Las lagrimas no dejaban de escurrir por sus mejillas sonrojadas al ver ese hermoso cartel con esa frase que él jamás llego a imaginar que él le diría, ¿Cómo podría ser? Si él era el chico más popular de la preparatoria , el chico más guapo, el capitán del equipo de baloncesto, y , el solo era un simple estudiante como se fijaría en el? eso era casi imposible, pero ahí estaba el parado frente suyo con ese hermoso cartel pidiéndole que fuera su novio, si en sus manos sostenía ese hermoso cartel con esa maravillosa frase que lo hizo en un minuto el chico más feliz del universo entero ¨me gustas ¿quieres ser mi novio? no podía ser más felicidad de la que estaba sintiendo
- Si, si quiero.-dijo abrazando al chico de sus sueños, quien lo envolvió en sus acogedores brazos, al sentirse rodeado por ellos pudo darse cuenta de que esos brazos habían sido hechos especialmente para el…
Estaban ya en su quinto mes de relación, el joven de cabello rubio corría sin más no poder bajo la lluvia era un fuerte aguacero, pero no le importaba, solo quería correr y correr hasta desaparecer, todo en este mundo le parecía falso, estaba por cruzar cuando lo detuvo por el brazo, el menor se soltó bruscamente plantando su palma en esa mejilla en donde había depositado tantos besos y suaves caricias.
-no me toques te odio!.-le grito intento irse pero aquel chico de cabello negro lo estrecho en sus brazos aferrándose a él.
- no lo digas, no digas eso por favor.-dijo suplicante hundiendo su cabeza en ese pequeño espacio del cuello del menor a su hombro.-no digas que me odias, me rompes el corazón. Te amo.
-no, tu no me amas.-lo empujo lejos del, apenas podía verlo, sus ojos estaban lleno de lagrimas las cuales hacían perfecto juego con la lluvia que los empapaba.-si me amaras no la hubieras besado!.-dijo lleno de dolor al recordar aquella escena, habían quedado de cenar juntos para festejar su quinto mes, el rubio estaba feliz por ese hecho y como no estarlo si ya eran cinco meses al lado de la persona que mas amaba, pero esa felicidad se esfumo al ver a su amado besando otros labios, unos labios que no eran los suyos, los labios de una mujer…
- pero ella no significa nada para mi.- intento explicar el chico de cabello azabache, pero el más joven se negaba a escucharlo, estaba cegado por su dolor.-yo te amo a ti solamente, no deseo besar otros labios que no sean los tuyos yo…
- mentira!, todo es menti…
El joven más alto lo atrajo hacia el posando sus suaves labios sobre los del joven rubio quien forcejeo negándose a corresponder pero termino cediendo, no podía negarse, el amaba esos labios….
- Disculpen, es hora de su medicina.- dijo la enfermera mostrándoles un dulce sonrisa, el joven de ojos grandes asintió con una breve sonrisa.- que buen chico, así mejoraras pronto.- dijo mientras le aplicaba las inyecciones.
- Y lo perdono?-pregunto curioso mirando al joven pelirrojo a su lado quien asintió con la cabeza.- eso me da gusto.- sonrió un poco cansado los efectos de las inyecciones estaban comenzando a hacer su trabajo.
El joven pelirojo le dedico una última sonrisa al verlo cerrar los ojos.
- Despertara hasta mañana por la mañana.- informo la señorita.
- Entonces, volveré mañana.-le susurro al ahora ya dormido castaño.
Él le había preparado una sorpresa, y si que lo sorprendió, el había creído que no recordaba su cumpleaños, que lo había olvidado, pero no fue así, el joven azabache solo había fingido que n lo sabía, que no lo recordaba. En cuanto entro a su departamento no pudo evitar llorar de la emoción, si, el era un pequeño llorón, y como no serlo si su amado lo hacía tan feliz con cada pequeño detalle- feliz cumpleaños muñequito.-dijo el más alto recibiéndolo con un confortable y cálido abrazo acompañado de un dulce beso.-te amo.-susurro en sus labios.
- Y yo a ti.- respondió el pequeño con un ligero sonrojo en sus mejillas.
Comieron esa deliciosa cena que el mayor había preparado para los dos, brindaron con un poco de vino tinto por la salid y felicidad del festejado quien como deseo pidió ¨solo quiero estar siempre a su lado, mientras soplaba las velitas del pastel que el pelinegro le había preparado, ambos se miraron con esos ojos llenos de amor mientras se acercaban lentamente hasta unir sus labios en un suave beso, el joven de cabello rubio paso sus manos por el cuello del más alto jugueteando un poco con ese sedoso cabello que tanto le encantaba, el más alto profundizo un poco más el beso al introducir su lengua en aquella pequeña cavidad bucal del joven rubio, quien se estremeció al sentir aquella suaves manos acariciar su delgada cintura bajo su ropa, subían y bajaban contorno a ella, una de esas manos recorrió todo su pecho hasta llegar al cuello del mas bajo erizándole toda la piel, el pelinegro bajo de su boca al blanco cuello del joven rubio succionándola suavemente , el más joven disfrutaba de esos besos húmedos sobre su piel, era tan placentero esos labios cerrándose y abriéndose en cada beso sobre su cuellos, y esas manos acariciando su cuerpo, lentamente el más joven fue despojado de las prendas que cubrían su pecho dejándolo al descubierto, si pecho estaba totalmente erizado por cada beso y caricia que el mayor le proporcionaba, hizo su cabeza hacia atrás dándole más especio a su amado quien por un camino de esquicitos besos llego a su clavícula, sus manos jugueteaban con esos pequeños botones de carne del mas bajo quien sentía sus mejillas arder, era la primera vez que sentía todas esas sensaciones, era la primera vez que su amado novio lo tocaba de esa forma la primera vez que disfrutaba de todo aquello que sentía correr por su cuerpo como una corriente erétrica haciéndolo estremecer, los labios del más alto se posaron sobre sus pezones lamiéndolos y delineándolos con su lengua endureciéndolos un poco más , tiro lentamente de uno de ellos robándole pequeños gemidos celestiales para el al pequeño rubio, la lengua del pelinegro siguió bajando por el torso denudo del menor hasta llegar a su pelvis en donde se detuvo para quitar el seguro de su pantalón y cinturón, solo se escucho el clic de aquellos artefactos y sus agitadas respiraciones, tiro un poco del pantalón bajándolo lentamente dejando al descubierto un pequeño y ajustado bóxer en el cual se podía notar ya una erec…
-espera.-dijo el joven de ojos grandes desviando la mirada sonrojado.- este yo…
- ¿Qué ocurre?- el joven pelirojo lo miro preocupado.-min?
- creo que… quisiera imaginarme el resto.- dijo apenado mostrando una inocente sonrisa.
- como tu quiera.- consistió el pelirojo amable.- ya es tarde debería descansar.- dijo levantándose de su asiento ayudándole a recostarse.
- sabes algo?- dijo el joven castaño, el menor lo miro esperando lo que le fuera a decir.-espero no molestarte pero… extrañamente imagine que tu y yo éramos ellos en esa hermosa escena.- dijo centrando sus grandes y hermosos ojos negros en los pequeños del chico pelirojo quien adquirió un ligero color carmín en sus mejillas…--
- yo también.- susurro acariciando suavemente su mejilla…