Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Alguna vez... por Youji

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, soy Youji y les saludo muy saludosamente :V :

Bueno… debería estar editando los capítulos que me faltan por subir de oTros fics que tengo por ahí… pero digamos que, en donde estoy, no tengo mis herramientas a la mano :V

Como sea.

Este es un fic que ya tenía hecho, un Oneshot terminado (¡El único!). Lo edite un poco y lo he subido aquí para el cumpleaños de don Shion. No es mucho pero algo es algo :V

En fin. Se trata de una escena que jamás puse en un fic porque…si, adivinaron, nunca terminé dicha historia:P… y me dije "Bueno ¿Por qué mierda no ponerlo?" y ¡Pum! aquí está. (Me he reciclado esta descripción :V)

Es un AU.

He de recordar que los personajes pertenecen a su respectivo autor y yo nada tengo que ver con ellos.

Ya dicho esto, pues les dejó con el pequeño fic.

Feliz día borrego mayor :V

Sintió que lo perdía.

Su trato había cambiado. No era el mismo calor que recordaba haberle arrebatado hacía mucho tiempo ya, cuando el chico aún mantenía la tierna esencia de la infancia que le cegaba de la malicia de su entorno.

¿Cuánto tiempo había pasado desde aquella noche en que, ante los ojos del discípulo, el admirable maestro se convirtió en un infame?

 

__________________________________________

 

Es amor…es mi amor por él contra el juicio del mundo entero.

 

Y en nombre del amor le había tomado.

Sigiloso, traicionero, aprovechándose de esa adoración que el infante le profesaba.

Mu calló. Más nunca olvidó el fatídico momento en que fue presa del engaño y de sus ilusiones de chiquillo; el terrible momento en que el arrepentimiento y la confusión se derramaron en amargo llanto durante toda esa triste noche y después…

 

Después…

 

__________________________________________

 

Shion había creído que le tendría por siempre a su lado.

Porque él habría de ser el único a quien Mu adoraría.

Aún si la misma diosa se negase.

Aún si la misma muerte les castigase.

Pero toda esa ilusión acabó cuando la calidez de Mu se le escapó de las manos.

Que penoso fue ver al imponente Patriarca sumido en la desesperación, aferrándose a ese cuerpo que ya no respondía a su tacto, ni a su llamado ni a ese sentimiento que solía profesarle.

 

- ¡¿Quién es?! – Arremetió, temeroso de perderle – ¡¿Quién ha sido el insolente que ha osado ponerte un dedo encima?! ¡Pagará con su sangre tan vil bajeza!

 

Más Shion ya no trataba con el infante corrompido que podía maniatar con palabras y que aceptaba sus órdenes en completa sumisión.

Ante él se levantaba la presencia sublime de un caballero dorado; un caballero dorado que, tras la armadura santa que vestía, dejaba ver al hombre en que se había convertido…

…y que había probado las delicias de otro cuerpo.

 

- Dígame entonces, mi señor – respondió altivo, sin desprenderse del agarre del maestro - ¿Qué hará cuando le encuentre?

- ¡Le mataré! ¡Le destruiré! – vociferó.

 

Mu se rio de su locura.

 

- ¿Por qué habría de hacerlo? –  Cuestionó mordaz – ¿Por qué el señor del Santuario se rebajaría a realizar una acción tan insensata?

 

El mayor arremetió iracundo.

 

- ¡Porque soy tu Patriarca! – amenazó, tomando su posición como el pretexto suficiente para someterlo a su voluntad.

- Pero no mi amante – respondió Mu, con venenosa arrogancia brotando de sus labios – ya no más…nunca más.

 

El eco de sus palabras le golpeó con fuerza. Fue entonces que Shion dejó de sentirse poderoso.

Le miró perplejo, con el rostro desencajado; como si no reconociese al joven de mirada soberbia frente a él. Sintió algo en su pecho que no supo reconocer, algo que se quebraba con fatalidad.

 

- Oh, mi señor. ¿Acaso creyó que su inmundicia bastaría para saciar a los dos? ¿Pero de donde ha nacido esa ingenuidad de su parte? – Mu se alejó de él. Asqueado, dio un manotazo al agarre de Shion que aún mantenía sobre su hombro – ¿O es que acaso creyó que sería yo quien al final terminaría por soportar toda su enfermiza locura?

- Pero me amas… me a-amas... – Shion luchó por mantenerse, casi implorando porque sus palabras le hicieran aceptar lo inaceptable.

- ¡Jamás lo hice! – gritó enfurecido, ahogándose en su propio dolor.

- No, no, no… mientes… – Se aferró a sus piernas,  temblando de miedo y desesperación – ¡Perdóname Mu! ¡Perdóname! ¡Te lo suplico, por favor!

 

Su entrecortada voz le erizó la piel.

¿Éste era el líder de la orden de Atenea que se orgullecía por su poder? ¿El que era respetado y alabado por su majestuosidad?

¿Éste era el poderoso Patriarca que comandaba toda una legión de guerreros con su mandato de rigor absoluto?

¿Dónde quedaba su orgullo cuando se encontraba ahora postrado en el suelo, con la mirada vacía, con la agonía marcando su rostro y suplicando con penosa urgencia un perdón que no llegaría?

 

Sólo es un hombre…  – pensó Mu abatido, casi decepcionado al recodar las ilusiones de su niñez, cuando alguna vez deseó ser como él – Sólo veo a un hombre.

 

Sintió de pronto los besos de Shion subiendo por sus piernas, alojándose en la piel que la ostentosa armadura dejaba al descubierto.

Titubeantes, los labios subían dejando el rastro de saliva y lágrimas a su paso.

Mu, por un instante, se dejó a merced de esos pequeños roces. Cerró los ojos y suspiró cuando no sólo fueron esos labios, sino también las manos del maestro llenándole de caricias ansiosas, impregnadas de un deseo hambriento.

Shion gimió entre besos, restregándose de rodillas al cuerpo de su alumno.

Mu, entre el placer y la agonía, apenas lograba escuchar las palabras que el hombre le profesaba.

Como un murmullo, como un eco lejano que parecía advertirle de una herida abierta.

 

- Mío… mío… por siempre…

 

Abrió los ojos y presó del horror le empujó, retrocediendo alarmado.

Esas palabras trajeron el nefasto recuerdo de esa noche y de las cientos de noches que vinieron después de ella. A su cabeza llegaron las imágenes que creyó haber olvidado... 

Los gritos, el llanto, las súplicas…

…y Shion siempre repitiendo esas mismas palabras en respuesta.

 

- No… – susurró dolido, mirando con aversión al hombre en el suelo – nunca más…

 

Shion hizo amago de acercársele pero el joven retrocedió.

Algo en esos ojos cegados por la furia y las lágrimas le paralizaron. Nada pudo hacer cuando Mu abandonó Star Hill sin pronunciar ni una palabra más.

Qué fácil hubiese sido detenerle, someterle con una sóla orden, cerrar puertas y ventanas para evitar que huyese.

Pero no pudo hacerlo.

Cuando al final de todo ese desastre, deseó levantarse e ir tras de él…

 

No hay lugar ni escondite contra mi sed...

 

La muerte le tomó por la espalda.

 

Notas finales:

Ahora, unas notas finales de la autora:

Pues sí, está basado en la muerte de Shion y sus minutos antes de que pereciera a manos del buen Saga (Sólo que aquí Shion no es un abuelito, vendría a tener unos 41 años… como el Saga de Saint Seiya Legend of Sanctuary, bien conservadito :V)

Igual y parece una tontería porque ¿Qué demonios hacía Mu ahí? ni al caso, pero si Marín pudo llegar a Star Hill ¿Por qué Mu no?... en fin, tonterías mías.

¿Con quién se acostó Mu? Bueno, dejémoslo a la imaginación de cada quien :V

Quiero aprovechar para saludar a Niennor, una lectora de mis tonterías. Si alguna vez lees esto, quiero decirte que hay algo para ti en un próximo capítulo de “Al cruzar la línea”.

Chan chan chaaaaaaaan.

En fin. Gracias por pasarse a leer.

¡Chaito! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).