de ti” pensaba el mayor con sus mechones tapándole los ojos, quería decir tantas cosas pero a la vez quería callárselas todas. Se sentía un completo desconocido. Todo esto representaba una gran desgracia y decepción para el antiguo Sasuke, mostrarse de una forma tan indefensa eso era imperdonable para él, su cambio fue enorme ahora que se comparaba. El no se disculpo porque para su alegría su amigo había entendido esa otra necesidad suya. Sin embargo ahorita se encontraba en una especie de discusión consigo mismo para no cometer una estupidez, sus sentimientos estaban desbordados.
-Sasuke ¿Te sucede algo?- este bajo su mirada hacia el rostro del azabache que aun se mantenía aferrado a su muñeca. De repente subió su rostro y lo agarro por el cuello de la camisa decidido. No tenía nada que perder.
Lo beso para calmar sus ansias de Él. Naruto abrió los ojos sorprendido pero en vez de armar un problema por lo que estaba sucediendo decidió tomar las cosas con calma para no lastimar a Sasuke dejándose llevar por la situación. Este a su vez devoraba con desespero los labios carnosos del menor ansioso por haber sido correspondido. Saboreaba sus labios con olor a canela al mismo tiempo que la punta de su lengua remarcaba círculos dentro sin autorización, daba cierta gracia observarlos por la torpeza y ternura que trasmitían.
-Itachi nos está buscando- susurro Naruto cuando el azabache se alejo un poco para mirarlo a los ojos. Se voltio para salir de la casita pero fue detenido…
-Naruto yo…- el corazón de Sasuke estaba acelerado por lo que acababa de suceder, Naruto no lo miraba directamente y eso le preocupaba, mas cuando quiso que hablaran fueron interrumpidos por Sai.
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Muchas horas después de la llegada de Yaiko, el líder presento a Hinata que venía con Sasori. La niña como siempre con su cara inexpresiva mostraba su dulzura y tranquilidad, el mayor quedo anonadado con esa gran bendición que les había otorgado Dios. Cuando iba a peguntarle algo, salió corriendo hacia un niño de cabellos rubios abrazándolo, el chico solo se sonrojo un poco y devolvió el gesto.
-Yaiko ellos son recientes. Sasuke y Naruto- Hinata le dio unas caricias por sus mejillas y se separo lentamente con miedo a lastimarlo. El mayor pregunto de qué mundo venían y dándole la bienvenida se retiro con el azabache mayor.
-Itachi lo que tienen en sus manos es una gran bendición no pueden perderlo- este lo miro perdido –Ella es una niña Cristal, son niños con dones espirituales y filosóficos normalmente abrazan y cuidan de las personas que los necesitan, es algo muy natural en ellos. A estos tipos de niños no se les puede suministrar medicamentos ya que pierden sus características y echamos a perder a una nueva generación para los seres humanos-
-Pensé que era autista…-
-Un muy común error entre las personas. En la iglesia tratamos ese tipo de casos, por eso se me fue fácil reconocer su estado- Yaiko miro a la niña que venía caminando con Sasori mientras este le hablaba de algo –Ellos te ven el alma y te sacan lo peor y mejor de ti, esos niños siempre piensan en los seres humanos como algo hermoso en este mundo que ellos mismo dañan-
-Tu personaje es totalmente diferente a tu alma ¿Por qué?- se escucho una vocecita tierna salir del cuerpo de la niña, Sasori quedo paralizado por lo dicho mientras esta lo observaba con curiosidad –Tu vales más de lo que haces, eres hermoso, tienes un alma hermosa… Se libre- el rojizo no sabía que decir, sus ojos se cristalizaron cuando Hinata lo abrazo.
Yaiko e Itachi presenciaban esa escena. Sasori cayó de rodillas llorando, el mayor se arrodillo junto a él para orarle a Dios por la vida de su amigo
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-¿Por qué cada vez que Hinata te ve, sale abrazarte?- pregunto con recelo Sasuke. Naruto solo levanto los hombros dando a entender que no sabía la respuesta pero que aun así le gustaba que esa niña lo hiciera. Paso la tarde y otra noche cayó, y Naruto todas las veces esquivo a su amigo para no tocar el tema del beso reciente.
Cuando la luna vislumbro en el alto cielo, Itachi informo que esa noche compartirían alrededor de una fogata como una familia. Los mayores buscaron leña e hicieron fuego en el medio de la canal comenzando aglomerarse alrededor.
Deidara esa noche por ruegos de su novio decidió quedarse y ahorita repartía los bocadillos para dar inicio a la fogata. Itachi dio un discurso de lo agradecido que estaba por compartir una vez más con los niños, menciono lo importante que eran sus vidas y que de ahora en adelante caminaran con cuidado porque no se sabía cuando era el día de su muerte.
-Yo aun no me quiero morir, tengo muchas cosas por hacer ¿Y ustedes?- la mayoría negó con la cabeza. Los nuevos amigos de los niños del dolor se sentaron a sus lados saludándolos con amabilidad, siempre disfrutaban de esas cortas reuniones ya que por un momento sentía que nunca fueron abandonados y que recibieron el amor como cualquier niño normal.
-Esta noche será para desahogarnos y para enterrar nuestro pasado-
-Cualquier es libre de contar su historia- todos se miraron entre sí con miedo. Inmediatamente fue percibido por Hinata que se tenso un poco, a veces era un desventaja ser sensible a todo pensaba ella. Itachi animo una vez más sin ningún resultado.
-Bueno para romper el hielo y dejar la pena, yo comenzare con mi historia- los colores de esa fogata iban tan acorde a las expresiones del líder que todo estaba en el lugar y tiempo perfecto, respiro hondo y como si se trasladara a otro mundo comenzó…
“Mi padre era zapatero, un hombre humilde y amable, mi madre tejía hermosos vestidos y su sonrisa calmaba cualquier miedo. Mi familia era pequeña pero muy bonita y sencilla porque todos nos ayudábamos entre sí, desde muy pequeño decidí trabajar para ayudar económicamente en la casa, ya que nuestros ingresos eran muy bajos. Repartí periódicos, vendí dulces, rosas, trabaje en diferentes lugares pero por mi corta edad nunca me dejaban continuar, aun así yo era feliz porque podía llevar un poco de dinero a casa. Al poco tiempo mi madre enfermo y por falta de medicamentos murió. Era muy obvio que ambos cayéramos en una gran depresión, esa mujer era la luz en el hogar.
Como todo hombre desesperado buscando desahogo, los encontró en brazos de una mujer que le hizo mucho daño, dejándonos en la calle. Recuerdo que no pude asistir mas al colegio porque vivíamos en las plazas y no tenia donde lavar mi uniforme, pasamos tiempos difíciles pero aun así mi padre nunca se recupero y perdió la cordura gastando el poco dinero que ganaba en alcohol… perdí las veces de cuanto le pedí suplicando en llanto que volviera hacer el mismo. No solo eso, yo como su único hijo encontró la salida para sus ataques de ira. Fui al hospital muchas veces por costillas, labios, muñecas, tobillos, frente partidas, una vez casi muero. A pesar de todo nunca desee la muerte porque tenía la esperanza de que todo fuera a cambiar.
Pero estuve muy equivocado… mi propio padre me vendió por dos botellas de whisky a un empresario que andaba de principiante en unas peleas que él consideraba un simple juego. Recuerdo con claridad que pensé que estaba en un buen lugar porque ese señor se mostro muy cariñoso y amable desde un principio tanto que lo considere como mi segundo padre. A mi papa biológico nunca le tuve rencor más bien tenía esperanzas que cuando muriera fuera de nuevo feliz con mama en el cielo, a pesar de que me fuera abandonada siempre lo ame.
El tiempo fue transcurriendo y me fui dando cuenta que estaba en las manos equivocadas, ese señor comenzó a manosearme, a besarme hasta el punto de violarme, esa vez fui al hospital porque casi muero desangrado… estuve a tan solo segundos de la muerte que recuerdo a ver visto mucho, pero mucho fuego alrededor. Después comenzaron los arduos entrenamientos que yo no sabía para que, una mañana me levantaron temprano y con los ojos vendados me llevaron a un sitio, me tiraron en ese lugar como si fuera comida para perro… Por voces ajenas me entere que tenía que pelear para sobrevivir, mire a mi alrededor y habían muchos señores apostando y gritándome… Todo paso tan rápido.
Lo bueno fue que una vez más me libre de las manos de la muerte, pero mi amo como se le denominaba era peor que la muerte. Me castigo de una manera tan brutal que dudo que ese ser fuera humano. A partir de allí me creo el miedo, ganar esas peleas era una obligación o recibiría el mismo castigo. Desde allí mi mente y corazón se volvieron uno solo y me volví un títere.
Mate a muchos niños por el simple hecho de que tenía miedo de que me castigaran. Desee la muerte incontenibles de veces porque ya ni me conocía, era una bestia conocida como Damon, algo en mi interior nació, que hasta ahora lo tengo. Las noches se volvieron una tortura para mí, muchas voces en mi cabeza maldecían mi existencia al punto de tratar, solo tratar de suicidarme. En el mundo donde yo estaba solo era Ganar o Perder, Vivir o Morir. Mi amo se hizo millonario a costa mía y yo solo recibía un plato de comida al día y todos sus abusos.
En ese tiempo la esperanza se volvió una serie de mentiras y me resigne a mi vida. Aun así luego de soportar tantos años decidí dar un paso a favor y escape, claro que no fue fácil, tuve que pasar por muchas pruebas… pero vencí.
Mi amo me busco muchos meses, y esos meses fueron realmente terroríficos por el miedo que sentía. Sin embargo como siempre digo la esperanza anda como chicle pegado a ti, al tiempo encontré a Yaiko y nos hicimos grandes amigos, llegamos a este lugar y luego conocimos a Sasori.
Esta es mi historia y yo fui un niño del dolor”
Una lagrima rondaba por su mejilla, Sasuke y Naruto se quedaron sorprendidos al enterarse que Itachi fue lo mismo que ellos. Luego de semejante historia querían retirarse pero por educación decidieron quedarse hasta terminar la fogata.
“Tras un sonrisa se esconde todo un mar de sufrimiento”